Operación Pluto

Operación Pluto
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Operación organizada por la CIA para derrocar a la Revolución Cubana
Fecha:A partir del 17 de marzo de 1960
Lugar:Bandera de Guatemala Guatemala
País(es) involucrado(s)
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos


Operación Pluto. Aprobada por el presidente Eisenhower el 17 de marzo de 1960. Proyecto organizado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos. Su arreglo corría en estrecha colaboración y aprobación del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Un ejército de exiliados sería reclutado, entrenado, y equipado en Guatemala; un frente político, organizado; para liquidar a la Revolución Cubana.

Historia

Los entrenamientos en Guatemala se organizaron en la llamada Base Trax. Al frente de la cual estaba el coronel norteamericano Frank J. Egan; y como jefe de los instructores cubanos, Oscar Carol, ex teniente del Ejército Constitucional Cubano; ayudante ejecutivo, José Andreu; jefe de la Inteligencia militar, Manuel Blanco Navarro; jefe de abastecimientos, Ramón Ferrer Mena; y jefe de operaciones, José Pérez San Román.

La hoja de servicios militares de estos reflejaba la importancia que los jefes de la CIA otorgaban al aspecto militar, dejando a un lado otras consideraciones como el eventual rechazo que estos ex militares podrían generar en la tropa debido al compromiso de algunos de ellos con el régimen de Fulgencio Batista. Aunque la CIA se había esforzado en reclutar ex militares con una limpia hoja de servicios y en lo fundamental formados en sus escuelas.

Operación Trinidad

El 4 de noviembre de 1960, desde la sede de la CIA en Washington se despachó un cable cifrado al oficial a cargo del proyecto en Guatemala, donde se le ordenaba la reducción del entrenamiento de guerrillas y la introducción de entrenamiento convencional para una fuerza de asalto anfibia y aerotransportada.

Nacía así la Operación Trinidad –de vida efímera. Esta consistía en el desembarco de una Brigada, tanto por mar como por aire, con el apoyo de una fuerza aérea propia, a fin de conquistar una cabeza de playa en la zona de Trinidad, apoderarse del aeropuerto allí existente, formar un gobierno provisional que solicitaría reconocimiento internacional, y un posterior apoyo militar hasta el derrocamiento del gobierno de Fidel Castro. La CIA realizó este importante cambio por su cuenta, sin la aprobación de la administración que por esos días cesaba, ni el consentimiento de la nueva.

Parte de esta información llegó a los órganos de la seguridad del estado cubano, pero era difícil discernir si se trataba de nuevas desinformaciones o del verdadero plan. Sin embargo, entre finales de marzo y las primeras semanas de abril, cuando la dirección revolucionaria decidió hacer regresar a sus puntos de origen a los más de 50 000 milicianos que se hallaban en el Escambray, uno solo de los más de 70 batallones, que contaba con armamento inferior y escasa preparación militar, fue movilizado a la defensa de la costa en Bahía de Cochinos, aunque solamente un pelotón y cinco hombres de una escuadra fueron dislocados en dos puntos del litoral. El grueso del batallón fue destinado al central Australia, a 29 y 68 kilómetros respectivamente de Playa Larga y Playa Girón. El puerto de Casilda y la zona limítrofe, en las proximidades de la ciudad de Trinidad, conservaron la máxima prioridad para la defensa de sus costas.

Luego Trinidad fue desechada como punto de desembarco, pero esta segunda fase de la Operación Pluto mantuvo la perspectiva que ganaba fuerza dentro de la Agencia: liquidar la Revolución Cubana mediante un golpe único, contundente. Todo basado en un desembarco aéreo y marítimo para conquistar una cabeza de playa.

Preparativos de la Operación

Teniendo en cuenta la decisión del ejecutivo, la Operación Pluto se preparó y aprobó para ser ejecutada con éxito sin la ayuda masiva norteamericana. El desembarco estaba inspirado en la operación anfibia más compleja de toda la guerra del Pacífico: el asalto a Iwo Jima; y en la de Inchón, en Corea del Norte. Allí, los norteamericanos se habían tenido que enfrentar a costas sin puertos, donde los puntos de desembarco eran playas. No era casual entonces que al frente de la Brigada 2506 se encontrara el coronel del US Marine Corp. Jack Hawkins. El coronel fue presentado con el seudónimo de Frank a los reclutas, pronto se distinguiría por su severo sentido de la disciplina y un mal disimulado desprecio hacia los cubanos.

En la base, los teams grises y negros eran disueltos y los hombres organizados en escuadras, compañías y batallones. Pronto, todos en Trax se sintieron entusiasmados con la idea de la invasión. Conquistar una cabeza de playa y sostenerla durante varios días para después recibir el apoyo de las tropas norteamericanas, no sería tarea difícil. Algunos se las agenciaron para adquirir cámaras fotográficas. Retratarse en las playas conquistadas, sin dudas, sería un buen recuerdo. Eso pensaría también el coronel Frank al decidir que en cada batallón fuese incorporado un corresponsal de guerra con su correspondiente cámara de filmación. La utilización de los alzados que aún operaban en las montañas del Escambray, se mantenía en la agenda.

