San Juan de la Cruz

San Juan de la Cruz
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Santo
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Religión o MitologíaCatolicismo
Día celebración14 de diciembre
Fecha de canonización1726
País o región de origenFontiveros, Ávila, Bandera de España España


San Juan de la Cruz Nació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542. Conocido como estudiante con el nombre de fray Juan de Santo Matías y más tarde como San Juan de la Cruz Pasados algunos años en la Orden de los carmelitas, fue, a instancias de Santa Teresa de Avila, el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Úbeda el año 1591, con gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio precioso sus escritos espirituales.

Otros Nombres

  • Juan de Yepes Álvarez
  • Juan de Santo Matías
  • Gonzalo de Yepes

Historia

Nació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542. Pasados algunos años en la Orden de los carmelitas, fue, a instancias de Santa Teresa de Jesús, el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Ubeda el año 1591, con gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio precioso sus escritos espirituales.

Gonzalo de Yepes pertenecía a una buena familia de Toledo, pero como se casó con una joven de clase "inferior", fue desheredado por sus padres y tuvo que ganarse la vida como tejedor de seda. A la muerte de Gonzalo, su esposa, Catalina Álvarez, quedó en la miseria y con tres hijos. Jitan, que era el menor, nació en Fontiveros, en Castilla la vieja, en 1542. Asistió a una escuela de niños pobres en Medina del Campo y empezó a aprender el oficio de tejedor, pero como no tenía aptitudes, entró más tarde a trabajar como criado del director del hospital de Medina del Campo. Así pasó siete años..

A los veintiún años, tomó el hábito en el convento de los carmelitas de Medina del Campo. Su nombre de religión era Juan de San Matías. Después de hacer la profesión, pidió y obtuvo permiso para observar la regla original del Carmelo, sin hacer uso de las mitigaciones (permisos para relajar las reglas) que varios Pontífices habían aprobado y eran entonces cosa común en todos los conventos.

entre 1559 y 1563, estudia con los jesuitas; durante los primeros tres años, recibe la formación según la novedosa ratio studiorum, en la que el latín era la base de todo el currículum; en el cuarto año, aparte de recibir instrucción retórica, aprende a escribir en latín, a construir versos en este idioma y a traducir a Cicerón, Julio César, Virgilio, Ovidio, Marcial y Horacio. Simultáneamente, vive las nuevas corrientes del Humanismo cristiano, con estilo y comportamientos renovados en la pedagogía.

En 1567 regresa a Medina del Campo por unos pocos días para ser ordenado presbítero y celebrar su primera misa en presencia de su hermano, del resto de su familia y de sus amigos del convento. Allí conocerá a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura Santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una nueva sede de su Reforma Carmelita, los llamados carmelitas descalzos. Teresa convence a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden. Ésta, reformada, tropezó con una gran hostilidad por parte de los carmelitas calzados.

Juan regresa a Salamanca e inicia estudios de Teología durante el curso 1567-1568, pero solo termina un curso -los preceptivos hubieran sido cuatro- por lo que no obtuvo ni siquiera el grado de bachiller. En agosto de 1568 abandona Salamanca para acompañar a Teresa en su fundación femenina deValladolid.

El 28 de noviembre de 1568 funda en Duruelo el primer convento de Descalzos de la rama masculina del Carmelo Descalzo siguiendo la Regla Primitiva, esto es, un establecimiento que propugna el retorno a la práctica original de la Orden; en la ceremonia, cambia su nombre por el de fray Juan de la Cruz. En 1570 la fundación se trasladó a Mancera, donde Juan desempeñó el cargo de Subprior y Maestro de novicios; tras una estancia en Pastrana para poner en marcha su noviciado, se establece en 1571 en Alcalá de Henares como Rector del colegio recién fundado.

Juan se convierte en uno de los principales formadores para los nuevos adeptos a esta reforma carmelitana. En 1572 viaja, invitado por Teresa de Jesús, al Convento de la Encarnación en Ávila, en donde asumirá las tareas de Vicario y Confesor de las monjas. Permanecerá aquí hasta finales de 1577, por lo que acompañará a la madre Teresa a la fundación de diversos conventos de Descalzas, como el de Segovia.

