Historia del Arte

Historia del Arte
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Concepto:Disciplina de las ciencias sociales que estudia la evolución del arte


Historia del Arte. Disciplina de las ciencias sociales que estudia la evolución del arte universal a través del tiempo. El hombre utiliza diferentes recursos, con el objetivo de expresar sus ideas, sentimientos, o comunicar su visión del mundo. Se vale de actividades y productos que pueden ser desarrollados a través de la plástica, la literatura, la música, la arquitectura, la escultura, la danza u otras manifestaciones.

Arte prehistórico

Neolítico

Dolmenes y Cromlech, construcciones del Arte Neolítico

Período que se extiende desde el año 7000 hasta el 2000 antes de Cristo. Su comienzo coincide históricamente con el momento en que el hombre prehistórico empieza a abandonar su forma antigua de vida nómada y cazadora para centrarse en la agricultura y la ganadería. La cerámica cobra una gran importancia, ya que los grupos sedentarios necesitan de mayor cantidad de utensilios para guardar los alimentos. Aunque no poseen estructuras compleas, son vasijas muy funcionales, con decoración geométrica a base de líneas, triángulos o círculos, que adoptan variadas formas y cuya técnica deriva de la cestería. Se elaboran a mano y se dejan secar sin cocerlas en el horno.

Uno de los ejemplos más representativos de Arte neolítico se encuentra en España, con la cerámica perteneciente a la llamada Cultura del Vaso Campaniforme, que llegará a extenderse por el resto de Europa. También es muy representativa de este período la conocida como cerámica cardial, por estar decorada con dibujos realizados mediante la concha de un molusco llamado cardium edule. Junto a la cerámica, en las sociedades sedentarias comienzan a destacar otras actividades hasta entonces desconocidas como la elaboración de tejidos y el pulimento de la piedra. Ésta última, haciendo uso de piedras más duras, permite la fabricación de herramientas mejores y más eficaces, como hachas y utensilios agrarios, y es de hecho este fenómeno el que da nombre al periodo neolítico (etimológicamente significa "piedra nueva").

Hay una gran producción de estatuillas y relieves asociados a dicho culto. Generalmente son figuras con formas femeninas, algunas embarazadas o con atributos como aves o serpientes y decoradas con zig-zags y líneas onduladas que se cree tenían la finalidad de propiciar las buenas cosechas. Además, derivado de la necesidad de conocer más exactamente la naturaleza para sacar más rendimiento al nuevo modo de vida basado en la tierra, surge un interés por la naturaleza que da lugar a un incipiente desarrollo de la ciencia. Los calendarios y las mediciones astronómicas son el resultado, y de hecho, algunas de las construcciones de aquellos tiempos han llegado a la actualidad y se han interpretado como observatorios y lugares para realizar mediciones celestes.

El final del Neolítico vendría marcado por un nuevo avance tecnológico: el descubrimiento de las propiedades químicas de los metales y su utilización para crear herramientas. Llegaría así la edad de Bronce. Se destaca una manifestación característica del período neolítico, el fenómeno del megalitismo, construcciones realizadas con piedras de gran tamaño que se cree tenían una finalidad funeraria. Son las primeras construcciones del hombre prehistórico.

Se pueden distinguir varios tipos de monumentos: los menhires o enormes piedras clavadas verticalmente; los dólmenes, que son estructuras formadas por varios mehires rematados por otras grandes losas horizontales o los cromlech, círculos formados por varias de los elementos anteriores cuyo ejemplo más representativo es Stonehenge. Existen otras formas como alineamientos, taulas, navetas, etc. Los sepulcros megalíticos solían tener una cámara sepulcral en la que se depositaban los restos humanos (generalmente inhumaciones individuales sucesivas). Podían presentar galerías o corredores y se hacía uso de la mampostería para levantar falsas cúpulas. Además, existían tumbas en forma de cistas e incluso cuevas artificiales.

La pintura se caracteriza por su esquematismo y por su marcado carácter simbólico. A diferencia de lo que sucedía con el arte parietal paleolítico, el de esta etapa ya no suele representarse en el fondo de oscuras cavernas sino más cerca de la entrada de las cuevas o incluso fuera de ellas, al aire libre, como parte de la decoración de estructuras arquitectónicas o de esculturas. Los colores usados siguen siendo los mismos, sin embargo ahora la figura humana está más presente que antes, siempre representada de una manera muy esquemática y generalmente formando escenas que pueden ser de caza, domésticas, etc. y que en ocasiones incluyen símbolos solares, estrellas o elementos de la naturaleza, así como otros asociados al poder o a la fecundidad. Las representaciones de animales sufren también un proceso de abstracción aunque, como siempre, la evolución no es la misma en todas las áreas.

Talayots baleáricos

Talayot de Trepucó (Menorca)
Talayot circular de Mallorca

El fenómeno del megalitismo se extendió por Europa hacia el año 3000 antes de Cristo. Dólmenes, mehires, cromlech, alineamientos, etc. eran construcciones realizadas a base de gigantescas rocas que por su majestuosidad se han convertido quizá en los símbolos más característicos del periodo neolítico. Estas edificaciones proliferaron también a la Península Ibérica y llegaron a las Islas Baleares, pero allí se desarrollaron con unas características muy particulares. La influencia de la cultura del Vaso Campaniforme y de otros pueblos megalíticos mediterráneos serán otros factores que contribuyan a originar lo que se conoce por Cultura talayótica, en referencia a los llamados talayots (aumentativo de atalaya), los monumentos más emblemáticos de la antigüedad de las islas.

Al principio los monumentos consistían en túmulos escalonados, pero a medida que avanza la Edad de bronce empiezan a construirse un gran número de torres troncocónicas realizadas todas ellas a base de enormes piedras ciclópeas, colocadas horizontalmente formando un talud, pero cuyas tipologías difieren entre Mallorca y Menorca. Será esta la etapa del apogeo de la cultura de los talayots, y de ella se conservan más de quinientos entre ambas islas, como el de Sa Clova d'es Xot, uno de los ejemplos más bellos y mejor conservados. Las tipologías de talayots son variadas y, aunque los más abundantes son los de planta circular, también se ha hallado de formas rectangulares o cuadrados. Suelen tener una o varias cámaras en su interior, y en función de la distribución de éstas, se han establecido varias categorías. Algunos alcanzan hasta nueve metros de altura, con columnas centrales para sostener los pisos superiores.

En Mallorca se destacan los de Son Fornés, Capicorp Vell y el de Sa Clova d'es Xot. En Menorca los de Sant Agustí Vell, Torre Nova o Torrelló en Maó son algunos de más importantes. Las navetas son otra de las edificaciones megalíticas características de las Baleares. Construidas también con enormes bloque de piedra dispuestos de forma trapezoidal, tienen forma de nave invertida y se emplearon sobre todo para una finalidad funeraria. Una de las más espectaculares en la Naveta d'es Tudons, cerca de Ciutadella. También se encuentran las llamadas taulas, que vienen a ser como un dolmen pero en el que la losa horizontal, en lugar de estar apoyada en dos verticales, ha sido sustituida por una sola piedra central formando una especie de "T". Su finalidad es un misterio y se cree que pudieron ser usadas para llevar a cabo sacrificios rituales o con fines funerarios.

Arte Prerromano

Arte egipcio

Tumba de Sethi. Muestra de los estilos pictóricos del Arte Egipcio Antiguo.

