Pedro Martínez Brito

Pedro Martínez Brito
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NombrePedro Pablo Martínez Brito
Nacimiento7 de enero de 1935
Ciego de Ávila, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento10 de julio de 1958
Vedado, Ciudad de La Habana, Bandera de Cuba Cuba

Pedro Pablo Martínez Brito. Líder estudiantil. Integrante del Directorio Revolucionario. Arduo combatiente revolucionario contra la tiranía batistiana. Líder del M-26-7.

Datos biográficos

El día 7 de enero de 1935 nació en la calle que hoy lleva su nombre, en el antiguo barrio del Sur de Ciego de Ávila, en el seno de una familia humilde, de la que es el sexto de los siete hermanos.

En medio de las estrecheses económicas del hogar y del padecimiento de bronquitis asmática que lo afecta desde su nacimiento, dio sus primeros pasos y crece el niño vivaracho, pícaro y cariñoso que familiares y amigos apodaron “Pillín”.

Pese a las dificultades económicas del hogar, el padre y los hermanos mayores, obligados a dejar prematuramente los libros para ayudar el sustento del núcleo familiar, se propusieron que “Pillín” hiciese estudios aunque, para ello, tuviesen que llegar a los mayores sacrificios.

Sus primeros estudios

Cursó las primeras letras en la Escuela Privada “Sorriba”, donde se destacó por su interés en el estudio, disciplina y formalidad. Concluido el segundo grado en este centro, matriculó en la Escuela de Calle 3 e Independencia, donde cursó tercero y cuarto, continuando estudios en la Escuela Privada “Belda” hasta concluir el sexto grado. Manifestó gran interés y respeto hacia la historia y los símbolos de la patria.

Después de vencer satisfactoriamente el examen de ingreso, matriculó oficialmente el 15 de agosto de 1949 en el Instituto de Segunda Enseñanza de su Ciudad Natal, con el expediente Nº 2472. Constaba entonces 14 años de edad.

Líder estudiantil

Desde su ingreso en el Instituto, se destacó como líder del estudiantado y ocupó diferentes cargos en la Asociación de Alumnos, de la que llegó a ser su vicepresidente. Así dio sus primeros pasos hacia el libro de la historia quien fuera apodado cariñosamente por sus compañeros “Pájaro Loco”.

El Golpe del 10 de marzo de 1952, que conmovió a toda la opinión pública del país, tuvo en el estudiante avileño un efecto detonador que llevó a airadas protestas y manifestaciones de repudio parte de éstos y, en las primeras filas marchaba Pedro, que fue uno de los primeros en recibir la embestida de la policía que bajo la fuerza de las bayonetas y la porra disolvió las mismas.

La situación política imperante despertaba en los sectores estudiantiles y obreros la conciencia de la necesidad de profundas transformaciones. Se continúan las acciones de protestas como repudio a tal situación y, en primera línea la figura de Pedro Pablo Martínez Brito junto a Ricardo Pérez Alemán, Pedro Ballester y otros prestigiosos ayudantes; dirigiendo y organizando actos cívicos que la mayoría de las veces finalizaban con la brutal represión de la policía, de la que fue víctima en más de una ocasión el propio de Pedro.

Una de las mayores manifestaciones realizadas por el estudiantado avileño se produjo a raíz de los hechos del Asalto Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y como repudio a los crímenes que la tiranía comete en la ciudad santiaguera.

Obra revolucionaria desde el estudiantado

Consciente de la necesidad de llevar a cabo la lucha contra el régimen en una forma organizada, ingresa en las organizaciones revolucionarias surgidas al calor de la situación que existe en el país.

El 9 de diciembre de 1953 se crea la Federación de Estudiantes del Instituto de Camaguey (FEIC). Pedro participa en la fundación de la misma formando parte de la representación del Instituto de Segunda Enseñanza de Ciego de Ávila, siendo electo Delegado al II Congreso de Estudiantes en la Universidad de Oriente.

