Diferencia entre revisiones de «Cuerpo de Voluntarios españoles en Cuba»

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El 15 de febrero de 1855 circularon las bases para el alistamiento de voluntarios. En cada cabecera se formó una compañía que no pasaba de 100 plazas. Estas bases estuvieron sujetas a diferentes cambios hasta la aprobación del llamado Reglamento Provisional para el Régimen, Subordinación y Disciplina de los Cuerpos y Secciones de Voluntarios, en abril de 1856.
 
El 15 de febrero de 1855 circularon las bases para el alistamiento de voluntarios. En cada cabecera se formó una compañía que no pasaba de 100 plazas. Estas bases estuvieron sujetas a diferentes cambios hasta la aprobación del llamado Reglamento Provisional para el Régimen, Subordinación y Disciplina de los Cuerpos y Secciones de Voluntarios, en abril de 1856.
 
Según este reglamento el principal objetivo por el cual fueron creados los Cuerpos de Voluntarios y la principal obligación de los individuos que lo integraban era:
 
Según este reglamento el principal objetivo por el cual fueron creados los Cuerpos de Voluntarios y la principal obligación de los individuos que lo integraban era:
{{Sistema:Cita|... el sostenimiento del orden y tranquilidad pública de la población: la defensa con las armas en la mano hasta hacer el sacrificio de sus vidas, de los derechos de la madre patria y de nuestra reina Isabel II|<ref>C/A. Voces de la sociedad cubana. Economía, política e ideología. 1790-1862. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 2007.</ref>.}}
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==Requisitos para ser un voluntario==
 
==Requisitos para ser un voluntario==

última versión al 19:28 22 mar 2024

Cuerpo de Voluntarios
Información sobre la plantilla
Cuerpo de Voluntarios españoles en Cuba
Cuerpodevoluntarios.jpg
Uniformes de Oficiales españoles que formaban parte del Cuerpo de voluntarios durante las guerras independentistas en Cuba.
Activa1850-1898
PaísBandera del Imperio Español Imperio Español
FidelidadReyes de España
RamaEjército de tierra de España
TipoEjército colonial fiel a la Monarquía española
FunciónProteger la colonia española de Cuba
EspecializaciónInfantería, Caballería, Artillería
TamañoMás de 200 000 activos en la guerra del 95
Comandantes
Comandante actualCapitán general
Cultura e historia
LemaViva España
Guerras y batallas
Guerra de los Diez Años
Guerra Chiquita
Guerra NecesariaBandera de Cuba

Cuerpo de voluntarios españoles en Cuba. A mediados del siglo XIX, la Capitanía General organizó el Cuerpo de Voluntarios de la Isla de Cuba, un proyecto necesario y definitorio dentro del sistema defensivo cubano, que se convirtió paulatinamente en la razón de ser del integrismo como actitud o tendencia política.

Historia

Las primeras fuerzas de voluntarios que se gestaron en el archipiélago cubano datan del 19 de mayo de 1850.[1] Estas se formaron para combatir el desembarco de la expedición de carácter anexionista liderada por Narciso López. En esos años la isla poseía muy escasa guarnición y el número de soldados resultaba insuficiente para resistir alguna acción de guerra.

La mayor parte de las garitas estaban desprotegidas y los puestos donde había centinelas no eran custodiados con la finalidad y el cuidado que correspondía, por lo que se imponía fortalecerlos. Así el Gobernador Capitán General de la Isla y General en Jefe del Ejército Español Federico Roncalli, conde de Aloy, tomó la decisión de entregar armas y organizar 4 Batallones de Voluntarios integrados por españoles radicados en la Isla.[2]

Alistamiento

El alistamiento ordenado por Federico Roncalli fue el 21 de mayo de 1850 y aceptaba a todos aquellos que quisieran agruparse en torno a las autoridades coloniales para la defensa de la soberanía española en el territorio de la Gran Antilla. Los voluntarios alistados estaban persuadidos de que armados constituirían una fuerza significativa y que la cooperación con el Ejército Español era de suma importancia para destruir cualquier movimiento insurreccional, ya fuera anexionista o independentista.

Los Nobles Vecinos

Con el nombre de Nobles Vecinos quedaron organizados 10 Batallones y 4 Compañías de peninsulares a lo largo de toda la Isla. De la organización concluyente quedaron establecidos:

  • 4 Batallones en La Habana
  • 2 en Santiago de Cuba
  • 1 en Matanzas
  • 1 en Trinidad
  • 1 en Puerto Príncipe
  • 1 en Cienfuegos
  • 2 Compañías en Cárdenas
  • 1 en Pinar del Río
  • 1 en Manzanillo.