Desde que el presidente Ike Eisenhower firmara el memorándum donde ordenaba organizar una fuerza bélica de exiliados cubanos, habían transcurrido trece meses. La batalla era inevitable. El 17 de abril de 1961 se produjo la invasión de la Brigada 2506 por Playa Girón y Playa Larga, la “Operación Pluto” fue derrotada en menos de 72 horas por las fuerzas revolucionarias.

Cuartel general

El Cuartel General (Quarter Eyes) de la Operación Pluto se ubicó en un edificio del Pentágono, en Washington. En el primer piso se hallaba la Sala de Guerra (War Room), un área restringida con su propio sistema de teletipos. Grandes mapas cubiertos de acetato sellaban las paredes. En casi todos aparecía la isla de Cuba y en no pocos un territorio particular: la Ciénaga de Zapata. Desde esta sala se había controlado el movimiento de los buques de la flota y se mantenía contacto con la fuerza aérea invasora. En la madrugada del 17 de abril, la Sección de Operaciones Aéreas ultimaba los detalles para el lanzamiento del batallón de paracaidistas sobre los puntos avanzados de la cabeza de playa, al otro extremo de la zona pantanosa.

En el segundo piso de Quarters Eye funcionaba la Sección de Propaganda, con la misión de elaborar los mensajes a transmitir por Radio Swan y los comunicados de prensa, supuestamente confeccionados por el CRC. El oficial CIA encargado de hacerlos, David Atlee Phillips, tenía preparados los borradores de los momentos principales: inicio de la lucha de los patriotas; conquista y consolidación de la cabeza de playa; alzamiento en la ciudades; llegada de CRC a territorio cubano y desarrollo de los combates; constitución del Gobierno Provisional; primeros gobiernos en reconocer al nuevo gobierno; reconocimiento por el gobierno de los Estados Unidos; aprobación de la ayuda solicitada por el Gobierno Provisional y envío de la primeras tropas norteamericanas a las zonas liberadas.

En Quarters Eye ocupaban sus puestos de dirección: Richard Bissel, director de Planes Especiales de la CIA y cerebro de la operación; Tracy Barnes, adjunto de Bissel; el general Charles P. Cabell, subdirector de la CIA; Howard Hunt y Frank Droller, a cargo de los políticos cubanos y las operaciones pantallas; David A. Phillips, al frente de la Propaganda; Jack Esterline, a cargo de la fuerza de tarea contra Cuba; y varias docenas más de oficiales de la CIA, el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Mantenían contacto permanente con los generales Shoup, Weeler y Gray, este último presidía el grupo de supervisión del Pentágono; con el almirante Arleigh Burke, comandante de la Marina y el también almirante Lyman Lemnitzer, jefe de la Junta del Estado Mayor Conjunto.

Desembarcos

Luego de confirmar la invasión por Bahía de Cochinos y del desembarco por Baracoa del batallón al mando de Higinio Díaz, la CIA esperaba que el presidente cubano Fidel Castro vacilara antes de mover las mejores fuerzas y medios de que disponía para la defensa de la capital. Confiaban en que esperase los nuevos desembarcos. Quizá, por eso la Brigada 2506, se preparó para enfrentar a las fuerzas militares procedentes de Santa Clara, distante a más de doscientos kilómetros de Bahía de Cochinos. El grueso de las fuerzas de la Brigada de Asalto 2506 se dislocó hacia el noroeste y Este de Playa Girón, por donde convergían los caminos procedentes de Santa Clara y Cienfuegos.

Pero nada de eso sucedió. En la madrugada del 17 de abril, luego de los reportes del desembarco por Girón y Playa Larga, Fidel planteó a los oficiales allí reunidos que había que derrotar inmediatamente a los invasores y sin dudar un instante dispuso la movilización de las fuerzas para enfrentar el ataque. Estaba convencido de que ese era el desembarco principal.

La CIA había logrado ocultar el secreto acerca del lugar de la invasión, pero no consiguió engañar a Fidel Castro.

Otras acciones

En ese lapso se produjeron dos alzamientos de bandidos, pero sin realizar acciones; un asalto a la tienda del pueblo de Algarrobo; y el asesinato del miliciano Otilio Rodríguez a manos de la banda de José María Alejo González, pero la mayoría prefirió esperar por el desarrollo de los acontecimientos. Tras la derrota de Girón, muchos de los que se alzaron durante la invasión, regresaron a sus casas.

Todo lo que tenía que hacer la Brigada de Asalto 2506 era ocupar una cabeza de playa y sostenerla setenta y dos horas. No lo lograron.

Fuente

  • Girón, la batalla inevitable, Juan Carlos Rodríguez Cruz, Ed. Capt. San Luis, 1996.