Monofisismo

Monofisismo
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Concepto:Del griego "monos" (uno) y "Physis" (naturaleza). Una de las muchas interpretaciones del cristianismo que se desarrolla a partir del siglo V, que se oponía a las tesis defendidas por el Concilio de Calcedonia (del 451) y que será declarada herética en el concilio de Constantinopla del año 553, inspirada por el monje Eutiques (que murió el año 454), al considerar que en Cristo existe una sola naturaleza: la divina, que ha absorbido a la humana. Se opone, pues, a la concepción de la iglesia de Roma sobre la naturaleza de Cristo y al nestorianismo. Sin embargo, pese a su condena como herético, el monofisismo persiste en la actualidad en la iglesia egipcia o copta, en la iglesia siriaca jacobina y en la iglesia armenia.

El Monofisismo. (del griego μόνος, monos, 'uno', y φύσις, physis, 'naturaleza'). Es una doctrina teológica que sostiene que en Jesús sólo está presente la naturaleza divina, pero no la humana. El dogma definido en Calcedonia y mantenido por la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica sostiene que en Cristo existen dos naturalezas, la divina y la humana «sin separación» y «sin confusión», según el símbolo Niceno-Constantinopolitano. Sin embargo, el monofisismo mantiene que en Cristo existen las dos naturalezas, «sin separación» pero «confundidas», de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina.

Formas del monofisismo

1. Arrianismo y apolinarismo. El arrianismo (por lo menos el llamado de la segunda generación) y el apolinarismo interpretan a Cristo según el esquema rigurosamente entendido de logos-sarx, es decir, Cristo es logos y sarx (carne, cuerpo) sin alma humana, de forma que el Logos (entendido entre los arrianos como un ser superior, pero creado; y entre los apolinaristas como Dios en sentido estrictamente niceno) ocupa el lugar del «alma» y es principio vital de la carne de Cristo y fuente de todos sus actos espirituales y corporales. Logos y carne forman juntos «la única naturaleza (physis hypostasis) del Verbo encarnado» (fórmula principal de las llamadas falsificaciones apolinaristas).

Cirilo de Alejandría, en la polémica con Nestorio (-> nestorianismo), acepta esta fórmula apolinarista de la naturaleza una, pero la interpreta rectamente. Cirilo admite un alma humana y una verdadera naturaleza humana en Cristo. La unidad y diversidad en Cristo no se explican aún por medio de la distinción entre persona y naturaleza. De ahí que esta cristología se preste siempre a tergiversaciones monofisitas, como lo prueban Eutiques y la historia posterior de la cristología. Sin esta distinción, una unidad «esencial» o sustancial en Cristo sólo puede explicarse a la manera de una unidad de naturaleza en el mundo objetivo de las categorías. Eso dan a entender las comparaciones de los padres: La divinidad y la humanidad en Cristo son una sola cosa como el alma y el cuerpo en el hombre, se compenetran como el fuego y el hierro (o carbón) incandescente, o como el fuego y la leña en «la zarza ardiendo» (Cirilo) o bien se fusionan como una gota de vinagre con el mar (Gregorio Niceno). Teniendo en cuenta que tras estas comparaciones está la teoría estoica de la krasis (interpenetrabilidad), ellas garantizan la distinción entre divinidad y humanidad, pero son ambiguas.

2. Monofisismo clásico. Se forma en contraste con la cristologfa antioquena y luego con la de Calcedonia, que enseña la doctrina de las dos naturalezas. Su fórmula capital sigue siendo: «una sola naturaleza del Logos encarnado».

a) Monofisismo real. Solamente de pocos teólogos cabe sospechar que admitan en Cristo una mezcla real de divinidad y humanidad para formar un tercer ser, o bien la eliminación de la divinidad en favor de la humanidad (o a la inversa). Por lo general los adversarios no entendieron bien sus fórmulas (p. ej., (León I y los papas de los siglos v y vi). Vieron con mayor claridad la situación Vigilio de Tapso (PL 62, 110) y Juan Damasceno (PG 94, 741; cf. LThK vu 563s).

b) Monofisismo verbal. Sus adictos son monofisitas tan sólo por sus palabras o fórmulas. Se quedan en el terreno de la cristología de Cirilo, anterior al concilio de Calcedonia. A la cabeza van entre otros Severo de Antioquía (severianos), Filoxeno de Mabbug, Timoteo Aelurus, Jacobo de Sarugh, Pedro Ibero. La insuficiente base precalcedónica conduce a nuevas escisiones (enumeradas en PG 83,53), así en la controversia sobre la pasibilidad (mortalidad natural) del cuerpo de Cristo, que es negada por Julián de Halicarnaso (aphthartodocetas»). Profesan este m. verbal hasta hoy las siguientes iglesias: la copta, la etiópica, la sirio-occidental (jacobistas) y la armenia, que después del Calcedonense se separaron de la Iglesia bizantina. Se han entablado diálogos de unión con la Iglesia ortodoxa griega.

Surgimiento

El monofisismo o doctrina de la unidad física entre la naturaleza humana y la naturaleza divina de Cristo, tuvo como primer promotor a Eutiques, monje archimandrita de un gran monasterio de Constantinopla. Había sido Eutiques un decidido adversario de Nestorio, pero empeñado en querer interpretar al pie de la letra, y no sabiendo entender bien algunas fórmulas poco felices e imprecisas de san Cirilo de Alejandría sobre la unidad de la persona en Cristo, sostuvo que, antes de la Encarnación, había dos naturalezas en Cristo; en la encarnación la naturaleza humana fue absorbida por la naturaleza divina. Denunciado por Eusebio de Dorilea al patriarca de Constantinopla Flaviano, éste le invitó a disculparse ante un sínodo, que, el año 448 le excomulgó y le depuso.

Eutiques apeló al Papa y continuó propagando su herejía, contando con el apoyo de Dióscoro, obispo de Alejandría, y del emperador Teodosio II, que convocó un Concilio de Éfeso el año 449. El Papa San León Magno envió al concilio tres legados con una Instructio dogmatica, conocida con el nombre de Tomo a Flaviano, en la que afirmaba con la claridad más precisa la unidad de persona y la duplicidad de naturalezas en Cristo. Pero el Concilio, presidido por Dióscoro y custodiado por grupos armados de monjes fieles a Eutiques, no tuvo en cuenta las directrices del Papa León, rehabilitó a Eutiques y depuso a los obispos que le habían sido contrarios. El Papa convocó, entonces, rápidamente un sínodo en Roma, que condenó el procedimiento seguido en Éfeso como acto de bandidaje (latrocinium ephesinum).

Iglesias monofisitas actuales

Sin embargo, la condena no fue aceptada por las congregaciones egipcias, por lo que el Patriarca de Alejandría Timoteo Eluro en el 457 rechazó el concilio y excomulgó al Papa y al resto de los Patriarcas dando origen a la Iglesia Copta. Los enviados armenios, que llegaron tarde al Concilio, tampoco aceptaron la condena surgiendo la Iglesia Apostólica Armenia. Algunas comunidades en Siria también estaban contra Calcedonia, por lo que posteriormente durante la época de Justiniano estas comunidades fueron organizadas y lideradas por Jacobo Baradeo de Edesa, amigo de la emperatriz Teodora, fundando la Iglesia Jacobita (también llamada Siriaca). La Iglesia Ortodoxa Malankara que forma parte de la Iglesia Jacobita, junto a la Iglesia copta etíope y la Iglesia copta Eritrea que pertenecen a la Iglesia Copta también siguen doctrinas monofisitas.

Fuentes