Diabetes en los niños

La Diabetes en los Niños
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Vacuna:Insulina

La Diabetes en los Niños. Es una afección crónica que se caracteriza por un exceso de glucosa en la sangre, y si no se trata oportunamente, puede provocar diversas complicaciones, a veces agudas, como el coma diabético por cetoacidosis diabética e incluso llevar a la muerte. Pero a largo plazo puede ocasionar otras complicaciones crónicas.


Introducción

Un niño con diabetes puede beneficiarse del mismo tipo de dieta saludable como el de la gente sin diabetes. De hecho, toda la familia puede beneficiarse en conjunto de la misma comida saludable. Aunque los niños con diabetes no tienen que seguir una dieta especial para dicha enfermedad, quizás necesiten prestar más atención a qué hora comen y cuánta comida está en su plato. Algunas de las metas del plan de alimentación para los niños con diabetes, son las mismas que para otros: Necesitan comidas que les ayuden a tener buena salud, crecimiento normal y un peso saludable. Diabetes-en-ninios-y-adoles.jpg

También, los niños con diabetes deben balancear su consumo de carbohidratos con su insulina y los niveles de actividad para mantener sus niveles de azúcar en la sangre bajo control. Además, los niños con diabetes deben consumir comida que les pueda ayudar a mantener en un rango saludable los niveles de lípidos, o grasas, en la sangre (como colesterol y triglicéridos). El comer de esta manera puede ayudar a prevenir algunos problemas de salud a largo plazo que la diabetes puede causar. Los niños con diabetes enfrentan los mismos desafíos alimenticios como todo el mundo principalmente, el de mantener hábitos saludables a través del tiempo. Con tantas tentaciones, puede ser difícil; entonces es importante preparar comidas que el niño disfrute. El plan de alimentación que usted prepare puede variar, según el programa de control de la diabetes de su hijo, pero con la ayuda del equipo del cuidado de la salud para la diabetes de su hijo, usted puede confeccionar un plan de alimentación para su hijo de acuerdo a sus preferencias y hábitos alimenticios.

Control de los alimentos.

Cuando usted está planificando y preparando platos para su hijo, tiene que saber lo que contiene la comida que usted le sirve. Es fácil adivinar lo que contienen algunas comidas, pero otras son más desafiantes. Ahí es donde las etiquetas de comida resultan útiles. Estas etiquetas del alimento enumeran los ingredientes, la información nutritiva y la cantidad de calorías. Los carbohidratos son lo más importante de verificar en la etiqueta, porque pueden afectar los niveles de azúcar en la sangre. Generalmente, los carbohidratos aparecen claramente en gramos en las etiquetas de comida. Hay dos formas principales de carbohidratos: azúcar y almidones.

Los tipos de azúcar incluyen la fructuosa (azúcar que se encuentra en las frutas y algunos alimentos horneados), la glucosa (el azúcar principal de nuestros cuerpos que se encuentra también en alimentos como tortas, galletas y bebidas gaseosas) y la lactosa (el azúcar de la leche y el yogurt). Las clases de almidones incluyen las verduras, tipo almidón, como papas, maíz y arvejas; granos, arroz y cereales; y finalmente, panes. El cuerpo descompone o convierte la mayoría de los carbohidratos en glucosa, la cual es absorbida por la circulación sanguínea. Mientras el nivel de glucosa sube en la sangre, el páncreas emite una hormona llamada insulina. Se necesita la insulina para trasladar la glucosa desde la sangre hacia las células, donde se puede usar como una fuente de energía.

Sea cual sea el plan específico de alimentación que el doctor recomiende a su hijo, lo importante es estar atento a los carbohidratos en las comidas, para poder aprender a balancear el consumo de carbohidratos, los niveles de actividad e insulina, y así lograr el mejor control posible de la diabetes de su hijo. Usted puede averiguar el consumo de carbohidratos de su hijo al analizar en la etiqueta el tamaño de las porciones y la cantidad de carbohidratos por cada porción, y determinar cuántas porciones consume su hijo. Aquí está un ejemplo:

  • El tamaño de la porción: 1/2 taza (120 mililitros)
  • Los carbohidratos por cada porción: 7 gramos
  • La cantidad de comida consumida: 1 taza (240 mililitros)

