Carta de Vives

Carta de Vives o Carta de Barcelona
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Fecha:Primera mitad del siglo XIX
Descripción:
El General D. Juan Moscoso nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército en 1820, a su llegada a La Habana, concibió el proyecto de una Carta Geográfica
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Francisco Dionisio Vives
Ejecutores o responsables del hecho:
José G. Jasme-Valcourt e Iznardi

Carta de Vives. Testimonio cartográfico que los investigadores, tanto geógrafos como historiadores y economistas, tienen como obligada consulta por la información que atesora.

Levantada fundamentalmente con fines militares reproduce no sólo la topografía, sino también la situación económica de la primera mitad del siglo XIX en Cuba.

Antecedentes

Durante la primera mitad del Siglo XIX, Cuba atravesaba una difícil situación política, internamente amenazada por la insurrección fomentada por las distintas sociedades secretas y entre ellas, las logias masónicas, donde se agrupaban los liberales criollos, y exteriormente por la invasión, auspiciada fundamentalmente por las recién liberadas colonias españolas: México, Colombia y Venezuela, que veían en Cuba un peligro si este territorio fuese utilizado como base para expediciones de reconquista.

En 1823 asume el mando de la Isla como Capitán General D. Francisco Dionisio Vives, Conde de Cuba, quién restaura el absolutismo en el país y al que le confiere Fernando VII por Real Cédula de 28 de mayo de 1825, facultades omnímodas, gobernando el país como una plaza sitiada.

Haciendo uso de estas facultades, Vives, dividió la Isla en 3 Departamentos, con un Comandante General al frente de cada uno de ellos. Esto le permitía ajustar con mayor facilidad la administración y no dejar desprotegido el territorio en caso de partir expediciones de reconquista.

Cuba quedaba constituida como una gran factoría militar. Entonces se hizo necesario conocer bien la topografía del territorio para distribuir adecuadamente las tropas que debían guardarlo, y contar además con una estadística que reflejase lo más aproximadamente posible la realidad económica del mismo. Vives ordenó la confección de una carta geográfica y topográfica de Cuba, así como un cuadro estadístico.

Inicios

Según refiere el Coronel Jasme-Valcourt e Iznardi en sus Memorias y lo ratifica D. Esteban Pichardo en su Geografía de Cuba 1854, el General D. Juan Moscoso nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército en 1820, a su llegada a La Habana, concibió el proyecto de una Carta Geográfica y encomendó al mencionado Coronel la tarea de reunir los materiales necesarios para ello.

El General Moscoso tuvo que regresar a España al año siguiente pero Valcourt continuó los trabajos de reproducir el litoral en una escala grande, auxiliado por el Sr. Aristizábal.

Ocho meses después los resultados fueron presentados al Capitán General Vives, quién autorizó a que se comenzaran los trabajos de la obra definitiva que debía reflejar, lo mejor posible, los detalles del "Continente cubano".

Para la dirección de este trabajo, Vives designó al Coronel de Infantería D. José G. Jasme-Valcourt e Iznardi quién utilizó la información recopilada en 1820 como base para medidas generales de organización y subdivisión del territorio.

Vives orientó dividir los trabajos por los 3 departamentos militares creados, considerando lo difícil que resultaba hallar puntos naturales y artificiales fijos para el encadenamiento de los grandes triángulos que debían servir de base a la red de triangulación y así obtener puntos conocidos para la topografía. Esta dificultad era producida, en gran parte, por lo despoblado de la Isla y lo poco conocido que era su territorio, sobre todo, hacia las zonas montañosas.

Trabajos de campo

Para levantar la Carta se organizó una Comisión de jefes y oficiales, auxiliada por otra de agrimensores que recorrieron todo el país. Los trabajos de campo comenzaron a principios de 1825 y finalizaron en agosto de 1828, con la siguiente organización por departamentos:

  • Departamento Occidental: (a excepción de una parte hacia el Este). Comprendía lo más poblado y rico de la Isla, especialmente desde Matanzas a Bahía Honda. Aquí trabajaron además de oficiales del ejército como el Coronel Joaquín Miranda de Madariaga, el Tte. Cor. Manuel Castilla y el Capt. Manuel Pastor, ingenieros voluntarios como el Capt. Domingo Aristizábal y Pedro Paz y agrimensores públicos de reconocido prestigio como Alejo Helvecio Lanier, Manuel Antonio Medina, José María Oliva y Cristóbal Gallegos.
  • Departamento del Centro y algunas leguas más, al Este y Oeste: con 800 millas de costas. Trabajaron, como responsable el Coronel Jasme-Valcourt y como ingenieros voluntarios el Tte. Ramón de la Cruz y el Subtte. Estratón Bauzá.
  • Departamento Oriental: En este Dpto. se ordenó a las principales autoridades civiles y militares que organizaran la información mediante formularios uniformes que recogiesen todos los datos estadísticos y geográficos, además de planos, croquis y mediciones de haciendas para un conocimiento adecuado de cada distrito, pueblo o partido rural.
  • Esteban Pichardo, en su Geografía de Cuba, se queja de errores que aparecen en la carta que pudieran haberse evitado si “…personas conocedoras del país" como "Noda, Herrera y Dubroq hubieran estado en la comisión. Entonces, "la Carta de la Isla de Cuba sería un dechado de perfección posible..." (Pichardo, 1854).

