Diablo de Tasmania

Este artículo trata sobre Pandora. Para otros usos de este término, véase Demonio de Tasmania (desambiguación).
Diablo de Tasmania
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Clasificación Científica
Nombre científicoSarcophilus harrisii
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Mammalia
Orden:Dasyuromorphia
Familia:Dasyuridae
Hábitat:Tasmania

Diablo de Tasmania (Sarcophilus harrisii). Está en peligro de extinción como conclusión de los datos obtenidos que indican que la población global de diablos o demonios de Tasmania ha disminuido más del 60% en los últimos 10 años (datos de 2006 y 2007).

Etimologías

Ha sido nombrado muchas veces, y se le ha dado el nombre de Didelphis ursina, Dasyurus laniarius, el actual Sarcophilus harrisii y Sarcophilus laniari. El nombre más ampliamente usad sigue siendo el de Sarcophilus harrisii.

Hábitat y área de distribución

Antes era común en todo el continente australiano, hasta hace 430 años (+/- 130) pero debido a la competencia con los dingos y a los aborígenes quedaron solo en Tasmania. Ahora están solo en selvas, bosques y zonas de agricultura del norte, este y centro de Tasmania.

Se encuentran desde las zonas costeras hasta los bosques abiertos y secos de eucaliptos y las selvas mixtas. Se pueden encontrar en cualquier zona donde se puedan esconder y buscar refugio durante el día, y donde puedan alimentarse por la noche.

La mayoría se encuentran en zonas mixtas de pastoreo y forestales o bosques abiertos. En las zonas agrícolas, carreteras o zonas de uso de basurero se les pueden encontrar ya que se alimentan de carroña.

Puede haber grandes densidades de estos animales si el alimento es óptimo ( se han visto 120 en 14 km2 ).

Características

Este raro animal que es endémico además de Tasmania, en Australia, es un marsupial carnívoro.

Los marsupiales se caracterizan por un corto desarrollo en el útero materno y por completar gran parte del crecimiento agarrados a las glándulas mamarias del interior de la bolsa marsupial o marsupio.

Como todos los marsupiales, llevan a sus crías en una bolsa, al igual que los canguros. Se habla de dos poblaciones genéticamente diferentes, los demonios del noroeste y los del resto del lugar.

Aunque es pequeño, es el marsupial carnívoro más grande que existe, y aunque su tamaño engañe, tiene una gran fuerza. Un macho adulto pesa 12 kg., y mide 1,1 metros de longitud como máximo. Tiene la cabeza grande y el hocico pequeño, patas fuertes, orejas redondas y cola de mediano tamaño. El pelo puede presentar a veces manchas blancas en el pecho y en la parte trasera. Su pelo es negro, tiene un desagradable olor que produce en situaciones de estrés y tiene un grito muy alarmante. Tienen una gran ferocidad y terrible temperamento, lo que llevó a los primeros colonos a llamarlo demonio.

Un Diablo de Tasmania tiene la misma fuerza de las mandíbulas de un perro de cuatro veces su peso, es decir, uno de estos animales de 10 kg puede hacer una mordedura como la de un perro de 40 kg. Su mordedura se parecería a la de una hiena.

Tienen una audición buena, y su vista es buena para detectar movimiento por la noche, al ser principalmente nocturno, por lo que no ven tan bien cosas quietas.

Cuando se estresan se les ponen las orejas rojas, debido a que no tienen pelo, la piel es muy fina, y al ponerse nerviosos y aumentar el riego sanguíneo cerca de la superficie se ve más.

Los marsupiales tienden a almacenar mucha grasa en la cola, y esto es un signo de que se encuentra en buenas condiciones. Además, usan mucho la cola en su lenguaje corporal.

Las hembras generan una gran dificultad a la hora de aparearse.

Están relacionados con los quolls o gatos marsupiales y en menor medida con el extinguido tigre de Tasmania (Thylacinus cynocephalus).

Hacen sus madrigueras en huecos en los árboles, leños, grietas en las piedras o viven en madrigueras subterráneas. Rodean sus nichos con hojas, pasto, cortezas y pequeñas ramas. En algunas zonas pueden llegar a hacer las madrigueras bajo las casas. Normalmente tienen varias madrigueras que van cambiando cada uno a tres días.

