Amancio Rodríguez Herrero

Para otros usos de este término, véase Amancio Rodríguez (desambiguación).


Amancio Rodríguez
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Cuadro de Amancio Rodríguez Herrero
NombreAmancio Rodríguez Herrero
Nacimiento16 de octubre de 1917
Poblado de Cuatro Caminos, del barrio de Cascorro en la provincia de Camagüey, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento18 de septiembre de 1949
Central Francisco actual Municipio Amancio, Las Tunas, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAsesinado
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónSindicalista
CónyugeAleyda Sosa Aleaga
HijosJulio Rodríguez Sosa y Juan Rodríguez Sosa
PadresBasilio Rodríguez Pernías y Valeriana Herrero González

Amancio Rodríguez Herrero. Incansable luchador por los derechos de los obreros, combatiente revolucionario cubano. Participó activamente en las luchas obreras en el sector azucarero, militante del Partido Comunista de Cuba. Cuando se constituyó la dirección del sindicato de los azucareros del Central Francisco, en 1940, fue su líder y luchó contra los abusos de la compañía azucarera al amparo del gobierno de Carlos Prío Socarrás en Cuba. Tras la intervención del ingenio en 1960, los trabajadores pidieron el pedido unánime de que la chimenea de su industria llevara su nombre, y en su honor se denominó un municipio con su nombre Amancio, en Las Tunas.

Síntesis biográfica

Primeros años

Hijo de padres españoles, nació el 16 de octubre de 1917, en el poblado de Cuatro Caminos, del barrio de Cascorro en la provincia de Camagüey, en una modesta casita y privado de todo derecho a la vida como todo hijo de padres humildes, su padre trabajaba como fogonero de un aserrío de madera.

En 1920 sus padres deciden volver a Villa Frechoz, Castilla la Vieja, lugar de donde habían partido años atrás, empeorando su situación cada día, por lo que en 1925 retornan de nuevo a Cuba, volviendo a Cuatro Caminos; donde Amancio estudia con una maestra particular, hasta alcanzar el cuarto grado.

En 1929 la familia decide mudarse para la colonia Sevilla, del antiguo central Francisco. Con sólo doce años, el joven de Cuatro Caminos tiene que dedicarse a las labores agrícolas; era el único título que le había deparado la sociedad burguesa. Como no pudo seguir estudiando, se convierte en un autodidacta y como era de una clara inteligencia, se prepara para su corta vida.

En 1933 la familia Rodríguez Herrero se muda para la colonia La Lomita, del propio central. En este lugar continúa trabajando como obrero agrícola, de 1939 a 1946 trabaja como gruero y pesador de caña en la colonia Los Ciegos y de ahí pasa a despachador de gasolina en la bomba del ingenio.

En La Lomita, por su seriedad y combatividad se vincula a los revolucionarios del lugar, entre ellos conoce a Arsenio Yero Álvarez, fundador del Partido Comunista de Cuba en la zona, del cual recibió grandes enseñanzas. En 1933 se produce la huelga general que pone fin a la dictadura machadista, por este hecho los obreros del central y sus colonias, fueron fuertemente reprimidos, lo que hace fortalecer más su espíritu de rebeldía y lucha contra los amos imperialistas.

Labor revolucionaria

En 1935 ingresa en la Unión Juvenil Socialista y este mismo año es nombrado secretario general del sindicato en La Lomita, y ya en 1937 es admitido como militante del Partido, abrazando para siempre las banderas del Marxismo Leninismo, consagrando su vida a la lucha en defensa de sus hermanos de clase.

Al crearse el Sindicato de los Trabajadores Azucareros del central Francisco y sus Colonias en 1939, forma parte de la directiva electa y el 10 de mayo del propio año es nombrado vicesecretario general. El 23 de marzo al presentar la renuncia el secretario general, pasa a ocupar la dirección del Sindicato, puesto que ocupó hasta la hora de su muerte ya que los obreros lo ratificaban todos los años en esta responsabilidad por inmensa mayoría de votos. Desde que asume este cargo termina para siempre la etapa en que los dirigentes del Sindicato se dejan intimidar o sobornar por los patrones apoyados por la Guardia Rural.

