Historia del Arte

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Historia del Arte.

Arte prehistórico

Paleolítico

Archivo:Cuevaaltamira.jpg
Muestra de Arte Paleolítico en Cueva de Altamira

El Paleolítico es un periodo de tiempo muy amplio que abarca desde los 500.000 años hasta hace unos 30.000 años aproximadamente y que se suele dividir en varias etapas (Superior, Medio e Inferior). Habitualmente se habla de él con el nombre genérico de Edad de Piedra, ya que la mayor parte de los restos encontrados son de este material. Se suele utilizar el término de arte rupestre como sinónimo de arte paleolítico porque la gran mayoría de los restos se han hallado en cuevas o grutas (bien sea en yacimientos en el interior o en las paredes), pero ni todo el arte rupestre pertenece a ese periodo ni todo lo que se hizo en el Paleolítico procede de las cavernas.

Uno de los restos de arte prehistórico más significativos son las representaciones de arte parietal, de las cuales son ejemplos los hallazgos encontrados en Altamira y en las cuevas de la Dordoña francesa, como Lascaux, pertenecientes ambas a la escuela franco-cantábrica. Solían hacerse en lo más profundo de las cuevas y entre los temas favoritos se hallan las imágenes de animales, como mamuts o uros y otros reconocibles en la actualidad, como bisontes, caballos, gacelas, osos, ciervos o toros de asombroso realismo, bien plasmados en grupo o de manera individual. En ocasiones se incluían signos como manos impresas a modo de tampón o contorneadas, símbolos abstractos o figuras humanas en escenas de caza o lucha en las que está siempre ausente el paisaje pero que en cambio tienen un movimiento y una naturalidad sorprendentes...

Entre las técnicas más habituales con las que se ejecutaban las imágenes está la pintura, llevaba a cabo a base de pigmentos naturales como el ocre, el carbón o el manganeso que daban lugar a colorantes de tonos rojizos, negros o amarillentos) disueltos en grasa animal, que podían aplicarse con los dedos o con ramas y fibras a modo de pincel. Las hay solamente perfiladas o con el interior decorado simulando volumen, y resulta característico que las siluetas siempre aparezcan de perfil. Sin embargo también se hallan relieves y grabados, de hecho se encuentran pinturas que han aprovechado resaltes y abultamientos en la roca para conferir tridimensionalidad a la figura.

Existen muchas teorías que tratan de explicar el significado de este tipo de representaciones, pero la más difundida es que defiende que su función era propiciar la caza; sin embargo también puede asociarse con un significado religioso o con una forma de transmitir ritos y leyendas. Además del parietal el hombre del Paleolítico desarrolla otras manifestaciones de su arte en forma de objetos rituales decorados, adornos personales, pequeñas esculturas de animales o estatuillas femeninas como la conocida Venus de Willendorf o la de Laussel, con los atributos sexuales y las formas femeninas (senos, caderas, glúteos) muy resaltados como símbolos de fecundidad, pero con el rostro apenas esbozado. La estratigrafía asociada a estos restos resulta además sumamente útil a la hora de datar el arte parietal.

Neolítico

Este período se extiende en líneas generales desde el año 7000 hasta el 2000 antes de Cristo, aunque esta cronología varía mucho dependiendo de las zonas. Su inicio se ha hecho coincidir con el momento en que el hombre prehistórico comienza a abandonar su antigua forma de vida nómada y cazadora para asentarse en torno a un modo de subsistencia sedentario centrado en la agricultura y la ganadería. La cerámica cobra una gran importancia durante el Neolítico ya que los grupos sedentarios necesitan de mayor cantidad de recipientes para almacenar los alimentos. Aunque no presentan formas excesivamente complejas, son vasijas muy funcionales, con decoración geométrica a base de líneas, triángulos o círculos, que adoptan variadas tipologías y cuya técnica deriva de la cestería. Se realizan a mano, ya que el torno sólo se empezaría a utilizar en la época de los metales, y se dejan secar sin cocerlas en el horno.

