Faya

Faya
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Nombre Científico:Fagus sylvatica
Reino:Plantae
División:Magnoliophyta
Clase:Magnoliopsida
Subclase:Hamamelidae
Orden:Fagales
Familia:Fagaceae (Fagáceas)
Género:Fagus
Especie:F. sylvatica


Faya. Árbol caducifolio de la familia de las fagáceas conocido además como Haya europea.

Origen

En Europa se extiende formando bosques desde Pilio, en el centro de Grecia, o relictos en Sicilia y en el centro de España. En Suecia y Noruega desde el Sur, llegando hasta Trondheim en el norte. En Finlandia se conocen algunos bosquecillos de hayas. Se encuentra muy extendido en el centro de Europa destacando los bosques de la Selva Negra ([[Alemania]), el Bosque de Soignes y también Sart-Tilman en Bélgica, la Selva de Irati en Navarra (España), así como los hayedos de Francia donde las hayas conforman el 10% del total de los bosques. El relicto más meridional se encuentra en las laderas del volcán Etna, en Sicilia.

Descripción

Alcanza los 35 o 40 m, con un tronco recto y no ramificado, y una copa ovalada en su tercio superior. Tiene porte cilíndrico si crece en bosque. Si el árbol crece aislado o rodeado de árboles más jóvenes, su porte es anchamente cónico, más abierto e irregular. Conserva la corteza prácticamente lisa durante toda su vida, de un gris ceniciento o blanquecino. Las hojas son simples, dísticas y alternas en los tallos jóvenes; en las ramas leñosas salen en fascículos sobre pequeños braquiblastos. Tienen un pecíolo corto, y el limbo es de forma ovalada, ondulado y lampiño, excepto el borde, rodeado de pelos largos muy característicos y algo festoneado.

Son tiernas y de color verde vivo cuando son jóvenes, volviéndose más oscuras y algo coriáceas en la madurez. Los nervios laterales son paralelos (penninervia) y bien marcados, sobresalen en el envés. Se disponen en posición casi horizontal, y gracias a su filotaxia dística, captan la mayor cantidad de luz posible. Ello hace que sus bosques sean sombríos, y en verano, cuando las hojas han alcanzado su desarrollo, no permiten crecer a casi ninguna otra planta.

Es planta monoica y le crecen las flores masculinas agrupadas en inflorescencias globosas al final de un largo pedúnculo péndulo. Las femeninas salen en grupos de una a tres, rara vez cuatro, sobre un pedúnculo corto y erecto, en principio de color amarillento y después pardo-grisáceo. Carecen ambas de corola. El fruto contiene de una a tres, generalmente dos semillas, con forma de tetraedro, alargados y lustrosos, comestibles (con sabor a pipa de girasol) encerrados en una cúpula cubierta de cerdas bastante separadas. Al madurar se abre en 4 valvas liberando las semillas o hayucos. Estas semillas son muy ricas en almidón, aleuronas y sustancias oleosas.

Luz

Soporta bien los lugares a pleno sol, pero entre finales de primavera y en verano, y sobre todo en regiones mediterráneas, es mejor colocarlas en un lugar ligeramente sombreado.

Temperaturas

Teme a los inviernos muy rigurosos y las heladas primaverales, por consiguiente si la temperatura desciende por debajo de lo menos 5ºC, es necesario proteger las raíces y la maceta con una capa de lana, de paja, o de hojas muertas o bien enterrando el árbol junto con su maceta. No soporta tampoco los calores excesivos.

Humedad

Prefiere el aire húmedo por lo cual tiene la necesidad de ser rociado desde principios de primavera hasta finales de verano. Si es un ejemplar joven o si el aire es muy seco se puede rociar por la mañana y por la tarde.

Macetas

Por razones estéticas, el haya no se planta en una maceta decorada; la maceta no debe ser demasiado plana. Los ejemplares solitarios viejos requieren una maceta de entre 4 y 8 cm de profundidad, en cambio los bosques pueden ser plantados en una maceta plana o incluso en una simple bandeja.

Substrato

El Substrato formado por un tercio de arena de río cribada y dos tercios de akadama. Cuanto menor sea la profundidad del tiesto, mayor deberá ser el porcentaje de akadama. Si plantamos las hayas sobre una laja de piedra, como es frecuente en el estilo bosque, es conveniente que lo hagamos en akadama pura para conseguir mantener mejor la humedad, en esto caso deberíamos tomar la precaución de cribar muy bien la akadama para evitar que el polvo de la misma dificulte el drenaje.