El arte egipcio es, indudablemente, la manifestación artística que más ha subyugado al hombre moderno. La civilización egipcia no sólo creó una arquitectura, escultura y pintura de impresionante belleza, sino también toda una cultura que ha hecho soñar a investigadores, literatos y personas corrientes, donde se funde lo histórico, lo mítico y lo misterioso. El arte egipcio es un arte que está muy relacionado con el medio en el que se desarrolla. Este medio influye en diferentes aspectos: por un lado el medio geográfico determina una cultura cerrada que hace un arte impermeable a influencias exteriores, que va a evolucionar poco y cuando lo va a hacer va a ser sobre sus propias formas debido a la falta de comunicación con el exterior.

Por otro lado, el medio va a determinar unos materiales que nos indican una despreocupación por la vida terrestre y un deseo de eternizar la moral del difunto y del dios, por lo que el arte muchas veces está en función de templos y tumbas. Esto está relacionado con los dos factores determinantes del arte que también vienen dados por el medio: la monarquía y la religión. Así, el faraón (y los nobles) y los sacerdotes van a ser los principales clientes. Se trata de un arte aúlico y oficial, que se desarrolla en virtud de la religión fundamentalmente, y a ésta está vinculado el faraón. No es por tanto un arte autónomo. El arte egipcio está siempre sometido a unas normas, por esto es muy semejante y monótono, tan homogéneo. Es un arte estereotipado en el que se valora más la precisión del acabado que la originalidad. Además, tienen un gran carácter simbólico y mágico.

Los artistas egipcios van a perder en líneas generales en el anonimato, aunque se conocen algunos artistas ya del Imperio Antiguo, aunque son más los que se conservan del Imperio Nuevo. De los artistas los más considerados son los arquitectos, que se relacionan con los clientes. Sin embargo, los pintores y escultores son considerados como simples artesanos.

Va a haber dos tipos de talleres: los talleres oficiales, que están en torno a los palacios y los templos y es donde se forman los grandes artistas y obras, y los talleres privados, destinados a clientes que no estuvieran relacionados ni con la monarquía ni con la religión. De éstos últimos se han conservado muy pocas obras, entre otros motivos debido a que utilizaban materiales más endebles que los talleres oficiales.

Arte mesopotámico

Relieve de Arshurnasirpal, Arte Mesopotámico

Mesopotamia fue una zona muy conflictiva política, social y artísticamente. Su historia es paralela a Egipto, comenzando en torno al año 3000 a. C. y sus ríos, al igual que en Egipto, fueron fundamentales para su desarrollo. Los templos van a ser grandes complejos que se van desarrollando a través de las distintas épocas y en ellos se da una gran burocracia. No es sólo una institución religiosa, sino también política y administrativa. Así, en torno al recinto religioso se van a construir una serie de estancias e incluso el palacio del rey. El monarca va a ser el que debe construir los templos. Así, el rey-sacerdote pone la primera piedra de estas construcciones, que para los mesopotámicos era muy importante, por lo que hay muchas representaciones de este hecho.

La escritura cuneiforme se conoce desde 1802 gracias a Groterfend que descifró la estela persa de Behistun, que estaba escrita en tres lengua: persa, acadio y elamita. Se sabe de la existencia de bibliotecas, pero han desaparecido. La más importante fue la de Nínive. El pueblo mesopotámico estuvo muy desarrollado y fue poseedor de gran cultura. Fueron los grandes conocedores de la astrología: conocían planetas, movimientos, constelaciones, inventaron el horóscopo, etc. También tenían grandes conocimientos de medicina y cirugía, de lo que quedan notas, por ejemplo, en el código de Hammurabi. Sobresalieron en el cálculo matemático y en las operaciones mercantiles. También tenían grandes textos relacionados con el mundo de la literatura: hay restos de poemas épicos, oraciones, textos didácticos, etc., pero siempre con una finalidad práctica, que era la continua exaltación del poder, un continuo carácter político y religioso. Las artes plásticas también tenían esta finalidad, no existe la motivación estética, por ello no se conocen nombres de artistas, ya que sólo sirven para exaltar al poder con un matiz propagandístico.

Arte Persa

Arte persa

La Antigua Persia ocupaba aproximadamente el territorio de la actual Irán. Limitaba al norte con el Mar Caspio, Armenia y Rusia, al este con Afganistán, al sur con el Golfo Pérsico y al oeste con Irak. En la época aqueménida (Ciro el Grande, Cambigen II, Darío I, Jerjes, Artajerjes, Darío II, Artejerjes II, Artejerjes III, Dario III) el arte se expresa en escultura y la arquitectura, en grandes ciudades: Pasargardas, Susa, Persépolis, fundadas por estos dos últimos. No hay arquitectura religiosa, sólo estos altares con fuego y unas torres donde estaría ese fuego. Los altares eran muy sencillos, a veces para proteger el fuego tenían una pequeña bovedilla. No se han conservado pero los conocemos por relieves. Las torres eran altas, cuadradas y sin vanos, de las que si se conservan algunos restos. Existió arquitectura funeraria persa. Tenemos la tumba de Ciro, de tipología única.

También existieron hipogeos excavados en grandes acantilados, con una fachada muy importante esculpida dentro, con dos o tres cámaras muy sencillas. No realizaban inhumación del cadáver por miedo a que contaminarán la tierra, por lo que sólo conservaban los huesos. Los palacios eran tan complejos que se formaron verdaderas ciudades-palacio. Cuando Darío fijó la capital en Susa, el palacio de Pasagarda quedó abandonado quedando como capital religiosa. Susa estaba cerca de Babilonia y obtiene influencias de ella. El recinto de estos palacios estaba cerrado por murallas. Al igual que los mesopotámicos, estaban construidos sobre terrazas. Las estructuras eran adinteladas y empleaban cómo soporte la columna. El palacio tenía unos propileos donde aparecían toros alados, como símbolo de poder y majestuosidad. Había también una sala de audiencias llamada apadana. Junto a ella había una sala de recepción y el salón del trono que era la parte pública del palacio.

La arquitectura persa, en general, presenta unas características y procedimientos constructivos muy semejantes y derivados del mundo mesopotámico y no aporta novedades de importancia. La decoración, escultura y arquitectura es el resultado de la fusión de distintas influencias: Babilonia y Siria (uso de la arcilla para la construcción de los muros, animales a la entrada del palacio, remate en almenas escalonadas, decorado con bajorrelieves en el interior y también en el exterior del palacio, remate en gola especialmente de los vanos, el papel importante de la columna y el tipo de tumba).

También el arte y arquitectura persa se ve influida por el arte de Grecia (especialmente en la escultura, como en los relieves donde hay un cuidado en la proporción y en los plegados). Pero también el arte persa aporta algunas novedades, como la decoración con finalidad de exaltación del imperio pero con un carácter pacífico. De igual manera, es destacable el uso de la columna tauriforme, que llega a tener gran altura, hasta 20 metros de altura y el capital hasta cinco metros. A veces se construían en piedra y a veces en madera estucada. Podía ser completa o incompleta si el capitel no estaba desarrollado. La basa era campaniforme, el fuste estriado o liso y el capitel con tres cuerpos: cuerpos de hojas, cuerpos de dobles volutas y por último, las figuras de toros tumbados y enfrentados.

Los palacios estaban decorados con esculturas a base de relieves, no habiendo escultura exenta. Eran bajorrelieves excepto los toros alados que eran imitación de los babilónicos técnicamente pero algo monótonos. Representaban las figuras de perfil y con movimiento pausado y tranquilo. Los adornos se esculpían con gran detallismo y se tenía gran cuidado con la proporción.

