Mantilla (prenda de vestir)

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Mantilla
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La mantilla es una prenda popular española consistente en un elegante tocado femenino de encaje.

Mantilla. Prenda de vestir que ha pasado por muchos estadios, es decir, se ha llevado más o menos según las épocas.

Según el diccionario de la Real Academia Española, la mantilla es: Prenda de seda, blonda, lana u otro tejido, adornado a veces con tul o encaje, que usan las mujeres para cubrirse la cabeza y los hombros en fiestas o actos solemnes.

La mantilla es una prenda que se luce en muchos tipos de actos. La podemos ver en bodas, celebraciones taurinas, procesiones de Semana Santa, entierro y funerales.

Historia

Aunque el origen no es del todo bien conocido, se cree que los primeros velos y mantos que utilizaban las mujeres como adorno y como prenda de abrigo, son el origen de las primeras mantillas conocidas; fueron utilizadas, principalmente, como piezas ornamentales en el vestuario de la mujer.

La evolución de esta prenda estuvo marcada por factores sociales, religiosos e incluso climáticos. Estos últimos eran visibles, en el tipo de tejido utilizado para su confección. En la zona norte se utilizaban tejidos tupidos con una finalidad clara: servir de abrigo. En la zona sur, se utilizaban tejidos con fines meramente ornamentales, como la seda. En ambos casos, podían ir finamente ornamentadas, las de "fiesta" que se lucían en ocasiones señaladas, o sencillamente adornadas, las de "diario".

Peineta para sujetar la mantilla española

Los primeros usos de la mantilla, se dieron entre el pueblo. No eran utilizadas por las altas clases sociales o aristocracia. Eran utilizadas, más a modo de manto de abrigo que como prenda ornamental, sin hacer uso de la peineta.

A principios del siglo XVII, comienza una evolución de la mantilla dejando paso a una pieza más ornamental en el vestuario femenino, al sustituir, poco a poco, el paño por los encajes. Poco a poco, empieza a extenderse el uso de esta prenda como ornamento, aunque habría que esperar hasta bien entrado el siglo XVIII para que la mantilla empiece a ser utilizadas por las clases más altas.

La reina Isabel II (1833-1868), muy aficionada al uso de tocados y diademas, empieza a popularizar el uso de la mantilla, costumbre que pronto adoptan las mujeres más cercanas a ella. Las damas cortesanas y de altos estratos sociales, comienzan a utilizar esta prenda en diversos actos sociales, lo que contribuye, en gran medida, a darle un aire distinguido, tal y como ha llegado a nuestros días (aunque su uso es muy limitado y poco generalizado).

Su uso, tiene un claro retroceso, a la muerte de la soberana, aunque mantiene un cierto arraigo en el centro y sur de la península. Como podemos ver, se mantiene su uso, en lugares donde la utilización no tiene nada ver como prenda de abrigo sino meramente ornamental. Aun hoy en día perdura esta costumbre y es más fácil ver mantillas en el centro o sur de nuestro país que en la zona norte.

"La revolución de las mantillas, fue una forma de protesta de las mujeres españolas frente a las nuevas costumbres extranjeras". El reducido uso de la mantilla en épocas siguientes al reinado de Isabel II, tiene, entre otros motivos, su origen en el uso de otras costumbres que imponían los nuevos monarcas. Un hecho reseñable, es el conocido como "la conspiración de las mantillas". Una forma de protesta de las mujeres españolas frente a las nuevas costumbres extranjeras que parecían querer imponer Amadeo I rey de España (Amadeo de Saboya 1845-1890) y su esposa Maria Victoria. Amadeo I renunció al trono de España al cabo de poco tiempo (tres años aproximadamente), debido a la "ingobernabilidad" de los españoles.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la mantilla deja de ser una prenda de uso "cotidiano" en eventos, y empieza su declive. Tan solo se conserva, una pequeña "mantilla" que suelen utilizar las señoras en la iglesia, a la que se la conocía como "toquilla" (pañuelo, generalmente triangular, que se ponen las mujeres en la cabeza). Podemos indicar que se trata de una versión "reducida" de la mantilla, que se viste sin peineta.

Actualmente, la mantilla se puede ver, casi de forma exclusiva, en los toros, la Semana Santa y en las bodas. No es fácil verla en otros eventos o ceremonias. Y hablando de ceremonias, vamos a ver cómo "vestir" la mantilla.

Tejido

Aunque las opciones son múltiples, los tejidos más utilizados son:

Blonda

Es un tipo de encaje de seda, caracterizado por la utilización de grandes motivos, sobre todo florales, que se realizan en seda más brillante que el resto de la mantilla (que se suele realizar en seda mate, para hacer resaltar más los bordados). Tiene una característica muy peculiar, que son las ondulaciones de sus bordes, al que algunos autores han denominado "puntas de castañuelas" por su similitud con estas.