Los estudiantes avileños lograron importantes victorias en el enfrentamiento a la dirección del plantel y a los dogmas establecidos para la Segunda Enseñanza, así se les reconoció el derecho a plantear sus criterios relativos a la calidad de las clases, la capacidad de algunos profesores, las exigencias de los programas y exámenes. En esta lucha siempre se hallaba presente Pedro P. Martínez Brito, quien con su limpieza moral y los claros principios, se enfrentaba decididamente a las lacras que corrompían al Centro Docente.

Siendo Secretario de la Asamblea de Estudiantes del Instituto de Ciego de Ávila y Delegado de la Federación de Estudiantes del Instituto de Camaguey (FEIC), participa en el III Congreso Nacional de Estudiantes Secundarios del 7 al 8 de mayo de 1954 en la Universidad de la Habana.

La organización estudiantil se va convirtiendo en un poderoso órgano de lucha revolucionaria en que Pedro P. Martínez Brito tiene su escuela política y es la época en que se consolidan sus convecciones. Durante este período conoce y establece estrecha amistad con Jesús Suárez Gayol, amistad fundada en una plena coincidencia de principios e ideas

Rebeldía del joven

En diciembre de 1954 en ocasión de la fiesta de fin de año, Pedro, junto a José Aseff (El Moro) y otros compañeros, quemaron un arbolito de navidad que habían puesto en el Parque “Martí”, de Ciego de Ávila los elementos de la burguesía, hecho que constituyó una muestra de repudio hacia la clase explotadora.

Concluye sus estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza de Ciego de Ávila en el curso 19541955, recibiendo el título de Bachiller en Ciencias el día 5 de octubre de 1955 en acto efectuado en el Teatro “Principal” de esta ciudad.

Durante la actividad de graduación se puso de manifiesto la enorme popularidad y cariño que gozaba Pedro, no sólo como líder estudiantil, sino como un decidido combatiente que junto al sector obrero había enfrentado en más de una ocasión a los sicarios de la tiranía, recibiendo en propio cuerpo la represión que seguía a cada manifestación y a cada huelga.

Combatiente del pueblo

Ya Pedro no era sólo un líder estudiantil, sino un combatiente del pueblo por conquistar la verdadera independencia. Por eso su presencia era doblemente aplaudida por todos los asistentes a aquel acto de graduación.

El 16 de mayo de 1955, después de casi dos años de duro encierro, salían del Presidio Modelo de la Isla de Pinos, Fidel Castro y sus compañeros de armas de la acción del Moncada. En la amnistía a los revolucionarios jugó un papel decisivo la opinión popular que presionaba a la dictadura.

Ya en libertad, Fidel continuó su lucha contra el régimen, denunciando desde las páginas del periódico “La Calle” los vicios y lacras de la tiranía y señalaba al pueblo el camino correcto a seguir.

El carácter siniestro y represivo de la “libertad de expresión” entonces reinante en el país, se hizo sentir con la clausura del diario “La Calle” y la amenaza directa del tirano en junio de 1955 al líder revolucionario.

La represión desatada por la tiranía obligó a Fidel a abandonar el país, no sin antes enviar con fechas del 7 de julio a algunos líderes políticos, una carta en que decía “Me marcho de Cuba, porque me han cerrado todas las puertas de la lucha cívica. Después de 6 semanas en la calle estoy convencido más que nunca de que la dictadura tiene la intención de permanecer veinte años en el poder… Como martiano pienso que ha llegado la hora de tomar derechos y no pedirlos, de arrancarlos en vez de mendigarlos. Residiré en un lugar del Caribe. De viajes como éste no se regresa o se regresa con la tiranía descabezada a los pies”.

Esta es la situación que vive el país cuando el 16 de noviembre de 1955, Pedro Pablo Martínez Brito matricula en la Facultad de Ciencias Comerciales en la Universidad de la Habana; especialidad ésta que le posibilita buscar un empleo en el Gabinete de Contabilidad u otra empresa, que le permitiera costearse los estudios, ya que la situación económica de la familia no permitía a su padre y a sus hermanos sufragar éstos.

