Teatro Minack

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Teatro Minack
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Complejo artístico)
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Edificación dedicada a la realización de eventos de teatro, piano, sinfonías, entre otras obras de carácter artístico.
Descripción
Tipo:Complejo artístico
Localización:Cornualles, Inglaterra, Bandera del Reino Unido Reino Unido
Otros datos
Arquitecto(s):Rawena Cade


Teatro Minack. Rowena Cade era una amante del teatro y fue quien construyo en su casa de Porthcurno en el condado inglés de Cornualles, el que es considerado por muchos, el mejor teatro al aire libre del mundo. Conocido como Teatro Minack, está construido encima de un barranco con un afloramiento rocoso de granito que se adentra en el mar. Y su nombre no puede ser más preciso, ya que, en Cornualles, la antigua lengua celta del lugar, significa lugar pedregoso o rocoso. La primera impresión nada más llegar es que se trata de algún resto arqueológico de hace 2000 años, pero nada más lejos de la realidad, con menos de 100 años de antigüedad, el teatro fue planificado, construido y financiado por esta mujer tan decidida.

Historia

Todo comenzó tras finalizar la Primera Guerra Mundial, cuando Rowena Cade se trasladó a Cornualles y por 100 libras compró los terrenos para construir una casa donde vivir con su madre y hermana. En 1929, un grupo local representó en un prado cercano la obra de teatro El sueño de una noche de verano de Shakespeare, tuvo tanto éxito que se repitió al año siguiente. La siguiente obra que quisieron representar sería “La Tempestad“, y la señorita Cade ofreció el jardín de su casa como el lugar perfecto, ya que estaba al lado del mar y proporcionaba una mejor puesta en escena al aire libre. Rowena Wade había diseñado, decorado y construido los atrezos y vestuarios de las anteriores obras.

Aunque en un principio había propuesto su jardín, fue más allá y se preguntó si podrían realizar alguna escena justo encima de las rocas del barranco, el hecho de estar hablando de ello ahora mismo es que su idea no era tan descabellada. Durante 6 meses, con la única ayuda de su jardinero Billy Rawlings y su aprendiz Charles Thomas Angove, empezaron a picar y cortar el granito a mano, construyendo varias terrazas y una zona de escenario justo en el borde del acantilado. Con la única pérdida de algunas rocas y una carretilla, en 1932 y bajo las luces de los automóviles de los espectadores, “La Tempestad” fue la primera obra representada en el Teatro Minack, siendo todo un éxito. Cade decidió que debía seguir mejorando el teatro cada invierno, y siguió trabajando hasta su muerte en 1983 para que cada verano se pudiera disfrutar del teatro en este espectacular lugar. Hoy en día la temporada de teatro se extiende de junio a septiembre, donde se llevan a cabo 17 obras de teatro, pero una de las ventajas de estar al aire libre, es que se puede visitar durante todo el resto del año.

En 1976, cuando tenía más de ochenta años, Rowena Cade traspasó la gestión del Teatro Minack a una fundación benéfica creada para recibirlo. A pesar de su muerte, el futuro del teatro parece estar a salvo, y todos los que trabajan en él están comprometidos para continuar el sueño de esta increíble mujer. Como legado, Cade dejó bocetos que sugieren cómo el teatro podría ser cubierto en los días que llueve, de momento no se han propuesto llevarlo a cabo, y puede que estén esperando a que otro visionario lo construya.

Diseño

Las paredes casi verticales de los acantilados de Cornualles a la altura de Porthcurno están horadadas, pero no por el golpeteo constante de las olas como cabría suponer sino por el trabajo humano para dar lugar a un teatro con unas vistas sobrecogedoras. El granito, el mar y el colorido panorama de un jardín exótico hacen del Teatro Minack un lugar inolvidable. La forma de la construcción recuerda a los antiguos teatros romanos. Al estar tallado en roca, una de las características es que los visitantes pueden saber las obras que han sido representadas gracias a que año tras año, se esculpen las fechas y las producciones en los asientos del teatro. Al igual que muchos otros sueños, Rowena Cade no pensó en ningún momento en el coste del teatro, nunca recibió ni un centavo por lo que hizo y muchas veces incluso tuvo que poner su propio dinero para cubrir los gastos de funcionamiento.

Galería

Fuentes