Alejandro Rodríguez Arias y Rodulfo

Alejandro
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NombreAlejandro Rodríguez Arias y Rodulfo
Nacimiento26 de febrero de 1838
Ceclavín
Fallecimiento15 de julio de 1893
Cuba

Alejandro Rodríguez Arias y Rodulfo: Uno de los más importantes preclaros varones de Ceclavín, que llegó a escalar la más alta jerarquía militar. Prototipo de valor y pericia militar. Se le podría llamar "antillano", ya que fueron las Antillas testigos de buena parte de sus magníficos servicios y de su brillantísima y ejemplar conducta. Hombre inteligente y culto, contaba con una de las buenas bibliotecas de su tiempo. También demostró su amor e inquietudes por las bellas artes y disponía de una buena colección de obras pictóricas.

Síntesis Biográfica

Nació el día 26 de febrero de 1838. Era hijo legítimo de Don Nicolás Rodríguez Arias, administrador de la Encomienda y de Doña Petra Rodulfo, naturales de la localidad de Ceclavín. Fue el más pequeño de una familia numerosa integrada por siete vástagos. Salió de Subteniente, alumno de la Escuela de Aplicación, establecida en la capital castellana, que es cuna de la artillería española.

El General Rodríguez Arias, aún siendo de estado soltero, jamás se olvidó de su familia. Fue un hermano y tío modélico que ayudó a todos los suyos con su consejo y orientación y con la mayor generosidad que nunca les faltó.

Trayectoria Militar

Muy pronto manifestó su vocación por la carrera de las armas, desde el día 20 de julio de 1853, Alejandro sirvió de Cadete en el Colegio de Segovia hasta el 18 de diciembre de 1855.

El 14 de julio de 1857 ascendió a Teniente de Artillería y fue destinado al 50 Regimiento de a pie, de guarnición en Madrid, la capitalidad del Reino. Por Real Orden de 24 de diciembre de 1858 ascendió a Capitán y fue destinado al Departamento de La Habana. El día 10 de abril de 1861 embarcó con su Compañía para la capital de Santo Domingo, formando parte de la Brigada expedicionaria que iba al mando del Brigadier don Antonio Peláez y Campomanes. Tuvo diversas vicisitudes y con motivo de la sublevación ocurrida en la Isla de Santo Domingo, se embarcó con dirección a Puerto Plata. Por su actuación en estos hechos, se le concedió mención honorífica. Pariticpó en los encuentros y acciones de Hojas Anchas y toma de Santiago de los Caballeros, cuya actuación le valió ser citado muy honrosamente en el parte oficial y en la Orden General del Cuerpo del Departamento de La Habana. Por su brillante comportamiento en aquel combate se le concedió el empleo superior de Comandante de Artillería.

En 1864, formó parte de la División mandada por el Mariscal de Campo Don José de la Gándara. Se halló en los combates de Gondillo, Malla Huayaba y paso del Monte Fundación. Por su comportamiento en las acciones llevadas a cabo, se le volvió a recompensar nuevamente otorgándosele el empleo de Teniente Coronel. Hay que especificar que fue citado en términos muy elogiosos en el parte que dio el Mariscal de Campo, don Eusebio Puello, concediéndosele la Cruz sencilla de Carlos III.

Después de su regreso a la Península el 15 de febrero de 1866. Fue destinado nuevamente, al Ejército de Operaciones de la Isla de Cuba y fue Jefe de la Columna Volante de Santa Clara y Cienfuegos.

En 1870 fue elegido por sus excelentes condiciones de mando y pericia militar para colocarse al frente del Batallón de Voluntarios de Zaragoza. Durante los meses de julio, agosto y parte de septiembre estuvo, por orden superior, desempeñando el despacho de la Comandancia General de Operaciones de Sancti Spíritus y Morón Mereció que por el Brigadier propietario Don Adolfo Morales de los Ríos se elogiase de oficio el celo con que había desempeñado la comisión de servicios, en la que cesó para volver a tomar el mando de su Batallón. Persiguió al cabecilla Dorado. Por todos estos servicios, alcanzó la recompensa de ascenso a Coronel.

A finales de abril de 1871, Rodríguez Arias causó baja en el Tercer Batallón de Voluntarios de Barcelona por haber sido nombrado Jefe de la 3ra Línea de Puertos y Columnas, al Oeste de la del Ciego. En 26 de mayo se le nombró Jefe de la Trocha Militar del Ciego de Ávila, en cuyo puesto cesó a fines de agosto. Por su actuación en estos servicios se le concedió otra Cruz Roja del Mérito Militar.

También formó parte como Vocal de Consejos de Guerra de Oficiales Generales que debían celebrarse en la Capitanía General de la Isla de Puerto Rico. Regresa a La Habana el 13 de enero de 1872 y fue nombrado Primer Jefe del Regimiento de Infantería de la Corona, número 3, de cuyo mando tomó posesión y se enroló en la Columna de Operaciones, concurriendo a la acción de Pinalito y encuentros de Brazo Mato.

