Batalla de Drépano

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Batalla de Drépano
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Fecha:249 a. C
Lugar:Italia
Descripción:
La batalla naval de Drépano —o Drepanum— se libró en 249 a. C., durante la primera guerra púnica, en el oeste de Sicilia en las inmediaciones de Drépano, entre una flota cartaginesa al mando de Aderbal y una flota romana comandada por Publio Claudio Pulcro


La batalla naval de Drépano —o Drepanum— se libró en 249 a. C., durante la primera guerra púnica, en el oeste de Sicilia en las inmediaciones de Drépano, entre una flota cartaginesa al mando de Aderbal y una flota romana comandada por Publio Claudio Pulcro

Historia

La batalla naval de Drépano se llevó a cabo en el año 249 antes de Cristo (a.C), durante la primera guerra púnica. Este conflicto ocurrió al oeste de Sicilia en las inmediaciones de Drépano, lugar actualmente conocido como Trapani. En este conflicto, participó una tropa cartaginesa liderara por el comandante Aderbal y una flota romana comandada por el comandante Publio Claudio Pulcro.

Para ese momento, los romanos se encontraban bloqueando la fortaleza cartaginesa de Lilibea, lugar que hoy en día se conoce como Marsala. Teniendo esta ventaja, decidieron atacar a la flota púnica que se encontraba atracada en el puerto de la adyacente ciudad de Drépano. Para ello, la flota romana zarpó durante la noche para realizar un ataque sorpresa, sin embargo, por la oscuridad se dispersaron.

El comandante Aderbal por su parte, ganaría terreno en el mar no sólo para maniobrar sino también para llevar a cabo un contra ataque. Dicha respuesta se daría al momento en el cual Aderbal pudiese llevar a su flota adentro antes de que los romanos lo encerraran en el puerto. Con esta maniobra, los romanos quedaron atrapados contra la orilla y luego de un día de lucha, los barcos cartagineses con mucho más margen de maniobra y con tripulaciones mejor entrenadas derrotarían a los romanos fácilmente.

Batalla de Drépano

Teniendo un poco de este abreboca, se hace interesante conocer mucho más acerca de La Batalla de Drépano. Para ello, debemos hablar de los ejércitos, sus respectivos comandantes, barcos y todos los hechos que llevaron a este conflicto. A continuación profundizaremos un poco más sobre esta importante batalla.

Ejércitos

En el año 264 a. C. las repúblicas de Cartago y Roma entrarían en guerra, la misma es conocida como la primera Guerra Púnica.​ Cartago era reconocida como una potencia marítima muy bien establecida en el Mediterráneo occidental. Por su parte, Roma destacaba por haber unificado recientemente a la Italia continental la cual se ubicaba al sur del río Arno.

Esta expansión constante de los romanos a la larga hizo inevitable que terminaran chocando con Cartago por el control de Sicilia.​ Es bien sabido que la causa inmediata de esta guerra fue por el control de la ciudad siciliana de Messana que hoy en día se le conoce como Mesina.​

Debemos destacar que hacia el año 241 a. C. la guerra duraba 15 años, y a lo largo de la misma se podían ver muchos cambios de suerte entre los bandos. Ya este conflicto se había tornado en una lucha en la cual los romanos intentaban derrotar a los cartagineses de forma definitiva para así poder controlar toda Sicilia y el resto del territorio.

Por su parte, las fuerzas cartaginenses tenían como estrategia esperar a que sus oponentes se desgastaran, esto con el fin de recuperar algunas o todas sus posesiones y poder negociar un tratado de paz que pudiese complacer a ambos bandos de la pelea. Para el año 260 a. C, los romanos habían construido una gran flota y por los siguientes diez años pudieron derrotar a los cartagineses en una seguidilla de batallas navales.

Esta sucesión de batallas llevaría a los romanos a ganar poco a poco el control de una buena parte de Sicilia, incluyendo las principales ciudades de Agrigentum que fue capturada en el año 262 a.C y que hoy en día se conoce como Agrigento, y la ciudad de Panormus tomada en el año 254 a.C y que hoy en día es la famosa ciudad de Palermo.

Comandantes

Para la Batalla de Drépano, las tropas cartaginesas estaban lideraras por el comandante Aderbal mientras que la flota romana fue comandada por el comandante Publio Claudio Pulcro. Debemos destacar que Aderbal era el almirante y gobernador de Drépano.

Aderbal le ofreció combatir al cónsul romano Publio Claudio quien confiaba en poder asustar al cartaginés por el considerable tamaño de su flota de guerra. Por su parte, Aderbal llamaría a sus mercenarios y les garantizó una rápida vitoria al enfrentar a los romanos o bien esperar por un largo asedio que culminaría en la pérdida de la ciudad.

Los mercenarios cartaginenses no dudaron y se decantaron por la primera opción por lo que, se embarcaron en la flota de Aderbal obteniendo así una gran victoria. Luego de este satisfactorio resultado para Cartago, el Gran Consejo de Cartago llenaría de honores al comandante Aderbal.

