Diferencia entre revisiones de «Manuel Saumell»

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Nace en la [[Ciudad de La Habana,|Ciudad de La Habana,]] en el año[[1817|1817]], en un hogar de procedencia humilde.<br>
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Tuvo que estudiar música de manera autodidacta, dando muestras desde muy joven de su gran talento y vocación, pues a los quince años ya andaba enfrascado en la composición musical.<br>
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Tuvo que estudiar música de manera autodidacta, dando muestras desde muy joven de su gran talento y vocación, pues a los quince años ya andaba enfrascado en la composición musical.<br>  
  
Siendo un adulto logró ser discípulo de [[Juan Federico Edelmann|Juan Federico Edelmann]] en el piano y de [[Mauricio Pyke|Mauricio Pyke]] en las asignaturas de armonía, contrapunto, fuga e instrumentación.<br>Conoció también a [[Louis Moreau Gotsacchalk|Louis Moreau Gotsacchalk]], con quien tuvo trato y mucho admiró.<br>Tocó el piano en varias iglesias habaneras, organizó reuniones musicales, instrumentó, hizo arreglos musicales y ofreció clases a la más joven generación de músicos cubanos de su tiempo. Tuvo tres hijos con la habanera [[Concepción Amegui.|Concepción Amegui.]]<br>
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Siendo un adulto logró ser discípulo de [[Juan Federico Edelmann|Juan Federico Edelmann]] en el piano y de [[Mauricio Pyke|Mauricio Pyke]] en las asignaturas de armonía, contrapunto, fuga e instrumentación.<br>Conoció también a [[Louis Moreau Gotsacchalk|Louis Moreau Gotsacchalk]], con quien tuvo trato y mucho admiró.<br>Tocó el piano en varias iglesias habaneras, organizó reuniones musicales, instrumentó, hizo arreglos musicales y ofreció clases a la más joven generación de músicos cubanos de su tiempo. Tuvo tres hijos con la habanera [[Concepción Amegui.|Concepción Amegui.]]<br>  
  
Llevó Saumell una vida muy agitada; esto le limitó un poco para componer. Sufrió además muchas privaciones por su condición socioeconómica, por lo que fue un gran trabajador, muy sensible y exigente consigo mismo para alcanzar sus propósitos.<br>En el año [[1939|1939]] cuando contaba con 22 años, se propuso escribir una ópera que reflejara una temática cubana cuya acción se desenvolviera en la Isla e intervinieran en ella elementos característicos de la vida popular de los cubanos. Este fue un proyecto sin precedentes en Latinoamérica pero se vio frustrado por razones sentimentales.<br>
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Llevó Saumell una vida muy agitada; esto le limitó un poco para componer. Sufrió además muchas privaciones por su condición socioeconómica, por lo que fue un gran trabajador, muy sensible y exigente consigo mismo para alcanzar sus propósitos.<br>En el año [[1939|1939]] cuando contaba con 22 años, se propuso escribir una ópera que reflejara una temática cubana cuya acción se desenvolviera en la Isla e intervinieran en ella elementos característicos de la vida popular de los cubanos. Este fue un proyecto sin precedentes en Latinoamérica pero se vio frustrado por razones sentimentales.<br>  
  
 
Era Saumell un hombre enérgico y lleno de dinamismo que desplegó durante su existencia una gran actividad. Además de componer se presentó en distintas ocasiones como músico en actividades y ofreció numerosos conciertos.  
 
Era Saumell un hombre enérgico y lleno de dinamismo que desplegó durante su existencia una gran actividad. Además de componer se presentó en distintas ocasiones como músico en actividades y ofreció numerosos conciertos.  
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== Su arte  ==
 
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Fue presidente de la Sección de Música de la [[Sociedad Filarmónica Santa Cecilia,|Sociedad Filarmónica Santa Cecilia,]] y trabajó, con [[Ramón Pintó|Ramón Pintó]] y el pianista [[José Miró,|José Miró,]] en la fundación del [[Liceo Artístico y Literario de La Habana|Liceo Artístico y Literario de La Habana]], de la cual también fue presidente de su Sección de Música, y con él colaboró [[Tomás Buelta y Flores.|Tomás Buelta y Flores.]]<br>
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Fue presidente de la Sección de Música de la [[Sociedad Filarmónica Santa Cecilia,|Sociedad Filarmónica Santa Cecilia,]] y trabajó, con [[Ramón Pintó|Ramón Pintó]] y el pianista [[José Miró,|José Miró,]] en la fundación del [[Liceo Artístico y Literario de La Habana|Liceo Artístico y Literario de La Habana]], de la cual también fue presidente de su Sección de Música, y con él colaboró [[Tomás Buelta y Flores.|Tomás Buelta y Flores.]]<br>  
  