Arte Prehelénico

Arte Prehelénico

Se incluye en el período prehelénico todo el arte desarrollado en las islas y costas de la Grecia continental en el entorno del mar Egeo. Es el arte cretomicénico, que tiene dos grandes componentes:

La isla de Creta fue la más importante desde el punto de vista artístico, pero también en otras islas, como las Cícladas, hay representaciones artísticas de valor. El de Creta es un pueblo en el que desde un principio hay representaciones plásticas en relación a la religión. La diosa de la fecundidad es la principal figura, que fue muy representada, como mujer, a veces con su hijo, y con animales: serpiente, paloma y toro, que se van a convertir en símbolos de la religión cretense y que tendrán su representación en las artes. Otros símbolos religiosos son el labris (la doble hacha), la columna y los cuernos de consagración. Hay más dioses que surgen en la cultura micénica, con nombre helénico, que pasarán al panteón griego.

En esta época ya se crean algunas estatuillas como culto a la diosa de la fecundidad. Son muy simples y comunes a todo el Egeo. También se conoce la cerámica, decorada con incisiones simples y geométricas. Ya es en el minoico antiguo cuando se forman las primeras ciudades. Son interesantes las representaciones de las Cícladas: pequeñas esculturas de formas humanas. También se han encontrado necrópolis con restos de cerámica pintada y decoración geométrica. Al mismo tiempo se podujo el desarrollo de la metalurgia.

En el minoico medio se produjeron obras muy interesantes. Creta destacó en todo el Egeo. Es el momento de las grandes construcciones, la época de los primeros palacios que después serán ampliados o reformados en el siguiente periodo. Destaca la cerámica de Kamares, muy rica, con decoración figurativa. También aparecen esculturas, figurillas cada vez más realistas y mejor formadas. En el minoico reciente, Creta sigue siendo importante, pero será invadida por los micénicos, que acabarán con su cultura. En esta época continúa la arquitectura, la escultura, desarrollo de la orfebrería, pintura en palacios y cerámica de palacio, también muy fina.

Arte Fenicio o Arte Púnico

Arte fenicio

El propio nombre de fenicio deriva del griego phoenix, que significa "los de púrpura", en referencia al preciado tinte que fue el origen de su riqueza. Además fueron excelentes navegantes, avezados mercaderes, hábiles artesanos, exploradores intrépidos y posiblemente los mejores constructores de barcos de su época. La estratégica situación de las los primeros asentamientos en Asia Menor hizo del territorio un lugar privilegiado para la conquista comercial del Mediterráneo y las naves fenicias pronto surcaron los mares desde Biblos, Sidón y Tiro a la búsqueda de nuevos productos con los que comerciar. Fue precisamente el abastecimiento de materias primas como la plata, el cobre o el estaño, lo que motivó el establecimiento de las primeras colonias en la Península Ibérica.

La gran demanda de metales preciosos en oriente motivaron que las minas de Huelva y Sevilla se convirtieran en objetivo de los púnicos, que se establecieron en Cádiz intercambiando sus productos por el oro y la plata tartésicos. La influencia de aquéllos se ha podido constatar en los restos de tumbas monumentales y en numerosos objetos valiosos que se han encontrado en los asentamientos y con los que los fenicios pagaban la mano de obra indígena. También se han hallado restos de almacenes, fortificaciones y necrópolis de las que se han desenterrado urnas, ánforas para guardar vino o aceite (cuyo cultivo introdujeron, por cierto, en nuestra tierra), lámparas, joyas y piezas de cerámica.

Como buenos mercaderes que eran, los fenicios se adaptaron al gusto de sus clientes y, aunque durante un tiempo se limitaron a actuar como tratantes de productos ajenos, pronto comenzaron a elaborar su propia artesanía, permeada de influencias griegas, egipcias, mesopotámicas, sirias, etc. Así surgieron un tipo de creaciones que sintetizaban de forma armónica las tendencias del momento y dieron origen a un tipo de arte sumamente original y ecléctico: desde figurillas y otros objetos tallados en madera, hasta ornamentos de metales preciosos, paneles decorados, cerámica, miniaturas de marfil o frascos de vidrio. Sin embargo, el hecho de que los mercados mediterráneos se vieran inundados de productos del comercio púnico procedentes de otras regiones ha hecho muy difícil el poder reconocer en la actualidad su verdadero estilo.

Las localizaciones de las colonias obedecían a emplazamientos bien escogidos, cercanos a la costa, bien comunicados y con abundantes materias primas y las ciudades contaban siempre con su necrópolis cercana. Las tumbas de la costa malagueña y almeriense estaban construidas con sillares y contaban con cámaras y corredores en las que los difuntos eran incinerados y, en ocasiones, inhumados. Todas ellas presentan un gran tamaño y una riqueza que contrasta con la modestia de los enterramientos de otras colonias cercanas como Ibiza. Sin embargo, el posterior desarrollo económico de la isla hizo surgir necrópolis como Puig d'es Molins, con cerca de cuatro mil sepulturas que dan cuenta de diferentes tipos de ritos funerarios. De entre los objetos rescatados de los santuarios ibicencos destacan los sarcófagos de piedra, los ajuares con cerámica y joyas o las figuras votivas de terracota (como las de bustos femeninos con alas que representan a la diosa Tanit). En gran parte de las piezas encontradas se han encontrado influencias orientalizantes y es que los fenicios trajeron con ellos además su religión mezcla de elementos cananeos, griegos y egipcios.

Las creencias del pueblo fenicio se organizaban en torno a una tríada de dioses de la que destacaba Baal, al que se asociaba el ciclo de las estaciones y, aunque cada ciudad nombraba a sus deidades con nombres diferentes, un rasgo común a todas ellas era el gran poder de que gozaban los sacerdotes, entre cuyas prácticas se encontraba el sacrificio de animales (como lo atestiguan restos de huesos y cenizas encontrados dentro de vasijas en los santuarios), para propiciar las buenas cosechas o el favor del dios correspondiente, e incluso el de seres humanos, lo que provocó en su época la reprobación de otros pueblos contemporáneos.

La presencia fenicia en nuestra península se manifiesta sobre todo por la abundancia de restos cerámicos, especialmente platos, lucernas o jarras de barniz rojo o gris, realizados con torno (desconocido por las poblaciones autóctonas pero difundido de manera rápida), y que destacaban tanto por su utilidad como por su belleza; y de ornamentos de metales preciosos como anillos, pendientes o collares realizados con técnica de filigrana y granulado. El vidrio y la pasta vítrea, cuya invención Plinio atribuye a los fenicios, son también elementos característicos de su artesanía con los que fabricaban delicados frascos y vasos para perfumes.

Arte Griego

Escultura del Arte griego

El arte griego ha marcado el arte y la cultura occidental hasta la actualidad. De Grecia parte el principio humanista y de ideal de la belleza que va a marcar a Europa durante 25 siglos. Tras las invasiones de eolios, jonios, dorios y aqueos a finales del II milenio, la civilización micénica va a desaparecer. Los eolios y los jonios van a ocupar los dos centros micénicos más importantes: Atenas y Esparta. Se producen cambios políticos y sobre todo culturales muy importantes y comienza a asentarse una cultura de base humanística en la que el hombre es la medida de todas las cosas. Hay una explicación racional del mundo, la cultura y el arte. El arte está determinado por la vida pública, por la democracia. Grecia va a crear unas bases para la vida moderna.