Uno de los ejemplos más representativos se encuentra en España, con la cerámica perteneciente a la llamada Cultura del Vaso Campaniforme, que llegará a extenderse por el resto de Europa. También es muy representativa de este período la conocida como cerámica cardial, por estar decorada con dibujos realizados mediante la concha de un molusco llamado cardium edule. Junto a la cerámica, en las sociedades sedentarias comienzan a destacar otras actividades hasta entonces desconocidas como la elaboración de tejidos y el pulimento de la piedra. Ésta última, haciendo uso de piedras más duras, permite la fabricación de herramientas mejores y más eficaces, como hachas y utensilios agrarios, y es de hecho este fenómeno el que da nombre al periodo neolítico (etimológicamente significa "piedra nueva").

Hay una gran producción de estatuillas y relieves asociados a dicho culto. Generalmente son figuras con formas femeninas, algunas embarazadas o con atributos como aves o serpientes y decoradas con zig-zags y líneas onduladas que se cree tenían la finalidad de propiciar las buenas cosechas. Además, derivado de la necesidad de conocer más exactamente la naturaleza para sacar más rendimiento al nuevo modo de vida basado en la tierra, surge un interés por la naturaleza que da lugar a un incipiente desarrollo de la ciencia. Los calendarios y las mediciones astronómicas son el resultado, y de hecho, algunas de las construcciones de aquellos tiempos que han llegado hasta nosotros se han interpretado como observatorios y lugares para realizar mediciones celestes.

El final del Neolítico vendría marcado por un nuevo avance tecnológico: el descubrimiento de las propiedades químicas de los metales y su utilización para crear herramientas. Llegaría así la edad de Bronce, y con ella, el paso que llevaría a nuestros antepasados a dejar la Prehistoria para adentrarse en la Historia. Pero si tenemos que destacar una manifestación característica del periodo neolítico, esta es sin duda el fenómeno del megalitismo, construcciones realizadas con piedras de gran tamaño que se cree tenían una finalidad funeraria (el término procede de las palabras griegas mega grande y lithos, piedra. Son las primeras construcciones del hombre prehistórico que han llegado hasta nosotros gracias a que se protegían con capas de tierra y piedras formando túmulos.

Se pueden distinguir varios tipos de monumentos: los menhires o enormes piedras clavadas verticalmente, los dólmenes que son estructuras formadas por varios mehires rematados por otras grandes losas horizontales o los cromlech, círculos formados por varias de los elementos anteriores cuyo ejemplo más representativo es Stonehenge. Sin embargo existen otras formas como alineamientos, taulas, navetas, etc. Los sepulcros megalíticos solían tener una cámara sepulcral en la que se depositaban los restos humanos (generalmente inhumaciones individuales sucesivas). Podían presentar galerías o corredores y se hacía uso de la mampostería para levantar falsas cúpulas. Además existían tumbas en forma de cistas e incluso cuevas artificiales.

La pintura se caracteriza por su esquematismo y por su marcado carácter simbólico. A diferencia de lo que sucedía con el arte parietal paleolítico, el de esta etapa ya no suele representarse en el fondo de oscuras cavernas sino más cerca de la entrada de las cuevas o incluso fuera de ellas, al aire libre, como parte de la decoración de estructuras arquitectónicas o de esculturas. Los colores usados siguen siendo los mismos, sin embargo ahora la figura humana está más presente que antes, siempre representada de una manera muy esquemática y generalmente formando escenas que pueden ser de caza, domésticas, etc. y que en ocasiones incluyen símbolos solares, estrellas o elementos de la naturaleza, así como otros asociados al poder o a la fecundidad. Las representaciones de animales sufren también un proceso de abstracción aunque, como siempre, la evolución no es la misma en todas las áreas.

