Diferencia entre revisiones de «Cristóbal (santo)»

(Etiqueta: nuestro-nuestra)
m (San Critobal trasladada a San Cristobal)
(Sin diferencias)

Revisión del 09:24 12 jul 2011

San Cristobal
Información sobre la plantilla
Sancristobal.jpg
Religión o MitologíaCatólica
Día celebración10 de Julio
País o región de origenAntioquia, Licia
Venerado enEn el Oriente, Occidente

San Critobal Procede del griego CristojoroV (Jristophoros) o Cristobalo (Jristóbalos), que significa en ambas formas, portador de Cristo. Es éste un nombre en el que como en otros grandes (Jorge, p. ej.) la leyenda se ha superpuesto a la historia por tener mucha más fuerza que ésta. Lo cierto es que ha sido la fuerza de la leyenda la que más lo ha potenciado, dándole una vitalidad incontenible. Eso ha hecho que la difusión del nombre haya crecido en paralelo con la la leyenda y con los amuletos a que ésta ha dado lugar. Fueron, en realidad, los cruzados los que lo introdujeron en Europa, importado de la Iglesia oriental. Pero desde entonces, en mayor o menor medida, no ha dejado de utilizarse comúnmente.

Nombres dado a este santo

  • Offerus
  • "portador de Cristo"
  • "el que lleva a Cristo".

Biografía

"Su nombre inicial era Offerus y era un ser gigantesco y fuerte que pretendía ponerse al servicio de la persona más poderosa del mundo. Estuvo al servicio de un rey hasta que éste se detuvo ante una representación del diablo, por lo que buscó al diablo para ponerse a su servicio. Al detenerse éste ante una cruz, preguntó qué representaba y le dijeron que a Dios, de manera que buscó a Dios para servirle, pero estuvo mucho tiempo en su busca sin éxito.

Una noche, cansado se detuvo a la orilla de un río a descansar y un sabio ermitaño que habitaba en una cabaña le dijo que para servir a Dios podía quedarse allí y ayudar a todos los que quisieran cruzar el río, por lo que allí se mantuvo en esa función. Una noche le despertó una voz infantil para que le ayudara a pasar.

Offerus puso al niño sobre su hombro izquierdo y se metió en las aguas que, de pronto, se agitaron y el niño se hizo más y más pesado, por lo que tuvo que arrancar un árbol para apoyarse y ayudarse a cruzar. Al preguntar al niño quién era, éste contestó que era Cristo y que llevaba con él al mundo entero y por eso era tan pesado". A partir de entonces, el gigante pasó a llamarse Cristóbal ("el que lleva a Cristo").

Leyendas

Mártir, probablemente del siglo tercero. Aunque San Cristóbal es uno de los santos más populares de Oriente y Occidente, apenas se conoce algo cierto sobre su vida y su muerte. La leyenda cuenta: Un rey incrédulo (de Canáan o Arabia) por la plegaria de su mujer a la Santísima Virgen tuvo un hijo a quien llamó Offerus (Offro, Adokimus o Reprebus) y lo consagró a los dioses Machmet y Apolo.

Con el tiempo fue adquiriendo extraordinaria estatura y fuerza, y Offero decidió servir solamente al más fuerte y al más bravo. Sirvió sucesivamente a un rey poderoso y a Satán, pero encontró que ambos carecían de coraje, el primero aterrorizado siempre con el solo nombre del pecado, y el segundo asustado por la señal de la cruz al borde del camino. Durante tiempo buscó nuevo maestro, pero fue en vano, al final encontró a un ermitaño quien le habló de ofrecer su fortaleza a Cristo, le instruyó en la Fe y lo bautizó.

Ante San Cristobal aparece un niño, ( que era Jesús, en la forma del mismo) y le dice que desea cruzar el río. El nombre de San Cristobal, era Relicto. A medida que entraba en el río, el niño más pesaba. Con gran esfuerzo, llega a la otra orilla. Entonces, Jesús, se da a conocer, y como signo, hace florecer su bastón. Didiendole: "Has encontrado al Rey que hizo el mundo y mantiene el Cosmos, me has servivo en las obras piadosas, cuando ayudabas a los pobres a pasar el río" Entonces, cambia su nombre por el de Cristobal, que significa en griego: "portador de Cristo"

Cristóbal, como desde ahora será conocido, no se dedicaría ni al ayuno y ni a la oración, sino que voluntariamente aceptó el oficio de transportar a la gente, por amor de Dios, de un lado al otro de un río caudaloso, sobre sus hombros. Un día llevaba a un niño que continuamente crecía, de tal modo que le parecía que llevaba todo el mundo sobre sus hombros.

El Niño se dió a conocer como el Creador y Redentor del mundo. Para demostrar su personalidad ordenó a Cristóbal fijar su bastón en la profundidad. A la mañana siguiente el bastón se había transformado en una palmera llena de fruto. El milagro convirtió a muchos. Esto excitó la ira del prefecto de la región Dagnus de Samos, en Lycia. Cristóbal fue encarcelado y después de crueles suplicios fue decapitado. La leyenda griega puede pertenecer al siglo sexto; y hacia la mitad del octavo la encontramos extendida por Francia. Originariamente, San Cristóbal era sólo un mártir, y como tal es recordado en los viejos martirologios.

