Histiocitosis hemofagocítica reactiva

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Histiocitosis hemofagocítica reactiva
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Consiste en una proliferación exagerada de histiocitos en la médula ósea, los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado u otros órganos.

Histiocitosis hemofagocítica reactiva. Consiste en una proliferación exagerada de histiocitos en la médula ósea, los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado u otros órganos. Cursa con intensa hemofagocitosis, lo que provoca pancitopenia. Es importante reconocer que se trata de una proliferación reactiva de histiocitos maduros con capacidad hemofagocítica y no se debe confundir con una histiocitosis maligna.

Etiología y patogenia

Las primeras descripciones de este síndrome se refirieron exclusivamente a histiocitosis hemofagocítica asociada a infecciones víricas. De ahí su denominación impropia de histiocitosis hemofagocítica asociada a virus. Luego se comprobó que también podía asociarse a infecciones por bacterias (tuberculosis, brucelosis, lepra, sífilis), hongos (histoplasmosis, criptococosis, candidiasis), parásitos (paludismo, toxoplasmosis, leishmaniasis, esquistosomiasis) y rickettsias, así como, en ocasiones, a neoplasias como leucemias (sobre todo leucemia aguda linfoblástica), linfomas (linfomas T periféricos, enfermedad de Hodgkin), síndromes mielodisplásicos y carcinomas. Los virus que se asocian con mayor frecuencia a este síndrome son los de Epstein-Barr (el más frecuente), herpes simple, varicela-zoster, virus herpes tipo 6, citomegalovirus, adenovirus, parvovirus y el HIV.

Existe una histiocitosis reactiva de base hereditaria que es la forma hemofagocítica del síndrome linfoproliferativo ligado al cromosoma X (síndrome de Purtilo). Este síndrome se caracteriza por una inmunodeficiencia heredada específica frente a las infecciones por el virus de Epstein-Barr. Al producirse la citada infección, algunos de estos pacientes presentan una intensa histiocitosis hemofagocítica reactiva. En los casos asociados a neoplasias esta entidad puede observarse, bien al inicio del tratamiento o durante las complicaciones infecciosas secundarias al mismo, o bien puede enmascarar el diagnóstico de la neoplasia (como se ha observado en linfomas, sobre todo angiocéntricos, anaplásicos y T periféricos o natural killer).

Anatomía patológica

En los órganos afectos, sobre todo la médula ósea, hígado, bazo y ganglios linfáticos, existe una infiltración por histiocitos de aspecto reactivo, con hemofagocitosis muy marcada. En los ganglios linfáticos y el bazo hay atrofia de los centros germinales.

Cuadro clínico y datos de laboratorio

El comienzo es relativamente agudo, aunque en casos asociados a virasis puede haber un período prodrómico de 2-6 semanas. Cursa con fiebre, afección del estado general, hepatosplenomegalia, adenopatías y pancitopenia de intensidad variable. A veces puede observarse erupción cutánea. Existe pancitopenia de grado variable. Las transaminasas, bilirrubina, LDH y triglicéridos se hallan elevados. A veces se constata marcada hiperferritinemia. Es frecuente la hipofibrinogenemia y en algunos casos puede constatarse CID.

Diagnóstico diferencial

Debe efectuarse sobre todo con la histiocitosis hemofagocítica familiar, ya que comparten muchas de las características clínico-biológicas. Este diagnóstico es a veces difícil, ya que en esta última entidad el cuadro clínico puede ser indistinguible, a veces hay una infección asociada y al ser de herencia autosómica recesiva, pueden faltar los antecedentes familiares.

Pronóstico

El cuadro clínico puede ser grave y en los casos secundarios a infecciones víricas la mortalidad puede alcanzar el 30-40%, sobre todo en niños de edad inferior a 3 años. Los casos secundarios a infección bacteriana suelen evolucionar favorablemente con el tratamiento de la infección. En los casos asociados a neoplasia la evolución está mediatizada por el tipo de neoplasia, la respuesta al tratamiento y el hecho de que la histiocitosis hemofagocítica esté desencadenada o no por una infección intercurrente.

Tratamiento

Es el de la causa desencadenante. En ciertas infecciones víricas puede emplearse el aciclovir. Si la histiocitosis ocurre cuando se administran agentes inmunodepresores debe disminuirse la dosis de estos fármacos. El tratamiento con citostáticos puede propiciar una evolución letal, aunque en algunos casos graves se ha observado respuesta con el etopósido. También se han observado respuestas con el empleo de inmunoglobulinas intravenosas.

Fuentes

  • Ciril Ferreras Rozman, Medicina Interna, Ediciones Harcourt, 14 Edición, 2000.
  • Escribano L, Orfao A, Díaz Agustín B, Villarrubia J, Cerveró C, López A et al. Indolent systemic mast cell disease in adults. Immunophenotypic characterization and its diagnostic implications. Blood 1997; 91:2731-2736.
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  • Golkar L, Bernhard JD. Mastocytosis. Lancet 1997; 349:1379-1385.
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