Danza macabra

Danza Macabra
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Danza macabra. Tema alegórico en arte, literatura, teatro y música que se caracteriza por la representación del esqueleto humano como símbolo de la muerte.

Surgimiento

Cobra auge en Europa entre los siglos XIV y XV.

Caracterización

Basado en la creencia popular, fomentada por las plagas y guerras de los siglos XIV y XV, de que la muerte, en forma de esqueleto, surge de las tumbas y tienta a los que tienen vida con el fin de que se unan ella.

Tema

Es extremadamente convincente, se sustenta en la idea de la inevitabilidad de la muerte, así como en su poder igualador frente a todos los hombres, desde el Papa hasta el mendigo, pasando por toda la escala social. Es también una amonestación de la necesidad del arrepentimiento.

El ejemplo más conocido de la danza macabra o danse macabre o también Totentanz es el representado en frescos de iglesias, capillas y cementerios de Francia, Alemania y Suiza, pero el más famoso es el realizado en el año 1424, destruido en la actualidad, que se encontró en la iglesia de los Santos Inocentes de París. En el año 1485 el grabador parisino Huy Marchant publicó unos grabados y unos versos de una danza macabra (1485) que circularon por toda Europa y que ayudaron a consagrar el tema como género; igualmente, forma parte del argumento de la obra de Chaucer Cuentos de Pardoner y de la obra de Lydgate La caída del príncipe (c. 1430). El motivo se proyecta en la obra de August Strindberg, Edgar Allan Poe y Charles Baudelaire.

Desarrollo

La danza de la muerte fue también pintada en muchos frescos de iglesias e inspiró un famoso grupo de 51 dibujos realizados entre 1523 y 1535 del pintor alemán Hans Holbein el Joven. Los frescos más tempranos sobre el tema de la danza macabra son los de la iglesia de Kermaria en Bretaña, Francia (c. 1540-1560). En Inglaterra, sobreviven ejemplos en el Priorato de Hexham, Northumberland, así como en la parroquia de Newark-on-Trent; en 1549 se perdieron los frescos de la catedral de Saint Paul, en Londres.

Otras consideraciones

La danza macabra también se puede referir a los comentarios versificados de las representaciones escultóricas y pictóricas sobre el tema. En España se conserva una Danza general (siglo XV) de autor anónimo, y parece ser de origen francés. A través de una forma dialogada la muerte invita a personajes de distinta condición a participar en su danza. Existe también una versión catalana. Más adelante, el tema influyó en la literatura, sobre todo en el teatro, como en la trilogía de Gil Vicente Las barcas, en los autos de Calderón de la Barca y en los Sueños de Quevedo. En los siglos posteriores la danza de la muerte continuó inspirando a algunos poetas como el alemán Johann Wolfgang von Goethe y el estadounidense de origen inglés Wystan Hugh Auden.

En la música

La música también ha tratado este tema, como lo ejemplifican la obra Totentanz del compositor húngaro Franz Liszt o el poema sinfónico titulado Danza macabra (1874) del compositor francés Camille Saint-Saëns.

En la danza

En el siglo XX destaca la Danza de los muertos (1938) de Honegger, oratorio para orquesta, tres solos, coros y recitativo.

Fuentes