Regina Carter
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Regina Carter: La Nueva Dama del Violín.
Sumario
Sintesís biográfica
Nació en Detroit, Michigan, en agosto de 1966. Sus primeras notas musicales surgieron del piano a los dos años de edad; con partituras de música clásica. Recuerda que su madre la sentó frente al piano y al tocar una pieza que había estado escuchando, el maestro dijo sorprendido “¡Ella tiene oído!”. Luego de ello, recargó el violín en su hombro desde los cuatro años, siguiendo el método Suzuki hasta los nueve; dicha técnica le permitió familiarizarse entrañablemente con su instrumento y según la experiencia de la violinista “es como cualquier otro idioma, tienes que escuchar cómo se pronuncian las palabras para hablar esa lengua. Se aprende a escuchar cosas que no se pueden poner en la página escrita, como la forma de captar el sonido y el fraseo de un cierto estilo de música”. Gracias a la diversidad cultural en la que creció, se fueron colando en su oído los diferentes ritmos tocados en Detroit; ritmos como el Motown, música clásica de la India y de Irlanda, además de la Clásica europea, donde se inició. Es en su adolescencia cuando comenzo a darle vueltas en la cabeza la pregunta que respondió hasta cercano el final de su carrera en los escenarios “¿De dónde vendrá ese sonido?” Entre los músicos que integran parte de la familia Carter; está su primo el famoso saxofonista James Carter.
Primeras experiencias
Ya en la secundaria encontró en Ella Fitzgerald una de sus primeras influencias. Ahí (en la Technical High School) estudió a lado de su amiga la cantante de jazz Carla Cook, quién agrandó su curiosidad al hablarle de artistas como: Eddie Jefferson, Jean-luc Ponty y Stephane Grapelli; “me sentí anonadada y dije: creo que esto es lo que quiero hacer”. Al encontrarse rodeada de una libertad que no tenía en la música clásica, y sin olvidar que ésta fue su punto de partida; decidió improvisar en el nuevo mundo que se enredó en el diapasón de su violín. El jazz. Es en esta etapa de su vida cuando se integró a la Detroit Civic Orchestra, que era dirigida por el saxofonista Donald Walden, que le recomendó escuchar trompetistas y saxofonistas para irse integrando a la Big Band; ya que casi no existían violinistas destacados en el jazz. Comenzó entonces a explorar en la sección de los metales; más tarde se presentó en los clubes de la ciudad con el trompetista Marcus Belgrave y pisó otros escenarios junto al órgano de Lyman Woodard. No tuvo como ejemplo a seguir a ningún violinista en especial y eso fue dando origen al diálogo que ha logrado con los demás instrumentos, improvisando y consiguiendo que, al otro lado del puente de suviolín, haya una perfecta síncopa entretejida con los demás instrumentos.
Camino por la música
Formó parte de la banda Brainstorm con una fusión pop-funk como resultado de su primer “experimento”. Pero fue años más tarde cuando dio a su carrera musical el verdadero swing, junto a: Cynthia Dewberry, Gailyn Mckinney, Eilleen Orr y Marion Hayden con el quinteto Straight Ahead y bajo el sello discográfico Atlantic Jazz grabaron cinco álbumes. Antes del lanzamiento del tercero Dance of the forest rain. Decidió seguir su camino por los escenarios como solista y experimentando con su violín en diversos géneros. Aún en Michigan, terminó su licenciatura en música en la Universidad de Okland.
En 1987 terminó sus estudios de jazz en el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra, Boston y recordando esa época la violinista declara que Cuando estaba en el conservatorio, comencó a introducir matices de jazz. Entonces,sus profesores le dijeron que estaba loca, que iba a arruinar su carrera, que no había ningún violinista de jazz, pero naturalmente ella sabía que no era así. Demostrando todo lo contrario, consiguió una beca para estudiar por fin bajo la instrucción de un violinista de jazz: John Blake. Regina comenzo en 1995 una carrera llena de discos exitosos: su álbum debut Regina Carter en 1995, pasando por Something For Grace y Rhythms of the Herat en 1997, Motor City Moments en el 2000, Paganini: After A Dream (2003) y su último trabajo I’ll be seeing you: a sentimental journey (2010).
Años más tarde, logró una de las hazañas que habita en los sueños de la mayoría de los ejecutantes de violín clásico. En el 2001, viajó hasta el Museo de Génova, en Italia para tocar el codiciado e icónico violín llamado Il Cannone, que desde la muerte del legendario compositor y violinista Niccolo Paganini, en 1840, ha sido guardado en una bóveda custodiada celosamente por la élite musical italiana; convirtiéndose en el primer músico no-clásico con ese privilegio. Acontecimiento que la misma Regina describe como “aterrador”.
Otros géneros musicales
Además del jazz, ha logrado introducir el inconfundible estilo de sus cuerdas en distintos géneros musicales de diversas latitudes, consiguiendo innovar aquellos ritmos donde no es común escuchar un violín, cómo el African Folk por ejemplo. Donde si bien se puede disfrutar de su ingenio, tampoco se pierde la esencia original del estilo con el que se experimenta, dando un toque que podría definir su trabajo como música folklórica moderna.
Ya con más experiencia en sus notas perfectamente reconocidas en el mundo de la música y con el apoyo de la beca Macrathur; decidió buscar la respuesta a las preguntas que se venía haciendo desde su adolescencia en Detroit. Comenzó con un oído más maduro y lleno de nuevas curiosidades a rastrear el origen de los sonidos que tanto le agradan. Según la violinista, todos los instrumentos de cuerdas se encuentran ligados y sucede lo mismo entre los géneros musicales.”Todas las culturas diferentes se han mezclado”. Describe su manera de trabajar haciendo una analogía con un vestido deshilándose: “Digamos que usted tiene un hilo suelto de su vestido,y tira de él. ¿Crees que va a terminar en algún momento, pero te das cuenta de que no lo hace. Es un poco lo que me sucede, mirando a donde estoy ahora; en el rastreo hacia atrás y digo: Bueno, ¿De dónde parte de esta música? ¿Cómo fue la influencia de? ¡De dónde vienen los sonidos y los ritmos y melodías!”
Colaboraciones importantes
Ha colaborado con otros músicos ya consolidados por la calidad de sus respectivas producciones. Entre ellos se encuentran: Aretha Franklin y Patti LaBelle, el legendario pianista de jazz Kenny Barron y también con el ganador del premio Pulitzer, Wynton Marsalis, Cassandra Wilson, el trombonista Steve Turre y el bajista Mark Helias y como líder tiene dos discos para el sello discográfico Atlantic Jazz.
También ha grabado con algunas de las nuevas divas del Rithm & Blues incluyendo Mary J. Blige y Lauryn Hill. Y conKenny Barron, en la grabación del dúo Freefall; y Danilo Perez en Motherland. Actualmente se presenta en distintos festivales internacionales con su más reciente entrega discográfica.
