Mecanografía en Cuba

Mecanografía en Cuba
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Concepto:La mecanografía es la escritura que se realiza con el auxilio de una máquina. En Cuba tiene sus orígenes alrededor de 1887.

Mecanografía en Cuba. La mecanografía surge alrededor de 1883, con la invención de la máquina de escribir, aunque se conocen intentos de años anteriores, no comprobados. En Cuba tiene sus orígenes alrededor de 1887, fecha en sale el más antiguo documento mecanográfico que guarda el Archivo Nacional.

Origen del término Mecanografía

La palabra mecanografía está compuesta de las voces griegas “mechado”, que significa máquina y “graphien”, que significa escritura. Mecanografía es, pues, la escritura mecánica o la escritura que se realiza con el auxilio de una máquina.

Como el sentido del tacto es aquel mediante el cual se conocen las sensaciones de contacto o presión, la expresión “Mecanografía al Tacto” puede considerarse como la escritura mecánica o a máquina realizada con el auxilio de las sensaciones táctiles, es decir, de las sensaciones de contacto o presión.

Datos históricos

La máquina de escribir no es exclusiva del presente siglo. En 1714, el ingeniero inglés Henry Mills describió un aparato de su invención, como una máquina que permitía imprimir letras separadamente, tal como se hace en la escritura manual. Pero, de esta máquina, como de otras que se habla en la historia de la técnica, no ha llegado sino una somera descripción, y ninguna representación gráfica.

Recientes investigaciones han permitido suponer que la solución del problema de las máquinas de escribir se encuentra en la máquina tipógrafa, inventada por el norteamericano William Buró, en 1829.

De la máquina de escribir más antigua que en la actualidad se conserva patente, es la del francés Javier Progin, que en 1833 inventó una “máquina de escribir por medio de tipos fijos”.

La primera máquina que más se acerca a la forma que ya se está considerando tradicional en las máquinas de escribir, fue la que patentizó el americano Charles Thurber, en la que los tipos móviles se accionaban sobre un rodillo portador del papel. La máquina de Thurber consistía en una rueda grande que tenía a su alrededor unas barras verticales en cuyos extremos estaban los tipos. Esta disposición permitía que al girar la rueda cambiaran de lugar las barras y pasaran por un punto determinado del rodillo de impresión, que se ajustaba a la parte inferior de la rueda. Al presionarse, cada una de las barras hacía contacto con el rodillo de impresión y quedaba impresa la letra.

A partir de la mitad del siglo XIX, un extraordinario grupo de inventores tomaron parte en los trabajos de invención y mejoramiento de las máquinas de escribir. En todos los países se laboró con verdadero interés, asociándose grupos de ingenieros e inventores, que trabajaron arduamente y con entusiasmo por lograr una máquina que produjera una escritura elegante, exacta y rápida.

De todas formas, la primera máquina de escribir con cierto sentido práctico, fue la que en 1867 patentaron Samuel Soulé, Charles Glidden y Cristopher Sholes. Los dos primeros se desanimaron pronto de la empresa, y el tercero persistió en el empeño; asociándose con los fabricantes de armas Remington logró fabricar una máquina de escribir, accionada por un pedal, que parecía una máquina de coser.

Diferentes máquinas de escribir

Aquellas primitivas máquinas eran de dificultoso empleo. El mecanógrafo no podía ni siquiera ver el renglón que estaba escribiendo. Todos sus tipos eran exclusivamente mayúsculas hasta que, en 1880, el ingeniero Yost dotó al modelo “Remington número 2” de una palanca e conmutación, que permitió escribir altas y bajas indistintamente. De este modo adicionó la escritura de minúsculas.

La primera máquina que apareció en el mercado con escritura visible, se debió a los inventores de la máquina Underwood. Con el transcurso del tiempo, las distintas casas dedicadas a la fabricación de máquinas de escribir fueron introduciendo notables mejoras hasta llegar a las actuales máquinas de escribir, de las cuales hay hasta modelos eléctricos que permiten una escritura clara, legible y elegante, con la rapidez que pueda alcanzar un ser humano cualquiera.

La primera mecanógrafa reconocida como tal fue M.A. Saunders. En 1905, la señora Saunders recibió el reconocimiento de la casa Remington, en cuyas oficinas de Nueva York prestaba servicios como mecanógrafa desde 1876. Como premio, la Remington le entregó a la señora Saunders un reloj de oro en el que aparecía grabada la siguiente dedicatoria:

“1876-1905. A la primera exploradora de la escritura en máquina, obsequio de los primeros inventores de la máquina de escribir.”

El sistema al tacto

Generalmente se le atribuya a A.C. van Sánt, de Omaha, Estados Unidos, el haber sido la primera persona que practicó la escritura en máquina al tacto o “piano”, sistema que tuvo muchos opositores y que, en aquella oportunidad, fue calificado de caprichosa idea. Sin embargo, el que popularizó la escritura al tacto fue Frank McGurrin. Habiéndose aprendido el teclado de memoria, logró escribir con los ojos vendados, a una velocidad de noventa palabras por minuto, verdadera hazaña en aquellos tiempos.

Su historia en Cuba

Es difícil señalar al cubano que fue poseedor de la primera máquina de escribir que tecleó en Cuba. Del más antiguo que se posee testimonio cierto, es del doctor Don Antonio González de Mendoza, que fuera Consejero de Administración de La Habana. De su oficina, y escrito casi con seguridad por una “Remington número 2”, salió el más antiguo documento mecanográfico que guarda el archivo Nacional. Se trata de un informe fechado en 1887.

Según informes, la primera oficina pública que tuvo máquina de escribir en La Habana fue la de los Ferrocarriles Unidos. En 1890, esta oficina recibió una máquina que desde Nueva York, le envió el señor Frank A. Betancourt, el primer cubano que asistió a los cursos que en aquella ciudad se empezaban a dar “del dificultoso arte de escribir a máquina”.

Frank A.Betancourt, primer maestro de mecanografía en Cuba

Este mismo Frank A. Betancourt, al regresar a Cuba, fundó la primera academia que hubo en el país para enseñar mecanografía. Y fue maestro de la primera mujer mecanógrafa que trabajó en las oficinas públicas cubanas, la señora Emilia de Córdova. Esta mujer había sido combatiente del Ejército Libertador y, en 1899, se le concedió el primer empleo oficial que se daba a una mujer en las oficinas de Gobierno Cubano.

En 1900 se creó una Academia de Mecanografía y Taquigrafía, anexa al Instituto de La Habana, de la que salieron los primeros mecanógrafos técnicos, con el título de “Escribientes de Máquina”. Otras varias academias, públicas y privadas, surgieron a partir de entonces. Al señor Fernando Hiraldez de Acosta, profesor del Centro Asturiano de La Habana, le cabe la distinción de haber sido el autor del primer tratado de mecanografía publicado en Cuba. Se publicó en La Habana, en 1903, bajo el título de “Nuevo Método de Digitación”.

Posteriormente, vinieron las máquinas silenciosas, máquinas eléctricas, etc. De modo que, con los actuales modelos de máquina de escribir, se pueden alcanzar altas velocidades de escritura. La velocidad sólo está limitada a las posibilidades físicas y mentales.

Fuentes