Después pasó a tomar el mando de la Columna de Ingenieros. Hay que destacar las operaciones por las jurisdicciones de Cuba, Guantánamo y Holguín a las órdenes del mencionado Brigadier. Se desatacan además las operaciones con Batallones de San Quintín y los peninsulares de Alcántara y se le designó Jefe de la Zona del Cobre, teniendo a sus órdenes el Regimiento de la Corona, el Batallón de Cazadores de Alcántara y los Tercios de Cañizal. Operó por Palma Soriano, Tempu, Aguacate, Guarínáo y Romanganaguas. Por estas acciones e importantes servicios fue agraciado con otra Cruz Roja del Mérito Militar y propuesto al Gobierno de la Nación para su ascenso a Brigadier.

Rodriguez Arias fue designado Jefe de Operaciones de la Zona Militar de Sagua de Panamos. Por Orden del Ejército fue a encargarse de la Comandancia General y enseguida de la Columna de Reserva con la que salió de operaciones en la acción de las Cuchillas de Palma Soriano. Seguidamente es nombrado Jefe en Comisión de la 3ª Brigada con Cuartel General en Bayamo. Por Orden del Ejército de Cuba fue nombrado Comandante Genera interino de la 3a División de aquel Ejército, trasladándose con tal motivo a Santa Clara y después a Sancti Spíritus. El 5 de junio cesó en dicho cargo y se le nombró por Orden General, Comandante General de la Brigada de las Villas Occidentales que comprendían las juridicciones de Sagua, Cienfuegos, Santa Clara y Trinidad. En 1874 ascendió Rodríguez Arias a Brigadier.

Rodríguez Arias fue promovido a Mariscal de Campo en 1877 y a Teniente General al año siguiente.

Rodríguez Arias pasa más tarde a la Península. Ocupa la Capitanía General de Cádiz. Después desempeña los altos cargos de Capitán General de Andalucía y Madrid y Subsecretario del Ministerio de la Guerra.

Trayectoria Política

La Reina Madre, doña María Cristina de Habsburgo Lorena le requiere para designarle Ministro de la Guerra, cargo que Rodríguez Arias rehúsa. Entonces la Soberana de la que afirmará el gran novelista asturiano Armando Palacios Valdés que "jamás se ha sentado sobre el trono español mayor suma de dignidad, sensatez y rectitud" que le tenía singular afecto, le nombró Capitán General y Gobernador de la Isla de Cuba.

Una vez más, Rodríguez Arias embarca para la Gran Antilla. Es su cuarto y último viaje. Allí se hace cargo del gobierno de la isla que lleva con gran sagacidad y prudencia.

Visita de la Infanta Eulalia a Cuba

Rodríguez Arias recibió la visita de la Infanta Eulalia de Borbón, hija de Isabel 11 y de Francisco de Asís, que quedó encantada del trato tan exquisito de que fue objeto durante su estancia.

La Infanta Eulalia y su esposo, don Antonio de Orleans, Duque de Galliera, hicieron un viaje a La Habana en 1893. Se alojaron en el Palacio de los Capitanes Generales. Esta noble dama fue la única Infanta de la Casa Real Española que visitó Cuba. Llegó a La Habana a bordo del trasatlántico "Reina María Cristina" en la tarde del 8 de mayo de 1893 de paso para los Estados Unidos de Norteamérica, a donde se dirigía en representación del Gobierno Español para asistir a los actos conmemorativos del IV Centenario del descubrimiento de América.
En el centro entre la infanta Eulalia de Borbón (tía de Alfonso XII) y su esposo Don Antonio de Orleáns duque de Galliera. Con uniforme de Teniente General D. Alejandro Rodríguez Arias

Una de las principales fiestas en honor de la Infanta fue la que por su distinción y gusto le ofreció el Capitán General Rodríguez Arias. Las impresiones que se llevó de La Habana la Infanta Eulalia las reflejó en sus "Memorias", que vieron la luz pública en 1931.

"La Habana anotaba es una rica ciudad, espléndida, galante, hecha al derroche, a la suntuosidad y al lujo, a las elegancias europeas y al señorío criollo. La Habana nos hizo un recibimiento cálido, afectuoso y simpático, sin severidad formularia, pero lleno de emoción, como son los cubanos".

Distinciones

  • Las Grandes Cruces de Isabel la Católica, la de San Hermenegildo y Encomienda y Placa de Carlos III.
  • La de la Gran Cruz de la Corona de Hierro, del Imperio Austriaco. A propuesta de la Reina Doña María Cristina
  • Para perpetuar la memoria de Rodríguez Arias, el Ayuntamiento de Ceclavín le hizo la señalada distinción de declararle Hijo Predilecto, le dedicó una calle, habiendo colocado una lápida en el salón de sesiones de la Casa Consistorial.

Muerte

El heroico soldado Rodríguez Arias que milagrosamente salió ileso de los múltiples combates en los que participó, ya que tomó parte activa en todas las operaciones, muere vencido por el clima de los trópicos donde tantos años le tocó combatir.

Falleció en Cuba el 15 de julio de 1893, cuando era Capitán General de la Isla. Contaba 55 años y podía haber dado aún muchos días de gloria a su Patria y a su tierra.

En Rodríguez Arias se destaca su amor a la patria chica, Ceclavín, donde quiso ser enterrado. Muere en La Habana y sus restos mortales fueron traídos por expreso deseo suyo a su pueblo natal en el que reposan rodeados del recuerdo cariñoso de los ceclavineros, que siempre tienen frases de admiración para el ilustre antepasado.

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