Argas persicus

Argas persicus
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Otros nombresGarrapata de las aves
Clasificación Científica
Nombre científicoArgas persicus
Reino:Animalia
Filo:Artrópodos
Clase:Arachnida
Orden:Ixodida
Familia:Argasidae

Argas persicus. Conocida como "Garrapatas de las aves" es una garrapata blanda, que ataca a las aves causándoles una anemia —perjudicial para la producción—, irritación y malestar. Cuando una enfermedad cursa con algún tipo de anemia, definiéndose a éstas como la incapacidad de la sangre de transportar oxígeno, se llega invariablemente a una baja en la producción individual que repercute en la de todo el plantel. Estas bajas en los rendimientos productivos se ven acentuadas en casos de animales jóvenes, viejos, o aquellos cuyo sistema inmunológico esté afectado en forma temporal o permanente.

Etiología

A. persicus es vulgarmente conocida como la "garrapata de las aves" y se encuentra distribuida por todo el mundo, siendo la más común de las especies de este género.

Los hospedadores de esta garrapata blanda son las aves de corral, las palomas, los loros y los periquitos. Pero es en las gallinas donde posee una mayor importancia debido a la baja producción que a ellas lleva.

Características generales

Son parásitos hematófagos de ciclo directo (monoxeno). Las mudas se realizan siempre en el medio ambiente y se alimentan sobre el hospedador. Es una especie de garrapata blanda (no posee escudo dorsal) con la superficie dorsal de su cuerpo arrugada. Los peritremas están entre el 3.o y el 4.o par de patas y el orificio genital está entre las coxas del 1er par de patas. El dimorfismo sexual no es evidente ya que la hembra mide entre 7 y 10 mm y el macho entre 4 y 5 mm. La hematofagia es discontinua y rápida: generalmente es de noche y dura de 15 a 30 minutos.

Ciclo biológico

La hembra deposita, aglutina y esconde en el medio los huevos en grupos de 50–100 después de cada comida (gracias a la secreción protectora de una glándula que ella posee). La hembra en total pone de 700 a 800 huevos durante toda su vida. De éstos, luego de un período de incubación de 15 a 30 días nacen las larvas. Estas tienen 3 pares de patas y deben subirse al hospedador para poder alimentarse de su sangre.

Una vez que alcanzó la piel del hospedador la larva se alimenta durante 5 ó 6 días hasta que se repleta de sangre, cae al suelo y allí muda a ninfa 1 en aproximadamente 9 días. Además de este estadio ninfal, poseen otro más (son dos en total), o sea que se alimenta de la sangre del hospedador como ninfa 1 y como ninfa 2, pero la muda entre un estadio y el otro se realiza en el suelo. Las ninfas poseen 4 pares de patas y deben alimentarse de la sangre del hospedador para poder transformarse en machos a los 4,5 días y en hembras a los 5,5 días.

Una vez alcanzada la madurez sexual los adultos copulan y la hembra permanece sobre el hospedador el tiempo necesario para llenarse de sangre, luego cae al suelo y busca lugares protegidos para poner los huevos. Los adultos pueden pasar hasta un año sin alimentarse.

La duración del ciclo completo varía dependiendo de las condiciones climáticas, y debe estimarse en unos 8 a 10 meses.

Daños que causan

Además de la visualización de las garrapatas (agente causal o etiológico) sobre el animal hospedador se pueden nombrar signos y síntomas muy característicos de esta afección. Uno de los más importantes son las lesiones evidentes en la piel de los hospedadores a causa del prurito y del dolor que produce A. persicus al succionar sangre: como la formación de eritemas (manchas rojas donde picó la garrapata), vesículas y costras. Se pueden formar también pústulas en caso de contaminación bacteriana secundaria.

Otros signos evidentes son las consecuencias que trae la anemia en las aves, ya que lleva a que en éstas se produzca una pérdida de peso, caída en la producción de huevos, decaimiento, depresión, toxemia y parálisis. Como los hábitos de A. persicus son nocturnos, puede haber cierta intranquilidad en las aves cuando duermen. Es muy raro que se presente la muerte en algún ave infestado por esta garrapata.

El rascado lleva a una formación aún mayor de las lesiones (las garrapatas y las lesiones que ellas producen se encuentran en todo el cuerpo). La irritación y el estrés de los animales llevan a que éstos sufran de una baja en su rendimiento productivo que se suma al efecto negativo que produce la anemia. Si la carga parasitaria sobre las aves hospedadoras es muy alta, el desmejoramiento corporal general de los animales es muy evidente.

Al igual que muchas otras especies de garrapatas, Argas persicus cumple un rol fundamental como vector de otras enfermedades, como la de la borreliosis o espiroquetosis aviar, causada por Borrelia anserina y el Cólera aviar causada por Pasteurella multocida. Por lo tanto en ciertos casos hay que sumarle a los síntomas causados por las garrapatas "perse" aquellos que producen estas enfermedades.

Patogenia

Las garrapatas, son parásitos hematófagos, y debido a esto producen cada vez que se alimentan una úlcera en el punto de incisión porque atraviesan la piel del hospedador, y una placa eritematosa alrededor de dicho punto. La piel reacciona contra la irritación, formándose una inflamación serosa, descamación y baja local de las defensas, por pérdida de sustancia.

En caso de existir una contaminación por colonización de bacterias u hongos, la inflamación serosa se torna purulenta o sero sanguinolenta debido a la reacción cutánea y las vesículas se transforman en pústulas. Otras enfermedades que pueden aparecer debido a la perforación de la piel son las miasis.

Sus hábitos alimenticios son los que llevan a la anemia característica, que repercute en el animal produciéndole una menor producción debido a la incapacidad de la sangre de nutrir y oxigenar a los tejidos corporales en general. Además se agrava todo esto cuando hay una menor irrigación sanguínea de órganos vitales.

Tratamiento

Para el tratamiento contra las A. persicus se aplican drogas cuyo espectro abarca a otros parásitos externos. De hecho cuando se está realizando un tratamiento contra esta garrapata se está abarcando a otros ectoparásitos muy frecuentes en los corrales como otros ácaros, las pulgas, las chinches y los piojos.

Si se tiene en cuenta que siendo 'A. persicus un parásito cuyo ciclo se cumple sobre la piel del hospedador y en el medio ambiente el tratamiento debe hacerse tanto en uno como en el otro. Cuando se trate el medio ambiente debe tenerse en cuenta de alcanzar todos los posibles escondites donde pueden estar los diferentes estadios de la garrapata.

Los productos químicos utilizados para fumigar el medio ambiente donde se encuentran las gallinas son las mismas que para el tratamiento sobre el animal y si bien las drogas son las mismas que para muchos otros parásitos externos, cuando se refieren al tratamiento de A. persicus se las denomina garrapaticidas (o acaricidas). Y las presentaciones con que se expenden son de lo más variadas.

En cuanto a la selección de productos, informarse acerca de las prohibiciones o legislaciones para los compuestos y/o toxicidad potencial en la manipulación de los mismos.

Prevención

El diagnóstico y tratamiento de esta parasitosis a tiempo es la base en la cual debería sostenerse la prevención de la afección causada por A. persicus. Otro punto fundamental a tener en cuenta en la prevención de esta garrapata es la fumigación o desinfectación ambiental sistemática de todas las instalaciones que puedan tener contacto las aves.

Como drogas preventivas se utilizan las mismas que para el tratamiento de las garrapatas y siguiendo los mismos principios básicos.

Fuentes

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  • Hallu, Ruben E. y otros. 1997. Curso de Farmacología y Bases de la Terapéutica, Prensa veterinaria argentina.
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