Idioma aragonés benasqués

Idioma Benasqués
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Hablado en Bandera de España España
Región Aragón, Huesca (province), Ribagorza, Valle de Benasque
Familia Indoeuropeo
 Itálico
   Romance
     Iberorromance
       Aragonés
         Aragonés oriental
           Aragonés ribagorzano
             Patués
Estatus oficial
Oficial en Lengua propia de Aragón
Regulado por No está regulado
Códigos
ISO 639-1 639-1
ISO 639-2 639-2
ISO 639-3 639-3
Idioma Benasqués
Situación del benasqués dentro del aragonés.

Idioma Benasqués El patués o aragonés benasqués o benasqués o altorribagorzano es un dialecto de transición entre el aragonés y el catalán, perteneciente al subbloque del aragonés oriental.

Síntesis biográfica

Término con que se ha designado, por una parte, el habla de la población de Benasque y, por otra, con un valor más general, el habla del valle de Benasque en sentido amplio, es decir, de los municipios de Benasque, Sahún, Villanueva de Ésera, Sesué, Chía, Castellón de Sos y Bisaurri, con los pueblos y lugares que comprenden. Entre las hablas pirenaicas, la del valle de Benasque es una de las más controvertidas, pues en una buena parte de sus características coincide con las hablas pirenaicas lingüísticamente aragonesas, y en otra serie no menor de rasgos se manifiestan soluciones peculiares del catalán; ello, unido a la presencia de rasgos propios del ribagorzano en general, a coincidencias con el gascón y a ciertas peculiaridades prácticamente exclusivas de ella, la convierte en una de las hablas de más difícil encasillamiento de toda la frontera catalano-aragonesa.

Buena parte de los investigadores que se han ocupado de ella se han inclinado por su catalogación dentro del aragonés, basándose principalmente en el fenómeno de diptongación de e× y o× latinas tónicas, fenómeno en que coincide -aunque no totalmente- con esta lengua; pero al mismo tiempo deben hacer una larga serie de salvedades para los rasgos en que discrepa del aragonés para seguir las soluciones genuinas del catalán. El notable aislamiento del valle debió de favorecer en la época de formación de la lengua la existencia de soluciones peculiares en algunos de sus aspectos, pero, por otra parte, la periódica relación comercial que, desde época temprana, han tenido sus habitantes con las regiones aledañas —que han cristalizado a lo largo de la historia incluso en forma de matrimonios- ha propiciado la influencia de las lenguas vecinas.

Hemos de señalar la existencia de un rasgo que divide el valle en dos sectores: uno que practica la alternancia vocálica a/e en las variaciones morfológicas de número de las formas nominales (la vaca/les vaques); y otra en que no se observa este fenómeno (la vaca/las vacas); la primera, al norte, abarca las poblaciones de Benasque, Cerler, Anciles y Eriste, mientras que la segunda incluye el resto de las poblaciones del valle hacia el sur y se prolonga incluso fuera de él; este mismo fenómeno afecta a formas verbales (cantaves, cantave, cantavem, cantávets, cantaven; frente a cantavas, cantava, etc.).

