Mathieu Orfila

Mathieu Orfila
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NombreMateu Josep Bonaventura Orfila i Rotger
Nacimiento24 de abril de 1787
Mahón, Bandera de España España
Fallecimiento12 de marzo de 1853
París Bandera de Francia Francia
NacionalidadEspañola
EducaciónMédico, químico, naturalista, profesor
Conocido porEl padre de la toxicología forense

Mateu Orfila (Mateu Josep Bonaventura Orfila i Rotger) (1787-1853). Científico llamado el padre de la toxicología forense.

Síntesis biográfica

Nació en Mahón el 24 de abril de 1787, en el seno de una familia de origen campesino. Orfila aprovechó el ambiente cosmopolita de Menorca para aprender lenguas modernas y ciencias durante sus primeros años de formación.
A los catorce años comenzó a impartir matemáticas y, a su vez, debía aprender a través de los pocos libros de estas ciencias que podía.
Orfila decidió estudiar medicina y el profesor de origen alemán, C. E. Cook, le enseñó “matemáticas elementales”, “física casi experimental”, “lógica” y “un poco de historia natural”.
En septiembre de 1804 viajó a Valencia e para asistir a clases en la Facultad de Medicina. Ante las carencias educativas que encontró, Orfila decidió aprender química en las obras de los principales autores franceses y de pequeñas experiencias que realizaba en su casa con la ayuda de algunos aficionados . Orfila adquirió una extraordinaria formación en química que le permitió deslumbrar a sus compañeros y profesores durante un concurso público celebrado en junio de 1805.
A principios de 1807, tras un informe favorable de Francisco Carbonell, la Real Junta de Comercio de Barcelona otorgó una beca para que Orfila viajara a Madrid y después a París a continuar los estudios de Química y Mineralogía durante cuatro años, con el fin de que, tras su regreso, se hiciera cargo de una segunda cátedra de química en Barcelona.
Llevado a la química por su capacidad y relaciones, se quedó en París trabajando como asistente del laboratorio del químico Antoine François Fourcroy, pero siguió estudiando medicina decididamente y finalmente se doctoró en 1811 con una tesis sobre la orina de los pacientes de ictericia. Se veía en esa tesis ya al médico químico que desde ese mismo año se dedicaría intensamente a estudiar los venenos y sus mecanismos.
Después de un enfrentamiento con Luis Napoleón, debido al acendrado conservadurismo del genio, moriría al fin en París el 12 de marzo de 1853 y sería inhumado en el famoso cementerio de Montparnasse.

Obelisco en la tumba de Orfila en Montparnasse

En su testamento, el genio menorquín dejó instrucciones y fondos para la creación de diversas instituciones científicas y de beneficencia. Y en un gesto hacia los alumnos a los que dedicó sus esfuerzos durante gran parte de su vida, dispuso que se hiciera su autopsia en presencia de sus estudiantes, para que aprendieran de él ya en la muerte un poco más de lo que habían aprendido del Orfila vivo.

Logros obtenidos

En la historia del veneno el encargado de compendiar el conocimiento reunido a lo largo de la historia y de empezar el camino para comprender cómo es que actúan esas mortales sustancias fue Mateo Orfila
Orfila organizó cursos de química y de otras ciencias naturales que lo hicieron famoso.
Entre 1814 y 1817 aparecieron sus dos principales obras - Traité des Poisons una clasificación de los venenos más comunes usados por criminales y Eléments de chimie médicale - que le reportaron un gran reconocimiento entre la comunidad científica francesa.
En 1819, fue nombrado profesor de la Facultad de Medicina, iniciando así un imparable ascenso que le conduciría a ocupar los más altos cargos de la medicina francesa en los años de la monarquía orleanista entre 1830 y 1848.
Fue decano de la Facultad de Medicina de París, miembro del Consejo Real de Instrucción Pública y de numerosas academias científicas francesas y extranjeras.
Participó activamente en la fundación y desarrollo el Journal de Chimie Médicale, de Pharmacie et de Toxicologie y los Annales d’Hygiène Publique et de Médecine Légale. Sus obras fueron reeditadas en numerosas ocasiones y traducidas a las principales lenguas europeas.
Todo ello, junto con su participación como perito en numerosos casos judiciales de envenenamiento, transformó a Orfila en uno de los médicos más famosos de su época.
Las investigaciones de Orfila eran difíciles y, parecería hoy, algo crueles, pues implicaron más de cinco mil experimentos de venenos con perros. El conocimiento derivado de estos experimentos se vio resumido en el libroTratado de los venenos (o Toxicología general) de 1813, considerado el texto fundacional de la toxicología científica.
La gran novedad de este tratado científico nacía de la convicción de Orfila de que los venenos sólo podían identificarse en las evacuaciones de los pacientes, considerando que podían ser absorbidos por el organismo y por tanto no llegar a ser evacuados. Su principal misión fue identificarlos en los tejidos de sus sujetos experimentales por medio de exámenes anatomopatológicos en autopsias.
Esta labor le permitió a Orfila determinar que la difusión de los venenos por el organismo se daba mediante la sangre y no, como se había creído antes, por medio de las fibras nerviosas. Igualmente, estableció el concepto de antitóxico, una sustancia que actúa directamente contra un tóxico, como el proverbial antídoto, y no contra la enfermedad.
El éxito de su libro, traducido a varios idiomas, se vio seguido cuatro años después por otro volumen, Elementos de química médica, que también atrajo gran atención en toda Europa. Con un prestigio bien ganado en su especialidad, en 1819 obtuvo el puesto de profesor de medicina legal de la Facultad de Medicina de París, puesto que le exigió adoptar la nacionalidad francesa, que mantuvo hasta su muerte.
Se desempeñó como profesor de química médica reconocido por su gran capacidad didáctica, autor de numerosos libros más sobre química, tratamiento de envenenamientos, medicina legal y otros temas, y fundador de la Sociedad de Química Médica (1824) encargada de la publicación de la revista científica Anales de química médica, farmacéutica y toxicológica, además de crear el Museo de Anatomía Patológica (Museo Dupuytren) y el Museo de Anatomía Comparada (Museo Orfila) que aún existen hoy en día en París.
En 1834 sería nombrado Caballero de la Legión de Honor Francesa.
Entre 1838 y 1841, Orfila se vería implicado igualmente en la creación de la toxicología forenese, primero determinando que en su estado normal el cuerpo humano no contiene arsénico, lo cual asegura que la presencia de arsénico es producto de un envenenamiento accidental o intencionado, y como experto en casos de envenenamiento.
En 1850 sería nombrado Presidente de la Academia de Medicina.
A partir de las publicaciones y descubrimientos de Orfila se hicieron muchos avances. Por ejemplo, el químico inglés James Marsh, desarrolló una técnica infalible para detectar rastros de arsénico.

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Fuentes