Eugene O'Neill

Eugene O'Neill
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Dramaturgo estadounidense. De talento original, su teatro se nutre de una visión trágica y pesimista de la vida.
NombreEugene Gladstone O'Neill
Nacimiento16 de octubre de 1888
Nueva York, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Fallecimiento27 de noviembre de 1953
Causa de la muerteEnfermedad de Parkison
ResidenciaEstados Unidos
NacionalidadEstadounidense
CiudadaníaEstadounidense
OcupaciónDramaturgo
Obras destacadasAnna Christie, Con deseo bajo los olmos, El mono velludo.
PremiosPremio NobelPremio Nobel de Literatura 1936

Eugene O'Neill. Dramaturgo estadounidense. De talento original, su teatro se nutre de una visión trágica y pesimista de la vida. En su obra se funden la imaginación y el realismo, el implacable análisis psicológico y todas las posibilidades del simbolismo y de la fantasía del teatro expresionista europeo.

Síntesis biográfica

Nació en Nueva York, el 16 de octubre de 1888 y muere en Boston, 27 de noviembre de 1953. Dramaturgo norteamericano. Su juventud aventurera no sólo le suministró las primeras experiencias a utilizar en las obras con que se dio a conocer, sino que le valió también para enfrentarle con los problemas que plantea el contraste entre el destino y la naturaleza del hombre y que constituyen el centro de su obra, entendida no en sus relaciones humanas, sino en las relaciones entre el hombre y algo que puede llamarse Dios o Hado.

Su padre era un irlandés que emigró a los Estados Unidos, donde llegó a ser bastante conocido como actor y director teatral y que, durante muchos años, fue popularísimo personificando El conde de Montecristo. Hasta los siete años, Eugene O'Neill siguió a su padre en sus "tournées"; después pasó por varias escuelas, casi siempre católicas; en 1906, se matriculó en la Universidad de Princeton, que abandonó un año después para ser empleado en Nueva York.

Trayectoria

Dejó este puesto también para unirse a una expedición de buscadores de oro que se dirigía a Honduras; la expedición fracasó y O'Neill, de regreso a la patria, se hizo subdirector de una compañía dramática que recorría los Estados Unidos, hasta que sintió la llamada del mar y se enroló en un velero noruego que zarpaba de Boston para Buenos Aires. Desempeñó en esta ciudad diversos empleos; pero pronto volvió a embarcar, como simple marinero, en un barco inglés que hacía la ruta Buenos Aires-Durban y regresó. El tercer viaje lo condujo de Buenos Aires a Nueva York, donde entró como tripulante en un transatlántico de la línea Nueva York-Southampton.

En los Estados Unidos fue actor en la compañía de su padre e hizo una "tournée" por el Far West; por último, pasó del escenario a la redacción del Telegraph, modesto periódico de New London, en Connecticut, como gacetillero. Poco tiempo después descubrió que tenía un principio de tuberculosis y hubo de permanecer seis meses en un sanatorio, entre 1912 y 1913. Salió de él físicamente curado y decidido a escribir para el teatro.

Apasionado y entusiasta del Greenwich Village de Nueva York, compuso las primeras obras dramáticas en un acto que; al año siguiente, representó un grupo de actores en Provincetown (Massachusetts). Estos Provincetown Players se trasladaron a Nueva York y ofrecieron a O'Neill una salida a su abundante producción, que suma más de cuarenta títulos en las obras completas del dramaturgo.

Primeras obras

Las piezas en un acto de la fase inicial "La luna de los Caribes", "Ruta al Este hacia Cardiff" y "El largo viaje de regreso", utilizan de modo directo las experiencias marítimas: son más estudios de caracteres que verdaderos dramas y muestran influencias de George Bernard Shaw y de J. M. Synge. Del conflicto entre naturaleza y destino, ya esbozado en "Más allá del horizonte", que fue, en 1920, su primera obra de extensión normal y su primer gran éxito en los teatros de Broadway, pasó el mismo año al experimento expresionista de "El emperador Jones" que, junto con "El mono velludo", de 1922, marca el período de influencia de Wedekind y del expresionismo alemán, aunque O'Neill, rebajando ésta y otras influencias, entre ellas la de Ibsen, haya reconocido de un modo explícito como maestros suyos solamente a Nietzsche y a August Strindberg.