Durante este periodo, en el seno de la Orden de los Carmelitas se habían agravado los conflictos jurisdiccionales entre los carmelitas calzados y descalzos, debidos a distintos enfoques espirituales de la reforma; por lo demás, el pleito se enmarcaba también en la confrontación entre el poder real y el pontificio por dominar el sector de las órdenes religiosas. Así, en 1575, el Capítulo General de los Carmelitas decidió enviar un visitador de la Orden para suprimir los conventos fundados sin licencia del General y de recluir a la madre Teresa en un convento. Finalmente, en 1580 el Carmelo Descalzo se erige en Provincia exenta y en 1588 es reconocida como Orden.

En este contexto es en el que se produce el encarcelamiento de Juan de la Cruz, quien ya en 1575 había sido detenido y encarcelado en Medina del Campo durante unos días por los frailes calzados. La noche del 3 de diciembre de 1577 Juan de la Cruz es nuevamente apresado y trasladado al convento de frailes carmelitas de Toledo, donde es obligado a comparecer ante un tribunal de frailes calzados para retractarse de la Reforma teresiana. Ante su negativa, es recluido en una prisión conventual durante ocho meses. Durante este periodo de reclusión escribe las treinta y una primeras estrofas del Cántico espiritual (en la versión conocida como protocántico), varios romances y el poema de la fonte, y los canta en su estrecha reclusión para consolarse.

Tras concienciarse de que su liberación iba a ser difícil, planea detenidamente su fuga y entre el 16 y el 18 de mayo de 1578, con la ayuda de un carcelero, se escapa en medio de la noche y se acoge en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas, también en Toledo. Para mayor seguridad, las monjas lo envían al Hospital de Santa Cruz, en el que estuvo mes y medio.

En 1578 se dirige a Andalucía para recuperarse completamente. Pasa por Almodóvar del Campo, cuna de los místicos San Juan de Ávila y San Juan Bautista de la Concepción, y luego llega como Vicario al convento de El Calvario en Beas, (Jaén). Entabla amistad con Ana de Jesús, tras algunas visitas a la fundación de Beas.

En junio de 1579 se establece en la fundación de Baeza donde permanece como Rector del Colegio Mayor hasta 1582, en que marcha para Granada tras ser nombrado Tercer Definidor y Prior de los Mártires de esa ciudad. Realiza numerosos viajes por Andalucía y Portugal, por razones del cargo. En 1588 es elegido Primer Definidor y Tercer Consiliario de la Consulta, la cual le traslada a Segovia.

Tras un nuevo enfrentamiento doctrinal en 1590, es destituido en 1591 de todos sus cargos, y queda como simple súbdito de la comunidad. Durante su viaje de vuelta a Segovia, cae enfermo en el convento de La Peñuela y es trasladado a Úbeda, donde muere la noche del 13 al 14 de diciembre. San Juan hubiese querido ser hermano lego, pero sus superiores no se lo permitieron. Tras haber hecho con éxito sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote en 1567.

Las gracias que recibió con el sacerdocio le encendieron en deseos de mayor retiro, de suerte que llegó a pensar en ingresar en la Cartuja.

Santo y Doctor de la Iglesia

Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo falleció el 14 de diciembre de 1591. En su muerte no se había disipado todavía la tempestad que la ambición del P. Nicolás y el espíritu de venganza del P. Diego habían provocado contra él en la congregación de la que había sido cofundador y cuya vida había sido el primero en llevar. La muerte del santo trajo consigo la revalorización de su vida y tanto el clero como los fieles acudieron en masa a sus funerales. Dios quiso que se despejaran las tinieblas y se vieses su vida auténtica para edificación de muchas almas. Sus restos fueron trasladados a Segovia, pues en dicho convento había sido superior por última vez.

Canonización

Fue canonizado en 1726

Valoración de Santa Teresa

Santa Teresa había visto en Juan un alma muy pura, a la que Dios había comunicado grandes tesoros de luz y cuya inteligencia había sido enriquecida por el cielo.

Los escritos del santo justifican plenamente este juicio de Santa Teresa, particularmente los poemas de la "Subida al Monte Carmelo", la "Noche Oscura del Alma", la "Llama Viva de Amor" y el "Cántico Espiritual", con sus respectivos comentarios. Así lo reconoció la Iglesia en 1926, al proclamar doctor a San Juan de la Cruz por sus obras Místicas.

