La actividad en la infancia

Revisión del 12:33 26 ago 2019 de Carlos idict (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
La actividad en la infancia
Información sobre la plantilla
El juego infantil.jpg
Concepto:El juego es una actividad propia del ser humano. Todos aprendimos a relacionarnos en el ámbito familiar, material, social y cultural a través del juego. Se trata de un concepto muy rico, amplio y variable que implica una difícil categorización. Los investigadores refieren que la palabra juego procede de dos vocablos en latín: "iocum y ludus-ludere" ambos hacen referencia a broma, diversión, chiste, y se usan indistintamente junto con la expresión actividad lúdica.

finición |Nombre= La actividad en la infancia |imagen=el juego infantil.jpg |concepto= El juego es una actividad propia del ser humano. Todos aprendimos a relacionarnos en el ámbito familiar, material, social y cultural a través del juego. Se trata de un concepto muy rico, amplio y variable que implica una difícil categorización. Los investigadores refieren que la palabra juego procede de dos vocablos en latín: "iocum y ludus-ludere" ambos hacen referencia a broma, diversión, chiste, y se usan indistintamente junto con la expresión actividad lúdica. }}

Generalidades

El juego es una actividad muy importante en la niñez para realizar una vida social adecuada y sana. Para los [[niños es elemental porque así aprenden mucho, ya sea en los hogares o en los círculos infantiles. Para ellos el juego es más que divertirse, recrearse, entretenerse, retozar o moverse. El juego es la actividad propia de los niños, en la que “practican” los modos de relación, aprenden a respetar y a hacerse respetar, adquieren autoestima y estimulan su creatividad. Es por eso es que tienden a convertir en juego cualquier actividad. De la importancia del juego en la niñez.

Y es que en esta actividad, se adquieren experiencias valiosas, se ejercitan las funciones simbólica y de comunicación y se amplían conocimientos. El juego también proporciona al niño alegría. Por eso es una necesidad psicológica, que se debe garantizar y estimular. No se debe entorpecer el desarrollo psicológico de los [[niños restringiendo la actividad de juego, mediante castigos con criterios educativos equivocados o prohibiciones a causa de la falta de espacio.

Modalidades

El [[juego y las actividades manuales, son poderosas herramientas para el aprendizaje y el desarrollo de los [[niños. El [[juego activa la imaginación. A los niños se les debe ofrecer elementos que les estimulen el deseo de aprender cosas nuevas mediante la actividad lúdica, ya sean solos o en grupo, dentro o fuera de la casa. Las opciones son muchas: correr, saltar y, trepar; revistas, goma y hojas para cortar y pegar; bloques para construir; masilla o plastilina para moldear; lápices, papeles y colores para pintar; ropas que ya no quieras para que se vistan y creen situaciones que les diviertan. Hay que tener en cuenta, que lo que se aprende así no se olvida.

Está probado que el juego ocupa un lugar preponderante en la vida infantil, particularmente en las primeras edades. No olvidemos que el juego está considerado una acción consciente, objetiva, y un instrumento eficaz para el desarrollo integral. Y es que jugar significa hacer algo con espíritu de alegría. De esta forma el niño o niña no solo se entretiene, sino que a la vez satisface una necesidad espiritual y desarrolla el ansia de conocimientos de las edades preescolares.

La importancia del juego en la infancia. Una de las funciones de gran valor que se amplía, mediante el juego, es la función simbólica. Esta se refiere a que el pensamiento del [[niño realiza asociaciones o similitudes con el pensamiento “inconsciente”. Durante el [[juego los niños también aprenden a escuchar y tener en cuenta el criterio de otros. A veces, tienen que explicarle a quien lo escucha, las reglas que él acaba de “inventar”, esto lo obliga a ser claro y directo, preciso y exacto, lo que da a la comunicación mucha calidad.