En 1955 es reelegido José A. Echeverría Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria FEU. Pedro Martínez Brito, que al ingresar en la Universidad establece de inmediato contacto con los dirigentes estudiantiles a través de José Aseff (El Moro), se vinculará con el gran líder y será uno de sus más cercanos colaboradores. Elegido Delegado de su facultad, la actividad de Pedro es constante movilización de estudiantes hacia las acciones que se desarrollan en repudio al régimen de opresión que vive el país, a la vez que se prepara para sus acciones futuras.

Los acontecimientos nacionales se recrudecen. La FEU mantiene en la capital el espíritu de rebeldía. Organiza constantes actos en la calle que elevan la tensión del pueblo y mantiene la perenne denuncia contra el régimen. En los meses finales de 1955, Echeverría y sus compañeros fundan el Directorio Revolucionario organismo de vanguardia en la lucha, que impulsa junto con la FEU las jornadas constantes contra la tiranía.

En diciembre de 1955 es interceptada la manifestación de estudiantes que se dirige al bufete del Doctor Torriente y golpeados una vez más sus integrantes. Hechos similares se producen en el Estadio de la Habana, en el Parque Maceo y numerosos lugares de la capital y, siempre, en las primeras filas, se encontraba presente Pedro Martínez Brito. Sus compañeros de aquellas jornadas lo recuerdan como muy dinámico y de valor personal extraordinario.

Integrante del Directorio Revolucionario

Como integrante del Directorio Revolucionario manifestó en diferentes acciones, además de una gran disciplina y valor a toda prueba, una extraordinaria capacidad para organizar a las masas; se le encomendaron tareas de gran envergadura como la de fundar el Directorio Revolucionario en Ciego de Ávila, done hace contacto con los elementos de más alta conciencia revolucionaria, orientándoles las acciones contra la tiranía.

Al producirse el movimiento de huelga de los trabajadores azucareros en diciembre de 1955, la solidaridad del estudiantado no se hizo esperar. El Directorio Revolucionario acordó enviar sus más activos representantes al interior de la Isla para estrechar la Alianza Obrero – Estudiantil. A Pedro P. Martínez Brito se le encomienda la misión de organizar y dirigir el movimiento estudiantil en Ciego de Ávila en apoyo a los obreros azucareros en huelga, junto a Pedro se hallaba en esta oportunidad su compañero José Aseff (El Moro). En la calle Marcial Gómez, la policía hacía a los transeúntes recoger la basura regada en la calle por los huelguistas.

Aseff previene de lo que sucede a Pedro, pero éste insistiendo y sin hacer caso del peligro, toma dicha calle, lo que no hizo Aseff. Martínez Brito se negó a cumplir el mandato de la policía, recibiendo una golpiza por la que tuvo que ser trasladado al hospital de la ciudad y de allí al Cuartel, del que fue liberado por la gigantesca ola de protesta desarrollada por el pueblo ante tal hecho. Se vio precisado a guardar cama por varios días y recibe la visita en su casa de José A. Echeverría.

La situación en la capital de la República era tensa y Pedro, apenas repuesto, marcha de nuevo para La Habana, eran los primeros días del año de 1956.

Poco antes del triunfo revolucionario

A principios de este año, Fidel lanza desde el extranjero, a nombre del “Movimiento 26 de Julio”, los manifiestos 1 y 2 dirigidos al pueblo, que lograron una amplia circulación. En ellos se convocaba de nuevo a la pelea y se prometía ser libres o mártires en ese año.

En toda Cuba se trabajaba arduamente en la organización y adiestramiento de los elementos que apoyarían el reinicio de la lucha armada. El estudiantado universitario, dirigido por la FEU, realizaba actos de calle y mantenía en alto la bandera de la rebeldía. Su líder José A. Echeverría de paso por ciudad de México, suscribe con Fidel un documento llamado “La Carta de México” que sellaba el compromiso de los estudiantes de combatir con los compañeros del M-26-7 cuando, tras el desembarco, se reiniciaría la lucha armada.

