Alimentación durante el embarazo

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Pautas para la alimentación durante el embarazo
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Alimentación durante el embarazo. El embarazo es una etapa delicada desde el punto de vista nutricional, pues las necesidades son elevadas y difíciles de cubrir. Por otra parte, los efectos de los desequilibrios, por ejemplo, si solamente se come proteína de origen animal o frutas, pueden tener repercusiones más graves que en otras etapas de la vida y afectar a la madre y al bebé.

No conviene llevar a cabo dietas estrictas con la idea de no aumentar mucho de peso, ni obviar alimentos no gratos al paladar. De igual modo, se debe evitar las situaciones de ayuno, tanto el temporal como las dietas exentas de hidratos de carbono, pues pueden provocar situaciones que son perjudiciales para el feto.

Recomendaciones de alimentación

  • “Comer bien” no significa comer mucho, ni comer basándose en alimentos caros.
  • Todos los alimentos tienen lugar en la dieta. Es conveniente variar la alimentación. Se deben incluir todos los grupos básicos y dentro de cada uno de ellos variar entre los distintos tipos (frutas, verduras, entre otros.)
  • Seleccionar los alimentos en función de la calidad y no de la cantidad, sobre todo en el primer trimestre hay un mayor aumento de las necesidades de proteínas y de ciertas vitaminas y minerales, en comparación con las energéticas.
  • Fraccionar la alimentación en varias comidas (entre 4 y 6) a lo largo del día, con el fin de reducir las posibles molestias digestivas y no desequilibrar tu dieta.
  • Comer despacio, masticar los alimentos correctamente, en un ambiente relajado y tranquilo, y evitar distracciones (TV, radio, visitas, entre otras).
  • Vigila el consumo de frutas. Además de vitaminas contienen azúcares simples que pueden favorecer el aumento de peso.
  • Elimina el consumo de alcohol. Esta droga disminuye el aprovechamiento de ciertos nutrientes (proteínas, hierro, vitaminas del grupo B, calcio...), aporta calorías vacías y su abuso puede provocar malformaciones en el feto.
  • Bebe abundante líquido a lo largo del día, en especial agua, preferentemente fuera de las comidas para evitar molestias estomacales.

Molestias durante el embarazo

Un elevado porciento de las embarazadas presentan náuseas y otras tantas vomitan. Estos síntomas mayormente aparecen a los pocos días de notar la falta del retraso menstrual, pero, aunque las náuseas pueden mantenerse hasta el final del embarazo, los vómitos suelen desaparecer a más tardar a las 20 semanas. Generalmente se producen por la mañana, en ayunas, pero pueden ocurrir a cualquier hora del día, sobre todo cuando la mujer siente muchos deseos de comer o está cansada. Otro factor que lo puede desencadenar también, es el olor de algún alimento en específico.

El origen de las náuseas y los vómitos se relaciona con el súbito aumento en la sangre de ciertas hormonas. Si esos malestares fueran muy intensos, o muy seguidos esto puede provocar deshidratación, pérdida de peso y hasta ciertos trastornos metabólicos. En estos casos es importante la valoración de un facultativo

Acciones contra las náuseas y vómitos

  • Beber algo al levantarse.
  • Evita beber agua y jugos ácidos en ayuna.
  • Los líquidos fríos se toleran mejor. Si la bebida es gaseosa, espera que se disipen las burbujas.
  • Prioriza las comidas ligeras y de pequeño volumen, una porción cada 2 horas, más o meno, para evitar las sobrecargas del estómago y aliviar las molestias digestivas.
  • Come regularmente pan, papas, arroz, patatas y legumbres, porque ayudan a mantener un nivel adecuado de azúcar en sangre, producen llenuras y alivian los mareos.
  • Evita los dulces y los alimentos o comidas con mucha grasa, picante o muy condimentadas.
  • Prefiere los alimentos fríos que calientes, hervidos o al vapor que fritos, porque desprenden menos olores.
  • Mientras cocines mantén abiertas las ventanas para disipar los olores.
  • Limita el café, este estimula la secreción ácida del estómago.
  • Si el médico no se opone realiza caminatas al aire libre.
  • Reposa después de cada comida.
  • No tomes medicamentos sin prescripciones facultativas.
  • No fumes, eso aumenta la secreción de ácido en el estómago, la cual causa náuseas.

Alimentos que no pueden faltar

En la etapa del embarazo existen alimentos claves que no deben estar ausentes en todo este período de gestación, un ejemplo de esto lo tenemos en el hierro y dentro de este el que mejor se absorbe no es más que el que procede de origen animal, tal es así como: la carne, el pescado y huevos. El de origen vegetal no se asimila tan bien si no se realizan ciertas combinaciones ricas en vitamina C, ejemplo: ensalada de tomate aliñada con limón y acompañada de un plato de legumbre. Puede comer algunas frutas cítrica o melón. La yema de huevos y las espinacas también son ricos en hierro. La leche es fuente de calcio y siempre que sea posible debería consumir alguno de sus derivados como el yogurt. Aparecen también aquí el brócoli y la col aportando mucho calcio.

Binomios Clave

Para las embarazadas el binomio formado por los minerales hierro y calcio resulta de vital importancia, aunque para ingerirlos se debe seguir instrucciones del facultativo.

Durante el embarazo las necesidades de hierro aumentan debido al mayor volumen de sangre, a la síntesis de tejidos fetales y placentarios y a la formación del feto de reservas de dicho mineral.

El déficit de hierro se asocia a la anemia ferropénica en el bebé durante la infancia y después del parto en la madre. Si el nivel de hierro incorporado en la dieta es bajo, el médico prescribirá suplementos adicionales, cuya ingestión en muchas ocasiones puede producir intolerancia gástrica, náuseas, estreñimiento y coloraciones oscuras de las deposiciones. Para la mejor absorción de este mineral se recomienda tomarlo en ayuna, acompañado de algún alimento rico en vitamina C, y nunca junto al café o , pues reducen su aprovechamiento por parte del organismo.

Por su parte, el calcio es usado por todas las células del organismo. Ayuda a mantener los huesos y dientes fuertes y sanos. Cuando una mujer no adquiere suficiente calcio a través de la dieta, el cuerpo lo adqiere de los huesos. Con el tiempo esa pérdida se traduce en osteoporosis, una enfermedad muy dolorosa. En las embarazadas este consumo se incrementa en los dos últimos trimestres del embarazo y el período de lactancia, por lo que se absorbe más calcio de los alimentos porque el bebé lo necesita para sus huesos y dientes.

Fuente

Iraida Campo Nodal, Luis E. Mederos Antúnez, Deysi Jardinez Peña, Danay Hernández Perdomo. (2010) Embarazo para dos. Revista Colección mujeres, Editorial de la Mujer. Revista popular de la mujer cubana ISBN: 978-959-7074-82-3