Fue miembro de la Academia Filarmónica de Santa Cristina, cuyo fundador fue el compositor [[Tomás Buelta y Flores.|Antonio]] [[Raffelin|Raffelin]]. Con [[Toribio Segura|Toribio Segura]], violinista, y [[Enrique González|Enrique González]], cellista, ejecutó un trío de [[Ludwig van Beethoven.|Ludwig van Beethoven. ]]<br>
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Fue miembro de la Academia Filarmónica de Santa Cristina, cuyo fundador fue el compositor [[Tomás Buelta y Flores.|Antonio]] [[Raffelin|Raffelin]]. Con [[Toribio Segura|Toribio Segura]], violinista, y [[Enrique González|Enrique González]], cellista, ejecutó un trío de [[Ludwig van Beethoven.|Ludwig van Beethoven. ]]<br>  
  
En sus contradanzas ''Recuerdos tristes, Lamento de amor y Toma, Tomás'', hay un alto grado de logro musical, sobre todo debido al pianismo con que están escritas.<br>
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En sus contradanzas ''Recuerdos tristes, Lamento de amor y Toma, Tomás'', hay un alto grado de logro musical, sobre todo debido al pianismo con que están escritas.Por otra parte: Estas contradanzas están escritas con gusto y moderación.<br>  
  
Por otra parte: Estas contradanzas están escritas con gusto y moderación.<br>
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La severa economía de recursos utilizada en ellas contrasta claramente con el estilo llamativo y el virtuosismo de moda entre muchos de sus contemporáneos. Empero, la sencillez de la escritura pianística de Saumell no le impidió desplegar una enorme variedad dentro de la estructura limitante de la forma de contradanza, cada una de las cuarenta y cinco disponibles de Saumell no tiene rival melódica ni rítmicamente.<br>  
  
La severa economía de recursos utilizada en ellas contrasta claramente con el estilo llamativo y el virtuosismo de moda entre muchos de sus contemporáneos. Empero, la sencillez de la escritura pianística de Saumell no le impidió desplegar una enorme variedad dentro de la estructura limitante de la forma de contradanza, cada una de las cuarenta y cinco disponibles de Saumell no tiene rival melódica ni rítmicamente.<br>
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Saumell siguió la estructura tradicional de la contradanza, ya evidente en la anónima ''San Pascual Bailón,'' con sus treinta y dos compases divididos en dos partes diferentes de dieciséis compases. Sin embargo, en vez de repetir los primeros ocho compases de cada parte, el compositor escribió casi siempre dieciséis compases completos para la segunda parte y, en ocasiones, también realizó lo mismo en la primera sección ''La quejosita'' puede ser un ejemplo importante al respecto. <br>  
  
Saumell siguió la estructura tradicional de la contradanza, ya evidente en la anónima ''San Pascual Bailón,'' con sus treinta y dos compases divididos en dos partes diferentes de dieciséis compases. Sin embargo, en vez de repetir los primeros ocho compases de cada parte, el compositor escribió casi siempre dieciséis compases completos para la segunda parte y, en ocasiones, también realizó lo mismo en la primera sección ''La quejosita'' puede ser un ejemplo importante al respecto. <br>
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El tradicional contraste de humor entre las secciones A y B es siempre evidente en las contradanzas de Saumell.<br>  
  
El tradicional contraste de humor entre las secciones A y B es siempre evidente en las contradanzas de Saumell.<br>
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A pesar de su escritura pianística semejante al étude, con sus octavas y notas dobles alternadas, su ''Ayes del alma ''es un ejemplo de la preferencia bastante frecuente por los comienzos líricos. En otras contradanzas del autor, la primera sección es agitada y patética; una muestra sobre de ello la encontramos en ''Lousiana.''<br>A menudo la sección A sólo sirve como una especie de introducción, y se reservan para la sección B los “más picantes”, ritmos criollos.<br>  
  