Los gramos de carbohidratos consumidos:

14 gramos (7 gramos por cada porción x 2 porciones) No hay una cantidad exacta de carbohidratos que su hijo debe comer. La cantidad de carbohidratos que un niño necesita por día depende de la edad, el tamaño, la meta de peso, el nivel de ejercicio, los medicamentos y otros asuntos médicos. El consumo recomendado de carbohidratos es diferente para cada niño y puede, con el mismo niño, diferir día tras día. El equipo del cuidado de la salud para la diabetes le dará a usted y a su hijo directrices para el consumo de carbohidratos como parte del plan de alimentación. Debe prestar atención especial al contenido del sodio (sal) en todas las comidas que usted sirve. El contenido de sodio también está escrito en las etiquetas.

El consumo demasiado alto de sodio está relacionado con el desarrollo de la presión alta o hipertensión. Algunos niños con diabetes tienen hipertensión, por eso quizás necesitan mantener el consumo de sodio dentro de los niveles recomendados por el médico para disminuir el riesgo de tener problemas de presión alta. Es una buena idea no exagerar con el sodio, aunque su hijo no tenga hipertensión. También es una buena idea prestar atención a la cantidad de grasa y el tipo de grasa que contiene la comida. Las grasas saturadas, el colesterol y los ácidos grasos insaturados pueden contribuir al desarrollo de las enfermedades cardíacas.

La gente con diabetes tiene un alto riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, especialmente si tienen niveles anormales de lípidos (grasas) en la sangre. Consulte con el doctor o el dietista de su hijo sobre los tipos de límites que necesite poner a la cantidad de grasas que debe consumir su hijo. Aparte de estas consideraciones, los padres deben observar las etiquetas de comida por las mismas razones para sí mismos como para otros niños. Por ejemplo, el control las calorías le ayudarán a una persona a mantener un peso saludable. También es importante asegurarse que su familia tome bastantes vitaminas, minerales, fibra y que coman una dieta bien balanceada en general.

La planificación alimenticia

El ayudar a su hijo a balancear el consumo de carbohidratos, la actividad física y la insulina, para mantener un buen control del azúcar en la sangre, comienza con una comida nutritiva la misma que todo el mundo debe comer para una buena salud. Trate de preparar cada plato con un buen balance de carbohidratos y otros nutrientes tanto para el control de la diabetes como para que la comida sea satisfactoria. Aquí están algunas cifras para alcanzar como meta en el curso del día:

  • Alrededor del 10% al 20% de las calorías que consume su hijo deben venir de la proteína. Trate de seleccionar carnes magras como pollo o carne.
  • Aproximadamente del 25% al 30% de las calorías deben venir de la grasa. Trate de evitar comidas con muchas grasas saturadas y los ácidos grasos insaturados (o que su hijo solamente las coma con moderación).
  • Alrededor del 50% al 60% de las calorías que consume su hijo deben venir de los carbohidratos. Estimule a su hijo para que coma muchas verduras anaranjadas y verdes cada día como zanahorias y brócoli. Escojan entre el arroz negro o camotes en lugar de arroz blanco y las papas regulares. Usted y su hijo aprenderán las directrices para la planificación alimenticia del equipo del cuidado de la salud para la diabetes. La planificación se basará en las comidas que su hijo normalmente come. Quizás los médicos les pida a usted y a su hijo que mantengan un registro detallado de las comidas por 3 días para tener una buena idea sobre las comidas que le gusta comer a él y las cantidades de comida que está acostumbrado a comer. El equipo del cuidado de la salud para la diabetes puede recomendarle otras pautas para la planificación alimenticia, de acuerdo con las necesidades nutritivas e individuales de su hijo. Por ejemplo, si él tiene la meta de perder peso, entonces el doctor o el dietista se enfocarán en controlar de cerca el consumo de las calorías.

