Noche de los Cuchillos Largos

Noche de los Cuchillos largos
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La noche de los cuchillos largos fue una operación de “limpieza” para el camino del Hitler
Fecha:30 de Junio de 1934- 2 de Julio de 1934
Lugar:Bandera de Alemania Alemania
Resultado:
más 700 opositores muertos
Consecuencias:
Hitler no tiene antagonistas en Alemania para implantar el fascismo
País(es) involucrado(s)
Alemania
Líderes:
Heinrich Himmler y Hermann Göring
Ejecutores o responsables del hecho:
Ejército Alemán.
Organizaciones involucradas:
Partido Nacionalsocialista Alemán
'La Noche de los Cuchillos Largos'. Durante la Noche de los Cuchillos Largos, también conocida como la Operación Kolibrí(en alemán) murieron al menos 85 de los principales líderes de organizaciones alemanas que representaban un obstáculo para que Hitler desarrollara su política de gobierno.

Tuvo lugar entre los días 30 de junio y 2 de julio de 1934, en Berlín, Munich y otras importantes ciudades de Alemania.

Contexto Histórico

La llegada de Hitler al poder siguió un curso enrevesado, dado que una intensa variedad de grupos sociales y políticos se contraponían o apoyaban a los nazis.

Entre los primeros oponentes al nazismo en Alemania estaban los comunistas, los socialistas, y los lideres de los sindicatos y entre sus principales seguidores las jerarquías dominantes de la iglesia, fundamentalmente de la Iglesia Católica con la que incluso el gobierno de Hitler llega a firmar un Concordato Imperial el 20 de julio de 1933, aunque algunos de sus teólogos (Dietrich Bonhoeffer) se oponían al régimen. También le apoyaban los disconformes con los decretos del Tratado de Versalles, entre los que descollaba la oficialidad del ejército y las elites burguesas de poder que temían una guerra civil con los comunistas que en los comicios del 31 de julio del año 1932 habían alcanzando 600.000 votos y varios mandatos en el Reichstag.

Hitler había sido nombrado canciller el 30 de enero de 1933 al frente de un gabinete mayoritariamente conservador y para afianzarse en el poder atacó directamente a cuantos defendían otras ideas sin enarbolar aún abiertamente su antisemitismo que ya tomaba fuerza en las capas ilustradas y pudientes, así como entre los pequeños industriales y los campesinos pero que no le convenía abanderarlo ante los trabajadores, cuyo apoyo estaba muy disputado y representaban la mayoría.

Para mediados de 1933 había convertido a Alemania en un Estado unipartidista, solo bajo el control del Partido Nazi aunque todavía no había establecido una autoridad política total y no lograba ejercer un poder absoluto sobre todos los estratos de la sociedad alemana y sus organizaciones.

Sus más cercanos colaboradores señalaban acusadoramente a las S.A. (Sección de Asalto) del Partido cuya ambición de poder se convertía en un peligro potencial y por supuesto a los comunistas quienes dada su fuerza parlamentaria podían obstruir la ejecución de sus planes futuros.

Las S.A.

Las S A, dirigidas por Ernst Röhm, eran una especie de comando de asalto u organización paramilitar, surgida luego del Tratado de Versalles, estaba compuesta en un principio, por veteranos alemanes de la Primera Guerra Mundial que no estaban de acuerdo con los términos del Tratado y se opusieron a la República de Weimar.

Los miembros de las SA, también conocidos como «camisas pardas» fungieron en la década comprendida entre 1920 y 1930 como una fuerza propia de Hitler quien la usaba para reprimir reuniones comunistas pero una vez que este ascendió al poder y eliminó los partidos de oposición, las SA no tenía mítines que reprimir por lo que la emprendieron contra cualquiera que se interpusiera en su camino, hasta con la policía cuando venía a poner fin a sus altercados, de modo que empezaron a convertirse en un estorbo, al provocar quejas hasta del Ministerio de Relaciones Exteriores por atacar diplomáticos y personal de embajadas y agredir normas y sectores conservadores de la sociedad como el ejército.

Las Secciones de Asalto alcanzaron a mediados del año 1934 unos cuatro millones de miembros aproximadamente mientras que el ejército, en virtud de los acuerdos del Tratado de Versalles, no podía sobrepasar los cien mil efectivos, situación preocupante para los oficiales, generalmente reclutados entre la nobleza, que consideraban a los miembros de las SA como unos plebeyos que amenazaban el tradicional alto estatus del que gozaban los miembros del ejército en la sociedad alemana.

