Diferencia entre revisiones de «C.M de Talleyrand»
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Revisión del 10:31 24 feb 2014
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C.M de Tálleyránd o Carlos Mauricio de Tálleyránd Perigord, 1754-1838. Estadista diplomático francés. De familia noble, hubiera. Seguido la carrera de las armas, pero en su infancia quedó cojo a causa de un accidente y fue destinado al sacerdocio.
Síntesis biográfica
Ordenadóse sacerdote y a los 26 años de edad fue nombrado agente general del clero francés. En 1789, el año de la Revolución Francesa, fue elevado a la dignidad de obispo de Autun y elegido miembro de los Estados Generales. Su ambición y su extraordinaria capacidad lo convirtieron en figura descollante del movimiento revolucionario: formuló un proyecto de constitución y firmó la célebre Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Apoyó la Constitución Civil del Clero y fue excomulgado por el Papa, al tiempo que fundaba la sociedad de Amigos de la Constitución, que habría de convertirse en el poderoso Club Jacobino. Amigo y compañero de Mirabeau, fue elegido presidente de la Asamblea Nacional; pero los extremistas de la Revolución no compartían sus opiniones y debió marchar a Inglaterra. Después permaneció tres años en los Estados Unidos de América, a la espera de que amainaran las tempestades revolucionarias. Regresó en 1796 y advirtió de inmediato, con su pasmosa intuición, que Napoleón Bonaparte era el hombre del futuro; a él se unió, ayudándole a derribar el Directorio y establecer el Consulado. Napoleón lo nombró ministro de Relaciones Exteriores y luego, al establecer el Imperio, Primer Chambelán. Con extraordinaria visión de la política europea formó la Confederación del Rin y negoció la paz de Tilsít; pero en un momento dado decidió que "la nave de Napoleón hacía agua" y se convirtió en el peor enemigo del Gran Corso. A la caída de Bonaparte, Talleyrand redactó el acta de la dimisión del emperador. Tuvo actuación importantísima en el Congreso de Viena, en el que pronunció muchas de las frases cáusticas que lo hicieron célebre. Cuando Luis XVIII ocupó el trono, Talleyrand aunque desempeñó altos cargos palatinos se llamó a silencio: la hora no era adecuada para quien había sido obispo, revolucionario, realista, bonapartista y antibonapartista. Pero cuando la revolución de 1830 puso en el trono a Luis Felipe, el sagaz diplomático reapareció para organizar la alianza de Gran Bretaña, España, Francia y Portugal. Poco antes de concluir su agitadísima vida, sinceramente arrepentido, retornó a la Iglesia. Muere en Francia en el año 1838.