Tres enfoques comunes para la planificación alimenticia

Aunque cada niño con diabetes tendrá una seria de necesidades distintas y un plan individualizado de comida, para acomodarse a esas necesidades, usualmente se usan tres tipos de planes de alimentación: el plan de intercambio, el plan de carbohidratos constantes y el plan de recuento de carbohidratos. Algunas personas con diabetes, especialmente aquellas que recién han contraído la enfermedad, usan un programa para balancear la comida llamado el intercambio de alimentos, para dirigir lo que comen cada día. Para este plan de alimentación, típicamente se divide la comida en seis grupos: almidón, fruta, leche, grasa, verdura y carne. El plan asigna un tamaño de porción para consumir en cada grupo y cada porción cuenta con una cantidad similar de calorías, proteínas, carbohidratos y grasa.

Esto permite la flexibilidad en la planificación de la comida mediante el intercambio o la sustitución, con las opciones de las listas de comidas de similar contenido nutritivo. El número de intercambios (porciones) de cada grupo alimenticio recomendado para cada plato y merienda, se basa en el número total de calorías que la persona necesita a diario. El equipo del cuidado de la salud para la diabetes de su hijo le puede proveer una lista de intercambio, que también está disponible en la Asociación Americana de la Diabetes (ADA). Este plan de alimentación es particularmente útil para la gente diabética con sobrepeso o para otros que necesitan prestar atención a la cantidad de calorías y nutrientes que consumen cada día. También, los dos enfoques restantes de la planificación alimenticia se basan en consumir una dieta balanceada. Pero estos dos planes se enfocan en igualar la cantidad de insulina o medicamentos diabéticos que la persona toma con la cantidad de carbohidratos que consume. Con un plan de alimentación constante de carbohidratos, la persona come cantidades fijas de carbohidratos en cada plato o refrigerio.

Luego, cada día, él o ella toma la insulina u otros medicamentos diabéticos en horas y cantidades constantes para controlar los ascensos del azúcar en la sangre que ocurren con las comidas. Aunque le falta flexibilidad, este plan tiene la ventaja de ser fácil de seguir para la gente que tiene niveles constantes del consumo de comida y actividad física día tras día. Otra opción es un plan de recuento de carbohidratos. Ahora, mucha gente con diabetes cuenta los carbohidratos (carbs) de las comidas que comen en cada plato o refrigerio. Entonces, igualan su dosis de insulina con la cantidad de los carbohidratos. Este plan es más útil para la gente que mantiene su diabetes tomando una dosis de insulina (mediante una inyección o una bomba de insulina) con cada comida. Esta técnica puede ayudar a alcanzar mejor el control de los niveles de azúcar en la sangre y al mismo tiempo controlar la diabetes. También, permite más flexibilidad, porque la persona toma su insulina con las comidas, pero no a la misma hora cada día.

Herramientas útiles

El mantener un registro escrito de lo que su hijo come puede ayudarle a usted y al equipo de diabetes a crear y cambiar el plan dietético de su hijo cuando sea necesario. Usted puede continuar manteniendo un registro de glucosa sanguínea del consumo de carbohidratos de su hijo junto a los resultados del azúcar en la sangre para ver cómo se están equilibrando la comida y la insulina. Los niños pueden anotarlo cuando están en la escuela o lejos de la casa. Si usted necesita regular las cantidades de insulina, este registro escrito le puede ayudar a entender por qué y a decidir cuándo y a qué hora su hijo debe tener su nueva dosis. También, puede ayudarle a planificar si usted tiene referencias rápidas a mano, como una tabla de porciones de varias comidas y la cantidad de carbohidratos que contienen. El equipo del cuidado de la salud para la diabetes o el nutricionista de su hijo pueden proveerle esta información, además la ADA lo ofrece también.

Si a veces usted se siente perdido mientras planifica comidas bien balanceadas y nutritivas, la inspiración nunca está lejos. Los libros de cocina y las páginas de recetas del Internet ofrecen muchas sugerencias de comidas saludables las cuales usted puede preparar fácil y rápidamente. Con el conocimiento de la diabetes y las herramientas correctas, usted estará preparado para ayudar a su hijo a comer bien para una buena salud.
La diabetes es una enfermedad en la cual se encuentra reducida o no existe la secreción de insulina por parte del páncreas. De acuerdo a esta situación se puede decir que existen dos tipos de diabetes:

  • Diabetes tipo I o insulino dependiente, en la cual el páncreas se encuentra totalmente agotado por lo tanto no puede producir insulina. Su origen generalmente es hereditario. La población más afectada son niños y jóvenes. Para su tratamiento a base de medicamentos, es necesaria la aplicación de insulina en forma directa al torrente sanguíneo.
  • Diabetes tipo II o insulino independiente, se produce cuando el páncreas secreta poca insulina. Se da generalmente en personas mayores de 40 años, aunque debido al aumento de la obesidad en niños y en jóvenes, la cantidad de diabéticos insulino no dependientes en edades más tempranas está creciendo. Su tratamiento farmacológico es a base de hipoglucemiantes orales. La alimentación para niños diabéticos es muy importante, ya que es uno de los pilares del tratamiento para controlar la diabetes.

