Pedro Sarría

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Pedro Sarría
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Pedro Sarría Tartabull.jpg
Pedro Sarría junto al Comandante en Jefe Fidel Castro
Capitán
NombreSarría Tartabull, Pedro Manuel
Años de servicio1925-¿?
LealtadEjército de Cuba
Fuerzas Armadas Revolucionarias

Nacimiento1 de enero de 1900
finca Tartabull,
ingenio La Caridad,
provincia de Cienfuegos,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento29 de septiembre de 1972 (72 años)
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
PadresPedro Sarría
Pánfila Tartabull

Pedro Manuel Sarría Tartabull (provincia de Cienfuegos, 1 de enero de 1900 - La Habana, 29 de septiembre de 1972). Militar de carrera cubano. Entró al Ejército cubano como soldado en 1925 y fue superándose profesionalmente, lo que le permitió alcanzar el grado de teniente.

Comandaba la patrulla que tras los sucesos del Moncada hizo prisionero a Fidel Castro y sus compañeros. Su actitud cívica y valiente impidió que estos fueran asesinados antes de llegar a Santiago de Cuba. Por este motivo fue licenciado del Ejército. Tras el triunfo de la Revolución Cubana el propio Fidel lo ascendió a capitán y el presidente provisional Manuel Urrutia lo nombró edecán presidencial.

Síntesis biográfica

Sus padres fueron Pedro Sarría y Pánfila Tartabull, tres de sus abuelos fueron esclavos y el abuelo paterno un esclavista español.

Su niñez fue difícil. Desde muy temprano tuvo que ayudar a sus padres en las labores del campo. Muchas veces, para ayudar económicamente a su familia se iban a la zona del central Soledad ―hoy central Pepito Tey―, y en otras ocasiones su padre y el se trasladaban a la provincia de Camagüey para trabajar en la zafra.

Ya con 17 o 18 años, el joven Sarría decide abrirse paso y labrarse su porvenir. Luego de hablar con sus padres se trasladó a la provincia de Oriente, donde trabajó como cortador de caña, carretero, hachero y jornalero. Al no poder mejorar económicamente decide entrar en el Ejército Constitucional con el propósito de estabilizar su vida.

Carrera militar

Al ingresar en el ejército, el 7 de septiembre de 1925. En su hoja de servicio, se puede leer:

Pedro Sarría Tartabull, a los efectos de paga, retiro y antigüedad en el Ejército, tiene el tiempo siguiente: del 7 de septiembre de 1925 al 6 de septiembre de 1929, cuatro años de servicio continuo. Tiene derecho a un realistamiento. Este alistado, durante su primer alistamiento, observó comportamiento excelente.
Hoja de servicio de Pedro Sarría

Encontrándose en el Ejército, al cual entró semianalfabeto, Sarría no perdió su tiempo. Hizo estudios por la vía civil y aprendió a leer y a escribir correctamente. Se graduó, además, como taquígrafo, en 1927, por correspondencia, y en 1928 de mecanógrafo en la Gran Academia Comercial J. López.

El 1 de enero de 1945, al tener mas de 20 años de servicios, fue nombrado sargento de segunda abanderado ese mismo año mediante decreto presidencial numero 2734 del 25 de septiembre fue nombrado primer subteniente para el ejercito. Por encima de todas las dificultades siguió combinando sus actividades militares con los estudios en la vida civil.

Salva a Fidel

En el amanecer del 1 de agosto de 1953, cinco días después del asalto al Cuartel Moncada (26 de julio de 1953), Pedro Sarría comandó la patrulla militar que hizo prisioneros a Fidel Castro, Oscar Alcalde y José Suárez. Ante la actitud de algunos soldados batistanos, que intentaron asesinar a los prisioneros, el teniente Sarría, con gesto valiente y cívico, evitó el asesinato e imponiendo su autoridad pronunció la frase:

¡No disparen, que las ideas no se matan!
Pedro Sarría

Al observar la conducta de Sarría, Fidel se identificó pero Sarría le dijo que guardara silencio ante los soldados, que iba a tratar de preservarles la vida.

Luego volvió a salvarlos al no entregarlos a su superior cuando detuvieron el vehículo que los trasladaba hacia Santiago de Cuba. Sarría condujo a los prisioneros al vivac de Santiago, donde se les instruyó proceso penal. Por esta actitud fue licenciado (dado de baja) del Ejército.