Barcos

El buque de guerra típico que se usó durante la Batalla de Drépano fue el quinquerreme, esta era una nave de cinco remos, como lo indica el nombre. Esta embarcación era una galera de unos 45 metros de eslora, 5 metros de manga a nivel del agua y un francobordo que media unos 3 metros. Este imponente barco tenía la capacidad de desplazar cerca de las 100 toneladas.

Expertos aseguran que una nave de esta envergadura podía navegar a una velocidad de 7 nudos, lo que vendría siendo unos 13 km/h, sin embargo, lo más importante a destacar es que podía viajar a esta velocidad durante un período prolongado de tiempo, lo que la hacia una nave bastante rápida para época.

De hecho existe una moderna réplica de este tipo de barco, conocida como la galera Olympiasha. La misma alcanzó velocidades de unos 8,5 nudos, lo que se estima sería unos 16 km/h. Por otro lado, se logro medir que navegó por mucho tiempo a una velocidad de 4 nudos, unos 7,4 km/h. Estas embarcaciones fueron construidas como catafractos o conocido también como barcos “protegidos”. Esto quiere decir que contaban con una cubierta completa para que pudiesen transportar mejor a los infantes de marina y también a las catapultas.

Por otro lado, estas naves tenían unas estructuras anexas al casco principal en las cuales se disponían los remeros. Todas estas adaptaciones permitieron fortalecer el casco del barco, mejorar su capacidad de carga y además mejorar las condiciones de trabajo de los remeros.

La teoría que la mayor parte de la comunidad historiadora acepta sobre la disposición de los remeros en quinquerremes es que se trabajaba por conjuntos dispuestos en filas. Las mismas eran de tres remos, uno sobre el otro, con dos remeros en cada uno de los dos remos superiores y sólo un remero en el remo inferior.

De esta forma, se podían ordenar un total con un total de cinco remeros por fila, dicha disposición se repetía a lo largo de los costados de la galera en las 28 de cada borda. Con estos datos, se estima que en cada nave había un total de 280 remeros. Batalla de Drepano.

Como mencionamos previamente, en el año 260 a. C. los romanos se propusieron construir una flota. Ahora bien, para ello utilizaron un quinquerreme cartaginés que había naufragado para usarlo como modelo para su flota. Sin embargo, la falta de experiencia en la construcción naval hizo que hicieran copias más pesadas de estas embarcaciones cartaginesas por lo que, eran naves mucho más lentas y por ende con menor capacidad de maniobra.

Pese a ello, el quinquerreme se convertiría en el caballo de batalla de las flotas romanas y evidentemente de los cartaginenses mientras se llevaban a cabo las guerras púnicas. Es importante mencionar que en los archivos históricos se hace mención de forma ocasional a los hexarremes que tenían a seis remeros por banco, a los cuatrirremes con cuatro remeros por banco y a los trirremes con tres remeros por banco.

El uso del quinquerreme fue tan popular que Polibio lo usaba como sinónimo de “buque de guerra” debido a su potencial y capacidad de carga.​ Se estima que un quinquerreme contaba con una tripulación de 300 hombres, de los cuales, un total de 280 eran remeros y la tripulación restante eran tripulantes y oficiales de cubierta. Por lo general, se cargaban un total de ​ 40 infantes de marina, cantidad que se incrementaba hasta 220 cuando se iba a combatir.

Para conseguir que los remeros pudiesen remar como una unidad y además que pudiesen llevar a cabo maniobras complejas de batalla, era necesario un entrenamiento largo y arduo. Siempre se buscaba que al menos la mitad de los remeros tuviesen algo de experiencia para que la nave se pudiese desplazar con eficacia. Todos estos buques de guerra estaban equipados con un ariete y con un juego triple de hojas de bronce de unos 60 centímetros de ancho que podían llegar a pesar hasta 270 Kg, los mismos eran colocados en la línea de flotación. Los quinquerremes se fabricaban de forma individual con por el método de la cera perdida para poder encajarlas de forma inamovible en la proa de la galera, las mismas se aseguraban con púas de bronce.

El abordaje de las naves era cada vez más común en las batallas, sustituyendo al método de embestida como sistema de ataque usado durante el siglo anterior a las guerras púnicas. La razón de optar por el abordaje era por el tamaño y peso de estos grandes buques los cuales carecían de velocidad y maniobrabilidad, elementos claves para arremeter contra el enemigo.

Por otro lado, la construcción más robusta de los cascos de las naves reducía el efecto del ariete incluso en el caso cuando se realizaba un impacto directo del espolón. Otra novedad fue la adaptación romana del corvus, el cual sería una continuación de esta tendencia y permitiría compensar la desventaja inicial con respecto a la maniobrabilidad de las naves.

Sin embargo, este peso adicional añadido en la proa comprometió considerablemente la maniobrabilidad de la nave y en condiciones de mar agitado, el corvus se volvía un elemento prácticamente inútil. ​En el año 255 a. C, la flota romana fue destruida casi por completo por una tormenta mientras regresaba de África. Dicha tormenta hundió 384 naves de un total de 464, acabando con la vida de unos 100.000 hombres aproximadamente.