Objetivo de la dieta para la diabetes infantil

Suministrar una dieta equilibrada y adecuada con nutrientes esenciales *(proteínas, hidratos, grasas, vitaminas y minerales).

  • La dieta debe ser flexible ya que las necesidades de los niños cambian debido al crecimiento.
  • Realizar una dieta que se adapte a toda la familia.
  • Asegurar el buen crecimiento ponderal del niño.
  • Aportar una dieta de escaso contenido en azúcares simples.
  • Aportar una dieta baja en grasas saturadas y colesterol.

La distribución calórica debe ser

  • Proteínas: 20%
  • Grasas: 30%
  • Hidratos de carbono: 50% (20% hidratos de carbono simples, 30% de hidratos de carbono complejos)

Hidratos de carbono simples: Son aquellos azúcares que se absorben en forma rápida y directa, tales como sacarosa, glucosa, frutosa. Hidratos de carbono complejos: Son aquellos que se absorben en forma lenta, permitiendo controlar los niveles de glucemia, tales como cereales. Proteínas: Deben ser de buena calidad para asegurar el buen crecimiento y desarrollo del niño. Grasas: Según los diferentes estudios se ha demostrado que un gran porcentaje de diabéticos pueden desarrollar una futura cardiopatía, por ello es necesario realizar una selección de grasas, para evitar una hipercolesterolemia, el cual sería un factor de riesgo muy importante. Teniendo en cuenta esta situación la dieta debes ser rica en ácidos grasos poliinsaturados omega 3, omega 6 y baja en grasas saturadas.

La alimentación para niños diabéticos es un pilar dentro del tratamiento global, para lo cual es imprescindible tomar conciencia no sólo del presente, sino de la calidad de vida futura de ese niño. Aunque no es posible la curación de esta enfermedad, tener un hijo diabético no debe tomarse como una tragedia. Los padres tienen en sus manos la posibilidad de controlarla para que el niño haga una vida normal.

La diabetes es una situación que se caracteriza por un aumento de los niveles de azúcar en la sangre, debido a la ausencia o el defecto de la producción de una hormona vital para metabolizar la glucosa ingerida con los alimentos, la insulina. Esta hormona, indispensable en nuestro organismo, se produce en unas células especiales situadas en el páncreas, llamadas Islotes pancreáticos. Desde aquí se vierte la Insulina en la sangre para ser repartida por todo el cuerpo. En las personas no diabéticas, la insulina se encarga de abrir la entrada del azúcar en las células, donde se metaboliza para producir la energía necesaria para el buen funcionamiento del organismo.

Pero en el caso de los niños diabéticos, como en los adultos, el páncreas no produce insulina o lo hace de forma anormal. Ello dificulta la entrada de la glucosa en la sangre y provoca una elevación de sus niveles, en la misma que ha de eliminarse por la orina. Así mismo, esta falta de insulina hace que las células recurran a las grasas y a las proteínas para obtener de ellas el combustible que necesitan, lo que ocasiona una acumulación de desechos tóxicos.

Como consecuencia de todo esto, el organismo no produce la energía suficiente para realizar sus funciones con normalidad, lo que produce, a su vez, el aumento en la cantidad de orina, un adelgazamiento, por quemar demasiadas grasas, el apetito desmedido y la necesidad de beber mucho líquido.

En los niños, la diabetes tiene una característica fundamental: pasan con mucha facilidad de tener los niveles de glucosa muy altos a tenerlos muy bajos, con el peligro que esto conlleva.

