Martillo de Londres


Martillo de Londres
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Martillo de Londres : Se trata de una herramienta humana. Data de una época anterior a la existencia de nuestros ancestros.

Historia

El llamado martillo fósil fue hallado en 1934 muy cerca de la localidad de London, en estado norteamericano de Texas. Apareció incrustado en el interior de una roca, lo que desde un principio obligo a los estudiosos a sospechar que tenía una antigüedad extrema. La madera del mango del martillo estaba fosilizada y la cabeza, de hierro, se fundía con la piedra.

Nadie quiso investigar el martillo fósil, que estuvo durante mucho tiempo condenado al ostracismo en la vitrina de un pequeño museo de Texas, el Museo Somerwell. Afortunadamente cayó en manos de otros investigadores que, pese a estar influenciados por ciertas corrientes creacionistas, favorecieron la posibilidad de un análisis detallado.

Descripción

El mango del martillo es de madera, pero dicha madera se encuentra petrificada. La parte interior, porosa, se ha transformado en carbón. Precisamente, en aquellos lares la petrificación de la madera es algo que ha ocurrido con cierta frecuencia. Este es el primer dato desestabilizador que proporciona este objeto. Y es lógico, puesto que los primeros homínidos no surgen hasta hace 7 millones de años y no fue hasta hace 2 cuando nuestros ancestros comenzaron a fabricar herramientas.

Respecto a la cabeza del martillo, el misterio es todavía mayor. Recientemente se han efectuado nuevos análisis en el Instituto Metalúrgico de Columbia, en donde los investigadores descubrieron que está formado en un 96,6 por ciento por hierro, en un 2,6 por ciento por cloro y en casi un 1 por ciento por azufre. Tal combinación de elementos quiere decir que el objeto es de hierro casi puro, algo que solo puede conseguirse empleándose avanzadas técnicas metalúrgicas.

Fabricación

Además, los investigadores efectuaron varias radiografías del objeto. Gracias a los rayos X dedujeron que durante su fabricación, el hierro empleado fue purificado y endurecido. Para conseguirlo, es necesaria la utilización de un tecnología metalúrgica muy reciente.

Pero la roca, tras los estudios geológicos pertinentes, resulto tener 140 millones de años, y según señalan los estudiosos, se sedimento después de la fabricación del martillo. Los estudiosos separaron la piedra del objeto, lo que provoco una muesca en la parte superior de la roca. Parecía formar parte de algo parecido al recubrimiento del objeto, lo que indujo a un nuevo análisis.

Formada por hierro en cuatro quintas partes, la muesca contiene silicio, azufre, calcio, potasio y cloro, lo que significa que es producto de un proceso poco común. Al estar fundida la cabeza del martillo con la roca, se ha sospechado que dicho proceso podría deberse a que en tiempos, el objeto estuvo sometido a una presión atmosférica distinta de la actual, lo que nuevamente nos obliga a pensar en una época remotísima.

Como explicación natural se ha propuesto la posibilidad de que la cabeza del martillo perteneciera al hierro procedente de un meteorito. Sin embargo, los elementos hallados en la pieza arqueológica no coinciden con los que sería de esperar de una roca procedente del Sistema Solar. Además, el proceso posterior habría originado impurezas en el metal que no se habrían escapado del escrutinio de los laboratorios que participaron en el análisis.

En general, el acero químicamente genuino y sin trabajar es bastante flexible. La estructura ya determinada, sugiere que este acero duro fue fabricado por una tecnología sofisticada. Cualquiera que tenga el más mínimo conocimiento de la fabricación del acero sabe que en cada proceso moderno de fabricación del acero, conduce inevitablemente a las impurezas de carbono o silicio. Hago hincapié en la palabra inevitable. La producción del acero sin estas impurezas es simplemente impensable.

No existen otros ingredientes conocidos utilizados para el refinamiento tal como el cobre, titanio, manganeso, cobalto, o molibdeno, vanadio, wolframio o níquel que pudieran haber sido rastreados en el objeto. Actualmente empleamos estos y otros elementos en la fabricación del acero para lograr diferentes propiedades, necesarias para los diferentes campos de aplicación.

También, la alta cantidad de cloro en el martillo fósil es notable. El cloro no juega ningún papel en la fabricación moderna del acero. No se utiliza en nuestro tiempo, por lo que es imposible producir la alta calidad de acero del tipo encontrado en el martillo por los métodos de fabricación de hoy en día.

Otros datos

Muchos investigadores concluyen, a partir de las pruebas, que esta herramienta es de por lo menos 100 millones de años — cuando los grandes dinosaurios caminaban sobre la Tierra. Sin embargo, autoridades científicas oficiales tradicionales, dicen que los seres humanos con capacidad de fabricar herramientas de alta calidad sólo existieron desde hace unos pocos miles de años.

Fuentes