El 23 de septiembre de 1850, desaparecido el peligro anexionista, esos batallones y compañías fueron en su mayoría aparentemente disueltos. La llegada de José Gutiérrez de la Concha como Capitán General el 20 de noviembre de 1850, impulsó la idea de mantener las fuerzas voluntarias. Este acogió muy interesado la posibilidad de mantener en activo los Batallones de Voluntarios, proyectando desde finales de 1851 su funcionamiento como unidad incluida en el Ejército, su normativa militar y su reglamento.

José Gutiérrez de la Concha fue designado en circunstancias difíciles para el mantenimiento de la soberanía española en Cuba ya que las distintas expediciones llevadas a cabo por el General Narciso López contra el gobierno español en la isla, que habían puesto en peligro la seguridad de la colonia. Estas expediciones eran avaladas por una corriente anexionista que se desenvolvía en el interior de la Isla y por sectores de la élite antillana contarios al grupo pro peninsular.[3]

Reformas administrativas y militares

José Gutiérrez de la Concha inició reformas administrativas y militares y llevó adelante medidas para la defensa del territorio. Fortaleció militarmente su mandato para reforzar el colonialismo contra la anexión, contra las sublevaciones internas y las amenazas de otras potencias. En 1851 se estableció en Madrid una Junta de Generales con el objetivo de reforzar el sistema defensivo de los territorios coloniales dirigida por Manuel Gutiérrez de la Concha, hermano de José Gutiérrez de la Concha.

Esta junta creó una comisión con el objetivo de analizar el sistema defensivo de Cuba y la envió a la isla para analizar las deficiencias; así en 1850 y 1852 se iniciaron las bases del aparato defensivo que se articuló a partir de 1855 y que en primer lugar establecía el mantenimiento de la soberanía española en Cuba, la conservación del régimen colonial y la preservación de la esclavitud.

Para la junta, las dos causas que amenazaban la soberanía española en Cuba eran, en primer lugar la posibilidad de un ataque anexionista desde los Estados Unidos o la insurrección de la población blanca o de color. Para evitar esto se aplicaron medidas para fortalecer las tropas de tierra y la flota. Se decidió la división estratégica de la Isla en 2 departamentos: el de occidente y el de oriente. Los departamentos se dividieron en gobiernos y comandancias militares de distrito.

El Cuerpo de Voluntarios de la Isla de Cuba

Por sugerencias directas se reorganizó el Cuerpo de Voluntarios de la Isla de Cuba con sus reglamentos internos, sus leyes orgánicas y su funcionamiento como unidad de reserva de Ejército Español. Se alistaban y armaban a todos los buenos españoles que voluntariamente lo desearan entre 18 y 50 años de edad.[4]

El Cuerpo de Voluntarios permitió al gobernador disponer de una poderosa fuerza de reserva y no mantener normalmente activada toda la fuerza del Ejército español. Desde su surgimiento esta tropa fue sometido a cambios constantes e incrementos. La máxima autoridad política y militar de Cuba era el Capitán General designado por la corona y que ostentaba el grado de Teniente General y se le subordinaban todas las fuerzas militares, paramilitares y políticas de Cuba. Como segundo al mando estaba el segundo Cabo, que con el grado de Mariscal de Campo era Comandante General de la capital.

Estructura del Cuerpo de voluntarios

Este cuerpo fue adiestrado y dotado al estilo de los profesionales europeos, con escuadras, pelotones, secciones, compañías y batallones de infantería. Al organizarse el Cuerpo de Voluntarios, se constituyó la Plana Mayor. La plantilla de esta dirección fue aprobada por el Capitán General el 16 de noviembre de 1856. La plana estaba compuesta por un coronel primer jefe, un teniente coronel segundo jefe, 2 primeros comandantes y 10 capitanes, encargados de dirigir a los voluntarios a nivel nacional.

Estos altos mandos representaban casi siempre el poder económico y gozaban de la popularidad entre su grupo. El coronel tenía la obligación de armar y sostener económicamente al batallón. Por eso el cargo obligatoriamente debía ser ocupado por alguien de posición media o alta, pues requería de capital para sostener a toda la tropa. Estos coroneles llevaban en su uniforme tres estrellas, semejantes a las utilizadas por iguales oficiales del ejército regular español.