Al coronel Jasme-Valcourt le auxiliaron también en la obra los oficiales Carlos Roca, Estratón Bauzá y Matías Letamendi quiénes hicieron la reducción de las escalas y la dibujaron a pluma; siendo el más destacado colaborador Carlos Roca, que además de ser autor de la viñeta se ocupó de algunos trabajos de dirección y de la corrección de gran parte de la costa norte (hecha en 1833 con planos hidrográficos).

Las tareas de campo comenzaron desde 1828 y los trabajos cartográficos de gabinete continuaron hasta 1835, fecha en que se imprimió la carta en Barcelona, por el grabador Domingo Estruch. Para la impresión de la Carta fue necesario fabricar el papel en pliegos de tamaño no usual en la época (7 palmos 4 plgs de largo y 4 de ancho, medida catalana) y según opinión de Pichardo (1854) en “un papel pésimo, fatal...”.

Financiamiento

La obra fue financiada por donativos y suscripciones voluntarias de particulares y de empresas; se hicieron 503 ejemplares, de los cuales se conservaron, según noticias hasta el presente, sólo 2 ejemplares en nuestro país. Los mapas se vendieron en 51 pesos fuertes ( $1.8 USD aproximadamente al cambio actual)

D. Felipe Poey en su obra “Compendio de la Geografía de la Isla de Cuba”, 1839, refiere que muchos de los ejemplares del mapa fueron enviados por particulares a los Estados Unidos para que fueran iluminados (les diesen color) y se montasen en lienzo. Según Poey estos mapas tienen graves errores en la iluminación y propone una serie de advertencias en cuanto a los colores que deben utilizarse para los departamentos, las jurisdicciones, los límites entre ellos y así también para los cayos, el mar y los mapas de ciudades que complementan el mapa principal.

La estadística general de la Isla, trabajo conjunto al mapa, se concluyó, imprimió y publicó en 1829, en La Habana. Constaba de unas 100 páginas con una impresión no muy buena y se vendió al precio de 8 pesos fuertes, en rústica.

Confección de la carta

  • Elección de la escala adecuada a los objetivos deseados

Había que seleccionar una escala que teniendo en cuenta la longitud de la Isla no resultara en un mapa muy grande y difícil de manejar, que a su vez pudiese contener los detalles de un mapa geográfico y los rasgos más importantes de la topografía. Hubo que tener en cuenta sobre todo, el territorio ocupado por fincas, en las proximidades de La Habana, Santiago de Cuba (Cuba), Matanzas, Trinidad y la configuración y extensión verdaderas de algunas bahías y puertos.

Después de algunas pruebas se escogió la de 9 líneas por 1 legua marítima que equivale en nuestro sistema de medidas, a una escala aproximada de 1:326, 823. En el mapa aparecen tres escalas gráficas, colocadas debajo de la viñeta :
• leguas marítimas o 1 grado del Ecuador
• minutos o un grado de longitud en el paralelo 22 que contiene 55,631 millas marítimas.
• leguas legales de 5 000 v. provinciales de las que entran 22.26 en 1 grado del Ecuador.

El mapa mide 1,36 m por 3,80 m y consta de seis pliegos separados. Es necesario señalar que pudo esclarecerse un dato erróneo, repetido desde el siglo pasado por algunos autores, respecto al número de hojas o pliegos que componen el mapa. En las memorias escritas por el Coronel Jasme-Valcourt aparecen relacionados seis pliegos, sin embargo: Trelles 1920; Massip 1942; Albear 1951 y Álvarez Conde 1961; relacionan sólo cinco. Los dos ejemplares originales que se conservan tienen, efectivamente, seis hojas.

Es muy probable que esto se deba a que ninguno de esos autores tuvo la posibilidad de manejar el mapa original y que hayan tomado la referencia unos de otros, en especial de Trelles que citando a Delmonte dice: "Esta magnífica carta consta de 5 pliegos: tiene 5 pies de ancho y 14 de largo ..." , aunque si tomamos lo que dice D. Felipe Poey en el Prólogo de su “Compendio de la Geografía de la Isla de Cuba”, reproducido por Álvarez Conde p. 222-223 (1961) transcribimos: "... he tenido a la vista los originales que sirvieron para el mapa de cinco hojas formado por orden del Excmo. D. Francisco Dionisio Vives, bajo la dirección del Coronel D. José Valcour que anda de la impresión en Barcelona: favor que debo a D. Alejo Lanier."

