Monasterio de Santa Catalina (península de Sinaí)

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Monasterio de Santa Catalina.
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Edificio)
Katharinenkloster.jpg
Vista del Monasterio.
Descripción
Tipo:Edificio
Localización:Boca de un cañón de difícil acceso al pie del Monte Sinaí Bandera de Egipto Egipto.
Otros datos
Arquitecto(s):Esteban de Aila.
Premios:Patrimonio de la Humanidad.


Monasterio de Santa Catalina. También conocido como Monasterio de la Transfiguración o Monasterio de la zarza ardiente, en griego: Μονὴ τῆς Ἁγίας Αἰκατερίνης, está situado en la boca de un cañón de difícil acceso al pie del Monte Sinaí, en Egipto. Está construido donde la tradición supone que Moisés vio la "zarza que ardía sin consumirse". Se trata de uno de los monasterios más antiguos que continúan habitados. En 2002 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Historia

La madre del emperador Constantino I el Grande, Elena de Constantinopla, mandó construir una capilla en el lugar donde según la tradición Moisés habló con Dios en el episodio bíblico de la "zarza ardiente". Posteriormente el emperador Justiniano I mandó construir un monasterio en aquel lugar, junto a la capilla mencionada. El monasterio fue construido entre los años 527 y 565. Supuestamente la zarza que se conserva es la original, convirtiendo al monasterio en un lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas: judaismo, cristianismo e islam.

Aunque su verdadero nombre es Monasterio de la Transfiguración, es conocido también como Monasterio de Santa Catalina, recibiendo este nombre de Santa Catalina de Alejandría, una mártir cristiana que fue sentenciada a morir en la rueda de tortura. La tradición transmitió que la rueda se rompió y que finalmente fue decapitada. Su cuerpo fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí y los monjes del monasterio encontraron sus restos sobre el año 800, en una gruta de la montaña, momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación.

De acuerdo a la creencia de que en este lugar Dios entregó a Moisés las Tablas de la Ley, las comunidades cristianas de Santa Catalina han mantenido relaciones estrechas con el Islam desde el años 623, cuando un documento firmado por el propio Profeta, conocido como Actiname o Testamento Sagrado, eximió a los monjes del monasterio del servicio militar y del pago de impuestos, y pidió a los musulmanes que les ofrecieran ayuda y asistencia cuando la necesitaran. Los árabes beduinos musulmanes que residen en las proximidades del Monasterio han actuado desde entonces como sus guardas y, en contrapartida, el Monasterio los mantiene.

Como respuesta a esta protección,la comunidad monástica accedió a convertir una capilla del interior de la muralla en mezquita, lo cual se realizó durante el califato Fatimida (909-1171).

Los anacoretas del Península del Sinaí fueron eliminados durante el siglo VII y sólo el monasterio perduró gracias en parte a las fortificaciones que lo protegían. Este aún conserva los muros que servían de defensa. El acceso al interior del recinto se efectuaba hasta el siglo XX mediante una puerta elevada en el muro exterior. Las Cruzadas aumentaron el interés de los peregrinos hacia el monasterio, que se convirtió en centro de peregrinaje entre los años 1099 y 1270. El monasterio se mantenía gracias a sus dependencias en Egipto, Palestina, Siria, Creta, Chipre y Constantinopla.

Biblioteca y Museo

Imagen de un texto en siríaco.
Imagen de San Pedro.

El monasterio tiene gran importancia debido a su antigua y valiosa biblioteca que guarda la segunda colección más extensa de códices y manuscritos del mundo, sólo superada en número de ejemplares por la Biblioteca Vaticana. Contiene unos 5 000 libros sagrados, entre los cuales se incluyen 3 000 manuscritos griegos, 700 árabes, 266 sirios, 86 georgianos y 80 textos eslávicos, así como muchos otros armenios, latinos, persas, polacos, etíopes y coptos.

Algunos de los manuscritos son incluso más antiguos que el propio monasterio y varios de los manuscritos griegos se remontan al período bizantino temprano. Inicialmente se encontraba entre ellos el Codex Sinaiticus, uno de los más antiguos e importantes manuscritos bíblicos -en griego- datado posiblemente de la mitad del siglo XV, y que hoy en día se halla en el Museo Británico de Londres.

Los manuscritos en lengua árabe comprenden más de 700 pergaminos y códices y unos 1 400 registros de papel y pergaminos, el más antiguo de los cuales es el Codex Arabicus, que data del siglo IX.

