La cruz en la montaña

La cruz en la montaña (Altar de Tetschen)
Información sobre la plantilla
La cruz en la montana.jpg
Datos Generales
Autor(es):Caspar David Friedrich
Año:1808
País:Bandera de Alemania Alemania
Datos de la Pintura o dibujo
Estilo pictórico:Romanticismo alemán
Técnica:Óleo sobre lienzo
Dimensiones:115 X 110 cm
Localización:Museo del estado de Dresde

La cruz en la montaña. Pintura de Caspar David Friedrich realizada en 1808 en óleo sobre lienzo.

Historia

En 1807 Friedrich expuso en Dresde una composición en sepia con el tema de la cruz en la montaña, hoy perdida, que es posible conocer gracias a la primera versión realizada, hoy en Berlín. Esta sepia causó, según la historia tradicionalmente aceptada, una gran impresión en la condesa Theresia A. Maria von Brühl, quien habría de casarse al año siguiente con el conde Franz Anton von Thun-Hohenstein.

El deseo de poseer esta sepia, movió a la pareja a encargar a Friedrich un cuadro al óleo sobre el mismo asunto. Su destino supuesto sería la capilla del castillo condal en Tetschen, en la frontera sajona de Bohemia. Sin embargo, la crítica reciente ha demostrado que el origen de la obra es bien diferente.

La cruz en la montaña fue concebida como un homenaje en honor del rey de Suecia, Gustavo Adolfo IV, por quien Friedrich sentía gran admiración, hasta el punto de bautizar con este nombre a uno de sus hijos, mostrando su emblema, el sol (la luz del norte, el sol de medianoche) iluminando un crucifijo; pareciendo tomar bajo su amparo una cristiandad unida de nuevo.

Friedrich pensó en ofrecerlo al rey Gustavo, como signo de esperanza en su victoria sobre Napoleón.

Las circunstancias impidieron el envío, y el maestro pomerano se resistió a venderlo. Por fin, ante la insistencia de la condesa von Brühl, Friedrich aceptó su adaptación a cuadro de altar.

La obra se hallaba concluida en la navidad de 1808.

Características de la pintura

La técnica de Friedrich tiene un carácter minucioso, trabajando el cuadro en diferentes etapas. El pintor trabajaba en un taller con ventanas situadas a gran altura, que permitían la entrada de luz pero no ver el paisaje. Primero realizaba un boceto a lápiz sobre el propio lienzo, después daba una aguada para buscar los efectos de luz y finalmente realizaba un acabado en óleo donde predominan los ocres. Todas las capas están perfectamente acabadas. La tensión interior del cuadro se encuentra muy marcada.

Descripción

En la obra no existía más que un amplio primer plano: la cima de una montaña en la que, entre rocas, se alza un crucifijo rodeado de abetos. Tras la cima, se proyectan los rayos del sol poniente sobre un cielo de nubes espesas que siguen, por su parte, el ritmo piramidal de la montaña. No existe profundidad, no hay perspectiva.

De forma característica, el espacio se articula mediante la superposición de planos bidimensionales. A esto hay que unir la diversidad de puntos de vista empleados y la ausencia de perspectiva atmosférica: los objetos se perfilan con el mismo detalle independientemente de la distancia.

Posee un contenido simbólico cristiano, dentro de un estilo puramente neogótico. Los cinco rayos de luz del óleo se corresponden con los cinco ángeles del marco sobre dos palmas que forman un arco gótico. La parte inferior, a modo de base para situarlo sobre el altar o predela, está decorada por espigas de trigo y sarmientos y uvas, en evidente alusión a la eucaristía; enmarcan el símbolo trinitario, con el ojo omnividente de Dios.

En estos árboles puntiagudos representan a las almas, mostrándo un animismo religioso. A menudo se completan con cumbres escarpadas, en cuya cima hay una cruz. Son lugares de belleza inaccesible, solitarios o con un contemplador en primer termino y de espaldas, figura que permite al espectador meterse en el cuadro.

Fuentes