A pesar de su escritura pianística semejante al étude, con sus octavas y notas dobles alternadas, su ''Ayes del alma ''es un ejemplo de la preferencia bastante frecuente por los comienzos líricos. En otras contradanzas del autor, la primera sección es agitada y patética; una muestra sobre de ello la encontramos en ''Lousiana.''<br>A menudo la sección A sólo sirve como una especie de introducción, y se reservan para la sección B los “más picantes”, ritmos criollos.<br>
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Estas primeras partes, divorciadas del efecto criollizante de los ritmos cubanos más característicos, se asemejan con frecuencia a las formas clásicas europeas, con las que Saumell se encontraba familiarizado. <br>  
  
Estas primeras partes, divorciadas del efecto criollizante de los ritmos cubanos más característicos, se asemejan con frecuencia a las formas clásicas europeas, con las que Saumell se encontraba familiarizado. <br>
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Muchas veces poseen la apariencia de un concierto clásico, con una variación rítmica en la repetición del tema inicial, como en ''La Territorial'' y ''La Josefina'', o en un carácter casi mozartiano, evidenciado en momentos, como en las primeras partes de ''La suavecita'' y ''La Caridad.''<br>  
  
Muchas veces poseen la apariencia de un concierto clásico, con una variación rítmica en la repetición del tema inicial, como en ''La Territorial'' y ''La Josefina'', o en un carácter casi mozartiano, evidenciado en momentos, como en las primeras partes de ''La suavecita'' y ''La Caridad.''<br>
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La adhesión de Saumell a la tradición clásica queda demostrada aún más en la primera parte de ''Los chismes de Guanabacoa'', con su minuet, o en la primera parte de''La dengosa'', con su canon. poco importa cuan clásico sea el sonido de la primera parte, la segunda parte de una contradanza de Saumell aporta invariablemente el rasgo criollo que ha hecho célebre al compositor quien lo logra no sólo mediante el empleo de las figuras rítmicas básicas que desde entonces han sido características de la música cubana y de la danza (habanera, tresillo, cinquillo ), sino también mediante la amplia variedad de sutileza de las combinaciones rítmicas que exigen habilidad por parte del intérprete.  
  
La adhesión de Saumell a la tradición clásica queda demostrada aún más en la primera parte de ''Los chismes de Guanabacoa'', con su minuet, o en la primera parte de''La dengosa'', con su canon. <br>
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Un estudio de la obra de este compositor permitiría descubrir que en las [[contradanzas|contradanzas]] de Saumell, se encuentran ya fijados, antes de haber transcurrido la primera mitad del siglo [[XIX,|XIX,]] los perfiles y giros que dieron cuerpo, bajo diversos nombres y paternidades más o menos contestadas, al conjunto de patrones que alimentaría la cubanidad de un amplísimo caudal de música producida en la isla.  
 
 
«No obstante, poco importa cuan clásico sea el sonido de la primera parte, la segunda parte de una contradanza de Saumell aporta invariablemente el rasgo criollo que ha hecho célebre al compositor quien lo logra no sólo mediante el empleo de las figuras rítmicas básicas que desde entonces han sido características de la música cubana y de la danza (habanera, tresillo, cinquillo ), sino también mediante la amplia variedad de sutileza de las combinaciones rítmicas que exigen habilidad por parte del intérprete.
 
 
 
Un estudio de la obra de este compositor permitiría descubrir que en las [[contradanzas |contradanzas ]]de Saumell, se encuentran ya fijados, antes de haber transcurrido la primera mitad del siglo [[XIX,|XIX,]] los perfiles y giros que dieron cuerpo, bajo diversos nombres y paternidades más o menos contestadas, al conjunto de patrones que alimentaría la cubanidad de un amplísimo caudal de música producida en la isla.
 
  
 
Saumell,supo vivir al margen del estilo salonnard (virtuoso, superficial, brillante) de un Gottschalk. Permaneció fiel (como Raffelin, como París) a tipos de escritura clásica, sin hallarlos incompatibles con el acento nacional.  
 