Motivos de la Batalla de Drépano

El uso del corvus por parte de los romanos fue un punto muy importante en la seguidilla de batallas ganadas por parte de este bando. Dentro de los conflictos más destacados encontramos la batalla en Milas en el año 260 a. C., la batalla de Sulci en el año 257 a. C., la batalla de Ecnomo en el año 256 a. C. y la pelea de cabo Hermeo en el año 255 a. C.

​Ahora bien, durante los años 252 y 251 a. C. el ejército romano evitó la batalla, según Polibio, porque le temían a los elefantes de guerra que los cartagineses habían enviado a Sicilia. Este cese al fuego permitió a los cartagineses recuperar las ciudades de Panormus en el año 250 a. C. Sin embargo, los romanos los derrotaron y los púnicos perderían la mayoría de sus elefantes.

Es importante mencionar que los relatos contemporáneos se limitan a indicar la pérdida de los elefantes y no informan sobre las pérdidas que ambos bandos sufrieron durante la batalla. Por otro lado, muchos historiadores modernos consideran improbable que las afirmaciones de que en el choque hubo entre 20.000 y 30.000 bajas cartaginesas sean correctas.​

Ahora bien, luego de su victoria en Panormus, los romanos estaban muy animados de hecho, despacharon un gran ejército comandado por los cónsules del año, estos eran Publio Claudio Pulcro y Lucio Junio Pulo. Además, decidieron enviar una flota recién reconstruida compuesta por 200 barcos que se dirigieron hacia Lilibea, que sería la principal base cartaginesa en Sicilia.

Para ello, llevaron a cabo una operación conjunta, en la cual las tropas sitiarían la ciudad mientras una escuadra bloqueaba el puerto. Al principio del bloqueo, un total de 50 quinquerremes cartagineses se reunieron al frente a las islas Egadas, ubicadas entre unos 15 a 40 kilómetros al oeste de Sicilia.

Gracias a un fuerte viento occidental, los cartaginenses pudieron alcanzar la plaza sitiada antes que los romanos pudiesen impedírselo. Al llegar al lugar, desembarcaron entre 4.000 y 10.000 hombres quienes lograron cargar con una buena cantidad de suministros para el combate antes de retirarse de noche para evitar al enemigo, llevándose consigo incluso a la caballería.

Por su parte, los romanos estrecharon el cerco terrestre a Lilibea con unos campamentos protegidos por muros de tierra y empalizadas. También intentaron reiteradas veces bloquear la entrada del puerto con barreras conformadas por gruesos troncos sin embargo, la turbulencia del mar en ese lugar lo impidió.

Consecuencias de la Batalla de Drépano

Luego de que culminó la batalla de Drépano, Cartalón reforzaría a Aderbal con 70 barcos, reponiendo así parte de la flota perdida. De esta manera, quedaría bajo el mando de unas 100 naves y decidió marchó por ordenes de Cartalón a atacar Lilibea en donde quemó varios navíos enemigos.

Tiempo después, acosó a un convoy de abastecimiento romano de unos 800 transportes el cual navegaba escoltado por unos 120 buques de guerra. Es importante mencionar que una tempestad hundiría todos los barcos de esta escuadra romana salvándose tan sólo dos. Los cartagineses aprovecharon muy bien su victoria para hacer breves incursiones en las costas de la Italia romana en el año 248 a. C.

Por otro lado, la mermada flota romanas llevó a Cartago a reducir de forma gradual su armada, esta decisión ayudó a disminuir los gastos de construcción, mantenimiento, reparación, tripulación y abastecimiento de sus naves. Además, ordenó la retirada de la mayoría de sus buques de guerra de Sicilia, hecho que llevó a que el conflicto entrara en un período de estancamiento en esta isla.​ Pasarían un total de 7 años luego de la batalla de Drépano antes de que Roma pudiese recuperar una flota similar a la que presento a esta batalla.

Por la huida, Pulcro fue acusado de traición, sin embargo, fue declarado culpable del cargo menor de sacrilegio por el incidente del pollo. Pulcro se libró por muy poco de ser condenado a muerte, sin embargo, fue desterrado. La hermana de Pulcro, llamada Claudia, se hizo famosa cuando fue detenida en una calle que obstruían ciudadanos pobres. En esta situación deseó en voz alta que su hermano hubiese perdido otra batalla para reducir la multitud que para ese momento vivía bajo el manto del imperio romano​

La primera guerra púnica finalmente acabaría en el año 241 a. C. después de la victoria romana en la batalla de las islas Egadas. Esta victoria forzaría a Cartago a negociar una paz en condiciones de inferioridad. A partir de ese momento, Roma pasaría a ser reconocido como la principal potencia militar del Mediterráneo occidental y poco a poco sería catalogada como la más fuerte de toda la región mediterránea.

Los romanos aprendieron muy bien de esta derrota, a partir de la Batalla de Drépano, construyeron más de 1.000 galeras. De hecho esta batalla fue la gran responsable de la dotación, adiestramiento, suministro y mantenimiento de esta cantidad de barcos, hecha que sentaría las bases para el largo dominio marítimo de Roma durante un total de 600 años.

Fuentes