Manuel García-Garófalo Morales

Revisión del 03:44 9 jul 2019 de Javiermartin jc (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
Manuel García
Información sobre la plantilla
Garófalo1.jpg
NombreManuel García-Garófalo Morales
Nacimiento18 de noviembre de 1853
Santa Clara, Cuba
Fallecimiento23 de abril de 1931
Santa Clara, Cuba

Manuel García Garófalo Morales. Fue uno de los continuadores de la investigación y catalogación de la bibliografía cubana. Se integró a la lucha revolucionaria y con su pluma describe el acontecer político y social de Cuba. Fue agente confidencial de Máximo Gómez y Carlos Roloff. Obtuvo los grados coronel del Ejército Libertador, se desempeñó como bibliotecario en la biblioteca provincial “Martí”.

Síntesis biográfica

Infancia y Juventud

Manuel García Garófalo Morales nace en Santa Clara el 18 de noviembre de 1853, en la calle de Santa Rosa e/ San Francisco Javier, actualmente Maceo y el Callejón de los Vizcaínos, hoy calle de Plácido. Cursó los estudios primarios y secundarios en las Escuelas “Pías” y “San Idelfonso”.

Cuando apenas era un mozo comienza a trabajar en la escribanía de Don Mateo Gutiérrez. Allí se celebran tertulias literarias, lo que contribuyó a que crecieran sus inclinaciones por las letras.

Desde su juventud se destacó por su talento, ello se evidenció sobre todo en las ciencias humanísticas.

Fue socio fundador del Liceo de Villa Clara, realizó trabajos de escribanía y redactó artículos para diversos periódicos nacionales y extranjeros. El periódico “El Alba” fue la pila pilonga en la que recibí las aguas del periodismo”, refiere él mismo y además donde visitaba a amigos cajistas y atraído por la tinta y la melodía de las máquinas, empezó a escribir gacetillas, luego se extendió a escribir folletines (páginas dominicales). Colaboró con el periódico “El Moro Musa”, “La Aurora”. Envió correspondencia a la prensa separatista que veía la luz en Nueva York.

En 1876 escribió para el periódico del Partido Liberal de La Habana. Por su labor decidida y gratuita, por espacio de medio siglo, dentro del periodismo fue considerado por la crítica de su época como “el padre del periodismo en Las Villas”. Su prosa, como dijera un crítico, “es algo así como piezas de artillería gruesa, disparando sobre montañas de acero”.

Fue Don Manuel uno de los escritores que más seudónimos tuvo que emplear para que su palabra no fuera silenciada, así nos lo encontraremos como M. A. Nuel, Alicates, Bélico, Escambray, X., M. M., Horacio Mora, Edmundo Agustín de la Roca, Sancho Panza, Juan Candela, Mambisito, (1898 en la sección Fuego Graneado del semanario “El Nacional”, Órgano del Cuartel General de la Brigada de Villa Clara, también bajo este seudónimo lo encontramos en el "Cubano Libre", vocero del Partido Revolucionario Cubano en New York) y Juan de la Cruz, seudónimo que lo acompañará por el resto de su vida. (Colecciones de revistas como "La Esquila", "El Mosaico", "Villaclara"). Es interesante destacar sus polémicas periodísticas abiertas con hombres de la talla de Enrique José Varona y Manuel Sanguily.

A partir de 1870, se integró a la lucha revolucionaria y con su sabia pluma describe el acontecer político y social de Cuba. Durante la guerra del 95 desarrolla actividades conspirativas, es agente confidencial de Máximo Gómez y Carlos Roloff y agente secreto de Gerardo Castellanos, llegó a obtener los grados de Coronel del Ejército Libertador.

Durante la República Neocolonial, se desempeñó como periodista, escribano y secretario en diferentes instituciones; en 1924 se le encomendó la realización y actualización de la obra Memoria Histórica de la Villa de Santa Clara del escritor Manuel Dionisio González.

Participó como colaborador tenaz en dos de las Juntas de Información villaclareñas. En la primera, año de 1868, apenas un adolescente de 16 años, en la segunda, la de 1886, se ve impedido de aceptar el cargo de secretario, que se le quería asignar, debido a los intensos trabajos conspirativos, en los que estaba involucrado; ya por entonces había órdenes de tirar a matar, si se acercaba a 20 pasos de las alambradas que rodeaban la ciudad.

Manuel García Garófalo fue el que suministró los datos para la colaboración de los planos topográficos, señalando todas las trincheras, puentes militares, oficinas, y demás lugares de importancia para la guerra, y que con un excelente memorándum se envió al General Roloff, para ultimar detalles del asalto a Villa Clara el 20 de julio de 1876, por las tropas mambisas al mando del General Manuel de Jesús Calvar y Eduardo; por sus indicaciones confeccionó el plano su maestro y gran amigo José Agustín Anido y Pérez. Preso en 1877 bajo acusación probada de trabajos conspirativos y propagandísticos, pudo salvar la vida gracias al Convenio del Zanjón. Sabía que lo fusilarían y ese fallo homicida esperaba con estoicismo espartano.

En 1879 escribía artículos polémicos en el periódico "Eco de Las Villas", en una sección denominada "Eco". Al desaparecer por orden del Gobernador General el periódico "Eco de Las Villas", se sucedieron otros como el de "Las Villas", "El Autonomista", "La Libertad", "La Perseverancia", "La Verdad", "La Vanguardia", "La Defensa", "La Protesta", en todos estos periódicos escribió artículos de índole separatista.

Durante la reconcentración de Weyler abogó en beneficio de las familias campesinas desde las columnas del diario "El Popular". Fundador del periódico "La Publicidad", en 1904, donde escribiera hasta su muerte.

El día 16 de marzo de 1896 fue acusado de infidencia y con pésimos informes que se tenían de él. En esta fase patriótica le fue comunicado por el General Roloff que había sido nombrado oficial del Ejército Libertador, destinado a prestar servicios en la junta revolucionaria y años más tardes le comunican por orden del "Generalísimo", de manos del General Carrillo, que le habían sido otorgados los grados de Coronel en Campaña.

Tal era su sencillez que jamás comentó estas distinciones y aún más, se negó a aceptar la pensión que le correspondía como Veterano del Ejército Libertador.

La pluma que hoy conserva el Museo Provincial de Historia en Santa Clara, le fue entregada humildemente, en su casa, no en un banquete como tenían planeado sus compañeros, en ocasión de su cumpleaños.

Muerte

El 23 de abril de 1931. Ese mismo día en horas de la mañana había escrito un artículo titulado “Mi despedida”, para el periódico “La Publicidad”, el cual dirigía.

Fuentes