Un hombre sin aliento

“Un hombre sin aliento”
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Autor(a)(es)(as)Philip Kerr
Editorial:RBA Libros
GéneroNovela
ISBN9788490560327
PaísEscosia

Un hombre sin aliento . Novela policíaca y de espionaje

Sinopsis

Berlín, marzo de 1943. Las temperaturas son gélidas y la moral está por los suelos tras la derrota en Stalingrado. En la capital del Reich hay escasez y las noticias que llegan del norte de África tampoco son buenas. Bernie Gunther ha dejado la brigada criminal y trabaja para la oficina de crímenes de guerra. Llegan informes que hablan de una gigantesca fosa común en un bosque cercano a Smolensko, una zona rusa ocupada por las tropas alemanas. Pero la localización exacta es incierta, hasta que empiezan a aparecer restos humanos en el bosque de Katyn. Los rumores dicen que los cadáveres son de oficiales polacos asesinados por el ejército soviético. Y si es cierto, ese crimen de guerra puede convertirse en una propaganda perfecta para la causa nazi.

Un hombre sin aliento es la novena entrega que Kerr dedica a Gunther y pese a su número de páginas, medio millar, se lee como quien no quiere la cosa.

De la novela

La novela Un hombre sin aliento, transcurre en la primavera de 1943. La moral del ejército alemán atraviesa por uno de sus momentos más críticos tras la humillación sufrida en Stalingrado y las pésimas perspectivas en el Norte de África. Aunque Hitler sigue proclamando que el triunfo está cada día más cerca, la silenciada realidad es que todo apunta en la dirección opuesta. En cuanto a la población civil, al terror cotidiano impuesto por las filas nazis se ha sumado un hambre atroz y los bombardeos aliados.

En un Berlín inhóspito Bernie Gunther trabaja a sueldo de la Oficina de Crímenes de Guerra del Alto Mando Militar. Aunque a su alrededor todo se desmorone, él se siente feliz de haber podido evitar ser destinado a Minsk a participar en ejecuciones masivas. Además, el ambiente es relativamente oxigenante, ya que el organismo está compuesto por viejos jueces prusianos, la mayoría furibundos antinazis como él, que velan porque la guerra se desarrolle bajo las directrices de honorabilidad establecidas por la Convención de Ginebra en 1929.

Su labor consiste en investigar abusos y atrocidades cometidas por el bando alemán y contra el bando alemán. Las denuncias por robos, saqueos, violaciones y asesinatos son estudiadas de cara a juzgar al culpable, pudiendo llegar a condenarlo a pena de muerte. A Bernie Gunther no se le escapa la morbosa ironía de que “puedes encontrarte con un cabo del ejército ahorcado por la violación y asesinato de una campesina rusa en un poblado que dista pocas millas de otro en el que un escuadrón de las SS acaba de liquidar a veinticinco mil hombres, mujeres y niños.

Supongo que los griegos tienen una palabra para designar una comedia de esta naturaleza”. Un aviso de que su buena suerte está a punto de cambiar llega en forma de bombardeo de la RAF del que, sin embargo, logra salir milagrosamente ileso. A lo que no podrá escapar es a la orden de investigar los rumores de que a las afueras de la ciudad rusa de Smolensk, bajo ocupación alemana, más concretamente en los bosques de Katyn, se halla una fosa común en la que podrían estar enterrados miles de cuerpos. A los nazis, con el Ministro de Propaganda Josef Goebbels a la cabeza, le interesa que los cadáveres pertenezcan a soldados polacos asesinados por el ejército ruso, pues de hacerse pública la atrocidad podría debilitar la coalición que su gran rival ha establecido con las fuerzas aliadas. Estas quizás lleguen a cortarles los suministros, al tiempo que los militares nazis captarán el futuro que les aguarda si dejan de entregarse en el campo de batalla. Dado que, de paso, los propios horrores desencadenados por las huestes de Hitler quedarían disimulados por el escándalo, lo que no conviene en absoluto es que se trate de judíos muertos a manos de las SS.

Enfrentado a una situación tan incómoda, Gunther aterriza en Smolensk y, a la deprimente grisura y fealdad que desprende el lugar, se añade una nueva complicación: dos soldados nazis son degollados a la salida de un prostíbulo. La Gestapo acusa a los partisanos y toma represalias diezmando a la población local. Por el contrario, todas las pistas apuntan a que los responsables fueron alemanes, pero ¿quién? y ¿por qué?. A Gunther se le amontonan los casos y el hallazgo de la verdad sobre todos ellos chocará con los deseos de las más altas esferas por contrarrestar un momento tan crítico desde el punto de vista estratégico con victorias propagandísticas que insuflen moral a las tropas.


Sobre el autor

Kerr.jpg Philip Kerr,nació en el año 1955 en la Ciudad de Edimburgo, Escocia, escritor escocés, ha publicado tanto novela de espionaje y policíaca como literatura infantil bajo el seudónimo de P.B. Kerr. Es uno de los autores de novela negra más importantes de la literatura contemporánea gracias a la triología Berlín Noir (Violetas de Marzo, Pálido criminal y Réquiem alemán), ampliada posteriormente con Unos por otros y Una llama misteriosa y que ahora completa con Si los muertos no resucitan (Premio Novela Negra RBA, 2009). Kerr estudió Derecho en la Universidad de Birminghan, pero pronto abandonó la abogacía para dedicarse primero a la publicidad y más tarde al periodismo y a la literatura.

Kerr ha sido traducido en toda Europa gracias a su serie Berlín Noir, ambientada en la Alemania de pre y posguerra, protagonizada por su detective fetiche, Bernie Gunther.

Fuente