Pese a que la mayoría de los niños diabéticos no padecen molestia alguna, esta alteración puede, a medio o largo plazo, conducir a complicaciones muy serias. Si no se trata debidamente (trastornos circulatorios graves, ceguera o alteraciones renales). Pero todas ellas pueden evitarse en su mayoría con un cuidado adecuado y un estricto control de la diabetes.

Como un niño más

Para que un niño diabético crezca y se integre, los padres deben tener muy claros algunos aspectos:

  • No esconder nunca la diabetes
  • La vigilancia excesiva contraproducente.
  • Continuar con la vida en pareja; la entrega total al diabético no es necesaria.
  • Ayudar siempre a que siga el mismo ritmo de vida.
  • No estar continuamente hablando sobre el asunto.
  • Evitar la sobreprotección, abandono o aislamiento.
  • No hay que tener sentimiento de culpa.
  • Comprender los cambios de carácter del niño por pensar en su enfermedad, o por las características del tratamiento.
  • El niño diabético crece como los demás. Lograr un buen control significa mantener los niveles de azúcar en la sangre próximos a lo normal. Para ello es necesario, además de una buena atención médica, la toma de conciencia y la estrecha colaboración de los padres, adoptando precauciones en la alimentación y administrando puntualmente los medicamentos al niño.

¿Cómo se sabe que un niño es diabético?

La diabetes se detecta fácilmente por la presencia de glucosa en la orina y por su tasa elevada en la Sangre tras unos análisis. Los síntomas que antes han sido enumerados hacen pensar en la posibilidad de que el niño sea diabético, por lo que hay que llevarle inmediatamente al médico, que diagnosticará si existe la enfermedad. Existe una primera fase, la prediabética, en la que no puede asegurarse que el niño tenga diabetes. Si alguno de los padres es diabético o existen antecedentes en la familia, hay que señalar este hecho al médico y vigilar por si aparecen los síntomas. Aunque el niño no presente alteraciones metabólicas ni síntomas diabéticos, la prediabetes es una situación que se ve favorecida:

  • Por una acusada herencia diabética, sobre todo.
  • Cuando se es gemelo univetelino de un diabético.
  • En la madre de un feto con peso superior al normal y antecedentes familiares.
  • Por otro lado, el embarazo, la obesidad, las infecciones, el estrés y los tratamientos con Cortisona son factores de riesgo para que la prediabetes evolucione a diabetes. Pero la situación de prediabetes puede durar toda la vida sin llegar a hacerse evidente.

Algunas verdades sobre la diabetes

  • Es una enfermedad hereditaria.
  • La dieta no consiste en que el niño no coma dulces.
  • Son Igual de graves la hipoglucemia y la hiperglucemia.
  • Aunque disminuya el apetito, la Insulina sigue siendo necesaria.
  • Es un error cambiar de vida si su hijo padece diabetes.
  • No te salte su dieta pensando que por una vez no pasa nada.
  • La Insulina no provoca ceguera ni una droga que produce adicción, es una hormona.
  • La necesidad de dosis más altas de Insulina no Implica una mayor gravedad.
  • Los productos para diabéticos no se pueden tomar libremente.
  • No puede administrarse por boca, ya que se destruye en el estómago y no tiene efecto.
  • Las complicaciones no son producidas por la Insulina, sino por un mal control de la enfermedad o la trasgresión del tratamiento.
  • La Inyección no debe ser suprimida en ningún caso.
  • Es falso que el control de la diabetes sea mejor cuanta más Insulina se administre.

Tratamiento y control

El control de la diabetes se basa fundamentalmente en aportar al cuerpo la insulina que necesita y vigilar los niveles de glucosa a través de la dieta. La visita al especialista es obligada cada tres meses, éste estudiará en cada revisión la evolución del peso, altura, alimentación, el exceso de grasas, y analizará el nivel de glucosa. Los padres de un niño diabético deben aprender a inyectar la insulina por vía subcutánea (bajo la piel), pero es el médico el que determina la dosis y la clase, pues hay varios tipos.