Entre los múltiples beneficios que aporta el juego se encuentra la satisfacción emocional, porque se desarrolla una actividad placentera. Proporciona a la vez, sentido de eficacia pues cuando el niño logra realizar una tarea, comprueba que él es eficaz, capaz de hacer cosas, que puede superar obstáculos. Facilita además, mejor manejo de la agresividad porque aprende que la agresividad genera agresividad, mientras que cuando reina la armonía se disfruta más de la actividad. Asimismo el juego va exigiendo habilidades que lo hacen más diestro, lo que lo estimulará a seguir perfeccionado esas habilidades La importancia que adquiere el juego en la niñez.

Esta actividad despliega la imaginación como ninguna otra; desarrolla la concentración, observación y experimentación, porque en el afán de querer ganar, el niño necesita concentrarse, tiene que observar todas las situaciones y experimentar variantes que lo hagan ser más eficiente; el juego además proporciona mejores relaciones interpersonales pues las reglas del juego hacen que los participantes mantengan un “ética” que contribuye a mejores relaciones. La necesidad de respetar y hacer valer sus derechos trae consigo una relación armoniosa y productiva.

Otros de los beneficios que proporciona el juego lo es sin dudas la cooperación y la colectividad, porque cuando el juego es por equipo obliga a un trabajo en colectivo lo que ayuda a mejorar además las relaciones interpersonales. El juego también genera conocimientos acerca de las consecuencias de las trampas. El [[niño descubre que el engaño, es “sancionado” de alguna manera, y que esto a veces conlleva al aislamiento y la pérdida de las amistades, lo que es algo doloroso y se convierte por lo general es una “experiencia emocional correctiva”. Esto desarrolla por igual el sentido de la honradez La relevancia que adquiere el juego en las edades tempranas. Esta actividad favorece al aprendizaje de perder con ecuanimidad y dignidad, prepara para aceptar las frustraciones que, necesariamente, van a ocurrir en la vida real de cualquier ser humano. Por su parte el ejercicio al aire libre, mejora su salud y fortaleza y es que la realización de los juegos que implican ejercicio mejorara el desarrollo muscular, la capacidad respiratoria, el apetito, la coordinación, el equilibrio, y más.

Los juegos en la niñez pueden servir para entretenerse, pero esto no quiere decir que sólo eso hacen; esta actividad sirve también como método de enseñanza; como una manera de realizar ejercicios; como deporte, como un medio de expresión cultural. De esta manera, se pueden catalogar en didácticos, deportivos, tradicionales y de mesa. Pueden ser usados para expresar, simbólicamente, un conflicto, una situación dolorosa o estresante, en ese aspecto se destacan los juegos de imitación y catárticos.

Todo en exceso hace daño, si por una parte el juego tiene múltiples beneficios para el desarrollo de los niños; las diferentes etapas de los infantes exigen además de esta, otro tipo de actividades, como la realización de los deberes escolares y el apoyo en el hogar con las tareas más apropiadas a su edad. Muchos padres no limitan el juego de sus hijos y los desatienden para tener más “tranquilidad”, o bien porque piensan erróneamente, que lo mejor es darles “libertad”, soltándolos para la calle, para que se críen independientes. A los niños nunca se les puede perder de vista y es indispensable tomar siempre ciertas precauciones para evitar cualquier posible accidente.

Lo que para cualquiera de nosotros pudiera parecer un inocente juego infantil, es muchas veces para los psicólogos un experimento donde se pueden medir conceptos humanos tan complejos como la justicia. Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bristol, Inglaterra, según el cual, con apenas tres años de edad, los niños son capaces de premiar a sus pares de acuerdo con el mérito. O sea, que pueden ser justos.

Para arribar a esa conclusión los psicólogos realizaron un sencillo juego. Colocaron a un títere, con la ayuda de un titiritero adulto, frente a un niño de tres años de edad, y entre ambos recolectaron pequeños cubos llenos de moneditas. Luego, el equipo recibió premios, uno por cada cubito recolectado, y al niño le correspondió decidir cómo compartirlo con su socio, el títere.

Véase además

Fuentes

  • [1]
  • Mussen,P.H., Conger, J.J., y Kagan, J. (1969) Desarrollo del Niño y su Personalidad. New York: Harper y Row.