La forma simple del griego y latín Passio, pronto dio lugar a leyendas más elaboradas. Tenemos la edición latina en prosa y verso de 938 compuesta por el Subdiácono Walter de Séller, “Thesaurus anecdotorum novissimus” (Augsburg, 1721´-23, II, 27-142, y Harster, “Walter von Speyer”, 1878). Una edición del siglo once se encuentra en el Acta SS, y otra en la “Golden Legend” de Jacob de Vorágine. La idea se transmitió oralmente; primitivamente tuvo un significado espiritual, llevar a Cristo en el corazón. Durante los siglos doce y trece tomó un sentido realista y llegó a ser el distintivo del santo.

Que fuera considerado frecuentemente como gran mártir puede tener su fundamento en la narración de su enorme estatura. La corriente y la pesadez del niño fueron propuestas para significar las pruebas y las luchas del alma que toma sobre sí el yugo de Cristo en este mundo.

La existencia del mártir San Cristóbal no puede ser negada como lo ha demostrado el Jesuita Nicolás Serarius en su tratado sobre las letanías, “Litaneutici” (Colonia. 1609), y por Molanus en su historia de pinturas sagradas, “De picturis et imaginibus sacris” (Lovaina,1570).

En una pequeña iglesia dedicada al mártir San Cristóbal está enterrado actualmente el cuerpo de San Remigio de Reims, 532 (ACT ss., 1 Oct., 161). San Gregorio Magno I (d. 604) habla de un monasterio de San Cristóbal (Epp., X., 33). El Breviario y Misal Mozárabes, escritos por San Isidoro de Sevilla (d.636) contienen un oficio especial en su honor.

En 1386 fue fundada una hermandad bajo el patronato de San Cristóbal en el Tirol y Vorarlberg, quien guía a los viajeros sobre el Arlberg. En 1517, un San Cristóbal de sociedad de templanza existió en Carintia, Styria, en Sajonia y en Munich. En Venice se profesaba gran devoción al santo entre los desembarcadores del Danubio, el Rhin y otros ríos en los que las inundaciones o atascos helados causan frecuentes destrozos.

Las pinturas más antiguas del Santo, en el monasterio del Monte Sinaí datan del tiempo de Justiniano (527-65). Monedas con su imagen fueron emitidas en Würzburg, Würtermberg y Bohemia. Sus imágenes fueron colocadas en las entradas de iglesias, viviendas y frecuentemente en puentes; estas imágenes y pinturas con frecuencia presentaban la inscripción: “Quien contemplara la imagen de San Cristóbal no desmayará o caerá en este día”.

El Santo, que es uno de los cuatro santos protectores, ha sido elegido como patrón por Baden, Brunswiick y por Mecklenbourg y otras diferentes ciudades, así como por encuadernadores, jardineros, marineros, etc. Es invocado contra relámpagos, tormentas, epilepsia, pestilencia, etc. Su fiesta se celebra el 25 de julio; entre los griegos el 9 de marzo; sus emblemas son el árbol: el Niño Jesús y el bastón.

Oraciones

Señor mío, concede que mi mano sea firme y el ojo despierto para que ningún hombre por mí reciba daño o sea muerto. Tú me diste la vida: concede que por acto mío no sea tu don divino quitado o mancillado sin remedio. Protege, Señor mío, del fuego los que conmigo van y de toda calamidad, así te ruego; enséñame a usar del automóvil, para cumplir la necesidad ajena; a no perder tu mundo por deseo insano de velocidad, para que yo así pueda con alegría y amor seguir mi camino. Amén.

Conceded a los que os invocan, glorioso martirSan Cristobal, que sean preservados de peste, epidemia y temblores de tierra, del rayo y la tempestad, de incendios e inundaciones. Protegednos con nuestra intercesion durante la vida, en las calamidades que la providencia tenga dispuestas, y en la muerte libradnos de la eterna condenacion, asistiendo Vos a nuetra ultima hora para poder alcanzar la eterna bienaventuranza. Amen.

NOTA: Con esta oración conseguirá lo que usted desee, y tendra éxito. Cargue una encima y deje una en su hogar.

Hagase esta oracion frente del cuadro de SANTA INES del MONTE. Si no tiene la Oveja.no es legitima.

Representaciones y popularidad

Casi todas las imágenes suficientemente antiguas se representan con todos los elementos de la leyenda: la noche, el río, el ermitaño, el árbol, el niño con la bola del mundo crucífera (que lleva una cruz), etc.

San Cristóbal es un Santo muy popular, y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado, lo han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, y nos inspira a todos protección y confianza.

Sus admiradores, para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol lleno de hojas por báculo.

Festividad

Los que lucen este bello nombre, que no necesita mayores encomios, celebran su onomástica el 10 de julio. ¡Felicidades!

Patrón

Patrón antaño de los arrieros, luego de los camioneros y hoy de todos los conductores, en san Cristóbal se sintetiza la conciencia de responsabilidad de todos ellos. La imagen de san Cristóbal en millones de coches y camiones (las motos tendrían que hacerle también un sitio al santo) es como un Ángel de la Guarda que nos aconseja prudencia.

He aquí la leyenda que dio lugar a este especial culto y veneración de san Cristóbal: cuando era un problema atravesar los ríos, porque había muy pocos puentes, uno de los oficios era el de porteador: por el pago de una cantidad, había hombres corpulentos y robustos que pasaban a la gente de una orilla a otra. Ese era el oficio de san Cristóbal.

Fuentes