Las principales características del Arte griego antiguo son:

  • Es un arte que está de acuerdo con la realidad, es realista.
  • Es un arte que se puede estudiar por los artistas, tanto en arquitectura como en escultura.
  • Vamos a ver en él supervivencias creto-micénicas, una influencia oriental en los primeros momentos pero, sobre todo, aportaciones propias.
  • El trabajo que se lleva a cabo, en arquitectura especialmente, es un trabajo en equipo dirigido por un maestro. Esto va a hacer que éste sea un arte de una gran perfección.
  • Es un arte muy influido por la filosofía y donde la religiosidad está regida por un politeísmo de dioses antropomorfos, entre los que destacan Zeus y Atenea. Esto da pie a una mitología muy representada en escultura.
  • Es importante el desarrollo de la polis, la ciudad.

Los períodos del arte griego son:

  • Período geométrico: 1000 - 750 a.C., período breve que nos va a dejar pocas aportaciones.
  • Fase orientalizante: s. VII - principios s. VI a.C.
  • Período arcaico: 610 - 480 aprox. a.C. El s. VI es el momento más significativo.
  • Período clásico: siglos V y IV
  1. Primera fase: estilo severo o preclásico: 480-450 a.C.
  2. Segunda parte: estilo clásico propiamente dicho: segunda mitad del siglo V y siglo IV.
  • Período helenístico: 323 - s. I a.C.

Arquitectura griega

Es una arquitectura que va a ir evolucionando a lo largo del tiempo, pero sus características se van a definir desde un momento muy temprano. De la arquitectura griega civil han quedado muy pocos restos, por lo que predomina la arquitectura religiosa que se conoce principalmente por Vitrubio. Las principales características de la Arquitectura Griega son:

  • Es una arquitectura fundamentalmente adintelada, aunque conocen la bóveda no la utilizan.
  • Es monumental, pero no colosal como Egipto.
  • Es muy equilibrada en cuanto al trazado de su plantel esforzado es una fácil lectura proporcionada por qué todo este hecho con una medida, con un canon.
  • Es fruto de un trabajo en equipo, lo que hace que sea una arquitectura de una gran perfección, con mucha armonía. Esto fue conseguido principalmente en la época clásica. Al ser una arquitectura armoniosa es una arquitectura bella.
  • El material es fundamentalmente la piedra y dentro de ellas el mármol es la preferida, pero también se utilizaron otros materiales. En un principio se utiliza la madera o la mampostería, recurriéndose a un enlucido hecho de polvo de mármol que luego se policroma, aunque esta policromía se ha perdido. El color era menos fuerte en el mármol que en otras piedras. El aparejo es con una sillería regular y uniforme.
  • Va a llevar siempre elementos decorativos: cenefas, rosetas, ovas, perlas, palmetas.

Escultura griega arcaica

Escuela de Creta La Escuela de Creta es del s.VII y en ella destaca Dédalo, considerado el "inventor de la escultura" porque se dice que es el primero en abrir los ojos y separar las piernas.

Características principales de las esculturas dedálicas:

  • Cuerpo aplastado.
  • Pies y manos juntos y muy grandes, ambos pies apoyados en el suelo.
  • Cintura muy alta y marcada.
  • Caras demasiado geometrizadas, muy triangulares y con la frente ancha.

Escuela de Peloponeso o Escuela Jónica

Es del s.VI y presenta unas características que nos acercan más a una escultura más evolucionada: las superficies no son tan lisas, las telas están más estudiadas y es más naturalista.

Escultura Arcaica

Se va a dar a lo largo del s.VI hasta principios del s.V. Son esculturas muy parecidas de mujeres, llamadas korai, y hombres, llamados kuroi, en los que se va a poder apreciar una evolución hacia lo clásico. Los kuroi son esculturas de carácter votivo de atletas triunfadores. También se conocen como "mozos" o "apolos", pero esta denominación no es correcta. Sus características más importantes son:

  • Figuras desnudas en pie en actitud de marcha, adelantando un pie.
  • Brazos pegados al cuerpo, dando sensación de bloque.
  • Marcan la frontalidad.
  • Sin rasgos personales.
  • Musculatura muy marcada pero muy geometrizada.
  • Ojos prominentes, grandes y salientes y orejas muy grandes.
  • Pelo largo y que cae por la espalda y a veces también por delante del pecho formando tirabuzones también muy geometrizados.
  • Boca lineal ligeramente curvada hacia arriba intentando una sonrisa, es la llamada sonrisa arcaica.

Las korai posiblemente también eran exvotos. Se han encontrado en santuarios, muchas en la Acrópolis de Atenas. Son figuras femeninas vestidas con una túnica larga que llega hasta el suelo (xitón) encima del cual llevan el peplo, que da una cierta simetría ya que cae vertical y está formado por una tela gruesa que forma pliegues rectos y verticales. Muchas veces también llevan un manto o himation, que da a la escultura una riqueza plástica ya que es una tela más fina y delicada que forma pliegues diagonales que dan movilidad.

Escultura Griega del Periodo Severo

Es un periodo muy breve, que se desarrolla entre el 480 y el 450 a.C.. Se consiguen algunas notas que se desarrollarán aún más en los siglos V y IV en cuanto a anatomía, expresión, postura, etc. de las figuras. Éstas estarán siempre proporcionadas y habrá una búsqueda de realismo. Se conservan esculturas de frontones y metopas pero también exentas, y algunas de carácter público, como: Los Tiranicidas, El Auriga de Delfos, El Poseidón de Artemisón, Frontón del templo de Zeus en Olimpia.

Arte Íbero

Es heredero de los tartesos y estuvo muy influido por las culturas griega y fenicia.


Urbanismo ibérico

El tamaño de las ciudades ibéricas varía mucho, desde las 300 hectáreas hasta apenas una. Las ciudades más grandes se concentran en el sur y sureste de la Península, mientras que en la costa oriental son más reducidas. La mayoría de las ciudades se intentaban situar en lugares elevados, aunque también hay algunas que se encuentran en llano. Prácticamente todos los poblados ibéricos estaban rodeados por una muralla, a veces totalmente y a veces, en los casos en que se encontrasen en un terreno de difícil acceso, sólo por las partes más accesibles. Los íberos construyeron distintos tipos de murallas: De mampostería: construida con sillares más o menos regulares, que forman dos paramentos, el exterior de piedras más grandes y el interior de piedras pequeñas. El espacio intermedio se rellenaba de tierra y piedras. Muchas de estas murallas parece que estaban revestidas con un grueso enlucido de arcilla pintada de rojo.

  • Ciclópeos: compuesta por grandes piedras sin trabajar.
  • Poligonales: en la que los sillares presentan entrantes y salientes que los hacen trabar fuertemente entre sí.

De todas formas, de estas murallas sólo se ha conservado la parte inferior, por lo que no se sabe si se realizaban enteras con una única técnica o si eran como la muralla de Tarragona, que tiene un zócalo ciclópeo sobre el que se asientan sillares de mampostería. Tampoco se sabe con seguridad si estaban enlucidas con arcilla o no. Por regla general, todas las murallas ibéricas se refuerzan con torreones de tipo y ubicación variable.

Los planos de ciudades y poblados que conocemos son muy pocos, y casi siempre corresponden a aldeas pequeñas, que por eso han sido fáciles de excavar. Las casas son de reducido tamaño y con pocas habitaciones, quizá con un androceo y un gineceo. Suelen estar construidas con muros de adobe sobre un zócalo de piedra y revestidos con arcilla encalada. Podían tener umbrales de entrada y en su interior existían hogares y bancos. Los vanos de las puertas podían estar reforzados por postes, que a veces servían también para sostener la techumbre, de ramas recubierta por una capa de arcilla. Solían ser casas de un solo piso, pero también se han encontrado de dos, con una escalera adosada a la fachada.

