Refranero popular

El refranero popular
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El refranero popular: manifestación concreta de la oralidad. La oralidad y sus más disímiles expresiones, dígase los cuentos, décimas, testimonios, relatos, refranes y otros tantos, han devenido desde antaño una manera a lo sumo factible para interpretar el sentido de pertenencia de los hombres y las colectividades a las que pertenecen, así como constituyen una vía de aproximación a la identidad cultural de los mismos.

La oralidad funciona y ha funcionado hasta nuestros días como el más alto exponente de la memoria histórica de los pueblos, aún por encima de la palabra escrita y el amplio caudal que esta ofrece en materia de transmisión de valores culturales.

Por tanto, es posible afirmar que la oralidad ostenta gran influencia en la formación de los procesos identitarios de los pueblos. El valor de las fuentes orales en el rescate de la historia cultural de estos es indudable.

La memoria de los hombres es el primer archivo donde quedó recogida la palabra, ajena a niveles culturales, edad, sexo, procedencia social, etc. A partir de esta visión del fenómeno oral, la oralidad puede conceptualizarse como la transmisión de usos, costumbres, genealogías, historias de grupo, etc., de una generación a otra en una comunidad humana.

Importancia de la oralidad

La importancia de la oralidad radica, según han advertido disímiles estudiosos de talla internacional como Hugo Niño, V. Propp, Adolfo Colombres y otros, en que a través de este fenómeno sociocultural hablan quienes no suelen expresarse, logrando representar sus pensamientos, ideas, sensaciones y emociones a partir de un código que da la posibilidad de emplear imágenes gestuales, corporales y, sobre todo, linguísticas.

Todos somos portadores de un mensaje oral, lo expresamos, lo transmitimos, le imprimimos el sello identitario de nuestra experiencia e inteligencia individual, pero el producto final es único e innegablemente representacional, pues sintetiza de forma armónica el sentir de la colectividad a la que se pertenece. Por ello es posible advertir las manifestaciones orales como expresión cultural colectiva, condición que las avala como parte inseparable de la cultura popular tradicional de un pueblo.

Del refranero popular

El refranero popular cubano goza de infinidad de frases, dicharachos, fórmulas verbales, que se han venido incorporando de manera paulatina al argot popular; independientemente de su procedencia y sin que a nadie le preocupe el asunto a la hora de expresarlos ante una situación determinada.

Este es un fenómeno cuyo rol protagónico lo asume por excelencia el hombre de campo, el que siembra la tierra, el que cuida a los animales, el que ama como ningún otro a la naturaleza y sus bienes más preciados. El de los refranes, es un arte que no necesita academias, ni ahínco, porque viene en el torrente sanguíneo de los seres humanos como algo natural.

Incidencia en la formación de los procesos identitarios

Los refranes nos muestran a un ser con el pensamiento desnudo. En sentido general, expresan egoísmos, ambiciones, amor por los demás y por sí mismos, por la naturaleza; en fin, nos revelan la asombrosa trama de pensamientos y sensaciones que caracterizan al hombre común, el de pueblo.

Así como el modo de conducirnos dice mucho de lo que llevamos por dentro, los refranes son resúmenes de nuestras emociones, de nuestro criterio ante situaciones determinadas. Lo mismo encierran consejos que sentencias, optimismo, decepciones, alegrías, impotencia ante el destino que nos acaece, la infinitud de ideas que circulan en una comunidad precisa a través de sus miembros y que configura su memoria histórica.

Los refranes y los hombres del campo

Los hombres de campo se han caracterizado siempre por la utilización de los refranes, en mayor cuantía que los de la ciudad. Tal particularidad se adjudica al nivel cultural de sus portadores, derivación de la realidad social que les ha tocado vivir. Todo buen cubano, independientemente de esto, hace uso de los refranes ante situaciones cotidianas, como forma de dar por terminado el asunto o en aras de ponerles el punto clímax.

En este sentido, los refranes se mueven con gran rapidez entre colectivos humanos de todas las latitudes. En el caso particular de Cuba, el propio proceso de transculturación que experimentó el país dotó a sus pobladores de un gran poder de asimilación de fenómenos de este tipo; de ahí que los cubanos asuman los refranes que les llegan de boca en boca y de generación en generación como hijos adoptivos, imprimiéndole el toque distintivo de nuestra identidad, ese toque criollo que no puede faltar a toda sentencia popular.

La transmisión de los refranes a escala intergeneracional, se concreta de un modo tan imperceptible que se puede decir que lo absorbemos en la lactancia. Para asimilar el refranero popular no es necesario dedicar largas jornadas de estudio ni realizar esfuerzos sobrehumanos a fin de comprender sus esencias y hacerlas nuestras de inmediato.

Cada familia tiene su propio legado, del que nos apropiamos a veces sin comprender del todo su procedencia, pero conscientes de la verdad y la sabiduría encerrada en ellos.

Tipos de refranes

En el amplio refranero popular cubano destacan por excelencia los refranes familiares, que resumen las ideas rectoras de una familia en su totalidad. Tal es el caso, por ejemplo, de la fórmula verbal andan juntos como la soga y el caldero, la cual no puede enunciarse sin haber apelado a una especie de discurso referido: Como dice mi abuela…

A estos refranes familiares, súmesele los que son aprendidos en la vida cotidiana y de manera individual, devenidos seres sociales que son integrados en las maneras peculiares de expresarse cada quién pero con los rasgos propios de la generación a la cual se pertenece, condicionada por otro momento histórico-concreto que a su vez genera situaciones diferentes.

Consideraciones finales

Los refranes son expresión de la sabiduría popular, fruto de la experiencia personal y colectiva, que llegan a la vida de la gente como un soplo de sabiduría y cotidianidad. Enfocarse en ellos desde diversas posturas epistemológicas, es una forma eficaz de validar su importancia para los hombres y sus comunidades, pues en ellos se resume su condición de vivir en sociedad, donde los mueve la capacidad de interacción, la posibilidad de la convivencia, distintivo del homo sapiens desde que aprendió a usar el lenguaje ligado enteramente con su pensamiento.  

Fuentes

Marta Cordiés Jackson: Oralidad y Liturgia. Material inédito.

Causse C., Mercedes y Arilio Bonne (1999): “Reflexiones acerca de la interrelación lengua y cultura.” VI Simposio Internacional de Comunicación Social (Actas I). Centro de Estudios Aplicados. Ministerio de Ciencias Tecnología y Medio Ambiente. Santiago de Cuba.

Duranti, Alessandro (1992): “La etnografía del habla: Hacia una lingüística de la praxis”, en Panorama de la Lingüística Moderna.Universidad de Cambridge, Inglaterra.

Castellanos Espinosa, Yurisnel Ramón (2005). La conga-comparsa Los Hoyos: un estudio identitario desde el léxico. Trabajo de Diploma en opción al título de Licenciado en Letras. Santiago de Cuba, Universidad de Oriente.