Talayots baleáricos

El fenómeno del megalitismo se extendió por Europa hacia el año 3000 antes de Cristo. Dólmenes, mehires, cromlech, alineamientos, etc. eran construcciones realizadas a base de gigantescas rocas que por su majestuosidad se han convertido quizá en los símbolos más característicos del periodo neolítico. Estas edificaciones proliferaron también a la Península Ibérica y llegaron a las Islas Baleares, pero allí se desarrollaron con unas características muy particulares. La influencia de la cultura del Vaso Campaniforme y de otros pueblos megalíticos mediterráneos serán otros factores que contribuyan a originar lo que se conoce por Cultura talayótica, en referencia a los llamados talayots (aumentativo de atalaya), los monumentos más emblemáticos de la antigüedad de las islas.

Al principio los monumentos consistían en túmulos escalonados, pero a medida que avanza la Edad de bronce empiezan a construirse un gran número de torres troncocónicas realizadas todas ellas a base de enormes piedras ciclópeas, colocadas horizontalmente formando un talud, pero cuyas tipologías difieren entre Mallorca y Menorca. Será esta la etapa del apogeo de la cultura de los talayots, y de ella se conservan más de quinientos entre ambas islas, como el de Sa Clova d'es Xot, uno de los ejemplos más bellos y mejor conservados. Las tipologías de talayots son variadas y, aunque los más abundantes son los de planta circular, también se ha hallado de formas rectangulares o cuadrados. Suelen tener una o varias cámaras en su interior, y en función de la distribución de éstas, se han establecido varias categorías. Algunos alcanzan hasta nueve metros de altura, con columnas centrales para sostener los pisos superiores.

La función que tenían estas construcciones no está claramente definida. En algunos casos parece que se trataba de construcciones defensivas ya que estaban levantados en posiciones estratégicas, siendo incluidos en ocasiones dentro de los lienzos de las murallas que protegían algunos poblados. En otros casos, los enterramientos encontrados en su interior indican que la finalidad era funeraria. Quizá se trataba de edificaciones para delimitar territorios, señalando el área de influencia de los diferentes asentamientos, para hacer ostentación de poder y prestigio o incluso puede ser que se utilizaran como vivienda en algunos casos. De cualquier manera, la larga duración de estos monumentos en el tiempo es probable que haya conllevado cambios en su utilización, así como sucesivas reconstrucciones y modificaciones, lo que dificulta el trabajo de los investigadores a la hora de determinar su función. El gigantesco tamaño de las piedras utilizadas en los talayots debió de exigir un gran esfuerzo por parte de aquellas gentes. A veces aparecen aislados, pero en numerosas ocasiones se localizan en grupos.

El Mallorca podemos destacar los de Son Fornés, Capicorp Vell o el anteriormente mencionado de Sa Clova d'es Xot. En Menorca los de Sant Agustí Vell, Torre Nova o Torrelló en Maó son algunos de más importantes. Las navetas (que en catalán significa "nave pequeña") son otra de las edificaciones megalíticas características de las Baleares. Construidas también con enormes bloque de piedra dispuestos de forma trapezoidal, tienen forma de nave invertida y se emplearon sobre todo para una finalidad funeraria. Una de las más espectaculares en la Naveta d'es Tudons, cerca de Ciutadella.

Y por último también tenemos las llamadas taulas (del catalán taula, "mesa") que vienen a ser como un dolmen pero en el que la losa horizontal, en lugar de estar apoyada en dos verticales, ha sido sustituía por una sola piedra central formando una especie de "T". Su finalidad es un misterio y se cree que pudieron ser usadas para llevar a cabo sacrificios rituales o con fines funerarios.

Arte Prerromano

Arte egipcio

El arte egipcio es, indudablemente, la manifestación artística que más ha subyugado al hombre moderno. La civilización egipcia no sólo creó una arquitectura, escultura y pintura de impresionante belleza, sino también toda una cultura que ha hecho soñar a investigadores, literatos y personas corrientes, donde se funde lo histórico, lo mítico y lo misterioso. El arte egipcio es un arte que está muy relacionado con el medio en el que se desarrolla. Este medio influye en diferentes aspectos: por un lado el medio geográfico determina una cultura cerrada que hace un arte impermeable a influencias exteriores, que va a evolucionar poco y cuando lo va a hacer va a ser sobre sus propias formas debido a la falta de comunicación con el exterior.

