Romanticismo alemán

Romanticismo alemán
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Concepto:Estilo artístico

En el contexto del Romanticismo alemán de principios del siglo XIX, el paisaje se convirtió en un nuevo lenguaje de formas visuales que permitirían al artista y al espectador advertir la presencia de Dios en el mundo natural.

Historia

Alemania se encontraba en una circunstancia difícil cuando las ideas románticas comienzan a impregnar Europa. Sin embargo, en un gran esfuerzo de reunificación, Alemania consiguió hacer suyo el concepto de Romanticismo, al cual unió de manera indisoluble la idea de lo Sublime. Beethoven, Goethe, Fiedrich o Kant forman la élite intelectual cuya huella se ha vuelto indeleble en el patrimonio cultural de la Humanidad. Pero antes de esto hubo que superar la división del poder que existía en los diversos estados alemanes. Tras la decadencia imperial, los palatinados, condados, principados, etc. que constituían el territorio alemán se habían enfrentado entre sí, enarbolando las banderas católica o protestante. Las diferencias sociales y religiosas habían constituido un fortísimo freno cultural, que sólo fue superado en la Corte de Rodolfo II en Praga. Frente a la división, una corriente unitaria se extendió por todo el territorio y la teoría nacionalista cobró forma.

El estudio de la historia nacional, del imperio, cuyas raíces se buscaban en la mismísima Roma, constituyó la base de la unión. La historia y el arte nacional alemanes fueron de esa forma un factor prioritario.

El Romanticismo alemán

La primera escuela de historia del arte es alemana, la primera en dividir los diferentes períodos y estilos (Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo). Sus teóricos más importantes fueron Winckelmann, Lessing y Mengs, cuyos tratados constituyen la base actual de la historia del arte y de la estética. Todos ellos trataron de hacer científica la pintura. Koch, por ejemplo, fue un pintor que aplicó rigurosamente sus teorías e hizo del paisaje un ejemplo moral para el hombre, con puntos de vista heroicos, con temas reducidos en su presencia pero edificantes. Igual trabajaba Schinkel, ambos tomando como punto de referencia la montaña, síntesis de las virtudes: resistencia, atemporalidad, elevación, lo Sublime. Sin embargo, el pintor romántico alemán más conocido es sin duda Caspar David Friedrich. Es el suyo un Romanticismo literario, ligado a los escritos de Goethe como el de Carus, otro paisajista importante. Friedrich subjetivó al máximo la experiencia del hombre frente a la Naturaleza, usando como catalizador la trascendencia religiosa. Al igual que en muchos pintores coetáneos, en sus paisajes una figurita de espaldas al espectador sirve para introducirle en la grandiosidad de un paisaje más allá de lo real.

La exacerbación de los tópicos románticos llevó a estereotipar una serie de situaciones y elementos, que han quedado como los rasgos anecdóticos por los cuales se identifica "lo romántico": la noche, la luna, las ruinas góticas, el cementerio... Lo que se olvida con frecuencia es que "lo romántico" trataba de arrancar al hombre de la inconsecuencia a la cual se veía abocado tras el fin de un sistema de vida, el Antiguo Régimen, y al adentrarse en la vorágine de la industrialización y el progreso liberal. La Edad Contemporánea se anunciaba para la burguesía que arropaba el Romanticismo, como una época insegura y alienante, que hacía desear con nostalgia la reintegración en la naturaleza y la experiencia espiritual. Los más radicales a la hora de defender dicho estado fueron los llamados nazarenos.

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