Las ambiciones políticas de Ernst Röhm y la desconfianza que inspiraba en los líderes nazis fue unos de los motivos que desencadenaron la «Operación Kolibrí». Röhm pedía con insistencia la continuación de la revolución alemana, era fundador del partido nazi y había participado en el fallido intento de Hitler de alcanzar el poder por la fuerza en 1923 por lo que se consideraba intocable, alardeaba de que ejecutaría a doce hombres por cada camisa parda asesinado y casi exigía a Hitler y al resto de los líderes del partido que iniciasen una reforma a gran escala en Alemania, además presionó al canciller para que lo nombrase Ministro de Defensa.

Conflicto entre Hitler y las SA

Desde su posición de canciller, Hitler no tenía poderes constitucionales para dirigir el ejército, que se subordinaba al presidente Paul von Hindenburg un mariscal respetable pero enfermo y con síntomas de senilidad.

Hitler buscó reforzar su posición con respecto al ejército enfrentándose a sus enemigos inmediatos, en este caso las SA y en un discurso pronunciado el 6 de julio de 1933 prometió frenar a las SA, tarea complicada ya que la gran mayoría de sus miembros eran votantes del partido nazi y seguidores furibundos de las promesas del nacionalsocialismo.

Röhm, por su parte, quería eliminar a los aristócratas de los altos mandos y convertir a las SA en el centro de un nuevo ejército por lo que presentó un memorando a Blomberg en el que le pedía que las SA reemplazaran al ejército regular como fuerza nacional y que la Reichswehr se convirtiese en parte de las SA.

Hitler organizó una reunión entre el alto mando del Ejército, los jefes de las SA y los de las SS en la que Röhm se vio obligado a firmar un documento mediante el que reconocía y acataba la supremacía de la Reichswehr sobre las SA, luego Hitler hizo saber a los participantes que las S.A. serían una fuerza auxiliar del ejército y no al contrario. Luego de terminada la reunión Röhm aseguró que no se subordinaría y continuó abogando por un ejército dirigido por las SA hasta que esta idea entró en conflicto con los planes de Hitler de afianzar su mando y ampliar la Reichswehr.

Ante la disyuntiva, las numerosas presiones de sus colaboradores que le pedían limitase el poder de las SA y actuase contra Röhm , Hitler se reúne en Neudeck con Hindenburg y Blomberg y la posibilidad manifiesta de que Hindenburg declarara la ley marcial y lo depusiera de su puesto de canciller por no actuar contra Röhm hicieron desaparecer los temores de Hitler de enfrentar abiertamente a los camisas pardas, cuyas filas habían alcanzado ya casi cuatro millones de miembros.

Volvió a Berlín con la intención de eliminar a Röhm y arreglar cuentas con todos sus adversarios. Himmler y Göring, sus más cercanos colaboradores comenzaron a organizar la limpieza ya que se beneficiarían con ella: Himmler, alcanzaría la independencia para las SS y Göring, tendría el camino libre para conseguir el mando del ejército.

Hicieron un falso expediente en el que acusaban a Röhm de haber recibido doce millones de marcos del gobierno francés para derrocar a Hitler y de cómo pretendía usar a las SA contra el gobierno. El expediente incluía listas de personas (miembros o no) de las SA que debían ser asesinadas, entre los que figuraban altos oficiales del ejercito, lo que les aseguraría el apoyo incondicional de este, lo circularon entre los principales oficiales de las SS y el ejército, creando así el caldo de cultivo propicio para el ajuste de cuentas.

La noche de los cuchillos largos

Comenzó el 30 de junio de 1934, aproximadamente a las cuatro y media de la mañana, en Munich donde se encontraban Röhm y sus seguidores, alojados en el Hotel Hanselbauer (actual Lederer am See) en Bad Wiessee para una reunión del alto mando de las SA.

Al llegar, Hitler en persona, arrestó a Röhm y a otros altos cargos de las SA, previamente se había personado con su camarilla en el Ministerio del Interior de Baviera y había destituido a Schneidhuber, máximo líder de las SA en el territorio, responsabilizándolo de los disturbios que se habían producido la noche anterior.

Al mismo tiempo las SS arrestaron a un gran grupo de jefes de las SA que acudían a la reunión con Röhm y eliminaron en Berlín a Karl Ernst, comandante de las SA en esa ciudad, acusado también de participar en la conspiración.

En el hotel se tomó prisionero a Ernest Röhm, asesinado después en la prisión Stadelheim de Múnich, y se ultimó a tiros a Edmund Heines, uno de los líderes de la organización que había sido encontrado en la cama con un soldado de las SA de 18 años.

A pesar de saber que todo el expediente de la conspiración era solo una argucia para abrirse paso, Hitler se mostró iracundo y rabioso al llegar a la sede del partido en Múnich, donde se dirigió a la gente allí congregada. En el improvisado discurso informó a la muchedumbre que

"los sujetos indisciplinados y desobedientes y los elementos antisociales y enfermos seran inhabilitados.