Esta edición de Poey es contemporánea con el mapa y éste probablemente no vio el mapa, sino las hojas que sirvieron (como se alude al inicio) para realizar mediciones, aquéllas cartas que Jasme-Valcourt preparó por orden de Moscoso, pero no el mapa original que se estaba imprimiendo en Barcelona. Con posterioridad, Poey, en su edición de 1839 del mencionado Compendio, dice en el prólogo: "...en el cuadro estadístico formado por orden del Excmo. Sr. Capitán general D. Francisco Dionisio Vives; y en el mapa de seis hojas formado de orden del mismo..."

  • Elección de la proyección

Se utilizó una proyección combinada, puesto que a los fines del mapa, según dice Jasme-Valcourt en las memorias, "...no podía ser rigurosamente geográfica ni topográfica, sino mixta, como lo era su denominación..." y debido a la configuración larga, estrecha e inclinada de la Isla "...combinando la menor diferencia posible, con la conveniencia y utilidad de poder unir exactamente unos a otros los seis pliegos de que había de constar el mapa por los meridianos...", se determinó construir estos perpendiculares a los paralelos y se adoptó como primer meridiano el del observatorio de San Fernando que servía de base a las cartas hidrográficas españolas.

  • Rectificación de las costas y de los datos en el terreno

Se reconstruyó la línea de costas teniendo en cuenta las mejores cartas marítimas españolas, inglesas y francesas. Se utilizaron las observaciones astronómicas hechas por Humboldt, Laborde, Ferrer y otros pilotos de guerra y de la marina mercante española, completándose esto con las mejores cartas geográficas extranjeras que representaban la Isla.

Se organizó una expedición hidrográfica para reconocer la costa norte, puesto que se pensaba que era la que estaba más defectuosamente representada. Estos trabajos se realizaron entre 1830 y 1833 por las goletas Ligera y Clarita que costearon desde Punta Maternillos a Cabo Hicacos y desde Bahía Honda al cabo de San Antonio. De esta forma se rectificaron las desembocaduras de los ríos, esteros, zonas costeras pantanosas, bahías y puertos y se verificaron islotes y cayos.

Pichardo (1854), señala: "...sobre su contenido hidrográfico que es una victoria de la conciencia y del arte, porque en los Mapas grandes topográficos pocas veces se llenan bien las partes hidro y geográficas. En la de Vives campean, con la riqueza fisonómica terrestre, la marítima: sus litorales de piedra, arena o ciénaga, sus inflexiones con el más mínimo escondrijo marginal, sus Cayos, Bancos, Puntas, Escollos y su graduación, todo satisface y admira."

No obstante, anota muy acertadamente a continuación: "...no pudo ser enteramente perfecta, con especialidad el trozo meridional desde el Banco de los Jardines y Jardinillos hasta el Cabo San Antonio se reciente de algún atraso, aunque ya corrigiendo el defecto de colocar la Ensenada de Majana S. de Cabañas así como el septentrional desde Cárdenas a Bahía Honda".

Se realizaron además, exploraciones en las montañas, y otras áreas y se levantaron itinerarios a rumbo y distancia en todas direcciones.

  • Contenido del Mapa

Método de representación. El mapa representa la Isla de Cuba, la Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud) y la cayería. Contiene además hacia sus bordes planos de ciudades y bahías o puertos. En la esquina superior izquierda tiene un plano de la ciudad de Santiago de Cuba y otro de la Bahía de Cuba; en la esquina inferior izquierda un plano de la ciudad y puerto de La Habana. Sobre el plano se encuentra ubicada la viñeta. Esta tiene unas palmas, un caimán, un flamenco y otras plantas que sostienen el recuadro del título. En la viñeta aparecen además las tres escalas gráficas del mapa y se consigna el nombre de quién la dibujó, el del grabador y el año en que se grabó.

En la esquina superior derecha del mapa hay un plano de la ciudad de Trinidad y otro del Puerto de Casilda. En la esquina inferior derecha hay un Plano de Santa María de Puerto Príncipe, hoy ciudad de Camagüey. También aparece en el borde inferior y hacia el centro, el Cuadro estadístico de la Isla de Cuba que contiene: la fecha del descubrimiento, la situación, límites, extensión, clima, división territorial, gobiernos, población, la situación astronómica de las capitales y cabezas de distritos y la explicación de los signos, que no es más que la simbología empleada en el mapa.

