Giavanni Botero

Giavanni Botero
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Giavanni Botero
Nacimiento1544
Bene Vagienna, Cuneo, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento23 de junio de 1617
Turín, Bandera de Italia Italia

Giavanni Botero. Fue un destacado escritor y político italiano. Considerado uno de los primeros geógrafos económicos de la era moderna. Publicó un trabajo muy interesante titulado Delle cause della grandezza delle citta (Roma,1588) en el que, dos siglos antes que Thomas Malthus, señalaba los numerosos frenos que mantienen el crecimiento de una población dentro de los límites de los medios de subsistencia. Escribió en 1589 el influyente libro Della ragion di Stato (De la razón de Estado).

Síntesis biográfica

Nace en 1544 en Bene Vagienna, Cuneo, Italia, tierra del Duque de Saboya. Bien pronto deja su lugar de origen para estudiar al otro cabo de Italia, en el Colegio de los jesuitas de Palermo.

Con este primer desplazamiento se inicia una ajetreada vida que le llevó de Sicilia a Roma, donde se dedicó al estudio de la lógica, y de aquí a un colegio umbro de Amelia, recalando en un pequeño pueblo, Macerata, donde puso al descubierto sus conocimientos de retórica como maestro de niños.

Trayectoria

Pese al exilio, sus habilidades como latinista sobresalen tanto que impresionan a San Francisco Borja, el cual lo libera del castigo y lo llama a Roma. Tras otros vaivenes por los pueblos y ciudades de la Italia Central, es destinado al Colegio de París, su primer gran destino. Allí recogió muchos de los conocimientos que más tarde empleó en sus futuros análisis económico-políticos, y se granjeó la eterna enemistad de los jesuitas españoles que regían la Compañía en París, pues abanderó contra ellos constantes intrigas.

Devuelto a Italia, se le ordena presentarse en el Colegio de Milán, donde estudia filosofía y teología, obteniendo la promoción a las órdenes mayores hacia el año 1571. Dos años más tarde es transferido a Padua, para profundizar en la teología. Apreciándose que su interés por la geografía no iba a ser meramente teórico.

Es así, como en los siguientes años, pasa por Génova, por Milán, por Turín, persiguiendo estudios y atizando antipatías, de tal manera que en el 1580 es expulsado de la Compañía.

En este punto, su vida sufrió un gran cambio; pues, bajo la protección de san Carlos Borromeo, su carácter se modera y comienza a interesarse por el recogimiento y la acción pastoral. Fruto de esta influencia llegarán a la imprenta muchos escritos religiosos de carácter pastoral, así como el primer tratado político de Botero, el De regia sapíentía (1582), un manual de ejemplos para príncipes que ya señala al maquiavelismo como la más extrema antítesis de la ética cristiana trentina.

Tras la muerte del santo Borromeo, en 1584, recibe la misión de trasladarse a la embajada en Francia, y este encargo político influyó notablemente en sus posteriores afanes y en su vocación de tratadista.

De vuelta a Italia, acepta amparar a Federico Borromeo, sobrino del santo, en su carrera hacia la púrpura, emplazándose en Roma, otro observatorio político de primera magnitud. Allí consigue en tan sólo un año que su protegido sea declarado cardenal, y acto seguido publica los tres libros Delle cause della grandeza e magnificenza delle cittá (1588), una obra en la que intentaba relacionar el ambiente geográfico, los recursos económicos, y el desarrollo demográfico de las ciudades.

Libro Della ragion di Stato

En 1589, entrega a la imprenta los diez libros Della ragion di Stato, obra que de inmediato obtiene un éxito clamoroso, y es traducida al español en 1593, al francés en 1599, al latín en 1602, y al inglés en 1606, debiendo ser reeditada en italiano poco después de su publicación.

El núcleo teórico de la obra se construyó a partir de la controversia con los dos presupuestos básicos del maquiavelismo: la disociación de política y moral, y la reducción del papel de la religión a simple instrumento del poder.

El libro registró con detenimiento las diversas transformaciones que estaba produciendo el paso de un sistema de economía feudal basado en el patrimonio, a un sistema de economía mercantil que ya comenzaba a gestionarse a partir de instancias fiscales centralizadas.

La reflexión sobre el Estado, la filosofía política, no podría en adelante evitar el tema de la prudencia en el gobierno y en la administración de las finanzas, la necesidad de equidad en las relaciones comerciales y jurídicas, y la liberalización de la vida ciudadana que la apertura de los sistemas mercantiles estaba provocando.

El interés de Botero por los asuntos de política económica se hiso más patente en el gran estudio que empieza a publicar sólo dos años después Della ragion di Stato, en las Relazioní uníversali en 1591, un gigantesco estudio de geopolítica en el que, con el objeto de estudiar la posibilidad de extensión del cristianismo a los últimos rincones del orbe, recopila exhaustivos detalles sobre la situación geográfica, la densidad demográfica, los recursos económicos, la potencia militar, y las constituciones políticas de todos los Estados del mundo conocido. Cinco años tardó en completar la obra, y nada más ofrecer los últimos libros a la imprenta en 1596, se traduce a varias lenguas y se difunde por Europa, siendo escrito de obligada referencia, durante un siglo, y un manual de geopolítica insustituible. La traducción al español se publicó en Gerona en 1603, y se encuentra una edición revisada de esta traducción en 1748, pues la obra no dejó de interesar a aquellos que se dedicaron al estudio de la economía y la política en la España borbónica.

Libro Le Relazioni universali (1591-1596)

La obra de Botero no ha dejado de ser estudiada en Italia, Francia e Inglaterra, llevándose a cabo reediciones de sus principales obras políticas y ensayos sobre su pensamiento.

Alternó los esfuerzos editoriales con la labor de consejero de su protegido cardenal en los cónclaves que se celebraron a finales de 1750, abandonando esta tarea cuando el precoz Borromeo fue nombrado arzobispo de Milán. A partir de ese momento intenta encontrar empleo al lado de los grandes eclesiásticos españoles, pero sus esfuerzos son vanos, y tiene que aceptar la protección del duque de Saboya, en calidad de secretario particular y preceptor de sus tres hijos mayores.

En la última etapa de su vida, alterna entre los escritos religiosos y biografías de príncipes y capitanes célebres, con los trabajos para situar a los hijos del duque en cargos conformes a su dignidad, hasta el punto de pretender la corona de España para el mayor, que parecía merecerse debido a la falta momentánea de herederos que sufrió la casa de Felipe III.

De tales afanes referentes a sus tutelados, tras la muerte del pretendiente saboyano en el funesto viaje que le llevó a España, se fue alejando poco a poco y se dió a los versos y a las rimas espirituales.

Muerte

Fallece el 23 de junio de 1617 en Turín, Italia.

Fuentes