Templos

Se han encontrado muy pocos restos de templos íberos que sólo dejan hacer conjeturas sobre este aspecto de su arte. Por un lado, han aparecido recintos cuadrangulares, aparentemente descubiertos y con una losa en el centro, que se han interpretado como santuarios hipetros similar a los conocidos como "lugar abierto" del mundo oriental. Esta idea se ha visto reforzada por la aparición en las cercanías de uno de ellos de un quemaperfumes de tipo oriental.

Por otro lado, se han encontrado un cierto número de edificios con una estructura bastante compleja que se piensa que podían tener una finalidad religiosa. Estos se datan desde fechas muy tempranas, como el s. VII a.C., y todos tienen una estructura muy similar: la planta es rectangular y se accede al edificio a través de un vestíbulo que ocupa todo el ancho del edificio. Está dividido en tres espacios longitudinales, los laterales más estrechos y cortos, por lo que la estancia central se ensancha adoptando forma de T, con el espacio del fondo partido de nuevo en dos por un muro perpendicular a la pared trasera situado en el eje longitudinal del edificio. Este tipo de edificio se puede relacionar con edificios similares del Próximo Oriente que también aparecen en la Italia prerromana.

Arquitectura Funeraria

Tumbas de cámara

Podían estar excavadas en el subsuelo o construidas sobre él y generalmente cubiertas por un túmulo. Son características del mundo ibérico meridional y las más importantes se encuentran en Galera (Granada). Casi todas eran de planta rectangular, aunque también las había circulares, y las urnas cinerarias se depositaban sobre el suelo, un poyete no muy alto o en una cavidad abierta en el suelo y cubierta con losas planas. La más importante estaba construida sobre el suelo, contaba con un dromos de acceso cubierto con una falsa bóveda y una cámara de planta cuadrada cubierta con losas que descansaban sobre un pilar central. Todo esto estaba realizado con sillares y cubierto por un túmulo de tierra que tenía marcado su perímetro con piedras.

Monumentos turriformes

El más importante es el de Pozo Moro, que es un edificio de planta cuadrada, que sobre un podio escalonado presenta un cuerpo principal cuadrangular, con sus esquinas inferiores adornada por leones yacentes. Algunos de los sillares de este cuerpo están decorados con relieves de una gran importancia. Por encima, una serie de molduras que culminan en gola constituyen el remate. Algunos estudiosos afirman que sobre este primer cuerpo había otro muy similar, de un tamaño algo menor, pero no se puede asegurar con certeza. Posiblemente pertenecía a un rey o príncipe indígena con una cronología bastante alta, hacia el 500 a.C. aproximadamente. Es importante destacar el uso de grapas en forma de cola de milano para trabar los sillares entre sí.

Pilares-Estela

Hay muchísimas por todo el ámbito ibérico. Consisten en un basamento, por lo general escalonado, sobre el que se alza un pilar con un remate en forma de capitel, que es la base de una escultura de animal, normalmente un toro. El mejor ejemplo de este tipo de monumento es el pilar de Monforte del Cid.

Arte celta

Pocas manifestaciones artísticas han sido tan difundidas entre el gran público como las relacionadas con la cultura celta.

Desde la caligrafía, pasando por la decoración hasta la proliferación de representaciones religiosas como las cruces o los manuscritos miniados, numerosos son los ejemplos que encontramos a nuestro alrededor y que nos remiten a una cultura legendaria y fascinante que ha sido sistemáticamente mitificada por antropólogos e historiadores, quizá debido al hecho de que sus tradiciones fueron transmitidas de manera oral, y los pocos textos encontrados nos han llegado a través de autores clásicos que describían a los celtas como bárbaros de apariencia amenazadora. Sin embargo, este pueblo, lejos de ser tan rudo como griegos y romanos creían, nos ha legado exquisitas muestras de un arte que, aún hoy, sorprende por su delicadeza.

Del pueblo celta se han encontrado vestigios en gran parte de la Europa continental y las islas británicas que se remontan a más de veinticinco siglos, a la conocida como Edad de Hierro. El primer estadio se conoce como cultura de la Hallstatt (por la zona austriaca en la que fueron encontrados los restos) y de esa época se han encontrado tumbas impresionantes y fortificaciones que denotan la riqueza de que gozaban por aquel entonces.

Posteriormente, en torno al siglo VII antes de Cristo, los intercambios culturales con griegos y etruscos darían lugar a un periodo del arte celta conocido como La Tène (Suiza). Es a partir de aquel momento cuando los rasgos característicos del arte celta comienzan a perfilarse.

Sin embargo la estabilidad no duraría eternamente, y cuando llegaron los malos tiempos, las tribus celtas se vieron obligadas a emigrar, invadiendo el territorio griego y romano y siendo invadidos a su vez por éstos últimos, a los que acabarían por asimilarse. Sólo zonas de Britania y de la Bretaña lograron mantener sus costumbres y su lengua durante siglos.

La sociedad celta solía organizarse en torno a fortificaciones asentadas por lo general en lo alto de colinas para dominar el territorio de alrededor. Las llamadas oppida por Julio César contaban con lugares para almacenar el grano y estaban divididas en zonas específicas para cada actividad. Tenemos buenos ejemplos de estos asentamientos en la zona sur de Alemania y también en la Península Ibérica, donde adoptaron el nombre de castros.

La llegada del cristianismo, con la introducción de nuevas costumbres marcó una nueva etapa en la historia celta, que a partir de ese momento vivió un periodo de esplendor. La tradición artesana basada en la escultura, el trabajo de metal y la talla de la madera que habían cultivado hasta alcanzar un nivel admirable vino a unirse a las formas de representación traídas por los misioneros para originar un arte espectacular y delicioso que nos ha dejado muestras tan admirables como el conocido manuscrito iluminado de Kells.

Tendencias

Se pueden distinguir dos tendencias bien diferenciadas en el arte celta; una es aquella que se basa en la representación de la naturaleza. Para entender este tipo de manifestación debemos señalar que estamos hablando de un pueblo que basaba su economía en la agricultura y que mantenía una estrecha relación con la naturaleza y los fenómenos celestes.

Sus creencias espirituales se fundamentaban en dichos ciclos naturales y en la continuidad entre el mundo material y el más allá. Los druidas enseñaban que cada fenómeno terrestre tenía su correspondencia en el mundo celeste y de ahí que sus representaciones tuvieran un significado eminentemente simbólico. Así, encontramos numerosas manifestaciones que imitan elementos de la naturaleza de complicada fantasía: hojas, flores, guirnaldas, animales, etc. que se interpretan de manera estilizada, siendo reducidos a esquemas.

Por otro lado tenemos la tendencia geométrica, que consiste en una ornamentación basada en decoraciones abstractas de líneas intrincadas que dan lugar a complicados y bellos diseños de una gran armonía. Un ejemplo de este tipo de decoración lo encontramos en los llamados knotworks, o trabajos a base de dibujos entrelazados realizados con una línea continua que fluye formando curvas, nudos y zigzags. También son muy frecuentes las espirales que tenían una profunda carga simbólica y solían representarse solas o formando grupos, como el conocido triskel, consistente en tres espirales unidas que aludía las tres naturalezas del alma humana (o los tres elementos sagrados: tierra, mar y cielo).