Son animales nocturnos, que por la noche se desplazan una media de 8,6 km., aunque se les ha visto moverse hasta 50 km. en una noche.

Con respecto a sus áreas de acción, se suelen solapar entre animales. Un típico área de un animal comprende 13 km2, pudiendo ir de 4 a 27 km2. Lo que sí se pueden encontrar son varias hembras en un mismo área.

Normalmente se pasea lentamente con un modo de andar característico pero puede también correr rápido moviendo ambas patas traseras juntas a la vez. Los más jóvenes pueden trepar árboles, ya que son más ágiles.

Cuando enseñan sus dientes puede impresionar y parecer amenazador, pero no lo es tanto. Esto lo hace más bien por miedo o incerteza ante la agresión.

Tiempo de vida

Estos animales no tienen una sola pareja, si no que van cambiando. Crían una vez al año entre febrero y junio, aunque algunos estudios indican que el periodo va de febrero a marzo. El período de gestación dura 21 días. Suelen tener más crías de las que pueden ser acomodadas en la bolsa de la madre, y suelen sobrevivir dos o tres, aunque cuentan con cuatro mamas. Cada cría, agarrada firmemente a la mama, es transportada en la bolsa por casi cuatro meses, cuando ya empiezan a salir. Son destetados a los 5 o 6 meses.

La edad de la madurez sexual son los dos años, siendo el éxito reproductivo alto en estado salvaje, no así las poblaciones enfermas. Lo que no se conoce muy bien es si tras el destete las crías sobreviven hasta llegar a la madurez en un alto o bajo número.

Debido a que se piensa que la transmisión es a través del contacto, y en la temporada de cría es cuando más agresiones hay entre ellos, lo más probable es que esta temporada sea la de un mayor riesgo potencial de propagación de la enfermedad.

Suelen alimentarse en solitario, aunque si hay abundancia de alimento se reúnen en grupos para alimentarse. Realizan emboscadas y persecuciones cortas a una moderada velocidad. Son depredadores generalistas y que consumen gran cantidad de carroña (pájaros, wombats y ovejas). También se alimentan de insectos o invertebrados como serpientes. Puede romper los huesos con su dentadura y comerse un cadáver completo, incluidos el pelo y las plumas. Se pueden alimentar de presas de hasta 20 kg. de peso.

Son muy ruidosos y emiten muchos ruidos y gruñidos a la hora de alimentarse. El Diablo de Tasmania es el único hospedador del único parásito invertebrado amenazado, una tenia (Dasyurotaenia robusta), la cual está clasificada como rara.

Población

Hasta mediados del siglo XX se estimaba una población abundante de 130.000 a 150.000 individuos. Pero a partir del surgimiento de la enfermedad, los avistamientos han ido descendiendo: 27 % en 2004, 41 % en 2006, 53 % en 2007 y 64 % en 2008, siendo la disminución significativamente mayor en el noreste, donde empezó la enfermedad, con una disminución del 95 % de los avistamientos si comparamos entre el periodo 1992-1995 y el periodo 2005-2007.

Diferencias

Si en términos generales la población ha disminuido en un 64%, en el 2007 se calcula que habrían 25.000 ejemplares maduros (50.000 en total). Según la captura-recaptura 10 lugares controlados habrían 21.000 ejemplares en 2004, y según otro método usado solo quedarían 10.000 ejemplares. Aun así se estima que el error es elevado y ninguna de estas cifras se puede asegurar, aunque se estima como consenso entre 10.000 y 25.000 individuos. Lo que sí es seguro es el porcentaje en el que han disminuido los avistamientos.

Población noroeste: aquí hay cuatro zonas intensamente investigadas por un equipo encargado del estudio de la enfermedad del demonio de Tasmania. Uno de estos lugares es Woolnorth, donde hay la mayor densidad de estos animales, más del doble de ejemplares que en cualquier otro lugar, on una estimación de 3.000 a 12.500 animales. Aunque no está disminuyendo mucho, se espera que la enfermedad se siga propagando.

Población este y sureste: el resto del territorio se estudia desde 2004 y se calculan de 7.000 a 12.500 animales.