Riego

No dejar secar por completo el substrato. Se reducirá el riego a finales de verano y en otoño; es muy importante no suministrar un exceso de agua durante el invierno. No regar nunca en caso de heladas.

Abonado

Cada 25-30 días, desde principios deprimavera aotoño, con un intervalo de descanso durante la época de más calor y esperar unas semanas tras la brotación para empezar a fertilizar.

Poda

La poda estructural se realiza en invierno, cuando se ve bien la silueta del árbol. Se aplicará un poco de mástic cicatrizante sobre los cortes. La poda de ramas debe ser siempre ligera y efectuada preferentemente después del trasplantado. El haya es un árbol de crecimiento lento; por ello sólo se poda una vez al año.

En la poda de la copa hay que tener presente el claro dominio apical de esta especie. Se corta en bisel dejando 2 ó 3 hojas por rama justo por encima de una inserción foliar, lo que favorecerá una buena ramificación de las nuevas ramas. Despuntar de los nuevos brotes del haya, ya que son muy vigorosos y deben ser despuntados. Se debe pinzar (cortar las puntas) antes que alarguen los crecimientos, justo unos días después de eclosionar las yemas, se puede observar como un ramillete de hojas plegadas, ahí hay que mirar y donde cortar dejando una o dos hojas, de esa formaremos una brotación trasera y entrenudos más cortos.

El haya no desarrolla yemas secundarias. Los entrenudos tienden a estar cada vez más separados, es posible que los cortes de la poda sean visibles. Esta es la razón de que los brotes jóvenes deban ser despuntados pronto dejándoles 1 ó 2 hojas. Esta operación se realiza en primavera cuando ya han caído las hojas muertas del año anterior, expulsadas por los nuevos brotes. No se aconseja el defoliado total pues en este caso, y en función del momento, puede ser peligroso.

Alambrado

En primavera. El bonsái se esculpe mediante la poda de las ramas pero también con la ayuda del alambrado cuando se desea proporcionar un estilo definido al árbol. El haya se alambra entre la primavera y el otoño durante un periodo máximo de 3 meses ya que la madera nueva de un haya es muy tierna y la presión del alambre de cobre podría lesionar el árbol a nivel de las ramas y las raíces. El alambre de cobre se corta con unas tenazas adecuadas con cuidado de no lesionar al árbol la corteza del haya es muy frágil y por ello envolveremos el alambre con rafia o papel. Si se lesiona la corteza se aplica mástic cicatrizante.

Trasplante

En otoño o primavera; en los ejemplares más jóvenes. Los ejemplares viejos (de más de 50 años) se trasplantan cada 4 ó 5 años. Las primeras podas para rebajar las raíces se deben realizar simultáneamente al trasplante y a la reducción de la copa, preferentemente en otoño. Paralelamente al trasplantado y a la poda de raíces, se practica una poda de las ramas y las hojas.

Plagas

Pulgones,cochinillas ,escarabajos y mosca blanca.

Enfermedades

Oidio, Chancros y Mal blanco de las raíces.

Multiplicación

Las semillas germinan fácilmente en primavera si se han plantado en otoño o se han estratificado a alrededor de 4ºC durante unos 3 meses. Las semillas no se deben dejar secar. Este método es muy lento. Los clones seleccionados se injertan por el método inglés, de hendidura o de enchapado de costado o aproximación, sobre plantas de Fagus sylvatica obtenida de semilla. Por acodo. Las hayas se acodan muy bien.

Propiedades y usos

Los hayucos sirven para el engorde del ganado de cerda y también para la extracción de un aceite para quemar o para usos comestibles que tiene la propiedad de no volverse rancio. Sus hojas se emplean en el tratamiento de los síntomas gripales, resfriados, bronquiti, faringitis, odontalgias, diarreas y para "rebajar la sangre". A partir de la destilación seca de las ramas se obtiene la creosota, compuesto fenólico con propiedades de balsámico y antiséptico. La creosota está contraindicada con la artritis y los que padecen del riñón. Los fenoles tienen un efecto antiséptico. Además presenta una actividad como astringente (antidiarréico, cicatrizante), analgésico, antipirético, antitusivo y expectorante.

Fuentes