Sindrome piramidal

Síndrome piramidal
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Síndrome piramidal es un proceso principalmente motor, por afectación de la vía motora principal, conocida como vía piramidal porque nace en las neuronas piramidales o neuronas de Betz de la corteza cerebral.

El Síndrome piramidal es también conocido como Síndrome de Parálisis de la Primera Neurona Motora. Este nombre tan complejo a primera vista, describe mucho mejor lo que es este conjunto de síntomas y signos que configuran uno de los cuadros neurológicos mayores. No debe ser confundido con el Síndrome del Músculo Piriforme, que también es conocido como Síndrome del Músculo Piramidal, que es un proceso más benigno.

¿Qué es el Síndrome piramidal?

El Síndrome Piramidal es un proceso principalmente motor, por afectación de la vía motora principal, conocida como vía piramidal porque nace en las neuronas piramidales o neuronas de Betz de la corteza cerebral. Es una de las principales manifestaciones que encontramos en la hemiplejia, pero también en otros procesos neurológicos severos. Este síndrome aparece cuando se intercepta la producción de impulsos (órdenes motoras) en los cuerpos neuronales de Betz o se interrumpe su transmisión a través de sus axones. No hay que confundirlo con una hemiplejia, puesto que ésta es un síndrome aún mayor donde siempre está presente el síndrome piramidal, pero al que hay que añadir muchas otras manifestaciones clínicas.

¿Cómo se genera el movimiento voluntario?

La movilidad es la capacidad de desplazar en el espacio todo nuestro cuerpo o un segmento corporal. Hablamos de movimiento voluntario cuando este desplazamiento se produce de manera consciente. Es lo que hacemos cuando nos levantamos de una silla, cogemos un objeto o tecleamos en un ordenador pero es el cerebro el que decide qué hacer y el que va a dar las órdenes necesarias a nuestros músculos para que los movimientos se realicen. Estas órdenes parten de la corteza cerebral, más concretamente de las neuronas piramidales o neuronas de Betz, que se encuentran en áreas por delante de la Cisura de Rolando (por tanto llamadas áreas prerrolándicas). Son los axones de estas células los que van a conformar la importantísima vía motora principal o vía piramidal, que atraviesa regiones fundamentales de nuestro sistema nervioso central (cápsula interna, pedúnculos cerebrales, protuberancia, bulbo y médula espinal). Inerva a su paso a los núcleos de origen de los pares craneales. Entre el bulbo y la médula espinal la mayor parte de las fibras de la vía piramidal cambian de lado (en términos médicos "se decusan"). Éste es el motivo por el que una lesión cerebral en el lado derecho provoca una parálisis del lado izquierdo del cuerpo (hemiplejia izquierda) y viceversa. La vía piramidal finaliza cuando sus axones contactan con las neuronas del asta anterior de la médula, llamadas "segundas neuronas motoras", cuyos axones formarán a su vez los nervios. Para que la movilidad voluntaria sea apropiada, además tienen que funcionar correctamente muchas otras estructuras: el cerebelo, el aparato vestibular del oído, los sentidos, otro sistema motor llamado sistema extrapiramidal...

Síndrome Piramidal y sus causas

Son muchas las causas que pueden dañar la vía piramidal. Las más frecuentes son: 1. ACVA (accidente cerebro-vascular agudo o Ictus): por embolias, trombosis o hemorragias cerebrales. 2. Tumores que alteren la vía piramidal 3. Traumatismos 4. Infecciones que alteren la vía piramidal 5. Enfermedades desmielinizantes y degenerativas del sistema nervioso.

Manifestaciones clínicas del Síndrome Piramidal

  • Déficits de movilidad: parálisis o paresias de aquellos músculos inervados por motoneuronas del asta anterior por debajo de la lesión de la vía piramidal. Parálisis significa pérdida completa de la contracción muscular. Hablamos de paresia cuando la pérdida de capacidad muscular por causa neurológica es tan sólo parcial.Se afectan más feacientemente las partes distales de los miembros, que usamos para movimientos más finos, como los músculos de los dedos de las manos.
  • Alteraciones de los reflejos:

• Abolición de los reflejos superficiales (cutáneo mucosos) que necesitan de la integridad de esta vía. Se lesionan aquellos cuyo arco reflejo está situado por debajo del nivel de la lesión. • Hiper-reflexia de los reflejos profundos (osteotendinosos o ROT) controlados por el arco reflejo miotático. Se produce por la lesión conjunta de la vía piramidal y el haz córtico-retículo-espinal, porque normalmente se comportan como inhibidores de este arco reflejo. Se produce, como siempre, por debajo del nivel de lesión. •Aparición de reflejos patológicos: igualmente, aquellos que estén por debajo del nivel lesional. Alteraciones del tono muscular: debidas a la lesión conjunta con el haz córtico-retículo-espinal. Predominan los impulsos estimulantes, por lo que se produce hipertonía, que en este caso se llama espasticidad. La espasticidad se caracteriza por: •Afectar fundamentalmente a los músculos antigravitatorios (flexores de extremidades superiores, extensores de miembros inferiores). •Signo de la navaja de muelle: cuesta mucho vencer la resistencia muscular al principio pero luego marchas con facilidad. •Atrofia muscular: habitualmente por inmovilidad. Suele ser moderada porque los músculos todavía mantienen los impulsos tróficos de la segunda neurona motora.

Es fácil que aparezca en un principio la hiper-reflexia y la espasticidad, especialmente en lesiones profundas y extensas. La espasticidad puede tardar unas dos semanas en aparecer.

En función del nivel en el que se produzca la lesión de la vía piramidal, ésta puede dar lugar a hemiplejia del lado contrario a la lesión (en lesiones cerebrales), hemiplejia homolateral (lesiones por debajo del bulbo raquídeo, con las fibras ya decusadas), tetraplejia (en lesiones bilaterales altas), paraplejia (lesión bilateral baja en la médula) o monoplejia homolateral (si la lesión es baja y unilateral).

La alteración de la vía piramidal (córtico-espinal y córtico-nuclear) en el encéfalo: provoca hemiplejia, parálisis facial central, desviación conjugada hacia el lado de la lesión "los ojos miran hacia la lesión del cerebro o evitan mirar la hemiplejia" y la cabeza sufre una rotación similar. Si la interrupción piramidal es brusca: estado transitorio de hipotonía y arreflexia tendínea. Si se produce durante días o semanas: hemiplejia espástica (con hipertonía "en navaja", hiperreflexia tendínea, signo de Babinski, etc.).

Alteraciones de la postura: flexión y aducción de la extremidad superior, extensión de la extremidad inferior, pie en equino.

Los reflejos superficiales (cutáneos abdominales y cremasterianos) están permanentemente disminuidos o abolidos; clonus (aquiliano).

Fuentes

  • Síndrome piramidal. Disponible en:Portales Medicos. Consultado el 7 de junio del 2017.
  • Síndrome piramidal. Disponible en:Scielo. Consultado el 7 de junio del 2017.
  • Síndrome Piramidal. Apuntes de neurología. Disponible en:Docsity. Consultado el 7 de junio del 2017.
  • Síndrome Piramidal. Disponible en:Slideshare. Consultado el 7 de junio del 2017.