Desolado de Rada

Castillo y recinto amurallado del Desolado De Rada
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Recinto amurallado.jpg
LocalizaciónEspañaBandera de España
TipoDesolado
UbicaciónÁlora, Mágala
Estado de conservaciónAbandonado desde 1455.

El Castillo y recinto amurallado del Desolado De Rada (Desolado de Rada): Emplazamiento de época medieval, con recinto amurallado, situado en la Ribera navarra entre las poblaciones de Mélida y Caparroso, en un cerro aislado de 431 metros de altitud que domina la zona circundante. Durante la Edad Media desempeñó un importante papel estratégico en la defensa del Reino de Navarra debido a su situación fronteriza.

Todavía subsisten, sobre un cerro situado entre Caparroso, Traibuenas, Santacara y Mélida, las ruinas del castillo y murallas de Rada. Perteneció originariamente al noble linaje del mismo nombre.

Historia

El hallazgo de materiales anteriores a la edad media presupone un asentamiento previo no definido, documentándose como una atalaya de carácter defensivo contra los musulmanes ya desde el siglo X. Sancho Ramírez lo donó a la abadía de Montearagón en 1093.

Tuvo su apogeo entre los siglos XII y XV ya que en 1455 fue arrasado en la guerra civil navarra entre agramonteses y beaumonteses, a la muerte de la reina Blanca de Navarra en 1441, y ya no consiguió recuperarse. En esa disputa Rada tomó partido por los beaumonteses que apoyaban a Carlos, Príncipe de Viana, hijo de la reina Blanca de Navarra y legítimo heredero, ya que ella era reina titular de Navarra y así lo dispuso en su testamento; pero al triunfar en la contienda el bando agramontés al frente del cual se encontraba el rey Juan II (esposo de la reina y padre del príncipe Carlos, que quería perpetuarse en el trono), el enclave fue arrasado como castigo por Mosén Martín Pierres de Peralta, respetándose únicamente la iglesia románica dedicada a San Nicolás.

Este lugar fue la sede de la poderosa estirpe navarra de los Rada (cuyo blasón forma parte del escudo del pueblo nuevo) siendo uno de sus más destacados miembros Don Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo y Primado de España (1170-1247).

En 1222, Bartolomé Jiménez de Rada, hijo de Jimeno de Rada, prestó homenaje a Sancho el Fuerte. Hacia 1250, su sucesor, Gil de Rada, hizo cierta concordia con Jaime I de Aragón; no obstante, su mujer, María de Leet, prometió a Teobaldo I no hacer ninguna concesión sobre el castillo y villa, sin contar con él. En 1280 ocupaba el cargo de alcaide Martín Jiménez de Oriz, y diez años después Juan Aznárez de Pitillas, con 15 libras y 50 cahíces anuales de retenencia.

En 1297, la villa y el castillo fueron agregados a la corona que, en 1306, ordenó la reparación del muro inferior de la fortaleza, que amenazaba ruina, el palacio y algunas casas del recinto. El rey Luis Hutín cedió a Ojer de Mauleón el castillo y villa de Rada, con otras villas y lugares, a cambio del castillo de Mauleón y varias villas en la tierra de Sola pero en 1328 el castillo fue tomado a mano real al no rendir homenaje al nuevo rey, Felipe de Evreux.

Carlos II los volvió a dar en feudo a Juan de Mauleón, en 1351, junto con sus rentas y jurisdicción, previo homenaje y juramento de fidelidad. El mismo rey concedió rentas para la guarda y para gastos de fortificación ya que el castillo estaba a punto de hundirse.

Posteriormente, en 1389, Carlos III hizo donación en favor de su ayuda de cámara, Martín de Aibar. Pero los Mauleón litigaron por sus derechos y finalmente en 1402, Ojer el joven de Agramont y Mauleón, prestó homenaje al rey como poseedor del señorío. Todavía percibía la retenencia en 1449.

Durante la guerra civil navarra, la villa y el castillo fueron ocupados por los beaumonteses. En 1455, mosén Martín de Peralta, caudillo agramontés, los sitió con numerosas huestes, ocupándolos al poco tiempo en nombre del rey. Inmediatamente, los mandó arrasar, permaneciendo en pie únicamente la pequeña iglesia de San Nicolás y los restos desmoronados de torres y murallas, que todavía pueden verse en la actualidad. En el siglo XV contaba con 38 fuegos (21 de ellos hidalgos).

El rey Juan II intentó en 1462 la repoblación de Rada y lo mismo hizo el rey Francisco Febo. Fueron señores de Rada en esta época de desolación Charles y Tristán de Mauleón, hasta que este último vendió el despoblado (1497).

En 1840, se dice que “Rada perteneció siempre a la merindad de Tudela hasta después de la unión con Castilla, como resulta del repartimiento de cuarteles y alcabalas del año 1513, sin que sepamos después cuándo se comenzó a contar en la merindad de Olite.” Como parte de la de Olite aparece en el diccionario de 1802.

En 1703, el palacio y mayorazgo de Rada pertenecía a José Morales y Rada, quien obtuvo en tal fecha merced de asiento y voto en las Cortes de Navarra, según anota el mismo Yanguas. En 1802, Rada era señorío del marqués de Cortes, duque de Granada de Ega, y se encontraba despoblado y no cultivado pero se consideraba apto para el ganado lanar divido en cinco dehesas o corralizas con siete parideras arrendadas.

Con las reformas municipales de (1835-1845), había quedado incluido en el término de Traibuenas, y por tanto en el ayuntamiento de Murillo el Cuende.

El último dueño de Rada, hizo donación de este histórico lugar al Gobierno de Navarra en 1981 y desde 1984, se están realizando campañas de excavaciones.

Descripción

El recinto amurallado ocupa la elevada superficie de un cerro cuyas medidas son de 160 metros en su longitud norte-sur y de 92 metros en la mayor anchura este-oeste. En total la superficie que ocupa es de 8.300 metros² y el perímetro amurallado mide alrededor de 400 metros.

La ubicación de la fortaleza es un punto fundamental para entender su carácter militar. Estaba situado en el Reino de Pamplona, luego Reino de Navarra, en la frontera musulmana, primero, y más tarde con Aragón. Geográficamente está a medio camino entre Ujué, Carcastillo, Tafalla, Caparroso, Olite, Marcilla dominando y visualizando desde su otero toda la comarca, lo que podía permitir una fácil comunicación en caso de ataque. En el torreón circular, situado el extremo sur del cerro, se aprecian las hiladas de recios sillares y parte del núcleo.

Esta factura corresponde con el inicio de la línea de fortificaciones defensivas de Sancho III el Mayor de Navarra, que llegó hasta el antiguo condado de Aragón. Su diámetro exterior es de 8,5 m, conservándose en altura 3,5 m del total original.

La gran llanura a su alrededor está regada por el río Aragón que pasa a los pies del castillo.

Fuentes