Amenazas

Tumor Facial

Las investigaciones han demostrado que un cáncer infeccioso fatal para ellos, el DFTD (tumor facial de los demonios), es responsable de este declive. Esta enfermedad, que se conoció en 1999, actualmente se da a través de la mayoría de su rango geográfico (se estima que en el 60 %) y continúa difundiéndose (empezó en el este de la isla, aunque a principios de 2005, se detectaron tres casos en el sur).

Aunque inicialmente se pensó que la causa era un virus, no se ha encontrado evidencia. Se piensa que las mismas células podrían ser el agente infeccioso, produciéndose la contaminación durante los contactos por peleas entre estos animales. Se piensa que se transmitiría igual que lo hace el tumor venéreo canino, que se transmite por contacto físico, ya que las células cancerígenas tienen el mismo cariotipo.

Síntomas

Los primeros síntomas son lesiones y protuberancias alrededor del hocico que degeneran en tumores cancerígenos, esparciéndose por la cara y el resto del cuerpo. Los tumores entorpecen la alimentación de los demonios, al punto que éstos mueren por inanición.

Investigación

Se ha establecido que los efectos a corto plazo de la enfermedad pueden ser desastrosos. El seguimiento a largo plazo en múltiples zonas será esencial para establecer la persistencia de la enfermedad y si las poblaciones se podrán recuperar de ella. En los estudios se marcan y recapturan ejemplares para estudiar la evolución de la enfermedad, y se ha visto que en la población más intensivamente estudiada en el Parque Nacional Freycinet ha habido un declive del 30 % de la población en los primeros tres años tras la llegada de la enfermedad, siendo la mortandad de los adultos del 50 %.

Es tan grave que se ha visto que en algunos lugares llega a acabar con el 100 % de los ejemplares en tan solo 12 o 18 meses. Teniendo en cuenta los resultados observados y un modelo epidemiológico se predice la extinción local en este lugar en un máximo de 10 años desde la llegada de la enfermedad (datos del 2007).

En otro lugar, Mt William, donde se supo de la presencia de la enfermedad por primera vez, hace ya 10 años, los métodos de captura y recaptura estimaron un declive del 90 % en 10 años. Además, no existe evidencia de que la enfermedad esté desapareciendo de manera natural. Por lo tanto, de manera general la IUCN proyecta un declive del 90 % de la población en los próximos 10 años en el 60 % del área de distribución de la población actual donde se tiene evidencia de la enfermedad, con al menos una extensión de 100 km afectados por la enfermedad. Se producirían muchas extinciones locales.

Solución

Si bien la causa de la disminución se conoce, no ha cesado y sus efectos no son reversibles con los conocimientos actuales.

Lo que se ha hecho ha sido establecer dos poblaciones de demonios libres de la enfermedad fuera de la isla con el fin de preservar la especie, además de conservar ejemplares en zoológicos.

Consecuencias de su desaparición

La reducción del número de diablos se convierte en un problema ecológico como ocurriría con muchas otras especies si desaparecieran, ya que casi toda especie repercute en otras. En este caso, el problema radica en que en 2001 se introdujo de manera ilegal al zorro rojo en la selva de Tasmania, cuyas poblaciones están poco establecidas gracias al Diablo de Tasmania. En el caso de desaparecer este, el zorro aumentaría en número produciendo muchos problemas ya que es una especie invasiva, haciendo también peligrar el éxito de futuros intentos de recuperación de las poblaciones de demonios de Tasmania.

Atropellos

Un reciente estudio con datos de tres años demuestra que es frecuente el atropello de ejemplares, contándose 2205 ejemplares muertos en carreteras al año. Esto sugiere que en 2-3% del total de la población muere en las carreteras (sobre la base de una población de entre 60000 y 90.000 ejemplares). El problema es que el área de distribución del Diablo de Tasmania está estrechamente relacionado con la presencia de carreteras.

En otros estudios los datos son más dramáticos, ya que , por ejemplo, en una zona murieron el 50 % de los animales en la carretera en 17 meses (Cradle Mountain) y en otra zona murieron el 20 % en un año (Parque Nacional Freycinet). En Cradle Mountain se piensa que podría significar la futura extinción local de la especie, ya que el impacto de las carreteras no va a disminuir en el futuro.