La colección de manuscritos contempla también el Codex Syriacus, un texto sirio de los evangelios escrito en el año 400. La Biblioteca destaca también por su colección única de documentos oficiales, algunos de los cuales se desenrollan en varios metros.

Entre 1949 y 1950, la mayoría de los manuscritos fueron microfilmados por la Fundación Americana para el Estudio del Hombre, en representación de la Librería del Congreso en Washington, DC, y con la ayuda de la Universidad de Alejandría.

En 1975 unos trabajadores, al picar accidentalmente una pared, descubrieron más de 3 000 manuscritos, entre los que se encontraban textos bíblicos antiguos, algunas partes desaparecidas del Codex Sinaiticus, cincuenta códices incompletos, diez prácticamente completos y otros textos griegos en escritura uncial, que abrieron nueva luz sobre la historia de la escritura griega. Además se encontraron numerosos documentos en varias lenguas semíticas, afroasiáticas e indoeuropeas datadas del siglo VI y anteriores.

En el complejo se encuentran obras de arte únicas, entre las que se encuentran mosaicos, iconos rusos y griegos, pinturas encáusticas, ornamentos religiosos, cálices y relicarios. Entre los iconos que guarda el monasterio se encuentran algunos de los más antiguos del mundo, datados de los siglos V y VI.

Cabe destacar el Pantocrátor del Sinaí, del siglo VII, el libro de la escalera del divino ascenso, un icono del siglo XII del libro de San Juan Climacus, o el icono más antiguo sobre un tema del Antiguo Testamento. Se ha ideado un proyecto para catalogar las obras de la biblioteca del monasterio.

La colección de más de 2000 iconos se encuentra expuesta en una galería especial, el Museo de los Iconos. En ella están representadas casi cada una de las escuelas de la iconografía bizantina desde el siglo VI hasta el siglo XVIII, e incluye muchos iconos que escaparon de la destrucción que se llevó a cabo durante el período iconoclasta, siglos VIII y IX. Entre los trabajos más interesantes se halla una representación de San Pedro pintado en estuco, la misma técnica de cera coloreada utilizada para los retratos de al-Fayyum, muchos de los cuales pueden verse en el Museo Egipcio de El Cairo.

El monasterio también se hizo famoso como centro de pintura de iconos bizantinos y todavía hoy existe allí una escuela de pintura de iconos.

El Monasterio

Vista exterior del monasterio.

Se encuentra rodeado por una sólida muralla de dos metros y medio de anchura y once de altura, construida por los arquitectos de Justiniano. La mayor parte está edificada con bloques preparados de granito, pero la parte superior se restauró con cantos más pequeños bajo el mandato de Napoleón Bonaparte. Las murallas están decoradas esporádicamente con símbolos cristianos tallados en la roca, como cruces, monogramas, etc.

Dentro del recinto amurallado, el principal edificio es la Iglesia de la Transfiguración (Katholikon) levantada por el arquitecto bizantino Stephanos, que también erigió las murallas defensivas del monasterio después del año 527.

Construida en granito y en forma de basílica, cuenta con una amplia nave central y dos naves laterales separadas por imponentes columnas con capiteles decorados con símbolos cristianos, además de un ábside y un nartex.

Cada nave lateral cuenta con tres capillas y existen otras dos en cada uno de los lados del ábside. En un sarcófago situado detrás del altar central se supone que se encuentran los restos de Santa Catalina. El techo actual, por encima del original, es del siglo XVIII, al igual que el suelo de mármol y el elaborado econostasis. Las puertas talladas en cedro de la entrada principal son contemporáneas al edificio principal. Las del nartex fueron instaladas por los cruzados en el siglo XII.

Como ocurre en las iglesias de Constantinopla, los muros de este templo estaban revestidos con paneles de mármol cuidadosamente emparejados, pero la semicúpula del ábside se encuentra decorada con un mosaico que representa la Transfiguración de Cristo. En la escena, Cristo revela su naturaleza divina a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan ante la presencia de Moisés y Elías. Está encarnado como un campo reluciente en blanco y oro y enmarcado por una aureola en varias tonalidades de azul que irradia gruesos rayos de luz. Debajo, los apóstoles Juan y Santiago están arrodillados, mientras Pedro se postra a los pies de Cristo. La escena se encuentra rodeada por bandas que contienen medallones con bustos de los doces apóstoles, los dieciséis profetas, el rey David y otros. En el tímpano dos ángeles con alas de faisán vuelan para ofrecer el cetro y el orbe a Cristo.