Saumell,supo vivir al margen del estilo salonnard (virtuoso, superficial, brillante) de un Gottschalk. Permaneció fiel (como Raffelin, como París) a tipos de escritura clásica, sin hallarlos incompatibles con el acento nacional.  
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=== Diversas combinaciones vocal e instrumental<br>  ===
 
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''Melopea'', texto: [[Francisco J. Blanchié|Francisco J. Blanchié]]; ''Concerto,'' ''para cello y piano;'' ''Plegaria, para soprano y órgano;'' I''dilio, para violín, piano y cello;'' ''Ave María, para voz y orquesta''. ''Fantasía y variación,'' de<u><span style="text-decoration: underline;">Montechi</span> </u>y <u>Capuleti</u>; ''Flores de Cuba'', final del segundo acto de [[Macbeth|''Macbeth'']]; ''La traviata,'' aria de la soprano del primer acto; ''La traviata, romanza del barítono;''''La traviata, dueto de la soprano y el tenor, tercer acto, piano.''
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''Melopea'', texto: [[Francisco J. Blanchié|Francisco J. Blanchié]]; ''Concerto,'' ''para cello y piano;'' ''Plegaria, para soprano y órgano;'' I''dilio, para violín, piano y cello;'' ''Ave María, para voz y orquesta''. ''Fantasía y variación,'' de<u><span style="text-decoration: underline;">Montechi</span> </u>y <u>Capuleti</u>; ''Flores de Cuba'', final del segundo acto de [[Macbeth|''Macbeth'']]; ''La traviata,'' aria de la soprano del primer acto; ''La traviata, romanza del barítono;'''''La traviata,'' dueto de la soprano y el tenor, tercer acto, piano.  
  
 
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=== Fuente  ===
 
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Revisión del 10:30 4 ene 2010

Plantilla:Personaje artísticoManuel Saumell Robredo. Genio musical.Compositor y pianista. El padre del nacionalismo musical cubano.Especializado en las contradanzas de su país y en la adaptación de óperas y de canciones de otros artistas. Se destaca en la historia musical cubana no sólo por su labor como creador, sino además por su amplia actividad como intérprete, profesor y arreglista.

Inicios

Nace en la Ciudad de La Habana, en el año1817, en un hogar de procedencia humilde.

Tuvo que estudiar música de manera autodidacta, dando muestras desde muy joven de su gran talento y vocación, pues a los quince años ya andaba enfrascado en la composición musical.

Siendo un adulto logró ser discípulo de Juan Federico Edelmann en el piano y de Mauricio Pyke en las asignaturas de armonía, contrapunto, fuga e instrumentación.
Conoció también a Louis Moreau Gotsacchalk, con quien tuvo trato y mucho admiró.
Tocó el piano en varias iglesias habaneras, organizó reuniones musicales, instrumentó, hizo arreglos musicales y ofreció clases a la más joven generación de músicos cubanos de su tiempo. Tuvo tres hijos con la habanera Concepción Amegui.

Llevó Saumell una vida muy agitada; esto le limitó un poco para componer. Sufrió además muchas privaciones por su condición socioeconómica, por lo que fue un gran trabajador, muy sensible y exigente consigo mismo para alcanzar sus propósitos.
En el año 1939 cuando contaba con 22 años, se propuso escribir una ópera que reflejara una temática cubana cuya acción se desenvolviera en la Isla e intervinieran en ella elementos característicos de la vida popular de los cubanos. Este fue un proyecto sin precedentes en Latinoamérica pero se vio frustrado por razones sentimentales.

Era Saumell un hombre enérgico y lleno de dinamismo que desplegó durante su existencia una gran actividad. Además de componer se presentó en distintas ocasiones como músico en actividades y ofreció numerosos conciertos.

Su arte

Fue presidente de la Sección de Música de la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia, y trabajó, con Ramón Pintó y el pianista José Miró, en la fundación del Liceo Artístico y Literario de La Habana, de la cual también fue presidente de su Sección de Música, y con él colaboró Tomás Buelta y Flores.

Fue miembro de la Academia Filarmónica de Santa Cristina, cuyo fundador fue el compositor Antonio Raffelin. Con Toribio Segura, violinista, y Enrique González, cellista, ejecutó un trío de Ludwig van Beethoven.

En sus contradanzas Recuerdos tristes, Lamento de amor y Toma, Tomás, hay un alto grado de logro musical, sobre todo debido al pianismo con que están escritas.Por otra parte: Estas contradanzas están escritas con gusto y moderación.

La severa economía de recursos utilizada en ellas contrasta claramente con el estilo llamativo y el virtuosismo de moda entre muchos de sus contemporáneos. Empero, la sencillez de la escritura pianística de Saumell no le impidió desplegar una enorme variedad dentro de la estructura limitante de la forma de contradanza, cada una de las cuarenta y cinco disponibles de Saumell no tiene rival melódica ni rítmicamente.