Este compromiso se vio cumplido cuando a sólo tres meses del desembarco del Yate Granma, el Directorio Revolucionario llevó a cabo el Asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj, en una acción sincronizada. Estas acciones respondían a un plan cuidadosamente elaborado por el Directorio Revolucionario y el Doctor Menelao Mora Morales, quien caería en aquella gloriosa gesta que tuvo lugar el 13 de marzo de 1957.

Mientras se libraba el ataque a Palacio en un combate a muerte, a las 15:14 horas llegaban a la Radio Emisora C.M.Q en la calle Nº 23, en el Vedado, José A. Echeverría, Carlos Figueredo, Fructuoso Rodríguez, Pedro Martínez Brito, Joe Westbrook Rosales, Aseff y otros compañeros. Las palabras de José A. Echeverría quedarían interrumpidas, enardecieron al pueblo e hicieron temblar a los sicarios de la tiranía. Al retirarse de la Emisora por la calle Jovellar, cayó mortalmente herido el heroico presidente de la FEU, teniendo que replegarse los demás combatientes.

Aquella jornada demostró que el movimiento insurreccional seguía ganando fuerzas en toda la Isla y puso en evidencia el espíritu de lucha del pueblo cubano. Dio a todos los luchadores por la libertad de Cuba la certidumbre de que un día se cumplirían las proféticas palabras de José A. Echeverría: “Si caemos que nuestra sangre señale el camino de la libertad, porque, tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo… Pero en definitiva es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzar el triunfo”.

El estado de ánimo de los que iban a participar en aquella gloriosa acción es señalado por Faure Chomón con las siguientes palabras con las siguientes palabras: “Puedo afirmar que en aquellos momentos sentimos que aquel era el día más feliz de nuestras vidas. Creo que todos los sentimos así, pues la moral de todos los compañeros fue muy alta y realmente había gran júbilo entre los hombres de nuestro comando”.

Perseguido por la tiranía

En estas palabras se retrata entre otros tantos a Pedro Pablo Martínez Brito, que había hecho suyas las palabras de Fidel “de ser libres o dar la vida por la libertad de la patria”. Pedro como otros tantos combatientes de aquella jornada gloriosa, tuvo que pasar a la clandestinidad.

Los esbirros de Esteban Ventura Novo conocían sus señas y andaban en su búsqueda. Refugiado en casas de familiares y amistades no se resignaba a la inactividad, ansiaba salir a la calle y continuar la lucha frente al enemigo. Sin embargo recibió la orden de la organización de tomar el camino del exilio, pues su vida corría un grave peligro.

Exilio

Aislado en la embajada de Brasil obtiene un pasaporte para ese país de Sudamérica, al cual nunca llegó porque al hacer escala el avión en la ciudad de Panamá el 2 de junio de 1957, Pedro se quedó clandestinamente en este país, donde estableció contactos con los estudiantes de la Universidad Nacional de Panamá, los que gestionaron ante el gobierno se aceptase legalmente su permanencia en tierras panameñas.

En Panamá matricula al iniciarse el 19571958 en la Facultad de Administración Pública (Comercio) en la Universidad Nacional; pero este país no formaba parte de los centros de emigración política de la juventud cubana y, por ello, se trasladó a los Estados Unidos; estableciéndose primero en Nueva York y más tarde en Miami donde residía un núcleo considerable del Directorio Revolucionario en el exilio. Allí fue nombrado tesorero del Directorio Revolucionario, responsabilidad que cumplió a cabalidad.

En Miami se organizaba la expedición que al mando de Faure Chomón debía desembarcar en tierras cubanas y abrir el frente del Directorio Revolucionario 13 de marzo en las Sierra del Escambray. A Pedro P. Martínez Brito se le encomienda la tarea de viajar a Cuba para organizar todas las condiciones necesarias que garantizarían el arribo de la expedición y la apertura del frente guerrillero; se necesitaba para esta acción a un hombre valiente, decidido y conocer de todos los miembros de la organización, tanto en la Habana como en Camagüey, por cuyo territorio debía arribar la expedición, por eso nadie dudó de que la misión asignada sería cabalmente cumplida.