Todos estos elementos los podemos encontrar también en los que son, quizá, el más bello ejemplo del arte celta: los manuscritos iluminados, auténticas obras maestras de una práctica que los artesanos dominaban, la caligrafía. En ellos encontramos bellísimos diseños realizados con gran habilidad y decorados con fantásticos colores que aun hoy provocan asombro de quien los contempla.

Sin embargo se han hallado otros ejemplos en los que los artesanos celtas demostraron su destreza. Tal es el caso de la orfebrería, de la que tenemos restos como collares, pendientes o las fíbulas usadas tanto a modo de alfiler para sostener la ropa como de amuleto, y que muestran en algunos casos deliciosas formas zoomórficas; o de los llamados torques, pesados collares utilizados frecuentemente por los miembros relevantes de la sociedad, que se realizan de diferentes metales, algunos estaban ricamente decorados con filigranas y otros motivos. Entre los objetos cotidianos los celtas demostraron su creatividad en las máscaras ceremoniales, los calderos o las figuritas votivas.

Otro ejemplo del dominio que este pueblo tenía sobre la manufactura del metal lo tenemos en las armas: espadas con grandes empuñaduras ricamente ornamentadas o escudos y cascos de hierro y bronce decorados con figuras muy elaboradas que simbolizaban fuerza y poder.

Sin embargo la herencia que con más nitidez podemos rastrear en al actualidad son los mitos, cuentos y leyendas que han llegado hasta nosotros a través de la tradición cristiana, muchas de cuyas propias historias están basadas en fábulas de la historia celta. Tal es el caso de la mitología que incluye seres fantásticos como hadas, héroes, duendes o gigantes, o como las fascinantes narraciones del Rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, historias cuyas raíces más profundas se hunden en el brumoso y evocador pasado de bardos, vates y druidas transmitidas de generación en generación.

Arte etrusco

En la cultura etrusca, se da una cierta discontinuidad de periodos con distintos momentos de auge y de declive, y distintas calidades en sus manifestaciones artísticas. Los etruscos desarrollaron enormemente el urbanismo. También se conoce su cultura por sus ajuares funerarios, que ponen de manifiesto su gusto por el lujo y su carácter vital. Estuvieron muy preocupados por la vida de ultratumba. Las raíces de su cultura están en la cultura Villanoviana, que florece en la primera Edad del Hierro y que continúa hasta el siglo VIII. En su arte podemos ver influencias orientales y griegas, especialmente de la fase arcaica, que funden y recrean con la suya.

Etapas

Las etapas del arte etrusco son:

  • Periodo primitivo: (s.VII y VI). En el siglo VI se dio su gran apogeo. Nace la estatuaria, la pintura mural y se tiende al realismo. En esta etapa se aprecian claras influencias griegas.
  • Periodo medio: (s. V y IV). La producción artística disminuye y se empobrece.
  • Periodo tardío: a partir del s.III hasta su fusión con Roma. El desarrollo urbanístico alcanzó su mayor apogeo y es cuando el arte etrusco influye en Roma. En este perido nacen los primeros retratos.

Arte Romano

El mundo griego fue fundamental para el desarrollo del arte romano junto a las aportaciones de la cultura etrusca. Sin embargo, también tuvo una indiscutible personalidad, manifestada principalmente en la arquitectura. Posteriormente el arte romano repercutió enormemente en las culturas occidentales, siendo la base cultural de Occidente hasta la actualidad. El arte en Roma se puso al servicio de nuevas necesidades. Esto explica el nacimiento de nuevas manifestaciones y también la aparición de un arte con gran centralización y unitarismo, no sólo en Roma sino también en el resto del Imperio.

Las principales características que aporta el arte romano como novedad son:

  • Preocupación, en la arquitectura, por el juego de masas que viene por los elementos usados en la construcción.
  • Arquitectura mucho más colosal.
  • Como elemento arquitectónico básico, se van a utilizar el arco, la bóveda y, por tanto, la cúpula.
  • Se va a crear el retrato en la escultura.
  • Roma fue la creadora del relieve histórico, continuo y narrativo.

El arte romano se puede dividir de forma similar a la historia del Imperio en tres periodos:

  • Periodo de la República: s. VI (hacia el 510) - 27 a.C.
  • Periodo de Augusto: la época clásica: 27 a.C. - 14 d.C.
  • Periodo imperial: dividido a su vez en:
  1. De Tiberio a Trajano: 14 - 117
  2. De Adriano a Alejandro Severo: 117 - 235
  3. De Maximino a Constantino: 235 - 315

Arquitectura romana

Las principales características de la arquitectura romana son:

  • Es una arquitectura caracterizada por la monumentalidad, no sólo por el espacio que ocupa sino también por su significado. Esto viene dado también por la idea de la inmortalidad del Imperio.
  • Es una arquitectura utilitaria, práctica, funcional. Por esto y también por la propia estructura del Estado, aparecen nuevas construcciones, con un gran desarrollo de la arquitectura civil y militar: basílicas, termas, etc.
  • Es una arquitectura dinámica., como consecuencia del empleo de algunos elementos constructivos como el arco y la bóveda.
  • Los materiales utilizados son muy variados: piedra cortada en sillares regulares y dispuesta a soga y tizón, hormigón, ladrillo, mampuesto, madera... Cuando el material era pobre se solía revestir con estucado, placas de mármol o con ornamentación de mosaicos o pintura.
  • Se usa el orden toscano y también el jónico y el corintio. Aunque lo más significativo fue el uso del elegante orden compuesto. También fue muy frecuente la superposición de órdenes en edificios muy altos. Normalmente en el piso bajo se empleaba el orden toscano, en el medio el jónico y en el superior el corintio. Los capiteles, en general, presentan motivos con mayor libertad que en Grecia y hay algunos con figuración.
  • Aparecen las guirnaldas y los bucranios como elementos decorativos.
  • También la arquitectura romana empleó la superposición en el mismo vano del arco y el dintel.

Diferencias entre la Arquitectura Romana y la Griega

Las principales diferencias entre la arquitectura romana y la arquitectura griega son:

  • La romana es una arquitectura más ornamentada.
  • Hay novedad de los temas decorativos.
  • Mayor perfección de los monumentos.
  • Los edificios tienen un gran utilitarismo.
  • La arquitectura es fundamentalmente civil y militar, frente a la arquitectura básicamente religiosa de Grecia.
  • Se trata de una arquitectura más dinámica frente a la griega, más estática.
  • El arco, la bóveda y la cúpula son más utilizados frente al dintel de Grecia.

Pese a estas diferencias, existen muchas semejanzas con el arte griego ya que Roma asimiló numerosos elementos artísticos y arquitectónicos de los países que incorporaba a su imperio. También fue frecuente emplear artistas nacidos y formados en otros territorios, siendo los principales originarios de Grecia.

Templos romanos

El templo romano se conformó en base a la tradición de dos mundos: el etrusco y el griego. Estaban atendidos por sacerdotes adscritos que administraban el templo y todo lo concerniente a los ritos con sus dioses. En el Imperio Romano existió una gran relación entre el mundo religioso y el político, de manera que el Sumo Pontífice será el propio emperador. Otras figuras destacadas en el templo fueron las vestales, figuras femeninas dedicadas a los templos, especialmente a aquellos que estaban dedicados a diosas femeninas.

