Freyr

Freyr
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Deidad
Dios-freyr-mit-nord.jpg
Religión o MitologíaMitología nórdica o escandinava
Patrón(a) o Dios(a) dede la lluvia, del sol naciente y de la fertilidad
País o región de origenEscandinavia
Venerado enPueblos nórdicos

Freyr. Dios de la lluvia, del sol naciente y de la fertilidad en la Mitología nórdica.

Procedencia

Freyr era un dios Vanir, hijo de Njord el dios del mar y la gigante Skadi. Hermano de Freyja. [1]

Residencia

Vivía en Alfheimr, el mundo de los elfos, del cual era considerado su dios favorito.

Atributos

El don que recibe Freyr al nacer es que nadie podrá odiarle nunca. Por lo cual es considerado el dios de la paz. Siempre piensaba en hacer regalos y desatar las manos de los que están atados. Él nunca hacía llorar.

Figura fálica del Dios Freyr, hallada en Södermanland, Suecia

Pertenencias

Los duendes de Alberich le fabricaron un barco llamado Skidbladnir, que era tan grande que puede soportar a todos los dioses y una flota masiva, pero se podía doblar para que cabiese en un bolsillo.

Tenía un jabalí de oro mágico llamado Gullinbursti, regalo de los enanos, que tiraba de un carro tan deprisa como un caballo al galope, y cuyo resplandor ilumina la noche. Corría muy deprisa por tierra y por mar.

También poseía la espada de la victoria "Mimming" (que sabía moverse y luchar sola por los aires), pero la abandonó por conquistar a la gigante y bella Gerd, diosa del invierno, transformada en diosa de la primavera por esa unión divina con Freyr.

Descendencia

De su matrimonio con Gerd nace Fjölnir, quien se convertiría en el gobernante de Suecia tras la muerte de su padre. [2]

Ragnarok

Al estar desarmado en el Ragnarok de su gran espada luchó usando un cráneo de ciervo y atravezó al gigante Beli, pero luego fue muerto por el gigante de fuego Surt.

Culto

Freyr era venerado pora asegurar una buena cosecha y mantener la paz, traer el bienestar y la vida agradable.

Las armas no eran toleradas en sus templos puesto que la guerra, la violencia y la destrucción son la antítesis de la energía que vehicula y que anima su mensaje.

Tributos

En su honor se solían sacrificar cerdos y caballos. Además se daban grandes libaciones de cerveza.

Freyr y el cortejo de Gerd

Freyr la vió por primera vez en una ocasión en que tuvo el atrevimiento de sentarse en Hlidskjálf, el Trono de Odín. Desde este trono se podían observar todos los mundos, y al volver Frey la vista hacia Jotunheim, el mundo de los gigantes, divisó un gran palacio y a una doncella caminando hacia él. La giganta tenía una gran belleza, y cuando alzó la mano para abrir la puerta todos los mundos fueron iluminados con el resplandor de su piel.

Así conoció Frey a Gerd, hija de Gimer y Aurboda. La afrenta de haberse sentado en el trono de Odín no quedó sin castigo, y Frey se enamoró inmediatamente de la giganta, y fue presa de una gran tristeza. Desde ese momento no pudo comer ni dormir, y no hablaba con los otros dioses.

Njord y Skade, sus padres enviaron al sirviente Skirner para averiguar el motivo de la tristeza de Frey. Al saber de la pasión de su señor, Skimer se ofreción para ir a buscar a Gerd. Le pidió a Frey su caballo y su espada, y llevando grandes tesoros para conquistar a Gerd partió con rumbo a Jotunheim.

Al llegar al palacio de Gimer, Skirner descubrió a unos terribles perros que vigilaban la entrada. Estos guardianes eran temibles, y Skirner cabalgó hacia una cabaña cercana, para preguntar a un pastor el medio de dormirlos para poder entrar al palacio. El pastor se rió, y le dijo que desear entrar al palacio de Gimir era como estar condenado a muerte. Pero desde el interior del palacio Gerd escuchó a Skirner, y al preguntar a su sirvienta sobre el dueño de esa voz, descubrió que estaba ante un enviado de los Ases. Le permitió entrar, y Skirner le habló de la pasión de Freyr.

Gerd rechazó la invitación de Skirner de unirse a Freyr. El mensajero le ofreció once manzanas de oro, pero Gerd no las aceptó. Skirner le ofreció entonces un anillo de oro forjado en el yunque de Balder, pero nuevamente Gerd se rehusó. Skirner sacó su espada y la amenazó, pero Gerd era valiente y no temía a Skirner. Éste dijo entonces que daría muerte a Gimer, pero incluso la amenaza contra la vida de su padre no conmovió a Gerd, pues sabía que él podría enfrentarse con facilidad contra Skirner. Éste tomó al final una varita mágica y empezó a trazar runas en el suelo y a pronunciar encantamientos. Habló del frío del invierno y del vacío de una cama sin amor, y dijo que ella estaría atada a este destino si rehusaba a Frey.

El encantamiento resultó, y Gerd aceptó recibir a Frey nueve noches después en la isla Bur. Skirner regresó al lado de Frey, a quien dio las buenas noticias. Como recompensa, Frey le regaló a Skirner su espada. La unión de Frey y Gerd se realizó según lo acordado, y ambos disfrutaron de muchos años de felicidad. Sin embargo, al haber renunciado a su espada Freyr estaba desarmado, y luchaba contra sus enemigos con los cuernos de un ciervo. [3]

Referencias

Fuentes