Ménade

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Ménade
Características

Ménade. La Ménade es una mujer conocida como sacerdotisa de Baco dios romano que, en la celebración de los misterios, daba muestras de frenesí. Este tipo de mujeres mostraban comportamientos descompuestos y frenéticos.

Orígenes

La Ménade en la mitología griega son seres femeninos divinos estrechamente relacionados con el dios Dioniso o Dionisio (Baco), dios supuestamente originario de Tracia y Frigia. También conocido como [[Archivo: Ménade_con_cesto.jpg|right|200px|Así eran vistas por lo general las ménades).

Las primeras ménades fueron las ninfas que se encargaron de la crianza de Dioniso, y que posteriormente fueron poseídas por él, quien les inspiró una locura mística. Esto las contrapone a las bacantes o basárides, mujeres mortales que emulan a las ménades, que se dedican al culto orgiástico de Dioniso.

Estas orgías desenfrenadas eran conocidas como bacanales, y en ellas participaban sátiros, ninfas, ménades, centauros, Sileno, etc. Todos ellos inmersos en un eufórico frenesí para rendirle homenaje a Dionisio, hacerle ofrendas con la supuesta recompensa de que retornara el Dios único (muchos lo asocian a Satanás), debido a los ritos, y a las acciones, derramamientos de sangre, ofrendas, etc.


[[Archivo: Bacanal.jpg|left|200px|Este es uno de los ejemplos de cómo, supuestamente, se realizaban las bacanales, donde participaban las ménades, el dios Dionisio con cuernos sobre la cabeza, seres mitológicos como sátiros, ninfas, ménades, centauros, etc.)


Existen diferentes hipótesis sobre el tema, ya que en muchas fuentes ménades y bacantes son sinónimos, entendiéndose por bacante la acepción latina de ménade.

Literalmente ménades puede traducirse por «las que desvarían». Se las conocía como mujeres en estado salvaje y de vida enajenada con las que era imposible razonar. Se decía de ellas que vagaban en bandas rebeldes o Thiasoi por las laderas de las montañas.

Los misterios de Dioniso, el dios del vino, el misterio y la intoxicación, les llevaban a un frenesí extático. Se permitían dosis importantes de violencia, derramamiento de sangre, sexo y auto-intoxicación y mutilación.

Vestuario

Se las representa pictóricamente a menudo ataviadas con coronas de hojas de vid, vestidas con pieles de ciervo, cervatillo, también conocida como nebris, y de pantera, llevando el Thirsus, (del griego Thyrsoi), una varita rematada con ramas de pino y envuelto en ribetes, con una piña en la punta y adornada con hiedra u hojas de vid, también llevaban racimos de uvas, antorchas y serpientes vivas y danzando con el abandono salvaje de la naturaleza primaria con la cual estaban vinculadas. Se supone también que llegaban a practicar en su éxtasis el sparagmos, o desgarro de sus víctimas (animales o seres humanos) en trozos tras lo que ingerían su carne cruda (omofagia), esto ocurría supuestamente porque poseían poderes sobrenaturales. Cuando necesitaban protegerse entre ellas o proteger al dios Dioniso sacaban su lado más violento.

Comportamiento

En el relato mítico de la muerte de Orfeo, las ménades lo despedazan por rechazar este el culto a Dioniso en favor del culto a Apolo, identificado con el sol. Según otras fuentes lo hacen afrentadas por su misoginia, sustituida por homosexualidad.

De una forma similar, en la Tragedia de Eurípides, Las bacantes, éstas descuartizan al rey tebano Penteo por prohibir este el culto a Baco, primo suyo, por cierto, y negar su divinidad, a pesar de ello el rey Penteo a pesar de no aceptar el culto a Dionisio, sentía la curiosidad por el rito de las Ménades, debido a lo que cuando intentaba espiarlas encaramado a un árbol, cayó en sus manos y fue despedazado, participando en el rito su propia madre Agave.

Varios autores (entre ellos Nietzsche, en El nacimiento de la tragedia, y Julio Cortázar, en Las Ménades ven en el mito de la muerte de Orfeo la confrontación permanente existente entre los principios apolíneo y dionisíaco, entre la serenidad y la orgía, entre la racionalidad y el abandono a los instintos, siendo Orfeo, el inventor de la lira, la medicina y otras artes, el que provoca su propia destrucción a manos de las fuerzas de la naturaleza por él desatadas.

Cuento de Cortázar sobre las Ménades

Muchos autores han escrito sobre las Ménades entre ellos está Julio Cortázar, quien escribió un cuento titulado Las Ménades , estos seres míticos se relacionan con el cuento de Cortázar, ya que representan al público extasiado ante el concierto del maestro.

La irresistible euforia colectiva lleva al público a atacar a los músicos y el Maestro que intentó llevar a cabo un concierto que los complaciera termina siendo devorado por una mujer de rojo …“Pero la mujer vestida de rojo iba al frente, mirando altaneramente, y cuando estuve a su lado vi que se pasaba la lengua por los labios, lenta y golosamente se pasaba la lengua por los labios que sonreían.”… El público actúa como una marea de ménades por la euforia que sentían hacia el maestro y su concierto, terminando, en masa caótica, por atacar a los músicos y al mismo maestro.

Este cuento, muy interesante, por cierto, hace que el lector se sienta parte de la situación. Muestra las consecuencias del fanatismo ciego, de cómo a veces nos dejamos llevar por la manada y terminamos haciendo cosas que no entendemos por qué las hacemos, y que en general terminan siendo hechos de los cuales nos arrepentimos. La excitación de la violencia está muy presente en este cuento y creo que ese es el punto de relación con las Ménades.

Este cuento muestra cómo es posible que como seres humanos, al dejarnos llevar por los impulsos y no refrenarlos, podemos destruir y devorar lo que amamos, y que el que manipula estos impulsos puede estar jugando con un arma de doble filo y ser devorado por aquella masa a la que manipuló.

Continuidad de sus rituales

Su culto se trasladó a la cultura romana y gracias a ello se conservan representaciones escultóricas de copias romanas de originales griegos, como los que se conservan en el Museo del Prado.

Fuentes