Doxología

Doxología
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Concepto:Fórmula de alabanza a la divinidad, especialmente a la Trinidad en la liturgia católica y en la Biblia.


Doxología. En el cristianismo, proviene del griego δόξα, "fama" u "opinión", y λόγος, "palabra" o "conocimiento" y se refiere a la alabanza a Dios pasando a expresar la objetividad absoluta: la realidad de Dios y sus manifestaciones.

Es decir, se representa el estudio de dar honores y alabanzas en forma concreta.

Los orígenes de las doxologías, en el cristianismo, se remontan al siglo VII. Su etimología del concepto remite a una “palabra de alabanza”. Se trata de una propiedad que tiene que evidenciar el lenguaje teológico para glorificar a la divinidad de forma auténtica.


Tipos de Doxologías

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  • Doxología Mayor: Así se le conoce al himno que, en la liturgia católica, permite engrandecer a la Santísima Trinidad. Este himno, llamado Gloria in excelsis Deo, se canta en la misa luego de la oración denominada Kyrie eleison. Dicho himno comienza con la estrofa “Gloria a Dios en las alturas” o “Gloria en los altos cielos a Dios” y finaliza con la frase “con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre, amén”.


  • Doxología Menor: Es importante mencionar que existen varias doxologías menores, y entre las más conocidas se encuentra el Gloria Patri, como fórmula de glorificación. Esta oración empieza señalando “Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo”.

El uso de la doxología menor en la Iglesia Latina se realiza de tal forma que las dos partes siempre se dicen o se cantan como un verso con respuesta.


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En la liturgia católica, la doxología debe ser dicha por quien preside la misa: o sea, por el sacerdote u obispo. La comunidad, en este marco, tiene que mantenerse en silencio y solo unirse a la doxología en el cierre, sumándose a la expresión “amén”. La costumbre de terminar un rito o un himno con esa fórmula proviene de la sinagoga.


Por lo tanto, la doxología es detallada por el sacerdote en su totalidad, mientras que los fieles únicamente pronuncian el gran “amén” de forma simultánea a él, que no es más que la aceptación de ese Ministerio que sale al encuentro de sus fieles. Según San Jerónimo, en Roma cuando se pronunciaban las palabras: Por Cristo, Con Él y En Él, temblaban los templos, al decir todos al unísono Amén.

Ese amén significa estar de acuerdo, haciendo las creyentes suyas las palabras de gracias, por lo que debe ser solemne y expresivo. En algunos países, especialmente Alemania, la gente hace la Señal de la Cruz en la primera parte de la doxología, considerándola principalmente como una profesión de fe.


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