Aunque puede ser objeto de otro trabajo el estudio detallado de los símbolos, debemos referirnos brevemente a los mismos. Se utilizan indistintamente los símbolos convencionales geométricos (círculos, cuadrados, triángulos) o símbolos evidentes para las ciudades, pueblos y villas o simplemente la inicial o una abreviatura del nombre del hecho a representar, tanto si es físico como si es socioeconómico, por ejemplo:

A - Arroyo
B - Bahía Ba - Batería
C - Cayo Ca - Cañada
E - Estero Ea - Estancia

Los caminos principales o "caminos de ruedas" se representan por una línea gruesa rellena y los "caminos de herradura" (caminos vecinales) por dos líneas finas paralelas. La división político-administrativa de 1827 también está representada: los límites de Departamentos por líneas discontinuas separadas por dos puntos, las divisiones de Tenencias de Gobierno por líneas discontinuas y la de División de Gobiernos y Obispados por una línea continua cortada por segmentos inclinados.

El relieve está representado por líneas de máxima pendiente (hachurado) y los ríos en general, por una línea fina o dos paralelas hacia la desembocadura, de acuerdo con su ancho o caudal; se encuentran delimitados también en el mapa los hatos y corrales, además de estar ubicados puntualmente los sitios, las estancias, los ingenios de azúcar, los cafetales, los cacahuales y las minas. A continuación del Cuadro estadístico y hacia el centro del borde inferior del mapa, aparece el plano de la ciudad y bahía de San Carlos de Matanzas.

Aplicación

Al brindar la ubicación de hatos, corrales, sitios, vegas, etc. pueden obtenerse interesantes resultados del análisis de su distribución espacial y utilizarse como punto de partida para las investigaciones de la ocupación de los territorios, en los estudios de Historia ambiental, y en Geografía Histórica en general.

En los análisis históricos de la evolución de la distribución espacial de la población y de las vías de comunicación entre los puntos poblados puede resultar también muy efectivo. Otra aplicación, lo es sin dudas, en el estudio de los topónimos y su evolución y para los cartógrafos constituye una riquísima fuente documental para el estudio del desarrollo de la semiología y su evolución en los mapas de Cuba.

Se ha insistido en poner de manifiesto el origen y la forma en que se ejecutó la obra a fin de evidenciar y demostrar su confiabilidad al utilizarla como fuente primaria de investigación. Una acertada frase de D. Esteban Pichardo (1854) "La carta de Vives! .... la nunca bien ponderada carta, honor de la Nación más adelantada en Geografía!" sintetiza la importancia de esta joya de la cartografía de Cuba en el siglo XIX.

Fuentes

  • Albear, J.F. (1951): Cartografía de Cuba. Narración de lo antiguo y lo moderno. En: Revista de la Sociedad Cubana de Ingenieros. Vol. 2, No 9, 1951 p. 12.
  • Álvarez Conde, J. (1961): Historia de la Geografía de Cuba. Publicaciones de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología. Ed. Lex. La Habana p. 219.
  • García de Castro, M. 1994: Esbozo histórico y desarrollo actual de la Cartografía en Cuba. En: Revista Mapping, No.17, mayo 1994, p. 20-22.
  • Jasme-Valcourt e Iznardi, J. G. 1837: Memoria relativa a la empresa de la carta Geógrafo-Topográfica de la Isla de Cuba. Dada a luz en Barcelona el año de 1835. Barcelona, Imprenta de la Vda. e hijos de D. Antonio Brussi. En 8°M, 56 pp.
  • Massip, S. e Isalgué, S. (1942): Introducción a la Geografía de Cuba. I Geografía Física. Imprenta de Fiallo y Hnos. La Habana p.11.
  • Pezuela, J. de la 1863: Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de la Isla de Cuba. Imprenta del Establecimiento de Mellado. Madrid, 4 t.
  • Pichardo, E. (1854): Geografía de la Isla de Cuba. Real Junta de Fomento. Establecimiento tipográfico de D. M. Soler. La Habana p.38-42.
  • Poey, F. (1839): Compendio de la Geografía de la Isla de Cuba para los colegios y escuelas secundarias. 2da. ed. Imprenta del Gobierno por S.M. La Habana prólogo y pp.
  • -------- 1860: Geografía Física y Política de la Isla de Cuba. Ed. Décimonona. Imprenta de la Viuda de Bárcena y Compañía, La Habana.
  • Portuondo del Prado, F. 1957: Historia de Cuba. Editora del Consejo Nacional de Universidades. La Habana, p. 257-299
  • Trelles, C.M. (1920): Biblioteca Geográfica Cubana. Matanzas. Imprenta de Juan F. Oliver. Matanzas 15, 36 grabados. p.112.
  • Valdivia, H. 1937: Historia de la Geografía en Cuba. En: Revista de la Sociedad Geográfica de Cuba. Año X No.1-4, Enero-Dic, 1937 p. 38.