Saumell siguió la estructura tradicional de la contradanza, ya evidente en la anónima San Pascual Bailón, con sus treinta y dos compases divididos en dos partes diferentes de dieciséis compases. Sin embargo, en vez de repetir los primeros ocho compases de cada parte, el compositor escribió casi siempre dieciséis compases completos para la segunda parte y, en ocasiones, también realizó lo mismo en la primera sección La quejosita puede ser un ejemplo importante al respecto.

El tradicional contraste de humor entre las secciones A y B es siempre evidente en las contradanzas de Saumell.

A pesar de su escritura pianística semejante al étude, con sus octavas y notas dobles alternadas, su Ayes del alma es un ejemplo de la preferencia bastante frecuente por los comienzos líricos. En otras contradanzas del autor, la primera sección es agitada y patética; una muestra sobre de ello la encontramos en Lousiana.
A menudo la sección A sólo sirve como una especie de introducción, y se reservan para la sección B los “más picantes”, ritmos criollos.

Estas primeras partes, divorciadas del efecto criollizante de los ritmos cubanos más característicos, se asemejan con frecuencia a las formas clásicas europeas, con las que Saumell se encontraba familiarizado.

Muchas veces poseen la apariencia de un concierto clásico, con una variación rítmica en la repetición del tema inicial, como en La Territorial y La Josefina, o en un carácter casi mozartiano, evidenciado en momentos, como en las primeras partes de La suavecita y La Caridad.

La adhesión de Saumell a la tradición clásica queda demostrada aún más en la primera parte de Los chismes de Guanabacoa, con su minuet, o en la primera parte deLa dengosa, con su canon. poco importa cuan clásico sea el sonido de la primera parte, la segunda parte de una contradanza de Saumell aporta invariablemente el rasgo criollo que ha hecho célebre al compositor quien lo logra no sólo mediante el empleo de las figuras rítmicas básicas que desde entonces han sido características de la música cubana y de la danza (habanera, tresillo, cinquillo ), sino también mediante la amplia variedad de sutileza de las combinaciones rítmicas que exigen habilidad por parte del intérprete.

Un estudio de la obra de este compositor permitiría descubrir que en las contradanzas de Saumell, se encuentran ya fijados, antes de haber transcurrido la primera mitad del siglo XIX, los perfiles y giros que dieron cuerpo, bajo diversos nombres y paternidades más o menos contestadas, al conjunto de patrones que alimentaría la cubanidad de un amplísimo caudal de música producida en la isla.

Saumell,supo vivir al margen del estilo salonnard (virtuoso, superficial, brillante) de un Gottschalk. Permaneció fiel (como Raffelin, como París) a tipos de escritura clásica, sin hallarlos incompatibles con el acento nacional.

Obras

Contradanzas

Ayes del alma, Dice que no, El abrazo, El aplauso, El bazar, El cataclismo, El disimulo, El huracán, El jigote de Trinita, El pañuelo de Pepa, El somatén, La a’mitié, La asesora, Las bodas, La Caridad, La Celestina, La cuelga, La dengosa, La elegante, La Fénix, La Gassier, La gota de agua, La Josefina, La linda, La María, La Matilde, La nené, La niña bonita, La paila, La pendencia, La piñata habanera, Las quejas, La quejosita, La Siempreviva, La suavecita, La Tedezco, La Territorial, La veleta, La virtuosa, La Yrenita, Lamentos de amor, Los chismes de Guanabacoa, Los ojos de Pepa, Luisina, ¿Pero por qué?, Recuerdos tristes, Saludo a Cuba, Soledad, Sopla que quema, Suelta el cuero, ¡¡Toma, Tomás!!, Tu sonrisa.

Diversas combinaciones vocal e instrumental

Melopea, texto: Francisco J. Blanchié; Concerto, para cello y piano; Plegaria, para soprano y órgano; Idilio, para violín, piano y cello; Ave María, para voz y orquesta. Fantasía y variación, deMontechi y Capuleti; Flores de Cuba, final del segundo acto de Macbeth; La traviata, aria de la soprano del primer acto; La traviata, romanza del barítono;La traviata, dueto de la soprano y el tenor, tercer acto, piano.



Fuente


  • Radamés Giro. Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2009.
  • www.somosjovenes.cu/index.