El templo romano se levanta sobre un podio y para acceder a la cella existía un escalinata en la parte delantera. La cella se desarrollaba en sentido longitudinal y podía ser única o triple. En los templos se utilizaban especialmente los órdenes compuesto y corintio. Los frontones solían ser lisos con inscripciones en la parte delantera del entablamento. Progresivamente se fue imponiendo la bóveda para la cubrición interior de la cella. También hubo templos circulares, generalmente dedicados a Vesta. En etapas tardías se construyeron templos de estructura más complicada, como templos dobles, de planta poligonal, etc.

Las Tumbas

En líneas generales, las tumbas romanas derivan de las etruscas, aunque con el tiempo fueron adquiriendo una mayor libertad y complejidad. Todas las tumbas se encontraban fuera de la ciudad. El rito funerario podía ser por inhumación o por incineración. Hubo tumbas colectivas, llamadas columbarios, que podían estar en una roca o en construcciones con nichos donde se colocaban las urnas. Los mausoleos son enterramientos que podrían derivar en un principio de los tholoi de Etruria y del mausoleo de Halicarnaso. Suelen ser circulares, grandes y, generalmente, cubiertos por un túmulo donde se va a colocar vegetación, estatuas, etc. También hubo enterramientos con otras formas: de templo, de torre, de monumento, etc. Muchas veces se formaron verdaderas necrópolis que seguían la forma de los hipogeos egipcios.

Escultura Romana

La gloria de la escultura romana fue, indudablemente, el retrato. El retrato romano tiene su origen en el arte etrusco, en el mundo griego helenístico y en las imágenes mayorum, máscaras en cera de los muertos que se guardaban en las casas para rendirles culto y sacarlas en procesiones. Los materiales más utilizados en el retrato fueron el bronce y el mármol y la estatuas eran apolícromas, salvo en un primer momento en que los ojos se coloreaban, práctica que se abandonó para ser tallados. En un principio eran bustos que sólo recogían la cabeza y parte del cuello, pero que se irán alargando poco a poco llegando a representar también los hombros y el pecho.

También hubo retratos de cuerpo entero, de pie o sedentes (esto fue más frecuente en los cuerpos femeninos), y retrato ecuestre, del que debió haber varios ejemplos, pero que sólo nos ha llegado uno importante. Sólo se representaba así al emperador y es importante por la influencia que tendrá en épocas posteriores. El retrato más frecuente de la escultura romana es el del emperador, que constituye el modelo para el resto de retratos. Hay tres tipos de retratos:

  • Retrato togatos: Se esculpe al emperador con toga y manto sobre la cabeza. Le representa como pontífice máximo.
  • Retrato toracatos: Representa al emperador como cónsul o militar, por lo que aparece con coraza.
  • Retrato apoteósico: Representa al emperador como una persona heroizada o divinizada. Aparece con la parte superior del cuerpo desnudo, corona de laurel y algún atributo de un dios. Es la representación más rica, aunque no la más frecuente.

El retrato romano evolucionó según las distintas etapas, y para poder distinguir la época en que fue creada la escultura es necesario observar algunos pocos detalles, como los ojos, la barba y el cabello. En el retrato femenino, además, quedan patentes las modas en los peinados.

Retrato romano durante la República

En los retratos de época republicana la escultura romana aplicada al retrato es de gran realismo, con los rasgos faciales muy acentuados, que recuerdan todavía a las imágenes mayorum. La escultura consiste en un busto corto, que sólo representa cabeza y cuello. Los hombres llevan el pelo corto.

  • Retrato de Patricio llevando máscaras: Aparece de pie, mostrando los retratos de sus antepasados. Son tres personajes con rasgos distintos.
  • Retratos de Catón y Porcia: Es un retrato doble. Pese a ser de la época de la República, el busto es largo. La mujer está más idealizada, es más joven y está peinada con raya en el medio, cayendo el pelo sin ondas a los lados. Reflejan la idea de ser un matrimonio por la actitud de sus manos.
  • Retrato de Pompeyo: El cabello comienza a abultarse, pero sin grandes rizos. El conservado probablemente no es el original, sino la copia de un retrato anterior. A través de su rostro se trasluce su carácter. Es un rostro menos cadavérico, con los rasgos más redondeados.

Retrato romano en época de Augusto

En esta época la escultura romana aplicada al retrato se idealiza. Los rasgos acusados se disimulan. Los retratos son más políticos que estéticos y muestran un "estado perfecto". El pelo sigue siendo corto, pero un poco más largo que en la República, con mechones suaves y ondulados que se van ajustando a la forma de la cabeza. Los que caen sobre la frente son similares a la cola de una golondrina. En los retratos femeninos, como el de la emperatriz Livia, se va a marcar un peinado con el pelo recogido hacia atrás y una especie de tupé (el nodus) sobre la frente.

  • Retrato de Augusto Joven: Sólo se ha conservado la cabeza, pero se aprecia movimiento en el cuello, que está algo girado.
  • Retrato de Augusto: Es similar al anterior y sólo se conserva la cabeza. Está cubierto con el manto y mirando hacia arriba.
  • Retrato de "Joven de pie": El pelo es igual y el modelado también es suave. Inclina la cabeza un poco hacia abajo y sonríe ligeramente.
  • Retrato togato de Augusto: La postura marca el contraposto y la cabeza está cubierta.
  • Retrato toracato de Augusto - Augusto de Prima Porta: Augusto se está dirigiendo al ejército, por lo que está vestido de militar y con el brazo en alto. Se esculpe con precisión el contraste entre la coraza lisa y dura y la tela blanda. La coraza está llena de relieves alusivos a la paz augústea. En la parte interior hay una figura infantil sobre un delfín, alusiva al origen divino de la familia Julia.
  • Retrato toracato de Calígula: Exactamente igual, pero con el brazo hacia abajo.
  • Retrato apoteósico de Augusto: El emperador está aquí divinizado, con la corona de laurel.

Escultura de los retratos durante la época de los Flavios s. I

Este periodo constituye un momento de esplendor en el que se vuelve al realismo, pero distinto al de la República. Ahora se intenta personificar los rasgos pero sin acusarlos. El busto se va haciendo más largo, recogiendo hombros y pectorales. El peinado se abulta y los rizos se hacen más amplios, por tanto, se acentúan los claroscuros y hay más movimiento, que se ve reforzado porque la cabeza comienza a girar. Julia, hija de Tito, va a imponer peinados altos muy llamativos.

Retrato de Calígula

Tiene la boca cerrada, sin suavidad. El cabello sigue las pautas anteriores, aunque los mechones cada vez son más numerosos y minuciosos.

Retrato de Domiciano Aparece sonriente y con aspecto bonachón. Gira la cabeza. El cabello es similar.

Escultura romana y el retrato de los siglos II y III

La escultura romana de este periodo tiende a un progresivo barroquismo. El pelo se esculpe más largo y separado de la cabeza, con rizos muy abultados, barba. Todo ello hace expresar un gran movimiento. Es en este momento, desde Adriano, cuando se empiezan a tallar los ojos. En algunas figuras, como Antinoo, se ve un idealismo que recuerda al mundo griego. Faustina aparece peinada con raya al medio en el que el pelo cae formando ondas muy suaves y se recoge en la nuca o sobre la cabeza formando un moño.

Retrato de Adriano

Es obra del siglo II. Los ojos están tallados y no policromados, lleva barba y el pelo está muy marcado, muy separado de la cabeza, largo y trabajado con el trépano con mucha delicadeza. En el busto lleva una medusa.

Retrato de ANTINOO

Antinoo era el preferido de Adriano que murió por el emperador. Se trata de una escultura muy idealizada, por lo que se llegó a confundir con Apolo. Lleva el pelo largo, abultado y con movimiento. Los ojos están tallados. El retrato es de cuerpo entero.