Goebbels, que acompañado a Hitler en Bad Wiessee, volvió a Berlín, y puso en prectica la ultima parte de la operación al llamar a Göring y darle la contraseña: Kolibri, (nombre que también recibe la operación) para que iniciara la búsqueda, captura y ejecución de los hombres que ya estaba decidido eliminar.

La propaganda que siguió a estos asesinatos pretendió justificarlos como un golpe a la inmoralidad y a la traición.

Magnitud del Golpe

El golpe no fue solo contra las SA ya que la ocasión fue aprovechada para actuar contra los conservadores, en los que se consideraba que no se podía confiar. Previamente habían sido hechos prisioneros o exiliados a los más destacados líderes socialdemócratas y comunistas, para evitar su oposición.

Hitler, Göring y Himmler también enviaron a la Gestapo contra sus enemigos personales. La matanza, que duró tres días, no una noche como su nombre podría sugerir, cobró la vida a un grupo numeroso de alemanes importantes, por lo que fue imposible mantenerla en secreto. Sus ideólogos Göring Goebbels ordenaron a la policía quemar todos los documentos relacionados con la masacre y evitar la publicación de las listas de fallecidos.

El 13 de julio, Hitler pronunció un discurso de carácter nacional al ejército en el que buscó justificar los hechos

" «.....me convertí en el juez supremo del pueblo alemán. Di la orden de disparar a los cabecillas de esta traición y además di orden de cauterizar la carne cruda de las úlceras de los pozos envenenados de nuestra vida doméstica para permitir a la nación conocer que su existencia, la cual depende de su orden interno y su seguridad, no puede ser amenazada con impunidad por nadie. Y hacer saber que en el tiempo venidero, si alguien levanta su mano para golpear al Estado, la muerte será su premio».

El 3 de julio consiguió que su gabinete aprobase un decreto en la que se declaraba que «las medidas tomadas el 30 de junio, el 1 y el 2 de julio habían sido tomadas para evitar asaltos traicioneros y que eran actos legales de autodefensa por parte del Estado» dando un vuelco legal a la masacre.

En cuanto al ejército aunque había perdido dos de sus generales más reconocidos, Kurt von Schleicher y Ferdinand von Bredow, secundó unánimemente la acción así como el presidente Paul von Hindenburg, quien mediante un telegrama hizo patente su «profunda gratitud».

La importancia de la masacre y la omnipresencia de la Gestapo llevaron a todos aquellos que no aprobaban la purga a guardar silencio con respecto a ella.

Hitler nombró a Victor Lutze como sustituto de Röhm al frente de las SA y le ordenó poner fin a la homosexualidad, al libertinaje y la embriaguez en la organización, que terminase con el uso de recursos económicos de las SA en lujos que consideraba extravagantes e hizo retirar el nombre de Röhm de todas las hojas de las dagas decorativas de las SA sustituyéndolo por las palabras «Sangre y Honor». El número de miembros de los camisas pardas descendió notablemente.

Una vez concluida la purga conocida como “La noche de los cuchillos largos” hubo un punto de giro en el gobierno alemán, el triunfo de Hitler le impulsó a convertirse en «juez supremo del pueblo alemán», ya que fueron suprimidas las leyes que prohibían los asesinatos extrajudiciales y nada podría limitar a Hitler en el uso del poder, además fue una clara advertencia para todos los sectores de la sociedad alemana de que cualquiera que se convirtiera en una amenaza para Hitler estaba a su merced.

Principales víctimas

En la purga hubo dos asesinatos onerosamente destacables: El asesinato accidental de Willi Schmid, crítico de música del periódico Münchner Neuste Nachrichten, que fue confundido con Ludwig Schmitt, antiguo seguidor de Otto Strasser, y el de Karl Ernst asesinado durante su luna de miel.

Fuentes

  • Artículo: Night of the Long Knives. Sitio Web Enciclopedia Británica[1](en inglés) Consultado03/09/2014
  • Artículo: Night of the Long Knives.Sitio Web The history place[2] (en inglés) Consultado03/09/2014
  • Artículo:The Third Reich: Consolidation of Power. Sitio Web German Culture[3](en inglés) Consultado04/09/2014.
  • Artículo: The era of National Socialism. Sitio Web de la Embajada Alemana en los Estados Unidos[4](en inglés) Consultado04/09/2014.
  • Artículo: La Noche de los Cuchillos Largos. Sitio Web Metapedia[5]Consultado04/09/2014
  • Artículo: La resistencia no judía. Sitio Web La Enciclopedia del Holocausto / United Estates Holocaust Memorial Museum[6]Consultado05/09/2014
  • Artículo: Noche de los cuchillos largos. Sitio web Wikipedia[7]Consultado 05/09/2014
  • Artícolo: La época del Nacionalsocialismo. Sitio Web: La Actualidad de Alemania[8]Consultado10/09/2014