En 1942 ingresa a la Federación de Camagüey y ese mismo año es nombrado secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros (FNTA). Por el Partido fue electo concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz del Sur, donde lleva múltiples demandas a favor de la Clase obrera.

En 1946 contrae matrimonio con Aleyda Sosa Aleaga, quedando como fruto de esa unión dos hijos varones, Julio y Juan, quienes fieles a los ideales de su padre, desde muy jóvenes se vinculan a la lucha revolucionaria.

La constante persecución a que eran sometidos Amancio y sus compañeros no pudo impedir que el movimiento obrero en el central Francisco fuera uno de los más fuertes en el país, prueba de ello es que enfrentaron treinta y tres pleitos judiciales, ganándolos en su totalidad.

En una oportunidad usando métodos que antes no le habían fallado, la compañía le ofrece un cheque en blanco para que abandonara el trabajo del sindicato y viviera bien el resto de su vida, ofrecimiento que no aceptó el recio dirigente por considerar indigna tal propuesta.

En 1948 los mujalistas apoyados por la guardia rural se apropiaron del local del sindicato, tratando de imponer por la fuerza una directiva que respondiera a los intereses de los explotadores, pero los obreros seguían planteando sus problemas a la dirección unitaria y no a los farsantes.

Muerte

Como Amancio se había convertido en una amenaza para los intereses de la compañía, desde los Estados Unidos le dan al corrupto presidente Carlos Prío Socarrás la orden de asesinarlo, con el fin de dar cumplimiento a la orden imperialista, Mujal y sus agentes planean el asesinato de Amancio, y para ello envían a Francisco al asesino llamado Rafael González Marrero, conocido por el Burro.

Se planeó que el asesinato se realizara en una asamblea después que el asesino no pudo consumar su misión criminal en las calles por la protección con que contaba Amancio.

Los mujalistas convocan para la tarde del 18 de septiembre de 1948, una asamblea en el local del sindicato, poniendo como pretexto la unificación del movimiento obrero del central y sus colonias. Esa tarde, ya el local lleno de trabajadores, comienza la asamblea. Un mujalista llamado Oscar Páez hace uso de la palabra, iniciando la provocación al referirse de forma ofensiva sobre la persona de Amancio. Este pide la palabra, la que le fue negada, las masas exigen el derecho a la palabra a su verdadero líder. Amancio responde:

"me dan la palabra o la tomo yo".

Uniendo a la voz la acción, se dirigió a escalar la tribuna seguido por el compañero José Oviedo Chacón muy amigo de Amancio. En medio de atronadores aplausos camina Amancio hacía la tribuna cuando en ese instante se escuchó un disparo, seguido de una voz que dijo:

"han matado a Amancio"

José Oviedo que marchaba detrás, también recibe mortal disparo por la espalda. Se produce una fugaz confusión, que es aprovechada por los pistoleros para salir del local. Las masas obreras los persiguen a fin de darle su merecido, pero llega la Guardia Rural para protegerlos y asumir su custodia. La clase obrera sólo pudo lograr que los asesinos no pudieran escapar al campo de aterrizaje donde los esperaba una avioneta. Al fin fueron detenidos y llevados al cuartel.

El sepelio de Amancio y Oviedo constituyó la más alta expresión de duelo jamás visto en el Francisco. Esta manifestación constituyó también una protesta y repudio al régimen y las fuerzas mujalistas que habían llevado la división del movimiento obrero a la localidad.

A este sepelio asistió el gran maestro de la clase obrera Lázaro Peña, quien realizó la despedida del duelo, expresando con firmesa:

Algún día este crimen será vengado y cuando esto ocurra este central llevará el nombre de Amancio Rodríguez.

El 6 de agosto de 1960 el gobierno revolucionario interviene el central Francisco, y los obreros allí reunidos acordaron que éste llevara su hombre. Y es a partir de esa fecha que el ingenio y el pueblo llevan el honroso nombre de Amancio Rodríguez.

Fuentes