Existen dos tipos principales de insulina:

  • De acción retardada, que tiene un aspecto lechoso y turbio, cuyos efectos duran como máximo de 22 a 24 horas. Se utiliza como tratamiento de mantenimiento.
  • De acción rápida, con un aspecto claro y cuyo efecto dura de cuatro a seis horas. Se utiliza en la hiperglicemia.
  • Las inyecciones de insulina deben cumplir con un horario fijo, de forma que la acción más intensa de la hormona coincida con las, comidas más abundantes del día. Con ellas se trata de lograr un equilibrio que disminuya el azúcar de la sangre y de la orina.
  • Hay que procurar no aplicar la insulina siempre en el mismo sitio, ya que el tejido celular subcutáneo se atrofia. El lugar del Pinchazo debe cambiarse en 14 partes (4 en cada pierna y 3 en cada brazo), separados entre sí 2,5 centímetros. La insulina se inyecta mediante sistemas especialmente diseñados para ello y su esterilización debe ser estricta. Normalmente se utiliza una jeringuilla convencional una jeringuilla Pre-cargada o una pluma especial.

Los padres también deben analizar diariamente la orina para controlar el nivel de glucosa. Existen reactivos especiales que facilitan esta tarea y que el médico recomendará. Para que el control sea completo y no se escape ningún detalle, conviene anotar cuidadosamente los resultados de los análisis, las diferentes reacciones del niño, si padece cualquier tipo de infección o enfermedad. Todo ello facilitará la labor del médico.

La dieta adecuada

La alimentación de un niño diabético debe diferenciarse poco de la de los niños sanos. No deben ser comidas abundantes y conviene que estén bien repartidas. Cuando el niño ya coma alimento sólido se le dará un agregado por la mañana a base de leche, galletas, queso o fruta; luego la comida, una pequeña once, la cena y un vaso de leche al acostarse. La fruta, la verdura y la leche constituyen el mejor aporte a la dieta de un niño diabético. Una diabetes bien tratada facilita que el desarrollo del niño sea completamente normal. La ayuda de los padres es esencial para que crezca sin complejos.

La ruptura del equilibrio de azúcar

Un niño diabético bien controlado mantiene una situación de equilibrio de sus cifras de azúcar en la sangre (glucemia) en torno a lo normal. Pero con facilidad y por diversas causas, el diabético puede caer en cifras demasiado bajas (hipoglicemia) o alcanzar otras excesivamente altas (hiperglicemia). En ambos casos es necesario que los padres apoyen y controlen a su hijo, sepan qué hacer de antemano (consultando al especialista) y mantengan la calma en todo momento. Conviene saberse el teléfono de urgencias de memoria.

Hipoglicemia

El bajón de azúcar es más frecuente en niños a los que se pone insulina, aunque también puede darse en los casos en que se suministran pastillas. Los síntomas se presentan de Inmediato.

Causas de la hipoglicemia

  • Dosis demasiado altas de insulina o pastillas.
  • Aumento excesivo del ejercicio físico.
  • Suspensión o disminución de una de las comidas del día, frecuentemente de las Intermedias.
  • La combinación de varias o todas las causas.

Síntomas de la hipoglicemia:

  • Sudar frío y, por lo general, abundante.
  • Al principio, temblor en las manos que puede extenderse al resto del cuerpo.
  • Ansiedad, el niño se muestra muy inquieto y no se comporta con normalidad.
  • Llanto continuo por un hambre intensa. Somnolencia, coma en los casos más graves.

Hiperglicemia:

Una subida del nivel de azúcar en la sangre que dure poco tiempo no produce ninguna molestia. Los síntomas de la hiperglicemia nunca se presentan bruscamente, se hacen más evidentes en días o semanas.

Posibles causas de la hiperglicemia:

  • Exceso de comida, en especial si contiene importantes cantidades de azúcares; o la falta de Insulina por olvido o por utilizar una dosis incorrecta. Estas causas pueden no originar síntomas, dado que el aumento de azúcar es de corta duración.
  • Medicamentos como los corticoides, enfermedades añadidas (sobre todo las que aparecen con fiebre) y situaciones especiales como operaciones o accidentes. En estos casos el aumento del azúcar es más prolongado y da lugar a los siguientes síntomas:
  • Poliuria: orinar frecuentemente y mucha cantidad. El niño se hace pis durante la noche.
  • Polidipsia: tu hijo tiene mucha sed, adelgazamiento, astenia.
  • En los casos graves, pérdida de la conciencia y coma.

Referencia.