Por otro lado, el medio va a determinar unos materiales que nos indican una despreocupación por la vida terrestre y un deseo de eternizar la moral del difunto y del dios, por lo que el arte muchas veces está en función de templos y tumbas. Esto está relacionado con los dos factores determinantes del arte que también vienen dados por el medio: la monarquía y la religión. Así, el faraón (y los nobles) y los sacerdotes van a ser los principales clientes. Se trata de un arte aúlico y oficial, que se desarrolla en virtud de la religión fundamentalmente, y a ésta está vinculado el faraón. No es por tanto un arte autónomo. El arte egipcio está siempre sometido a unas normas, por esto es muy semejante y monótono, tan homogéneo. Es un arte estereotipado en el que se valora más la precisión del acabado que la originalidad. Además, tienen un gran carácter simbólico y mágico.

Los artistas egipcios van a perder en líneas generales en el anonimato, aunque se conocen algunos artistas ya del Imperio Antiguo, aunque son más los que se conservan del Imperio Nuevo. De los artistas los más considerados son los arquitectos, que se relacionan con los clientes. Sin embargo, los pintores y escultores son considerados como simples artesanos.

Va a haber dos tipos de talleres: los talleres oficiales, que están en torno a los palacios y los templos y es donde se forman los grandes artistas y obras, y los talleres privados, destinados a clientes que no estuvieran relacionados ni con la monarquía ni con la religión. De éstos últimos se han conservado muy pocas obras, entre otros motivos debido a que utilizaban materiales más endebles que los talleres oficiales.

Arte mesopotámico

Mesopotamia fue una zona muy conflictiva política, social y artísticamente. Su historia es paralela a Egipto, comenzando en torno al año 3000 a. C. y sus ríos, al igual que en Egipto, fueron fundamentales para su desarrollo. Los templos van a ser grandes complejos que se van desarrollando a través de las distintas épocas y en ellos se da una gran burocracia. No es sólo una institución religiosa, sino también política y administrativa. Así, en torno al recinto religioso se van a construir una serie de estancias e incluso el palacio del rey. El monarca va a ser el que debe construir los templos. Así, el rey-sacerdote pone la primera piedra de estas construcciones, que para los mesopotámicos era muy importante, por lo que hay muchas representaciones de este hecho.

La escritura cuneiforme se conoce desde 1802 gracias a Groterfend que descifró la estela persa de Behistun, que estaba escrita en tres lengua: persa, acadio y elamita. Se sabe de la existencia de bibliotecas, pero han desaparecido. La más importante fue la de Nínive. El pueblo mesopotámico estuvo muy desarrollado y fue poseedor de gran cultura. Fueron los grandes conocedores de la astrología: conocían planetas, movimientos, constelaciones, inventaron el horóscopo, etc. También tenían grandes conocimientos de medicina y cirugía, de lo que quedan notas, por ejemplo, en el código de Hammurabi. Sobresalieron en el cálculo matemático y en las operaciones mercantiles. También tenían grandes textos relacionados con el mundo de la literatura: hay restos de poemas épicos, oraciones, textos didácticos, etc., pero siempre con una finalidad práctica, que era la continua exaltación del poder, un continuo carácter político y religioso. Las artes plásticas también tenían esta finalidad, no existe la motivación estética, por ello no se conocen nombres de artistas, ya que sólo sirven para exaltar al poder con un matiz propagandístico.

Arte Persa

La Antigua Persia ocupaba aproximadamente el territorio de la actual Irán. Limitaba al norte con el Mar Caspio, Armenia y Rusia, al este con Afganistán, al sur con el Golfo Pérsico y al oeste con Irak. En la época aqueménida (Ciro el Grande, Cambigen II, Darío I, Jerjes, Artajerjes, Darío II, Artejerjes II, Artejerjes III, Dario III) el arte se expresa en escultura y la arquitectura, en grandes ciudades: Pasargardas, Susa, Persépolis, fundadas por estos dos últimos. No hay arquitectura religiosa, sólo estos altares con fuego y unas torres donde estaría ese fuego. Los altares eran muy sencillos, a veces para proteger el fuego tenían una pequeña bovedilla. No se han conservado pero los conocemos por relieves. Las torres eran altas, cuadradas y sin vanos, de las que si se conservan algunos restos. Existió arquitectura funeraria persa. Tenemos la tumba de Ciro, de tipología única.