En aquel período al teniente lo licenciaron del ejército y ―cuando triunfa la Revolución―, nosotros lo ingresamos en el nuevo ejército, lo ascendemos a capitán y fue jefe de la escolta del Primer Presidente que designó la Revolución. Así que estuvo en el Palacio y era jefe de la escolta presidencial. Desgraciadamente ―y por eso pienso que él podía tener un poco más de 40 años―,[1] como a los ocho o nueve años del triunfo de la Revolución este hombre enferma de cáncer y muere unos años después, siendo oficial del Ejército. Todos le guardaban mucho respeto y consideración. No se le pudo salvar la vida. Pedro Sarría se llamaba. Este hombre parece que había estado por la universidad; era un autodidacta, quería estudiar por su propia cuenta, y seguramente que había tenido algún contacto o me había visto alguna vez en la universidad. Indiscutiblemente tenía una predisposición por la justicia: ¡vaya, era un hombre honorable! Pero lo curioso, lo que refleja su pensamiento es que en los momentos más críticos él está repitiendo, así en voz más baja, yo lo oí cuando les estaba dando instrucciones a los soldados que no dispararan, que las ideas no se matan. ¿De dónde sacó aquella frase? Tal vez algunos de los periodistas que lo entrevistaron después sepan, yo nunca tuve la curiosidad de preguntárselo. Pensaba que viviría mucho tiempo. En aquellos primeros años de la Revolución, siempre pensábamos que había mucho tiempo por delante para hacer cosas y aclarar cosas. Pero, ¿de dónde sacó aquella frase?: «¡No disparen: las ideas no se matan!». Esa es la frase que aquel oficial honorable repitió varias veces. Además, el otro gesto. Le digo quién soy y dice en voz muy baja: «¡No se lo diga a nadie, no se lo diga a nadie!». Y después la otra frase: cuando se tiraron todos, porque sonaron unos disparos por allá, él me dice: «Ustedes son muy valientes, muchachos, ustedes son muy valientes», ¡como dos veces la repitió! Ese hombre, uno entre mil, incuestionablemente simpatizaba de alguna manera o tenía cierta afinidad moral con nuestra causa, y fue realmente el hombre que en aquel momento determinó la supervivencia de nosotros.
Fidel Castro en el libro de Frei Betto Fidel y la religión (1985),
citado en el libro de Lázaro Barredo Mi prisionero Fidel. Recuerdos del teniente Pedro Sarría (1986)[2]

Revolución en el poder

Después del día del triunfo de la Revolución (1 de enero de 1959), el teniente Pedro Sarría ―acompañado de alguno de sus hijos y vecinos― se presentó ante Fidel. Este lo llamó aparte y le dijo:

«¡Sarría, te hacía muerto!» y él le respondió: «Pues aquí estoy». Conversaron un rato, y Fidel le dijo: «Espérame aquí un momento pues tengo que hacer unas declaraciones». Cuando terminó, Fidel y Raúl hablaron con otros oficiales, y cuando se acercó al teniente Sarría le dijo: «Capitán: hemos acordado ascenderte a capitán, ¿te parece?».

El presidente provisional Manuel Urrutia lo nombró su edecán presidencial[3] e inmediatamente se integró a la Caravana de la Libertad que entró a La Habana el 8 de enero de 1959.

Decidió entonces seguir superándose y a los 59 años ingresó en la Universidad de La Habana, donde terminó las carreras de:

  • Licenciado en Derecho Diplomático y Consular, 1961
  • Licenciado en Derecho Administrativo, 1962
  • Doctor en Ciencias Sociales y Derecho Público, 1963
  • Doctor en Derecho, 1964.

Acumuló 11 títulos, de ellos 6 académicos y 5 universitarios.

A partir de 1964 se enfrentó a la enfermedad de glaucoma que gradualmente le hizo perder la visión. Aproximadamente en el mismo año se le diagnosticó un cáncer que lo mataría 8 años después.

Muerte

Busto de Pedro Sarría en el patio del Museo 26 de Julio, antiguo cuartel Moncada, a 1,5 km al noroeste del parque Céspedes (el centro de la ciudad de Santiago de Cuba). Fue inaugurado el 10 de marzo de 2014.

En febrero de 1972 fue entrevistado por el periodista Lázaro Barredo Medina, quien en 1986 publicaría el reportaje en forma de libro: Mi prisionero Fidel: recuerdos del teniente Pedro Sarría.

La idea de preparar un reportaje sobre los hechos relacionados con la captura del jefe del asalto al cuartel Moncada en 1953 nos llevó a principios de 1972 a una modesta casa en el reparto Mañana, en Ciudad de La Habana, para entrevistar a un hombre negro, fornido, ya entrado en años, pero con su porte militar todavía erguido y muy atento, quien ya en esos momentos había perdido totalmente la visión. Se trataba del capitán Pedro Sarría Tartabull, el oficial que casi veinte años atrás impidió con su honradez, su sentido del honor, su valentía moral y sus elevadas condiciones humanas, que Fidel Castro fuera asesinado vilmente por los sicarios de Batista. La locuacidad de ese hombre trastrocó todas mis ideas. El breve reportaje se convirtió en una larguísima entrevista de casi veinte horas en tres sesiones.

Sarría falleció siete meses después, el 29 de septiembre de 1972, a los 72 años. Fidel asistió al sepelio y estuvo a cargo de despedir el duelo el comandante Pedro Miret. Pedro Sarría Fue inhumado en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

El 10 de marzo de 2014 se inauguró en el patio del Cuartel Moncada una escultura del teniente Pedro Sarría en La Habana.[4]

Fuentes