Así a finales de enero de 1958, arriba a tierras cubanas a bordo del vapor “Reina Isabel”, como camarero. Inmediatamente hace los contactos pertinentes y cumple las instrucciones que traía de Faure Chomón. En el viaje realizado a Camagüey vio por última vez la querida ciudad de Ciego de Ávila, que lo vio nacer y donde se inició su carrera de revolucionario sin tacha.

Regreso a la patria

Al regresar a la Habana de su viaje a Camaguey, le comunican que había sido nombrado Vicepresidente de la FEU e integra los grupos de acción del Director Revolucionario, en los que cumple peligrosas acciones. Ya a mediados del año 1958, Pedro Martínez Brito estaba como se dice en el argot revolucionario, totalmente quemado, fichado y perseguido por la policía, no podía prácticamente moverse, por ellos recibe la orden de incorporarse a las fuerzas del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, que desde los primeros meses de 1958 se habían establecido en la zona montañosa del Escambray. No pudo cumplir la orden de inmediato por la llegada de estudiantes universitarios extranjeros a los que debió atender en su condición de Vicepresidente de la FEU.

Muerte

El día 10 de julio de 1958, es abatido por los sicarios de la tiranía junto a su compañero José Rodríguez Vedo (Tato) , en la calle B entre 19 y 21, en el Vedado. Alrededor de los acontecimientos de la muerte de Pedro P. Martínez Brito se han tejido diversas versiones. Se plantea por unos que al ser sorprendidos en el Apartamento Nº 27 del Edificio Nº 459 de la calle B entre 19 y 21, en el Vedado, Pedro se lanza en busca de un arma que escondía o parecía esconder en la cama y es baleado por la policía, entonces Tato se lanza por la ventana muriendo en el pavimento de la calle al caer desde el tercer piso.

Otra versión señala que, al saberse rodeados, ambos jóvenes suben a la azotea del edificio, Pedro salva distancia con un edificio vecino de un salto. Pero Tato no pudo hacerlo y cayó a la calle donde fue rematado por los esbirros con una ráfaga de ametralladora, en tanto Pedro que trata de salir del edificio por la calle opuesta es apresado por la policía y conducido al apartamento donde trata de alcanzar un arma que tenía en la cama, es asesinado de un tiro en la cabeza y arrastrado por los pies hasta el primer piso, golpeándose y desbaratándose la cabeza.

Las diversas versiones coinciden al señalar que Pedro Martínez Brito murió como había vivido su corta vida: luchando frente a frente con el enemigo a quien odiaba.

La noticia de la muerte de Pedro provocó en el pueblo avileño una ola de indignación como jamás se había observado, encabezada por el sector estudiantil, una gran manifestación popular hizo potente su odio y condena al régimen bajo la amenaza y represión de la policía. Se decretó duelo y todas las escuelas cesaron sus clases, o bien porque los maestros se sumaron al sentir popular o porque los estudiantes del Instituto se lo exigieron.

Cuando llegó a Ciego de Ávila el cadáver de Pedro Pablo Martínez Brito fue recibido por una multitud enardecida que, enfrentando a la policía que rodeaba la casa, acompañó a su querido compañero hasta su tumba. Durante el velorio los estudiantes colocaban letreros en las coronas de “Abajo Batista”, “Viva la Revolución”.

Cuando salió el cortejo fúnebre hacia el cementerio, se desplegó una bandera cubana de dimensiones extraordinarias y se entonó el Himno Nacional por miles de asistentes, que manifestaban su dolor por la muerte del querido compañero y su indignación por el régimen de terror y opresión que vivía el país. En el cementerio aparecieron incontables banderas del M-26-7 y del Directorio Revolucionario. Se escuchó un potente: “Abajo Batista”, “Viva Fidel” y como respuesta una ráfaga de ametralladora disparada al aire por uno de los tantos soldados que rodeaban el cementerio.

Fuentes