También existieron hipogeos excavados en grandes acantilados, con una fachada muy importante esculpida dentro, con dos o tres cámaras muy sencillas. No realizaban inhumación del cadáver por miedo a que contaminarán la tierra, por lo que sólo conservaban los huesos. Los palacios eran tan complejos que se formaron verdaderas ciudades-palacio. Cuando Darío fijó la capital en Susa, el palacio de Pasagarda quedó abandonado quedando como capital religiosa. Susa estaba cerca de Babilonia y obtiene influencias de ella. El recinto de estos palacios estaba cerrado por murallas. Al igual que los mesopotámicos, estaban construidos sobre terrazas. Las estructuras eran adinteladas y empleaban cómo soporte la columna. El palacio tenía unos propileos donde aparecían toros alados, como símbolo de poder y majestuosidad. Había también una sala de audiencias llamada apadana. Junto a ella había una sala de recepción y el salón del trono que era la parte pública del palacio.

La arquitectura persa, en general, presenta unas características y procedimientos constructivos muy semejantes y derivados del mundo mesopotámico y no aporta novedades de importancia. La decoración, escultura y arquitectura es el resultado de la fusión de distintas influencias: Babilonia y Siria (uso de la arcilla para la construcción de los muros, animales a la entrada del palacio, remate en almenas escalonadas, decorado con bajorrelieves en el interior y también en el exterior del palacio, remate en gola especialmente de los vanos, el papel importante de la columna y el tipo de tumba).

También el arte y arquitectura persa se ve influida por el arte de Grecia (especialmente en la escultura, como en los relieves donde hay un cuidado en la proporción y en los plegados). Pero también el arte persa aporta algunas novedades, como la decoración con finalidad de exaltación del imperio pero con un carácter pacífico. De igual manera, es destacable el uso de la columna tauriforme, que llega a tener gran altura, hasta 20 metros de altura y el capital hasta cinco metros. A veces se construían en piedra y a veces en madera estucada. Podía ser completa o incompleta si el capitel no estaba desarrollado. La basa era campaniforme, el fuste estriado o liso y el capitel con tres cuerpos: cuerpos de hojas, cuerpos de dobles volutas y por último, las figuras de toros tumbados y enfrentados.

Los palacios estaban decorados con esculturas a base de relieves, no habiendo escultura exenta. Eran bajorrelieves excepto los toros alados que eran imitación de los babilónicos técnicamente pero algo monótonos. Representaban las figuras de perfil y con movimiento pausado y tranquilo. Los adornos se esculpían con gran detallismo y se tenía gran cuidado con la proporción.

Arte Prehelénico

Se incluye en el perido prehelénico todo el arte desarrollado en las islas y costas de la Grecia continental en el entorno del mar Egeo. Es el arte cretomicénico, que tiene dos grandes componentes:

  • Arte de la isla Creta (arte cretense o minoico)
  • Arte de Micenas (arte micénico).

La isla de Creta fue la más importante desde el punto de vista artístico, pero también en otras islas, como las Cícladas, hay representaciones artísticas de valor. El de Creta es un pueblo en el que desde un principio hay representaciones plásticas en relación a la religión. La diosa de la fecundidad es la principal figura, que fue muy representada, como mujer, a veces con su hijo, y con animales: serpiente, paloma y toro, que se van a convertir en símbolos de la religión cretense y que tendrán su representación en las artes. Otros símbolos religiosos son el labris (la doble hacha), la columna y los cuernos de consagración. Hay más dioses que surgen en la cultura micénica, con nombre helénico, que pasarán al panteón griego.