Chantilly

Como su nombre indica, utilizan un tejido proveniente de esta ciudad francesa, ligero y elegante. Al igual que el resto de las mantillas, suele estar profusamente bordado de diversos motivos.

Tul

Es un tejido delgado y transparente, de seda, hilo o algodón, y podemos decir que el tachado de más "corriente" para las mantillas. Suelen utilizarse a modo de imitación de las mantillas de blonda y chantilly. Son las conocidas mantillas de encaje.

Medidas

Cada mantilla debe contar con el largo adecuado a la persona que la viste. Por la parte delantera tiene que llegar a la altura de las manos y por la parte trasera tiene que llegar hasta unos dedos por debajo de la cadera. Nunca debe ser más larga que la falda que vista. Para evitar el "vuelo" de la mantilla, es conveniente sujetarla al vestido de forma discreta (generalmente por los hombros).

Color de la mantilla

De forma general, aunque luego no se cumplan estas pautas, las mantillas de color se utilizan para fiestas, celebraciones y ceremonias no luctuosas. La de color negro para ceremonias luctuosas, funerales y celebraciones que impliquen un cierto recogimiento (como la Semana Santa). Ahora bien, existen algunas publicaciones en las que se indica que la mantilla blanca es la que lucen las mujeres solteras y la negra las mujeres casadas (al menos en las bodas y celebraciones festivas).

Uso

La mantilla, debe contar con el largo adecuado a nuestra altura y debe colocarse bien centrada y "equilibrada". Decimos esto porque es poco elegante (incluso feo) ver esas mantillas torcidas que dan la impresión de un poco de dejadez. Dicen los estilistas, que un truco para hacer una buena sujeción y con suficiente "holgura", es ladear la cabeza al lado izquierdo, y sujetar la mantilla del hombro derecho y viceversa (ladear la cabeza hacia la derecha y sujetar la mantilla en el hombro izquierdo).

Bodas

Mantilla (Velo de novia)

Si la boda es durante el día (hasta media tarde) se debe lucir con traje corto o tipo cóctel (un poco por debajo de la media rodilla). Si la boda es de tarde-noche, se deberá vestir con traje de noche (vestido largo). Un detalle a tener en cuenta es que, principalmente, se viste en ceremonias religiosas (por lo tanto en bodas civiles es mejor no decantarnos por este vestuario) y ceremonias de cierta etiqueta, cuando se viste de chaqué o de gala. Según marca la tradición, la mantilla blanca o marfíl, solo la visten las solteras, y la mantilla negra, queda reservada para las casadas (aunque como muchas otras costumbres o tradiciones, no es muy tomada en cuenta). El conjunto se puede acompañar de alguna flor.

Funerales

Mantilla negra colocada sin peineta

Debe ser negra, lucirse con vestido corto y siempre sin peineta (aunque apenas se cumpla esta norma). En actos de este tipo se debe prescindir de la peineta y lucir la mantilla a modo de velo. Nada de flores para complementar el conjunto, ni joyas o bisutería de colores. Las clásicas perlas son el mejor complemento. O complementos de plata antigua.

Semana Santa

Mujeres usando la mantilla en Semana Santa

Hay que vestir mantilla negra, con peineta y vestido negro, corto. Es una muestra de recogimiento, mas que de luto. Complementos, pocos y sobrios. Nada de flores o notas de color en el vestuario. Joyas de azabache y plata, son el mejor complemento. Hasta el Viernes Santo, la mantilla puede ir retirada hacia atrás dejando lucir el pelo (un poco más que el flequillo). El Viernes Santo y hasta el Domingo de Resurrección la mantilla debe tapar todo el pelo colgando hasta la frente.

Otros usos

La mantilla se debe lucir con el vestido apropiado a la ocasión (corto de día, largo por la noche), con los complementos adecuados (sobrios para ocasiones luctuosas y más coloristas para celebraciones festivas).

Curiosidad

Por una dispensa Papal solamente las Reinas de España y Portugal se puede lucir mantilla blanca ante el Papa; y como en Portugal no hay monarquía regente, teóricamente, solo la reina de España estaría en disposición de vestir mantilla blanca ante el Papa. Por alguna razón, que que se desconoce, el resto de las reinas de Europa han "asimilado" este derecho y visten de mantilla blanca ante el Papa. En ningún momento a lo largo de la historia, se conoce dispensa alguna o ley donde se conceda este derecho al resto de reinas europeas.

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