Carquejilla (Baccharis microcephala)
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Baccharis microcephala El género Baccharis L. es el más rico en especies dentro de la tribu Astereae, estimándose su número entre 400 y 500. Su distribución geográfica es exclusivamente Americana. En esta vasta área se encuentra profusamente diversificado, ocupando gran variedad de ambientes y constituyendo un importante elemento en numerosas formaciones vegetales.
Sumario
Nombre Científico
Baccharis microcephala (Less.) DC.
Sinónimos
Molina microcephala Less.
Nombres vernáculos
Carqueja. Carquejilla.
Descripción general
Arbusto dioico, áfilo.
Tamaño
De 0,5-1 m de altura, con abundantes ramas provistas de tres alas estrechas. Capítulos pequeños, sésiles, agrupados en espigas más o menos densas.
Flores
Flores blanco-cremosas: las estaminadas de corola tubulosa y las pistiladas de corola filiforme.
Fruto
Fruto cipsela costada, glabra.
Distribución y ecología
Prefiere terrenos húmedos y orillas de arroyos.
Fenología
Florece desde fines de primavera y durante el verano, fructifica en otoño.
Usos
La decocción de la planta era utilizada por los indios toba para evitar la infección de heridas en los caballos. En caso de “bicheras” se aplicaba la decocción en la zona herida. Según Hieronymus (1930), emplastos de gajos triturados y mezclados con grasa, se empleaban para tratar golpes y manqueras en los animales.
Observación
Hasta el presente no se conoce con exactitud cuál es el principio tóxico que contiene. Se supone que la toxicidad del “romerillo” se debe a la absorción radicular de una toxina producida por un hongo del género Myrothecium que se desarrolla sobre el suelo. Por tal motivo, es considerada una planta indeseable en campos dedicados al pastoreo por ser tóxica para el ganado bovino, caballar, caprino y ovino que la consume. Su ingestión produce el efecto de un veneno irritante sobre el tubo gastroentérico. Algunos de los síntomas más comunes son: los animales se revuelcan o se echan de lomo, debido a los fuertes dolores de estómago, despidiendo por la boca una espuma verdosa. En general, la intoxicación con romerillo se produce principalmente en animales criados en zonas libres de esta especie. Una práctica aconsejada para evitar su consumo es quemar matas y pasar el humo por las narices de la hacienda, para evitar la ingestión de la planta; otro método que busca el mismo fin es refregar una mata tierna por las encías de los animales.