Retrato de MARCO AURELIO

Obra también del siglo II, pero algo posterior. Cumple las mismas características, con la barba larga, el pelo muy abultado y los ojos tallados. La tela también tiene importancia.

Retrato de Caracalla

Es un retrato del siglo III. Caracalla fue un emperador de carácter violento, fuerte y altanero; caracteres que quedan reflejados en su escultura. La cabeza está totalmente girada.

Retrato romano en el siglo IV

En este periodo avanzado del arte romano, los retratos se deshumanizan. Se pierde la preocupación por hacer retratos que se acerquen al hombre. Se tiende a una esquematización que aleja al emperador de la sociedad. Por tanto, su escultura se puede considerar "anti-clásica". Las facciones son desproporcionadas y con una talla muy dura. Tal evolución se aprecia perfectamente en las representaciones de Constantino, que es el emperador más representado. Este retrato tardorromano anticipa la escultura bizantina.

Retrato de Constantino

Se trata de la cabeza de una escultura de cuerpo entero que se conserva fragmentada y que tenía grandes dimensiones. Constantino aparece imberbe y tiene el pelo pegado a la cabeza, los mechones son meras líneas. Los ojos son grandes, desorbitados y desproporcionados.

Pintura

En la pintura romana va a influir decisivamente el arte griego, ya que ya desde la época de César llegaron pinturas griegas que arrancaban de las paredes y se llevaban a Roma. Ésta es una de las razones por las que apenas se conservan pinturas murales griegas. Al igual que otras artes, la pintura en Roma tenían una finalidad práctica: decorar las casas y palacios. La condición social del pintor era la de un artesano, aunque los que pintaban sobre tabla tenían mayor prestigio. La pintura mural se realizaba con la técnica del fresco, aunque también se discute que en algunas ocasiones se utilizaran técnicas mixtas. Para la pintura sobre tabla se utilizaban las técnicas al temple y a la encaústica.

La gama de colores era amplia, ya que a la del mundo griego y egipcio se les suman algunos colores más. Destacan el negro, el blanco, el rojo y el amarillo, aunque a veces también se utilizaron verdes, azules y violetas. Se aplicaban mezclados con agua y a veces con cola. La pintura romana se clasifica en cuatro estilos a partir del siglo XIX y fueron establecido en base a las pinturas conservadas en Pompeya. Las pinturas de Pompeya son las mejor conservadas ya que en el año 79 d.C. una erupción del Vesubio cubrió toda la ciudad, permitiendo que se conservaran las pinturas (entre otras muchas cosas) como no se han conservado en ninguna otra ciudad. Todas las pinturas de Pompeya se encontraban en Domus.

Estilos de Incrustación

Este estilo de pintura romana se desarrolla desde mediados del s.II a.C. hasta principios del s.I a.C., todavía en época republicana. Es así llamado porque imita la decoración de mármoles que se aplicaban en época helenística. Es un estilo muy colorista, de aspecto muy suntuoso. El muro suele estar dividido en tres: un zócalo pintado imitando granito, una zona media imitando mármol y un remate a modo de cornisa realizada en estuco.

Estilo Arquitectónico

Se desarrolla durante el s.I a.C, en la época de César. Es llamado estilo arquitectónico porque imita no sólo revestimientos sino también arquitecturas. También es llamado "Estilo de perspectiva arquitectónica" porque busca profundidad y perspectiva. Esto hace que las estancias parezcan más grandes. Se dan frecuentemente las ventanas, tras las que se puede ver edificios, y resulta más teatral, además, aparece el paisaje. En definitiva se trata de una pintura romana que tiende a la disolución del muro. Es un estilo ya de plena creación romana.

Estilo Mixto u Ornamental

Se dio entre el 27 a.C. hasta la mitad del s.I d.C, es decir, durante la época de Augusto y sus sucesores. Es un estilo mixto porque en cierta manera es una mezcla de los dos anteriores. Es un estilo menos real y más fantástico. Se caracteriza por la representación de elementos ornamentales muy ligeros, apareciendo también edificios fantásticos, frisos con niños, elementos vegetales muy estilizados, figuritas de animales, de humanos también pero más pequeñas y delicadas, y pequeñas escenas mitológicas. Los colores son muy intensos. Se dio más en Roma que en Pompeya y destacan las de la Domus Aúrea de Nerón.

Estilo Ilusionista o Escenográfico

Se trata de la pintura que se manifiesta desde la época de Nerón, en la primera mitad del siglo I, hasta el final de este siglo. Toma elementos del segundo y tercer estilo. Es el estilo más confuso. En él aparecen también escenas mitológicas, históricas, tiene un gran recargamiento decorativo, aparecen cortinajes y telones y cobra mucho desarrollo el paisaje. También aparece en la Domus Aúrea de Nerón y en la casa de los Vetii en Pompeya. También hay frescos llamados por Vitrubio "Megalográficos", que se dan en el s.I a.C. y parte del I d.C. Representan personajes de tamaño natural que componen escenas. Pueden aparecer aquitecturas para dar un mayor realismo.

No hay muchos, pero sí de una gran calidad. Destaca "La villa de los misterios", en Pompeya, de época de Augusto. Después del s.I d.C. la pintura se limita a grandes masas pictóricas sin delimitar, con búsqueda de efectos claroscuristas con un gran detallismo en las representaciones, pero después se da una reiteración de los estilos pompeyanos. En el s.II encontramos muchos mosaicos y revestimientos de mármol sin compartimentación. En época de Adriano se hacen muchos estucados con pinturas geométricas y vegetales y pinturas con un sentido muy pictórico, con colores más claros y sfumato.

La pintura de caballete y los pequeños frescos también se dan. Los temas se enriquecen: historia, paisajes de distintos tipos, mitología, bodegón, vida cotidiana, animales y el retrato. El retrato se da desde el s.I a.C. pero es en el s.II cuando proliferan. Destacan los del Fayum, unos retratos funerarios en tela o en madera que están realizados con la técnica de la encáustica. Un buen ejemplo de retrato es "El panadero y su esposa", del s. I en Pompeya.

Mosaicos romanos

Aunque al principio los mosaicos se utilizaron para decorar fundamentalmente paredes y techos, con el paso del tiempo y la mejora de las técnicas, comenzaron a usarse también para cubrir la superficie del suelo, elaborando así unos espectaculares pavimentos que conferían a las villas y palacios una majestuosidad adicional, denotando la posición social y el poder de sus inquilinos. Con la llegada de la época imperial el mosaico se popularizó y comenzó a utilizarse también en los templos, teatros, baños públicos e incluso en las tiendas.

Los mosaicos están compuestos por pequeñas piezas cúbicas llamadas teselas (del latín tesselae, que a su vez proviene del griego tessellae es decir "cuatro"). De hecho este arte era conocido también como opus tesselatum. Los materiales pueden ser muy variados y van desde las rocas calcáreas hasta el vidrio pasando por la cerámica. Se tallaban de diferentes tamaños y dependiendo de ésto, de los motivos elegidos o de el lugar en el que debía ser lucido, los mosaicos adoptaron diferentes nombres.

Los temas más frecuentes en los que se inspiraban los artistas (o aquellos que les encargaban las obras) eran los relacionados con la mitología, aunque también eran muy apreciadas las escenas de caza y de la vida cotidiana o los símbolos y monstruos marinos, muy empleados en las termas, por ejemplo. También encontramos mosaicos puramente geométricos, con elaboradas grecas o intrincados diseños en forma de estrella.

Fuentes