La consonante l se palataliza en los mismos casos que en catalán, tanto en posición inicial llaurá (arar), llinsol (sábana), llampit (relámpago), etc., como en determinados grupos: -ll (cavall), c´l, g´l (ulello<oculu; rella reja del arado<regula), l+sonido palatal (palla<palea; fillo<filiu); pero, además, como es general en Ribagorzano, a diferencia del catalán y del aragonés, l se palataliza cuando le precede p, k, b, g, f pllorá, fipllón (aguijón), cllau (llave, clavo), ancllum (yunque), blleda (acelga), nublláu, singlla (cincha), fllama (llama del fuego), rofllá (roncar). El benasqués ha conservado en un buen número de palabras -no en todas- la o final: fillo (hijo), buxo (boj), llargo, dido; pero rastoll (rastrojo), man (mano), cllau (clavo), hivert (invierno); este fenómeno presenta, además, la peculiaridad que se encuentra parcialmente en algunas hablas aragonesas de originar toda una serie de alternancias morfológicas en las variaciones de número de las formas nominales, al desaparecer dicha o en las formas de plural: frente a vaso/vasos, buxo/buxos, berro/berros, llargo/ llargos, tenemos fillo/fills, casuelo/casuels, redono/redons, sapo/saps, rato (rata)/rats, suco (surco)/sucs, dido/dits, llombrigo (lombriz)/llombrics, llegando incluso a alteraciones más notables, como vaquero/vaqués, maduro/maduts, etc. Son también de notar las alternancias morfológicas del tipo prau (prado)/prats, coséu (cocido)/cosets/coseda/cosedes (-as), que son sistemáticas. Un buen número de palabras da testimonio de la evolución de b fricativa primitiva en posición implosiva, que ha originado u semivocálica, como en catalán: calíu (rescoldo), ou (huevo), moure (mover), nou (nueve), chous (jueves), etc.; en el caso de d fricativa primitiva, hay oscilación entre la solución que adopta el catalán y la occitana: así tenemos, por una parte, creure (creer), prou (basta) <prode, y, por otra, caire (caer). Por lo que respecta a o× y e× latinas tónicas, sigue en un buen número de palabras la norma de la diptongación, como en aragonés: uello, espuena, fuella; fiemo, viengo, portiello; pero no faltan los testimonios de no diptongación: foc (fuego), fora (fuera), forsa (fuerza); fel (fiel), peu (pie), set (siete). En cuanto a la conjugación, resaltan, entre otras características, las formas perifrásticas en el pasado simple: ve cantá, vas cantá, va-, vem-, vets-, van-, como en catalán y en occitano; las desinencias verbales de persona y número: canto, cantes (-as), cante (-a), cantem (-am), cantets (-ats), canten (-an); la desinencia va de imperfecto en cualquier tema: cantava, llichiva (leía), veneva (vendía); y otras peculiaridades, como la conjugación de «ser»: inf. está, part. estáu, pres. sigo, yes, ye, som, sots, son. Los pronombres personales: yo, tu, ell, nusaltros, vusaltros, ells; los demostrativos: isto, ixo, aquell; los posesivos, como en castellano; los indefinidos: algo, res (nada), digú (nadie), masa (demasiado), molto/mols (mucho), brenca (no n´hi hay brenca, «no hay ninguno, ni pizca de ello, de ellos, -as»), mes (más), guaire (mucho, en sentido negativo o interrogativo: no n´hi hay guaires, «no hay muchos de ellos»); las preposiciones; enta, ta (a, hacia), dan (con), a (en, a), etc.; los adverbios: a la vegada (entonces; occitano, alavets), ensima, dichós (debajo), a drinto (dentro), a fora (fuera), hue (hoy), ayere, demán (mañana), despusayere (antes de ayer), despusdemán (pasado mañana), etc., contribuyen a perfilar la fisonomía de esta habla.

En cuanto al léxico, complejísimo, podemos encontrar formas con una extensión geográfica muy reducida (al propio valle o a valles vecinos, o bien propias de Ribagorza): martuall (fresa), amortá (apagar), enchelebríu (entumecido por el frío), piá (atar), revolcá (remover; por ejemplo, el café con una cucharilla), entemorsá (la primera comida del día), quebro (biga), etc.; en otras coincide con el aragonés: buro (lodo), enruná (tapar con tierra, enterrar), ababol (amapola); y en otras muchas se corresponde con términos generalizados en catalán: disná (comer al mediodía), sopá (cenar), badallá (bostezar), penre (tomar), despulláu (desnudo), llosa (cucharón), rabassa (cepa de un tronco), poma (manzana), ramat (rebaño), escalfá (calentar), fe (literalmente, «hacer», pero en el sentido de «recoger»: mo n´anavan a fe eschelagras, «ibamos a recoger aliagas»), etc.

El benasqués está siendo muy revalorizado desde los años ochenta. A la petición de su enseñanza en todas las escuelas del valle se han unido otras muchas iniciativas: el premio literario Guayén, el Seminario de Patués, la creación para su estudio, cultivo, y promoción de la asociación cultural Alasets y de su revista La Mancheta, que deja de publicarse hacia 1989. Especial trascendencia tiene la publicación de dos libros en aragonés benasqués, los primeros que se publican en toda su historia: Premio literario «Guayén» (1983 y 84), (Huesca, Publ. d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, 1985) y Ta las fuens m’en boi (Huesca, Publ. d’o Consello d’a Fabla Aragonesa, 1985), de José M.ª Ferrer.

Es muy destacable la publicación de obras de teatro en aragonés benasqués: La Roqueta, de Rafael Solana, y Pequeño teatro, de Ángel Subirá, se publicaron en el volumen Teyatro en aragonés benasqués (1987). También en 1987 comienza la publicación de varios libritos con historias narradas con textos y dibujos por los niños de la escuela de Billanoba, bajo la coordinación de la maestra M.ª José Subirá: La tornada de Diana (1987), La selba encantada (1993), La singardalla sabia (1997). La asociación Guayén publica Resetas antiguas de la Ball de Benás (1993). Carmen Castán, ganadora de premios Guayén y Lo grau, obtiene el premio Arnal Cavero de 1997 por su novela Cuan l´odio esbatega pe´l aire. Algunos de los «Cuadernos de Anciles» se publican en benasqués, como el núm. 4 (Apuntes etnológicos, 1996) o el núm. 5 (De la manera de fé mermeladas, 1996).

Bibliografía

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Fuentes