La doctrina de San Juan se resume en el amor del sufrimiento y el completo abandono del alma en Dios. Ello le hizo muy duro consigo mismo; en cambio, con los otros era bueno, amable y condescendiente. Por otra parte, el santo no ignoraba ni temía las cosas materiales, puesto que dijo: "Las cosas naturales son siempre hermosas; son como las migajas de la mesa del Señor."

San Juan de la Cruz vivió la renuncia completa que predicó tan persuasivamente. Pero a diferencia de otros menores que él, fue "libre, como libre es el espíritu de Dios". Su objetivo no era la negación y el vacío, sino la plenitud del amor divino y la unión sustancial del alma con Dios. "Reunió en sí mismo la luz extática de la Sabiduría Divina con la locura estremecida de Cristo despreciado".

Celebración

  • Su fiesta la celebra la Iglesia y la Orden del Carmen el 14 de diciembre.

Representaciones del Santo

Parece que no se conserva ningún retrato de Su vida pasado al lienzo o a la pared con pincel y colores. Pero sí conservamos maravillosas descripciones de muchos que le trataron y depusieron después en vistas al proceso de beatificación.

Quizá sea el más bello y completo el que nos dejó el P Eliseo de los Mártires. que vivió con él en el Colegio de Baeza. Dice: "Fue hombre de mediano cuerpo, de rostro grave y venerable, algo moreno y de buena fisonomía; su trato y conversación, apacible, muy espintual y provechoso para los que le oían y comunicaban. Y en esto fue tan singular y proticuo, que los que le trataban, hombres y mujeres, salían espiritualizados, devotos y aficionados a la virtud.

Supo y sintió altamente de la oración trato con Dios, y a todas las dudas que le proponían acerca de estos puntos, respondía con alteza de sabiduría, dejando a los que le consultaban muy satisfechos y aprovechados. Fue amigo de recogimiento y de hablar poco, su risa, poca y muy compuesta. Cuando reprendía como superior, que lo fue muchas veces, era con dulce severidad. Exhortando con amor paternal, y todo con admirable serenidad y gravedad

Sus Obras

Pocos hablaron de los sublimes misterios de Dios en el alma y del alma en Dios como este angelical ruiseñor de Fontiveros. Su prosa y su poesía son divinas y, como muy bien dijo Menéndez y Pelayo, "no pueden medirse con criterios literarios, porque por ahí pasó el espíritu de Dios hermoseándolo todo".

Obras Mayores

1. Subida al Monte Carmelo: Es su obra fundamental. Forma como una sola obra con la Noche oscura Empezada en el Calvario (Jaén), en 1578, y continuada después en Baeza y Granada.

2. Noche oscura del alma: a) Libro primero Noche pasiva del sentido; consta de 14 cap. b) Libro segundo: Noche pasiva del espíritu, consta de 25 cap.

3. Cántico espiritual. Es la obra más bella del Santo 30 estrofas escribió en la cárcel. Trata de la unión con Dios. Consta de 40 estrofas Se divide en tres partes.

4. Llama de amor viva. Escrita en Granada del 1585 al 1587 en quince días Es el libro más ardiente de todos. Consta de cuatro canciones con seis versos cada una.

Obras Menores

1. Avisos: Consejos que daba a las monjas de Beas siendo su Confesor.

2. Cautelas: Las escribió para las mismas monjas.

3. Cuatro avisos a un religioso.

4. Cartas: Se conservan 32 A causa del proceso que intentaron contra él, se destruyeron muchas.

5. Poesías: Las pnncipa~es son las que sirven para sus grandes tratados: Noche oscura, Cántico espiritual y Llama Es -sin duda- de lo mejor que se ha escrito en español.

6. Dichos de luz y amor: Frases de dirección para sus carmelitas, que el Santo escribía ocasionalmente.

La obra sanjuanista -ha escrito un ilustre teresianista- se divide en dos partes. "A enseñar los métodos de conseguir este vacío en los sentidos y potencias del alma mediante ingeniosas purgaciones activas y pasivas se ordenan los dos primeros tratados de profunda doctrina espiritual y fuerte trabazón. La Subida y la Noche.

Nadie ha cantado mejor de amores divinos que el Ruiseñor del Carmelo Algunas de sus poesías parecen luego que inflama al alma en el mismo amor en que Dios se abrasa. Sobre Su inspirado lirismo, flota poderoso su profundo sentido místico"

Fuentes