En esta época ya se crean algunas estatuillas como culto a la diosa de la fecundidad. Son muy simples y comunes a todo el Egeo. También se conoce la cerámica, decorada con incisiones simples y geométricas. Ya es en el minoico antiguo cuando se forman las primeras ciudades. Son interesantes las representaciones de las Cícladas: pequeñas esculturas de formas humanas. También se han encontrado necrópolis con restos de cerámica pintada y decoración geométrica. Al mismo tiempo se podujo el desarrollo de la metalurgia.

En el minoico medio se produjeron obras muy interesantes. Creta destacó en todo el Egeo. Es el momento de las grandes construcciones, la época de los primeros palacios que después serán ampliados o reformados en el siguiente periodo. Destaca la cerámica de Kamares, muy rica, con decoración figurativa. También aparecen esculturas, figurillas cada vez más realistas y mejor formadas. En el minoico reciente, Creta sigue siendo importante, pero será invadida por los micénicos, que acabarán con su cultura. En esta época continúa la arquitectura, la escultura, desarrollo de la orfebrería, pintura en palacios y cerámica de palacio, también muy fina.

Arte Fenicio o Arte Púnico

El propio nombre de fenicio deriva del griego phoenix, que significa "los de púrpura", en referencia al preciado tinte que fue el origen de su riqueza. Además fueron excelentes navegantes, avezados mercaderes, hábiles artesanos, exploradores intrépidos y posiblemente los mejores constructores de barcos de su época. La estratégica situación de las los primeros asentamientos en Asia Menor hizo del territorio un lugar privilegiado para la conquista comercial del Mediterráneo y las naves fenicias pronto surcaron los mares desde Biblos, Sidón y Tiro a la búsqueda de nuevos productos con los que comerciar. Fue precisamente el abastecimiento de materias primas como la plata, el cobre o el estaño, lo que motivó el establecimiento de las primeras colonias en la Península Ibérica.

La gran demanda de metales preciosos en oriente motivaron que las minas de Huelva y Sevilla se convirtieran en objetivo de los púnicos, que se establecieron en Cádiz intercambiando sus productos por el oro y la plata tartésicos. La influencia de aquéllos se ha podido constatar en los restos de tumbas monumentales y en numerosos objetos valiosos que se han encontrado en los asentamientos y con los que los fenicios pagaban la mano de obra indígena. También se han hallado restos de almacenes, fortificaciones y necrópolis de las que se han desenterrado urnas, ánforas para guardar vino o aceite (cuyo cultivo introdujeron, por cierto, en nuestra tierra), lámparas, joyas y piezas de cerámica.

Como buenos mercaderes que eran, los fenicios se adaptaron al gusto de sus clientes y, aunque durante un tiempo se limitaron a actuar como tratantes de productos ajenos, pronto comenzaron a elaborar su propia artesanía, permeada de influencias griegas, egipcias, mesopotámicas, sirias, etc. Así surgieron un tipo de creaciones que sintetizaban de forma armónica las tendencias del momento y dieron origen a un tipo de arte sumamente original y ecléctico: desde figurillas y otros objetos tallados en madera, hasta ornamentos de metales preciosos, paneles decorados, cerámica, miniaturas de marfil o frascos de vidrio. Sin embargo, el hecho de que los mercados mediterráneos se vieran inundados de productos del comercio púnico procedentes de otras regiones ha hecho muy difícil el poder reconocer en la actualidad su verdadero estilo.

Las localizaciones de las colonias obedecían a emplazamientos bien escogidos, cercanos a la costa, bien comunicados y con abundantes materias primas y las ciudades contaban siempre con su necrópolis cercana. Las tumbas de la costa malagueña y almeriense estaban construidas con sillares y contaban con cámaras y corredores en las que los difuntos eran incinerados y, en ocasiones, inhumados. Todas ellas presentan un gran tamaño y una riqueza que contrasta con la modestia de los enterramientos de otras colonias cercanas como Ibiza. Sin embargo, el posterior desarrollo económico de la isla hizo surgir necrópolis como Puig d'es Molins, con cerca de cuatro mil sepulturas que dan cuenta de diferentes tipos de ritos funerarios. De entre los objetos rescatados de los santuarios ibicencos destacan los sarcófagos de piedra, los ajuares con cerámica y joyas o las figuras votivas de terracota (como las de bustos femeninos con alas que representan a la diosa Tanit). En gran parte de las piezas encontradas se han encontrado influencias orientalizantes y es que los fenicios trajeron con ellos además su religión mezcla de elementos cananeos, griegos y egipcios.