Por encima de esta escena, a ambos lados de una doble ventana, se sitúan dos escenas de la vida de Moisés: a la izquierda, Moisés se quita sus sandalias y levanta su vista hacia la mano de Dios mientras se postra ante la zarza en llamas; a la derecha, Moisés recibe las Tablas de la Ley en forma de un rollo de pergamino.

Estos mosaicos nunca han sido restaurados y todas las figuras están en su posición original, colocadas en distintos ángulos para capturar y romper la luz de la manera más efectiva.

Detrás del ábside se encuentra la parte más sagrada del Monasterio, la capilla de la Zarza en Llamas. Se dice que el altar fue edificado sobre las raíces de la Zarza Sagrada, que fue trasladada unos pocos metros para permitir la construcción. En consideración al mandamiento de Dios a Moisés de ¨quítate el calzado de los pies, porque el lugar en el que estás es tierra sagrada¨ (Éxodo 3:5) los visitantes deben descalzarse antes de entrar en la capilla.

El refectorio antiguo es de forma rectangular (también conocido como Iglesia de los Cruzados) y posee un tejado gótico con volutas; sus arcos están decorados con las armas y otros símbolos de los caballeros cruzados. Los murales datan del período de las cruzadas y del siglo XVI.

Debido a su impresionante historia, el monasterio ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los quince siglos de su existencia. Sin embargo, se ha conservado la autenticidad de sus diferentes componentes gracias a que las restauraciones o construcciones de los distintos edificios se han llevado a cabo empleando materiales locales. Habiendo sido utilizado de manera continua como monasterio cristiano, Santa Catalina ha sido cuidadosamente conservado a pesar de hallarse en un entorno hostil para ofrecer alojamiento adecuado a la comunidad monástica y a los peregrinos. Su distribución interna es idéntica a la establecida cuando fue fundado.

La misma puerta de madera cierra el portal occidental y el techo de madera descansa sobre vigas con grabados en honor del emperador Justiniano y su esposa Teodora, todo ello del siglo VI. Las inscripciones habían sido observadas y comentadas por los distintos viajeros que por allí habían pasado hasta el siglo XVIII.

Sin embargo, en 1958 se realizó una expedición que estudió detenidamente las escrituras de las vigas, descubriendo su contenido; en ellas decía, "nuestro emperador más pío", refiriéndose a Justiniano, y "su difunta emperatriz", refiriéndose a Teodora. El monasterio debió terminarse entre la muerte de la emperatriz y la del emperador, es decir, entre 548 y 565.

También se pueden encontrar los restos de la mezquita de los siglos X y XI. Los estudios arqueológicos realizados han encontrado cruces cristianas en su interior. En el monasterio también se encuentra la Capilla de San Trifón, que es usada de osario para los hermanos difuntos.

El monasterio, junto a algunas dependencias del exterior, como el cercano monasterio de Raithu, constituye la Iglesia Ortodoxa del Monte Sinaí. Esta iglesia es autónoma y está encabezada por un Arzobispo, que es el mismo abad del monasterio. Este arzobispo es tradicionalmente consagrado por el Patriarca Ortodoxo de Jerusalén.

La Mezquita Fatimida

Situada al suroeste de la basílica, fue construida en el lugar donde se ubicaba una pequeña ermita de los cruzados entre los años 1101 y 1106, durante el reinado del Califato Fatimida al-Amer be-Ahkam Allah. La planta es rectangular, con unas dimensiones de siete metros por once y un altura de siete metros. Incluye un pequeño minarete semiadosado de doce metros en la esquina norte y un pequeño patio al frente, que forma el tejado de una antigua presa y molino de aceite. El espacio interior comprende seis compartimentos cubiertos por un tejado plano de madera. Las pequeñas ventanas están ordenadas axialmente en las paredes interiores sobre el nivel de los arcos circulares. En la pared de la qibla hay tres mihrabs alineados, que forman nichos de poca profundidad e indican la dirección de la Meca. La entrada principal se encuentra en la fachada norte, donde existen dos ventanas. Otras cuatro ventanas se sitúan a lo largo de dos hileras en la fachada este.

Enlaces externos

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