Bases para el alistamiento de voluntarios

El 15 de febrero de 1855 circularon las bases para el alistamiento de voluntarios. En cada cabecera se formó una compañía que no pasaba de 100 plazas. Estas bases estuvieron sujetas a diferentes cambios hasta la aprobación del llamado Reglamento Provisional para el Régimen, Subordinación y Disciplina de los Cuerpos y Secciones de Voluntarios, en abril de 1856. Según este reglamento el principal objetivo por el cual fueron creados los Cuerpos de Voluntarios y la principal obligación de los individuos que lo integraban era:

... el sostenimiento del orden y tranquilidad pública de la población: la defensa con las armas en la mano hasta hacer el sacrificio de sus vidas, de los derechos de la madre patria y de nuestra reina Isabel[5].

Requisitos para ser un voluntario

La admisión de voluntarios estaba sujeta a las exigencias siguientes:

  • aptitud física
  • ser español o naturalizado como tal
  • no estar procesado criminalmente
  • tener entre 18 y 50 años de edad
  • poseer renta
  • ejercer oficio
  • modo de vivir honroso
  • tener un caballo de su propiedad (estos solo para los alistados en los cuerpos de caballería).

Después de la inscripción, a los aprobados se le otorgaría un documento de aceptación oficial que los admitía dentro de la institución. Esos diplomas les permitió a muchos voluntarios ser acogidos en muchos puestos de trabajo. Las exigencias de la admisión se hicieron luego más estrictas, pues solo se aceptaban individuos mayores de 20 años. Se les entregaba además una credencial que debía presentar al salir del punto de residencia.

El Furriel

El encargado de la administración de cada compañía era el Furriel, individuo de la plantilla, colector de las cantidades abonadas por voluntarios. Según el artículo 4 de la orden general del 15 de febrero de 1855,

...el vestuario seria de pantalón blanco, camisa rayada de color oscuro y sombrero de jipijapa con escarapela encarnada. Su armamento: un fusil con bayoneta y cartuchera ceñida. El uniforme de los oficiales tenía una levita de rayas de color azul, chaleco y pantalón blanco. Las divisas sería una presilla ancha de galón de oro a lo largo del hombro izquierdo, los subtenientes en el derecho y los tenientes en ambos.

El 19 de octubre de 1855 se aprobó definitivamente el uniforme adoptado en una junta de jefes de voluntarios en La Habana. Se componía de una levita amarilla corta cerrada con una sola fila de botones, golpes y vivos de paños carmesí, pantalón blanco, chaleco pequeño de paño azul con un pequeño escudo de las ramas de España.

Arrestos y castigos

Los voluntarios sufrían pena de arresto por faltas leves o de servicio en la guardia de prevención y para el 5 de abril de 1855, las faltas que motivaran arresto y prisión serían en la guardia del principal y en la de prevención. La composición de los batallones era heterogénea prevaleciendo capas medias y bajas. El incremento de la emigración peninsular a Cuba trajo consigo el aumento de la población, fundamentalmente varones, jóvenes y solteros que en su mayoría eran buscadores de fortuna.

Hasta el 31 de julio de 1869 los Batallones de voluntarios estaban integrados, por lo general, por individuos provenientes de diferentes regiones de la península.[6] Las fuerzas voluntarias estuvieron formadas por peninsulares, criollos, soldados españoles que dejaron el Ejército. Defendían el sistema comercial y de plantación construido sobre la esclavitud el sistema político que los beneficiaba.[7]

Instrumento político y brazo armado

A este Cuerpo de Voluntarios se le hizo creer que eran participantes en un levantamiento nacional español de Cuba contra los traidores y los malos hijos de Iberia, se les inculcó el fanatismo integrista y creyeron que estaban en posesión de la única verdad política. Constituyeron desde su inicio, un instrumento político y un brazo armado por excelencia para las autoridades españolas coloniales. Fueron una garantía para la protección de sus intereses, garantizando que sus misiones fuera para defender bajo cualquier circunstancia el orden existente.

Referencias

Bibliografía

  • Barado y Fort, Francisco (1880). Historia del Ejército Español
  • María de Sotto, Serafín (1856). Historia orgánica de las armas de Infantería y Caballería española.
  • Ministerio de la Guerra (1878). Ley Constitutiva del Ejército.
  • Ministerio de la Guerra (1878). Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército.
  • Pérez Zaldívar, P.: "El cuerpo de voluntarios españoles. Apuntes para su estudio en la jurisdicción Holguinera"

Fuentes

Véase también