Las creencias del pueblo fenicio se organizaban en torno a una tríada de dioses de la que destacaba Baal, al que se asociaba el ciclo de las estaciones y, aunque cada ciudad nombraba a sus deidades con nombres diferentes, un rasgo común a todas ellas era el gran poder de que gozaban los sacerdotes, entre cuyas prácticas se encontraba el sacrificio de animales (como lo atestiguan restos de huesos y cenizas encontrados dentro de vasijas en los santuarios), para propiciar las buenas cosechas o el favor del dios correspondiente, e incluso el de seres humanos, lo que provocó en su época la reprobación de otros pueblos contemporáneos.

La presencia fenicia en nuestra península se manifiesta sobre todo por la abundancia de restos cerámicos, especialmente platos, lucernas o jarras de barniz rojo o gris, realizados con torno (desconocido por las poblaciones autóctonas pero difundido de manera rápida), y que destacaban tanto por su utilidad como por su belleza; y de ornamentos de metales preciosos como anillos, pendientes o collares realizados con técnica de filigrana y granulado. El vidrio y la pasta vítrea, cuya invención Plinio atribuye a los fenicios, son también elementos característicos de su artesanía con los que fabricaban delicados frascos y vasos para perfumes.

Arte Griego

El arte griego ha marcado el arte y la cultura occidental hasta la actualidad. De Grecia parte el principio humanista y de ideal de la belleza que va a marcar a Europa durante 25 siglos. Tras las invasiones de eolios, jonios, dorios y aqueos a finales del II milenio, la civilización micénica va a desaparecer. Los eolios y los jonios van a ocupar los dos centros micénicos más importantes: Atenas y Esparta. Se producen cambios políticos y sobre todo culturales muy importantes y comienza a asentarse una cultura de base humanística en la que el hombre es la medida de todas las cosas. Hay una explicación racional del mundo, la cultura y el arte. El arte está determinado por la vida pública, por la democracia. Grecia va a crear unas bases para la vida moderna.

Las principales características del Arte Griego son:

  • Es un arte que está de acuerdo con la realidad, es realista.
  • Es un arte que se puede estudiar por los artistas, tanto en arquitectura como en escultura.
  • Vamos a ver en él supervivencias creto-micénicas, una influencia oriental en los primeros momentos pero, sobre todo, aportaciones propias.
  • El trabajo que se lleva a cabo, en arquitectura especialmente, es un trabajo en equipo dirigido por un maestro. Esto va a hacer que éste sea un arte de una gran perfección.
  • Es un arte muy influido por la filosofía y donde la religiosidad está regida por un politeísmo de dioses antropomorfos, entre los que destacan Zeus y Atenea. Esto da pie a una mitología muy representada en escultura.
  • Es importante el desarrollo de la polis, la ciudad.

Los períodos del arte griego son:

  • Período geométrico: 1000 - 750 a.C., período breve que nos va a dejar pocas aportaciones.
  • Fase orientalizante: s. VII - principios s. VI a.C.
  • Período arcaico: 610 - 480 aprox. a.C. El s. VI es el momento más significativo.
  • Período clásico: siglos V y IV
  1. Primera fase: estilo severo o preclásico: 480-450 a.C.
  2. Segunda parte: estilo clásico propiamente dicho: segunda mitad del siglo V y siglo IV.
  • Período helenístico: 323 - s. I a.C.

Arte Íbero

Es heredero de los tartesos y estuvo muy influido por las culturas griega y fenicia.

Arte celta

Arte etrusco

Arte Romano

Prerrománico

Románico

Arte Mudéjar

Arte Gótico

Arte Islámico

Renacimiento

Arte Barroco

Neoclasicismo

Romanticismo

Arte Contemporáneo

Véase también

Enlaces externos

Fuentes