Falofobia
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Falofobia. Se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a la erección del pene.
Falofobia
La Falofobia es la aversión y rechazo al pene, y no se vincula con el abuso sexual. Incluso las palabras pueden parecer desagradables para algunos. A pesar de que pueda creerse que se vincula con alguna situación de abuso o violencia sexual, tanto en edades tempranas como en la adultez, lo cierto es que su origen es todo un misterio para la Psicología.
Causas
El miedo puede estar conectado a un temor latente de perder el control, dado que la erección del pene no se puede controlar fácilmente. Al principio, es común imaginar que eso pasa con una mujer que tuvo traumas o sufrió alguna violencia sexual. Así, desarrolla aversión al pene. Pero no en todos los casos se da por esta razón.
La falofobia, por lo tanto, no tiene como base una simple relación de causa y efecto. La fobia sexual también sucede por evitar y sentir aversión a tener sexo con la pareja, situación en que están presentes sentimientos de repulsión, ansiedad y miedo. El problema no está sólo conectado a la relación: la persona puede tener miedo de mirar el pene (erecto o no), llegar cerca, imaginar o hacer sexo oral.
Síntomas
La persona falofóbica, al enfrentarse con el miembro viril, o con una imagen del mismo, comienza a experimentar una serie de síntomas de malestar. Es así como puede sudar copiosamente, sentir ansiedad, taquicardias, temblores en todo el cuerpo e incluso llegar a la pérdida del conocimiento. Esos síntomas son comunes en las crisis de pánico. Es factible que se dé tanto en hombres como en mujeres.
Tratamiento
Entre las formas de tratar el problema, está la terapia cognitiva de comportamiento, cuyas técnicas generalmente son usadas en los tratamientos de todas las fobias. En la desensibilización, se verifica por escala el límite de ansiedad de la persona, hasta donde da cuenta. O sea, son presentadas situaciones para ir aprendiendo a lidiar hasta llegar al tope. Por ejemplo, en la escala de 1 al 10 son colocadas las situaciones más tranquilas para trabajarse primero con el paciente. Él aprende a superarlas y, cuando llegan a las más complicadas, será más fácil lidiarlas.
En las fobias sexuales, Carolina señaló que también se trabaja con la historia de vida de las personas, su sexualidad y sus expectativas.
Exactamente por entrar en el ámbito de la educación, de los valores y de la cultura de cada uno, la fobia sexual es más difícil de ser tratada, pues encuentra resistencia del paciente en hablar sobre el asunto. Si el paciente, sin embargo, tiene dificultad para hablar, es preciso trabajar eso antes, para que él se suelte y hable, y sólo después tratar la fobia.
Véase también
Fuentes
- Fobias. Consultado el 19 de febrero de 2014
- Fobia sexuales. Consultado el 19 de febrero de 2014
- Falofobia. Consultado el 19 de febrero de 2014
- Miedos. Consultado el 19 de febrero de 2014