Su fatalismo, que había encontrado ya expresión en "Anna Christie" (1921), condujo a O'Neill a una forma de teatro experimental, alimentado también con las diversas doctrinas nuevas que el autor iba descubriendo. Su obra "Con deseo bajo los olmos"' (1924) comenzó a demostrar la influencia del psicoanálisis y, mientras en "El gran dios Brown" (1926), el uso de las máscaras simbólicas muestra todavía viva la acción del expresionismo, "Extraño interludio" (1928) y Dynamo (1929) pretenden traducir el flujo continuo de la conciencia, las frustraciones, los complejos y otros elementos psicoanalíticos recurriendo al pensamiento hablado (sutil desarrollo del antiguo "aparte") y al drama-río en nueve actos.

Representa en fase experimental un paréntesis el drama "Todos los hijos de Dios tienen alas" (1924), una de sus obras más naturales y conmovedoras, inspirada en la defensa de los negros. De 1931 es "El luto le sienta bien a Electra", trilogía que figura entre las obras de más empeño, aunque no mejor logradas, de O'Neill y en la que, aparte el origen psicoanalítico de la trasposición moderna de un mito clásico, la culpa a expiar no es la ofensa a la divinidad, sino la violación de la moral social, identificando así el Hado con la sociedad civil.

En "Días sin fin" (1934) aparece un protagonista atraído irresistiblemente hacia el catolicismo; en "Llega el hombre de los hielos" (1946), se expresan de un modo simbólico la pérdida de las ilusiones y la proximidad de la muerte. En el mismo año fue atacado por la enfermedad de Mal del Parkinson, que puso prácticamente fin a sus actividades.

En 1940 había escrito un drama autobiográfico, "Viaje del largo día hacia la noche", que por expresa voluntad suya no fue publicado ni representado hasta después de su muerte. Bajo nombres ficticios, se encuentran representadas allí las vicisitudes de su familia. En esta obra, dolorosa y conmovedora, los personajes se acusan recíprocamente del fracaso de sus vidas; no se dan cuenta de que el fracaso se ha debido solamente a sus errores y lo atribuyen falsamente a las circunstancias. En otros términos: O'Neill se muestra aquí consciente de que el Hado está dentro, y no fuera, de nosotros.

Quizá le lleva a esta conciencia la comprobación de que solamente él, de toda la familia, logró redimirse y salvarse a través de su obra de escritor; aunque no estaría muy alejado de la verdad el reconocimiento de que su fatalismo pesimista es un reflejo de aquella doctrina calvinista que el puritanismo, nunca apagado en la conciencia norteamericana, ha perpetuado desde los tiempos de los Padres viajeros. Póstumamente fue publicada, en septiembre de 1957, la obra "A Touch of the Poet".

Considerada en su conjunto, la obra de Eugene O'Neill aparece desigual por su mismo carácter experimental, debido a un temperamento fundamentalmente poético, que ha buscado a menudo un modo de expresión violentando la forma misma del arte dramático hasta triturarlo. No obstante, ese temperamento poético impregna sus dramas de una sustancia humana y de pensamiento que hace de él el más importante de los dramaturgos de los Estados Unidos, el iniciador de un auténtico teatro norteamericano, el primero que haya alcanzado, en el nuevo continente, una resonancia internacional, que le fue reconocida en 1936 con la concesión del Premio Nobel.

Muerte

Este dramaturgo fallece el día 27 de noviembre de 1953,en la ciudad de Boston debido a la enfermedad de Parkison que padecía.

Fuentes

  • Eugene O'Neill. Biografias y vidas Biografías y vidas. [Consultado:4 de julio de 2013]
  • Personajes.O'Neill, Eugene. [1] Cultura educativa.Portal educativo de las Letras y las Artes Plásticas y Estéticas. [Consultado:4 de julio de 2013]