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Revisión del 11:26 12 jul 2013

Las caídas en el adulto mayor
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Concepto:Las caídas en el adulto mayor, constituyen uno de los grandes síndromes geriátricos y en el momento actual un gran problema de salud pública en general por las secuelas y discapacidades que se producen en el anciano.

Las caídas en el adulto mayor es un hecho frecuente en el anciano que, en determinadas ocasiones reviste una especial importancia y siempre debe ser motivo de preocupación. Su incidencia y la gravedad de las complicaciones aumentan con la edad, así como en los ancianos institucionalizados, respecto a los que viven en su domicilio. La etiología de las caídas tiene un carácter multifactorial, siendo difícil detectar una causa primaria en la mayoría de los casos.

Concepto

Hemos de considerar caídas a todas aquellas situaciones de pérdida de equilibrio, con o sin traumatismos, que supongan un accidente inesperado en la vida del anciano y que no sea provocado por causas violentas o por enfermedades establecidas. Las caídas constituyen un síntoma importante que puede producir un cambio precoz en la funcionalidad del diario vivir, señalar el inicio de una enfermedad importante y llevar a una institucionalización precoz. Por esto debe considerarse un síntoma cardinal ya que tienen impacto físico, psicológico y social, llevándolo a perder confianza en sí mismos transformándolos en más vulnerables y frágiles.

Epidemiología

La incidencia real de la caída no se conoce pues en ocasiones el anciano oculta este hecho para que la familia no le limite su autonomía y en otros casos el propio médico no le da la importancia real y no la reporta. Aproximadamente el 30% de los mayores de 65 años en la comunidad, se caen 1 vez al año por lo menos, esta frecuencia puede aumentar hasta el 50% para los mayores de 80 años. Es necesario tener presente que la mitad de los que se caen, lo repiten, por sexo las mujeres sufren el doble de caídas que los hombres aunque esta proporción se nivela a partir de los 75 años. En conjunto las ¾ partes de las caídas suceden en el hogar, aproximadamente 1/3 de las caídas son debidas al entorno en que vive el anciano. La incidencia de caídas en unidades hospitalarias es de 1.5 por cama y por año, muy relacionadas con la medicación y la enfermedad de base. La incidencia de caídas en instituciones es de 2.0 caídas por cama y por año, el 50% de los ancianos institucionalizados sufren caída en algún momento de su estancia en la institución El 5% de los ancianos que se caen requieren atención médica, no podemos olvidar que la causa más común de muerte accidental en el anciano es la caída.

Cambios en el envejecimiento que predisponen a las caídas

El anciano cae más fácil porque pierde progresivamente la facultad de mantener el equilibrio, con el envejecimiento, parte de los reflejos que mantienen la postura se alteran y es así como algunos ancianos pierden el equilibrio, son incapaces de mantener el centro de gravedad con los cambios de posición no pueden efectuar movimientos rápidos de adaptación. Para mantener el equilibrio se precisa que las vais ópticas, el vestíbulo laberíntico y las de la sensibilidad profunda funcionen adecuadamente. La pérdida ligera del equilibrio se compensa durante la marcha por el balanceo que está regulado por la información sensitiva, acerca de la postura, los reflejos tónicos del cuello, el tronco cerebral, el cerebelo y la corteza. Un factor importante que también se altera con la edad es la masa muscular, con el envejecimiento se produce atrofia y pérdida de la fuerza muscular. En el anciano todos estos mecanismos se alteran produciéndose una alteración del patrón de marcha normal al deteriorarse también los mecanismos reguladores del tono muscular. Los problemas podológicos, también predisponen a las caídas

Factores predisponentes

existen varios factores que pueden contribuir a que la caída sea más frecuente en el anciano, vamos a dividirlos en dos grandes grupos, los intrínsecos que tienen que dependen de la persona y pueden ser de naturaleza crónica y los extrínsecos que dependen del medio ambiente. Factores intrínsecos. Los cambios producidos por el envejecimiento y las enfermedades crónicas que presenta el anciano son, las principales causas intrínsecas. Las enfermedades del sistema nervioso central como la Enfermedad de Parkinson, la demencia, los accidentes vasculares encefálicos, estados confusionales, trastornos laberínticos, convulsiones, y neuropatía periférica predisponen a la caída. Los factores de riesgo cardiovascular más frecuentes son las arritmias, el síncope, la hipotensión ortostática y el infarto de miocardio. Los fármacos tienen un papel importante en la etiología de la caída pues muchos ancianos toman 1 ó más medicamentos que por distintos mecanismos le pueden producir caídas como son los sedantes, hipnóticos, hipoglucemiantes, diuréticos, el alcohol. Las causas musculoesqueléticas más frecuentes son la osteoartrosis deformante, la atrofia muscular, y alteraciones de los pies. Existe una miscelánea también importante entre las que se encuentran la deshidratación, la desnutrición, la arterioloesclerosis. Factores extrínsecos. Los principales factores dentro del hogar suelen ser los suelos mojados por agua u orina, los pisos pulidos, el juguete abandonado, los animales domésticos, la escasa o intensa iluminación, las alfombras, la falta de barras auxiliares en el baño, escaleras sin pasamanos mal iluminada con peldaños muy altos o gastados. También ocurren con frecuencia las caídas en los días recientes de haber sido internado en el hospital o una residencia, cuando salimos de paseo por el desnivel de los pisos, huecos y todas las barreras arquitectónicas que existen.

