Héctor Vinent

Plantilla:Personaje deportivo

Biografía

(Santiago de Cuba, 22 de julio de 1972)

Cuando este peleador zurdo debutó en los Juegos Escolares Nacionales de 1984 apenas contaba 12 años de edad, pues nació en el poblado santiaguero de ALto Songo.

Desde ese momento siempre llamó la atención de los seguidores del deporte de los puños por la precisión en las combinaciones y la singular habilidad en el desarrollo de la esquiva.

Cinco años más tarde ganó el derecho a participar en la quinta edición del Campeonato Mundial Juvenil de Boxeo, con sede en Bayamón, Puerto rico (1989), y allí alcanzó la medalla de bronce.

La celebración de otro certamen mundialista en Lima, Perú (1990), le permitió asistir nuevamente como representante en la División de 63,5 kg., pero esta vez conquistó la presea dorada al imponerse por decisión ante el estadounidense Steve Johnson.

Aunque nadie ponía en dudas que Héctor Vinent era uno de los prospectos con mayores perspectivas, su ingreso a la preselección nacional se produjo en 1991 y debió esperar con paciencia que los miembros del colectivo técnico lo consideraran listo para sustituir al guantanamero Candelario Duvergel.

Duvergel fue el preferido a la hora de integrar el equipo a los Juegos Deportivos Panamericanos, Ciudad de la Habana (1991), y en la primera salida al cuadrilátero cayó por RSCH en el tercer asalto contra el desconocido pugilista guyanés Andrew Lewis.

La merecida oportunidad por fin llegó al incluirlo entre los 12 criollos participantes en los Juegos Olímpicos de Barcelona. El público catalán lo vio disertar desde el primer combate frente al colombiano Edwin Cassiani, a quien vapuleó de lo lindo en decisión 27-4.

Su gran prueba de fuego quizá quedó anticipada por los caprichos del sorteo y cruzó guantes en la segunda presentación ante el experimentado alemán Andreas Zuelow. La victoria de Vinent no dejó margen a los comentarios al recibir veredicto de 14-2, luego de trabajar en la distancia con relampagueantes entradas y salidas para golpear los puntos vulnerables del contrario.

Otro europeo, ahora Oleg Nikolaev, yugoslavo identificado en esta competencia bajo la sigla EUN (Estados Unificados), resultó la siguiente víctima al perder 26-3. Vinent estaba colado en el medallero y al responder una pregunta sobre sus posibilidades de triunfar en la final apuntó: "Hasta la medalla de oro no paro".

Y así fue... Un finés nombrado Jyri Kjal pagó los platos rotos en el incontenible ascenso del criollo y debió conformarse con la medalla de bronce al perder 13-3.

En la cartelera del cierre tuvo delante al canadiense Marc Leduc, peleador de fuerte complexión física e incesante fajador. Sin embargo, el santiaguero tenía una seria aspiración y lo barrió 11-1.

En los cinco combates celebrados Héctor Vinent marcó en total 91 golpes de puntuación y recibió 13, o lo que es lo mismo, pegó en proporción de 7 a 1.

Antes de intervenir en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996) acumuló una importante racha de triunfos, entre ellos la doble condición de campeón mundial en Tampere, Finlandia (1993) y Berlín, Alemania (1995).

A lo largo de todo el ciclo olímpico sólo perdió por decisión 13-7 con el argentino Walter Crucce, en la discusión del título en los Juegps Panamericanos de Mar del Plata, Argentina (1995).

La victoria de Crucce, única medalla dorada de los púgiles anfitriones, lo proclamó ídolo de la región y saltó al profesionalismo sin esperar los Juegos de Atlanta.
En modo alguno el mencionado revés afectó a Vinent, quien fue el primero en reconocer que equivocó el plan táctico del combate al preferir la pelea en la corta distancia. La mejor evidencia de lo planteado salta a la vista como integrante del equipo a la versión olímpica estadounidense.

Nuevamente Héctor Vinent derrochó clase por arrobas, aunque en esta ocasión vale decir que sus adversarios presentaron una mayor oposición, salvo el primer éxito por RSC en el segundo sobre el coreano Han Hyung-Min y tal vez la fácil decisión 23-1 contra el turco Suleymanoglu.

Por ejemplo, el ruso Edward Zakharov peleó de tú a tú antes de caer 15-7, algo similar hizo contra el kazajo Bolat Niyazymbetov (23-6) y el más difícil de todos fue el alemán Oklav Urical, peleador que vendió cara la derrota por el título con veredicto de 20-13.

Tomado de http://www.radiorebelde.cu/beijing/monarcas/boxeo-monarcas.html#hectorvinentcaron