Leyenda del Tamarindo de Santa Clara

Monumento a Familias Fundadoras de Santa Clara
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Sitio fundacional Sta Clara.JPG
Ubicación Geográfica:Santa Clara

El tamarindo es un símbolo de la fundación de Santa Clara, vinculado a una de las leyendas que enriquecen las tradiciones orales de esta ciudad.

Historia

El 15 de julio de 1689 un grupo de remedianos fundaron la villa Gloriosa de Santa Clara. En los relatos que se realizaron durante muchas décadas relacionados con la fundación de Santa Clara, se mezclaron componentes reales e imaginarios. Uno de los elementos simbólicos relacionados con este hecho histórico y que ha perdurado en el imaginario colectivo por varias generaciones, es el criterio de que debajo de un tamarindo se realizó la primera misa.

El tamarindo es una planta originaria de las sábanas secas del África tropical que se extendió a Asia meridional hace unos miles de años. No existen evidencias documentales de que esta planta fuera plantada en Cuba hasta después del siglo XVII, fecha que es posterior a la fundación de Santa Clara [1].

El primer indicio documental que vincula un árbol con la fundación de Santa Clara aparece en la narración de "El indio del Cubanacán" (1848), de Manuel Dionisio González Yanes, donde se expresa: «Cerca de siglo y medio después, se fundó un pueblo, junto a la llanura de la ceiba […] Ese pueblo es la villa de Santa Clara, fundada sobre las ruinas del Cubanacán» [2].

Diez años después en 1858 el propio Manuel Dionisio, en la Memoria histórica…, reflexiona sobre la posibilidad de que el acto fundacional ocurriese debajo de un Jagüey que se encontraba próximo a la Iglesia Parroquial, área que hoy ocupa el parque Leoncio Vidal. El historiador realizó una especie de sondeo entre las personas de mayor edad de la villa para determinar el lugar y los entrevistados le presentaron dos criterios: uno en la loma del Carmen y el otro en la Plaza Parroquial. Sin embargo, Manuel Dionisio descarta la segunda hipótesis y defiende la tesis de que el sitio fundacional se encontraba en los alrededores del hoy parque del Carmen, en un lugar cercano al río, donde ya existían algunos ranchos y corrales para el ganado que pastaba en dicha loma:

(…) según las noticias constantes, conservada por las personas antiguas; y aunque hay quien crea que la celebración de la primera misa tuvo lugar en la Plaza mayor bajo un jagüey muy frondoso, que allí ecsitia, en el mismo lugar donde hoy está edificada la Iglesia, considero, sin embargo, mas verosímil la primera noticia, por estar fundada, no solo en el dicho mayor número de individuos de edad, á quienes fue trasmiténdose de sus antepasado, sino por las que debió preferirse por los fundadores el punto de la loma del Cármen, porque había allí una fábrica, que alguna mas comodidad les ofreciera, á diferencia del terreno de la plaza que, lejos de esa ventaja, estaba entonces cubierto de malezas, y era un sitio muy poco á propósito para el efecto, pues según se sabe, hasta ecsistia una pantano bajo el mismo jagüey que sirvia de revolcadero á los cochinos…[3]

Contemporáneo con la Memoria histórica… es el poema escrito por el intelectual y patriota santaclareño Miguel Jerónimo Gutiérrez, titulado "Quince de Julio", donde plantea que las familias remedianas llegaron: «Haciendo templo un árbol que frondoso/ En la verde colina descollaba,/ Rindieron culto al Dios que les colmaba/ De Esperanza, de Fe, de Caridad.»[4]

En 1744 fue mercedado el terreno muy próximo al lugar referido, en las actuales calles de Máximo Gómez entre Garófalo y Río, para la construcción de una ermita que el padre Conyedo proyectó y llamó Nuestra Señora del Carmen, dado que el 16 de julio es el día dedicado a esta virgen, siendo la fecha con connotación católica más cercana al 15 de julio. Manuel Dionisio atribuye a la ermita el objetivo de que las futuras generaciones recordaran el lugar donde nació la villa. [5].

En 1754 se construyó una nueva edificación para esta iglesia que sustituía la anterior, la cual era una modesta construcción de madera y guano, para ello se utilizó el terreno aledaño, el cual es el que ocupa hoy. El objetivo de dicho traslado era no interrumpir los oficios religiosos mientras se edifica el nuevo templo y alejarse de la ribera del río para evitar el daño que pudieran producir sus crecidas por lo que era más segura la colina que hoy lleva el nombre de la iglesia [6].

La primera referencia del tamarindo con el hecho fundacional aparece el 23 de julio de 1894, cundo los concejales Alejandro Ruiz y Miguel Torrens presentan una solicitud al Ayuntamiento donde proponen el uso de un escudo para la ciudad en cuya descripción se expresa que los fundadores al llegar:

[…] Se albergaron en la habitación y corrales de Francisco Alejos, situados en la llamada hoy Loma del Carmen; que junto a la habitación existía un árbol y que en ese lugar se verificó por primera vez el santo sacrificio de la misa… por eso vemos en él una pequeña colina provista de vegetación en su parte inferior, desnuda de árboles en su parte media, y en su cúspide una rústica choza, sobre la cual se inclina el frondoso ramaje del tamarindo, al pie del cual se dijo la primera misa [7].

La creencia se reforzó cuando en diciembre de 1916 el Ayuntamiento propone derribar el tamarindo que se encontraba en el lateral de la iglesia El Carmen por afear el ornato público, el cual es talado en 1918. Esto provocó airadas protestas en la prensa local, siendo el mayor logro de este movimiento la publicación del número especial de la revista "El Quince de Julio", dedicada al 229 aniversario de la fundación de la ciudad y dirigida por Juan Evangelista Valdés Veitía.

Para enmendar la ofensa y el malestar provocado por la tala de dicho árbol, miembros de la Sociedad de la Prensa sembraron otro tamarindo a pocos pasos de donde estuvo su predecesor, lo rodearon de una reja de hierro para evitar una nueva tala y colocaron una tarja con fecha del 15 de julio de 1923.

En 1952 el Grupo Los Mil inauguró un monumento del escultor Boabdil Ross Rodríguez para, unido al Tamarindo, rendir tributo al hecho fundacional. El conjunto fue declarado Monumento Nacional en 1991.

Actualidad

Desde 1989, cada 15 de julio es tradición en la ciudad sembrar un nuevo tamarindo en un bosque alegórico que existe en la Loma del Capiro.

De esta manera el simbolismo del tamarindo como árbol identitario de Santa Clara cada vez está más arraigado en la cultura popular, sin importar la veracidad de que dicho árbol fuera partícipe o no del acontecimiento fundacional.

Referencias

Fuente

  • Águila Zamora, Hedy (2016): «La fundación de Santa Clara: aspectos polémicos». Rev. Honda, No. 47, Sociedad Cultural José Martí, La Habana, pp. 4-6.
  • González, Manuel Dionisio (1858): Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su Jurisdicción. Imprenta del Siglo, Villaclara.
  • Reyes Aguilar, Judiel (2024): Leyendas Santaclareñas. Editorial Feijóo, pp. 20-26.
  • Valdés, Juan Evangelista (1918): El Quince de Julio. Santa Clara.