Teodora

Teodora
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Emperatriz
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Nacimiento 501
Constantinopla, hoy Estambul
Fallecimiento 28 de junio de 548 d. C.,
Constantinopla, Bandera de Turquía Turquía
Entierro Iglesia de los Santos Apóstoles, en Constantinopla
Cónyuge/s Justiniano I (m. 525 d. C.–548 d. C.)
Padre Acacio

Teodora. (Constantinopla, hoy Estambul, 501 - id., 548). Emperatriz bizantina de oscuros orígenes, algunos cronistas sostienen que ejerció de acróbata de circo en África; su matrimonio con Justiniano le permitió acceder con él a la púrpura imperial.

Su vida

Nacida hacia el año 502 de la era cristiana, era la hija de un cirquero llamado Acacio que poseía varios osos amaestrados, y no se sabe exactamente si Teodora nació en la Isla de Creta o en Siria. Acacio trabajaba en el hipódromo de Constantinopla, donde era maromera y mimo. Dado que de todas maneras la profesión del show business no era muy bien vista para las mujeres, teodora desde muy chavala comenzó también a ejercer el oficio más viejo del mundo para complementar los ingresos.

Entre los actos de Teodora estaba montar semidesnuda encima de briosos corceles, y en varias ocasiones le ponían gansos salvajes a recoger frutas y granos sostenidos por la muchacha en su entrepierna. Teodora parecía no conocer el miedo, y esa característica habría de servirle de mucho en el futuro.

Mujer de gran atractivo físico, dotada de una gran inteligencia y energía, desempeñó un papel determinante en la resolución de la grave crisis de la revuelta de la Nika, en el 532, que estuvo a punto de costar el trono a Justiniano. Teodora supo mantener la sangre fría y convenció a su vacilante esposo de que la situación no estaba perdida: en efecto, las tropas del general Belisario fueron capaces, mediante una sangrienta actuación, de sofocar el motín popular.

Con ello, Teodora se convirtió en una de las personas con mayor influencia sobre el emperador, y en uno de sus principales apoyos. La figura histórica de Teodora ha sido muy mediatizada por la narración de Procopio en su historia arcana, absolutamente desfavorable tanto a la emperatriz como a Justiniano.

Teodora emperatriz

Uno de los ascensos más meteóricos de la historia fue el que protagonizó una joven cirquera y meretriz a quien hoy conocemos como la emperatriz Teodora de Bizancio, quien supo sobreponerse a un pasado bastante escabroso a tal punto que gracias a ella su marido pudo conservar el trono.

Una vez que se vio convertida en consorte del monarca, Teodora se dio a la tarea de establecer que no sería solamente un ornamento, por muy bella que fuera. Teodora tomó cartas en distintos asuntos concernientes a mejorar la calidad de vida de las mujeres del imperio bizantino, influyendo en su esposo Justiniano para que codificara el derecho romano en el "Corpus Juris Civilis".

Inspiradas por ella aparecieron leyes que defendían la igualdad de la mujer, el derecho al divorcio, la prohibición de castigos por adulterio, el reconocimiento hacia los hijos bastardos y la defensa de sus derechos de herencia, la imposición de penas para los violadores, la posibilidad de abortar y la prohibición de la prostitución forzosa. Además, se encargó de crear planes de rescate para jóvenes que habían sido prostitutas, rehabilitándolas para otros oficios. Tambien promulgó leyes que permitieran que las mujeres pudieran ser propietarias y heredar sumas de dinero o propiedades y además mejoró el sistema de atención a la salud femenina.

Teodora en el poder

Teodora había sido coronada junto a su marido un 4 de abril del año 527 y gozaba al máximo de su poder. Es por eso que cuando se dio la revuelta de Nika, mostró de qué acero estaba hecha. Dos grupos políticos, rivales entre sí, comenzaron un alboroto en el hipódromo. Luego prendieron fuego a varios edificios gubernamentales y proclamaron a un nuevo emperador. Justiniano y sus oficiales no pudieron controlar a la muchedumbre, y ya estaban listos para hacer operativo cusuco cuando Teodora se armó de valor, lanzó un discurso de la importancia de un hombre que moría como líder por encima de la de otros que vivían como cobardes, y la gente se conmovió. Ipso facto, Justiniano dejó de actuar como eunuco y se lanzó a atacar a los rebeldes con sus huestes. Unos 30 mil rebeldes murieron en el Hipódromo, emergiendo Justiniano como victorioso en gran parte por la valentía y el coraje de su hermosísima esposa.

Logros de Teodora

Teodora impulsó el embellecimiento de la ciudad de Constantinopla, erigiendo puentes y acueductos además de 25 iglesias, entre ellas la de Hagia Sofía. Teodora además protegió a los miembros de la secta monofisita, llegando a instalar como patriarca de Constantinopla a un prelado de esa secta. Teodora además fue una genuina reformista social y una verdadera mecenas del arte sin necesidad de bombo y platillo o de estafar a ninguna entidad financiera.

Su muerte

En 548 se le manifestó un incontenible cáncer de pecho que en pocos meses le arrebató la vida. Tenía poco más de 40 años y había logrado entrar en la galería de personajes más relevantes y decisivos de la Historia. Su cuerpo fue remitido a la Iglesia del Santo Apóstol, uno de los templos más espléndidos que ella y Justiniano habían mandado a construir.


Bellos mosaicos que rememoran la belleza de Teodora aún existen en Ravena, Italia. Justiniano quedó como cúcala desarbolada a la muerte de su consorte, y una secta de cristianos la considera una santa cuya fiesta se conmemora los 30 de diciembre. Para otros, entre ellos Procopio, Teodora fue una ramera oportunista que manipuló descaradamente a Justiniano. Sin embargo, la influencia de esta preciosa y audaz mujer sigue sintiéndose incluso hoy en día en las obras de feministas y filántropos que han sabido recoger su ejemplo.

Fuentes