Ataques de perros

Se han comprobado 50 muertes por perros al año, aunque seguramente serán más.

Zorros: En el apartado anterior de ´Consecuencias de su desaparición´ se explica como puede afectar negativamente el zorro introducido a las poblaciones de Diablos de Tasmania.

Persecución

En el pasado la persecución del Diablo de Tasmania era muy elevada, sobretodo hasta 1941 cuando se le protegió. Además entre 1980 y 1990 eran habituales los envenenamientos en zonas con ovejas, lo que probablemente acabó con 5.000 de estos curiosos animales. En los 90 se expedían permisos a los que pudieran argumentar que eran una plaga. (Por ejemplo, porque mataban corderos).

La persecución actual es mucho más reducida, siendo la persecución poco importante a no ser que la población ya se encuentre muy fragmentada y que tenga un muy pequeño tamaño.

Baja variabilidad genética

Esto puede hacer que la viabilidad de la especie y la resistencia a la enfermedad sean pequeñas.

Medidas de conservación

Está clasificado como en peligro desde mayo de 2008 por el Gobierno de Tasmania, y se le considera vulnerable en Australia incluyéndola en su lista de especies protegidas.

A finales de 2003, el departamento de medio ambiente del Gobierno puso en marcha el programa de enfermedades del Diablo de Tasmania para investigar y responder a esta amenaza. Ahora se llama Programa Salvar al Diablo de Tasmania, y ha atraído a muchos investigadores colaboradores. En un foro exclusivo para los que participan directamente en la investigación en febrero de 2007 atrajo a aproximadamente 80 personas. La misión de este programa es mantener al Diablo de Tasmania como una especie ecológicamente funcional en el medio silvestre (AUSVET 2005).

Entre otras medidas se pretende acabar con los ejemplares enfermos, reintroducirlo en la naturaleza y conseguir aplicar una vacuna. Para ello hay medidas de gestión potenciales como son el establecimiento de poblaciones no enfermas, intentar acabar con la enfermedad en las poblaciones silvestres, seleccionar ejemplares resistentes a la enfermedad y desarrollar una vacuna.

La máxima prioridad está en las poblaciones aisladas con ejemplares sanos para evitar la extinción total, y en segundo lugar reintroducirlos cuando se hayan extinguido, y con ellos, la enfermedad. Parece una medida drástica, pero en el caso de no encontrar vacuna, no se puede hacer otra cosa. Lo ideal sería una población mínima calculada para mantener la variabilidad genética, y el intercambio de ejemplares entre poblaciones para criar.

Se necesitan zonas valladas y libres de la enfermedad, teniendo en cuenta todo lo que conlleva mantener poblaciones en buenas condiciones, y teniendo en cuenta los costes. La bioseguridad incluye mantener la salud de las poblaciones cautivas, adaptar las zonas a la cría, eliminar los residuos adecuadamente y evitar el contacto con las poblaciones silvestres.

Los ejemplares son cogidos sanos, puestos a cuarentena y trasladados a zoológicos donde son gestionados por la asociación regional australiana de parques zoológicos y acuarios (ARAZPA). Para mover a los ejemplares de zoológicos hacen falta permisos especiales.

La Información actualizada sobre la enfermedad y los protocolos de cuarentena son difundidos regularmente a todos los interesados.

Actualmente la única manera de erradicar la enfermedad que se tiene es acabar con los ejemplares enfermos con la eutanasia para que no puedan contagiar a los sanos. Es una decisión tomada muy seriamente.

Se están buscando genotipos resistentes, es decir, ejemplares que tengan algo que les haga inmune a la enfermedad. Si se encuentran, se intentaría seleccionarlos de entre los ejemplares y seleccionarlos artificialmente en la cría de ejemplares para que las nuevas poblaciones no sean afectadas por esta horrible enfermedad. Se está investigando si algunas poblaciones no infectadas aún pudieran tener estos genes tan preciados.

Por último, aunque la investigación de la vacuna aún está en marcha, se piensa que aún quedan unos años para encontrarla. Además, sería preferible que se pudiera beber por la dificultad de acceder a todos los animales, ya que se podría incluir en zonas de abrevaderos preparadas para ello.

Fuentes