Conducta a seguir ante un adulto mayor que sufre una caída

Cuando un adulto mayor sufre una caída es necesario primero tratar la lesión aguda o urgente, y después hacer un buen interrogatorio y una historia clínica completa para tener una visión mayor del problema. Es importante conocer por el interrogatorio que estaba haciendo el paciente, que sintomatología presentó previo a la caída, si perdió o no el conocimiento, que fármacos esta tomando. La exploración física debe ser completa, haciendo énfasis en la exploración de la marcha, la fuerza muscular y la movilidad. Debemos buscar en el aparato cardiovascular la presencia de hipotensión arterial, tomar esta en decúbito supino y de pie, buscar a la auscultación la presencia de soplos o arritmias, auscultación del cuello. Se debe examinar la marcha, como hace los giros el paciente, la dificultad para pararse y sentarse y un buen examen podológico. En la función visual, debe ser explorada la agudeza visual, visión periférica y visión de colores. En la función auditiva debemos conocer si existe el grado de sordera y como se encuentra la función vestibular. E l examen del sistema nervioso debe incluir, las pruebas cognitivas (Minimental test), los reflejos y la sensibilidad. Hay que observar las deformidades de los pies, juanetes, callos, úlceras, debemos examinar la piel en busca de heridas contusiones hematomas, descartar las fracturas. Debemos individualizar todos los factores extrínsecos e intrínsecos que pudieron influir en la caída, por último, teniendo en cuenta la multifactoriliadad de la caída, es necesario trazar un plan para prevenir las caídas, valorando y tratando los factores de riesgo intrínsecos, valorando y eliminando los factores extrínsecos, y analizando las circunstancias en que se produjo la caída. En gol del tratamiento de las caídas radica en su prevención y el eslabón fundamental está en el hogar y la comunidad. Prevención de la caída: todo médico o personal paramédico en su radio de acción debe:

  • Promover el ejercicio físico, acorde a la edad y posibles limitaciones físicas y funcionales del adulto mayor.
  • Entrenamiento de la marcha, caminar es uno de los mejores y más factible ejercicio para este grupo poblacional.
  • Promover programas de educación que expliquen cómo, donde y porqué se produce las caídas.
  • Prevención de la osteoporosis.
  • Eliminar y/o disminuir los factores de riesgo domiciliarios y en el medio ambiente del anciano.
  • Reducir la cantidad de medicamentos.
  • Reducir la ingestión de alcohol.
  • Visita al podólogo.
  • Recomendar el uso de protectores y otras ayudas técnicas que disminuyen el riesgo de caída.

Rehabilitación de la caída de la caída: En la rehabilitación de la caída es necesario la individualización del anciano pues no se produce siempre la misma repercusión psicológica y social, es necesario:

  • Enseñarle como se levanta si vuelve a caer.
  • Interconsulta con psicología si necesario.
  • Interconsulta con el fisiatra para elaborar el plan de ejercicios de forma gradual.
  • Acondicionar el hogar y el entorno de ser necesario.

Consecuencias de las caídas

La principal consecuencia inmediata de las caídas es la fractura, del 2 al 10% de los ancianos que caen sufren fracturas la de cadera es la de mayor trascendencia para el anciano, ya que como complicación puede llevar al anciano a la inmovilización con todas sus complicaciones y hasta la muerte. El 5% de los ancianos al caer sufren daño tisular grave que necesita hospitalización. Uno de cada 40 ancianos que se cae, necesita hospitalización, en los que viven solos la permanencia prolongada en el suelo por bloqueo del reflejo de enderezamiento laberíntico puede causar deshidratación. Es preciso tener presente los traumatismos cráneo encefálico y torácico que pueden producirse con sus posibles complicaciones. De forma mediata debemos tener presente que ¼ de los ancianos que se han caído, disminuyen sus actividades de la vida diaria, por temor a nuevas caídas. La limitación de la movilidad después de la caída y la protección familiar que se produce frecuentemente, poco a poco va llevando al paciente hacia otro de los grandes síndromes geriátricos, el síndrome de inmovilización. Desde el punto de vista social la familia rompe bruscamente su armonía funcional habitual con el trabajo, el hogar, psicológicamente la gran ansiedad que les produce que el anciano pueda volverse a caer, y la sobreprotección van haciendo al anciano cada vez más dependiente, un elevado número de estos ancianos necesitan después, institucionalización en residencias asistidas porque la familia no es capaz de cuidarlo,

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